La resaca del Día Mundial de la Alimentación me dejó algunos peces varados en forma de video en la playa de mi ordenador.
Ayer preguntaba en Twitter porqué si la mayor parte de las fuentes consultadas coinciden en asegurar que en todo el planeta se producen alimentos suficientes para alimentar (de sobra) a todos sus habitantes, sigue habiendo gente que se muere de hambre todos los días. Y no poca. Quizá el dato más estremecedor es el que nos dice que diariamente y de media mueren en torno a 10.000 niños de hambre. 10.000, todos los días; ayer Día Mundial de la Alimentación también, y hoy, y mañana… Las cifras bailan, unas veces se dice 11.000, otras 6.000 o 25.000… En cualquier caso siempre se trata de cifras escandalosas.
Uno de los videos como decía es elocuente, vale que las condiciones no son las mismas como pudieran ser en otras circunstancias, más crudas, pero en él se ve como comparten su merienda dos niños a los que se les ha dejado a solas por parejas ante una merienda sorpresa. La sorpresa de verdad viene cuando descubren que uno de ellos no tiene merienda y el otro sí… y la respuesta es clara, el que tiene toda la merienda la comparte con el que no tiene nada. Entrañable las imágenes de estos niños viéndoles compartir y significativa su reacción. Una reacción de la que debiéramos aprender.
Por supuesto que tenemos que compartir, indudablemente. Y concienciarnos, a no comprar de más, a no tirar comida, a recordar estas cifras tan descorazonadoras. Pero, ¿de qué sirve compartir si todavía hay países cuyas políticas dictatoriales y tiranas consiguen que no llegue la ayuda a sus habitantes más necesitados? ¿Si la ayuda humanitaria se queda en las sedes de sus gobiernos o habitantes más poderosos? ¿Si tienen potencialmente gran riqueza de agricultura y ganadería pero no se aprovecha? Esto sigue existiendo, lamentablemente. Repito, por supuesto que tenemos que compartir, pensando en los necesitados de nuestro entorno más cercano (que los hay), y en los más lejanos, pero en este último caso, esto no ataca la raíz del problema.
17 octubre 2013 | 09:34
Entrañable vídeo.
¿Qué narices nos pasa cuando nos hacemos mayores?
17 octubre 2013 | 10:06
Cuando nos hacemos mayores nos pasa el dinero,que se nos come vivos el dinero,Mónica.
17 octubre 2013 | 11:02
Es facil decir que se produce dos veces dos veces la cantidad de comida necesaria para alimentar a la poblacion mundial, pero no se tiene en cuenta que no se produce de manera uniforme. Hay zonas donde por el clima no se pueden plantar determinados cultivos y enfermedades animales que solo existen en algunos paises.
17 octubre 2013 | 11:03
aunque los medios de manipulación nos quieran hacer creer lo contrario, la mayoría de las personas somos buenos.
hay comida de sobra pero el hambre es un negocio para los corruptos que nos gobiernan.
17 octubre 2013 | 12:52
Estoy harta de estos mensajes, bienintencionados por otra parte, que nos recuerdan constantemente que hay hambre en el mundo y que debemos hacer algo. Y yo digo que el tercer mundo lleva décadas y décadas recibiendo dinero y ayudas, y hay zonas que cada vez están peor, cada poco una guerra nueva, un conflicto nuevo, y en consecuencia más hambre y calamidades. Sinceramente, si no saben o no quieren administrar las ayudas que reciben, si falta voluntad para construir países estables y capaces de dar a sus habitantes una buena vida, si hay ganas de guerra y camorra y de hacer la vida imposible a la gente normal, yo como persona de la calle más no puedo hacer.
17 octubre 2013 | 13:57
@ Dice ser acerswap
Es facil decir que se produce dos veces dos veces la cantidad de comida necesaria…
Sí que es fácil, sí. Juassssss.
17 octubre 2013 | 15:34