El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Si tu pizza te la trae a casa un drone, eso, no es comida

El término “drone” es un anglicismo que se ha colado a la chita callando, como casi siempre, en nuestras conversaciones para hacer referencia a un vehículo aéreo no tripulado. No sé si a ti te sucederá, pero la mayor parte de las imágenes que me vienen a la cabeza cuando los drones salen a colación son de conflicto, guerra, bombas, cámaras espía, misiles y demás. Sin embargo, no tiene porqué ser así, este tipo de vehículos pueden realizar muchas otras “misiones” menos agresivas a priori.

Algo así es lo que han debido de pensar los creativos de Domino’s Pizza quienes parece que están valorando seriamente lo de sustituir al eterno moto-pizzero por este tipo de artefactos en una versión más amable que la que habitualmente tenemos de ellos.

Aquí tienes un ejemplo de cómo podría implementarse este adelanto bautizado inicialmente como el DomiCopter.

En cuanto al comentario nutricional de esta novedad, creo que ya te lo imaginas. Que nos traigan la comida en moto o en drone hasta la puerta de casa, ya sea esta pizza, hamburguesa, comida china, mejicana, tortilla de patatas… o la que sea, se trata de la misma comida de siempre, con sus características comunes, normalmente poco estupendas. Es frecuente que en estos casos se trate de preparaciones altamente procesadas con unas propiedades poco recomendables: exceso de sal, grasas, grasas saturadas y/o trans, escasez de fibra, una relativamente alta densidad energética… vamos lo que ya te he contado en otras ocasiones.

Michael Pollan, de quién ya te he hablado en otro post, explica que para “comer comida” de verdad, de la buena, de la saludable, de la que debiera caracterizar tu estilo dietético, conviene evitar este tipo de opciones alimentarias o al menos conseguir que no sean una constante en nuestras vidas. De hecho una de sus frases más célebres pasa por decir no conviene comer comida que se diga igual en todos los idiomas del mundo (piensa en tus marcas de bebidas y snaks preferidas… o en las más odiadas) o que si lo que te vas a comer te lo sirven a través de la ventanilla de un coche, eso, no es comida. A todo esto añado yo que si te la hacen llegar a tu casa en drone (o moto) tampoco. Por lo menos como norma o de forma habitual.

Actualización: A través de Twitter Javier Salas (@javisalas) me acaba de hacer saber que al parecer este sistema de estilo drone-food-delivery ya está funcionando a pleno rendimiento en otros sitios, por ejemplo para encargar «tacos«, eso sí, la propuesta que me adjunta y que os hago llegar en este enlace es sólo para la bahía de San Francisco y se desconoce si de verdad funciona o no.

13 comentarios

  1. Dice ser Juan

    Ahora me entero de lo que es un drone. Cada día se aprende algo nuevo. Eso si, yo si pido una pizza quiero que me la traiga ella: http://xurl.es/h2jx8

    22 julio 2013 | 10:57

  2. Dice ser Lola

    Supongo que el requisito para esta modernidad será pagar por adelantado.
    Yo fabrico mis propias pizzas, y aunque no es comida habitual en casa de vez en cuando apetece una.

    22 julio 2013 | 11:09

  3. Dice ser techno man

    me imagino al drone subiendo en el ascensor con mi vecino . XDDDDDDDDD

    http://technodjsets.com

    22 julio 2013 | 11:39

  4. Dice ser Payolán

    Al final es cierto que la estupidez humana no tiene límites.

    22 julio 2013 | 11:41

  5. Dice ser Jaimito.

    Techno man, hombreeee, que el drone entra en tu casa por la ventana, no por el ascensor.

    22 julio 2013 | 11:55

  6. Dice ser Al

    Y luego nos extrañamos de que no haya trabajo. En las gasolineras nos servimos nosotros, en los restaurantes también… Cada vez somos más seres humanos y los empresarios se buscan la vida para recortar mano de obra humana. NO BUSQUÉIS UNA SOLUCIÓN PARA EL PLENO EMPLEO, ES IMPOSIBLE QUE TRABAJEMOS TODOS. Subsidios para todos para reactivar el consumo, o sólo quedarán 3 consumiendo y 3 empresas trabajando.

    22 julio 2013 | 11:55

  7. Dice ser user

    La frase de que las ranas caen del cielo viene a tono con este invneto, ya que os podeís imaginar un partido Barca – Madrid la cantida de drones que caerín del cielo?

    jajaja1

    22 julio 2013 | 13:05

  8. Dice ser Santos Miguel Prieto Suárez

    Eso nunca sucederá en la vida real. Un drone nunca podrá llevar pizzas a domicilio y se de lo que hablo porque yo trabajé de repartidor. Problemas de repartir pizzas con «drones»:

    1) El drone tiene que tener capacidad para llevar cambio y habria que crear un mecanismo para que el «drone» lleve el cambio suficiente y el cliente no robe al «drone».
    2) Llamar el timbre de la casa. Habria que crear un mecanismo para que el «drone» llamase al timbre de la casa o hacer algo para que el cliente sepa que ya ha llegado la pizza. En el video el receptor de la pizza ya espera al drone con la pizza pero eso no es ni cómodo ni efectivo: ¿qué pasaria en un dia con lluvia y frio? ¿va a estar el cliente esperando en la calle por la pizza? Es mejor como se hace a dia de hoy. El cliente espera en su casa hasta que llaman al timbre.
    3) El «drone» no tiene capacidad para resolver problemas de cara a cara con el cliente. Hay veces que se dan malentendidos en el reparto y el cliente dice por ejemplo: «yo he pedido esto otro y falta esto». Un ser humano repartidor, tiene oidos y entendimiento y memoria, asi que vuelve a la tienda para enmendar el error y volver a llevarle al cliente lo que pidió. Un «drone» no hace eso.
    4) Para resolver los puntos de arriba, lo que si puede ser es que el drone lleve una cámara y un microfono en donde una persona desde la tienda puede atender al cliente peeeeeeeeeeeeeeeeero no es suficiente porque lo normal es que haya en cada turno de trabajo más de un solo pedido, ¿cuantas personas van a estar en la tienda siguiendo 2, 3, 6 o incluso 10 drones para controlarlos y asi atender a la clientela? Es algo aparatoso.
    5) Si el «drone» se estropea de camino, el pedido caeria desde el cielo y se estropea todo. La pizza puede quedar desecha y ademas, la pizza ya ni llegaria a su domicilio. Un repartidor de carne y hueso, se le puede estropear la moto peeeeeeeeeero puede llevar la pizza a pie hasta el domicilio (si no está lejos). Puede llamar al cliente por telefono y avisarle que se va a retrasar un poco por un problema con la moto pero la pizza llega a su destino.
    6) Luego los «drones» tienen un mantenimiento al igual que las motos de los repartidores.

    Y asi, mas y mas puntos a favor de un repartido de pizzas de carne y hueso y no un «drone». Que un «drone» sustituya a un repartidor de pizzas es ciencia ficcion. Ademas, ya me gustaria ver a un «drone» llevar una pizza a un barrio chungo. Un repartidor puede tener habilidad para salir ileso de un robo (a mi me ha pasado mas de una vez) Hay veces que te quieren robar la pizza y el dinero. Si un «drone» va a un barrio conflictivo y lleva la pizza, jajajaja, le roban y destruyen el «drone» dejándolo tirado por ahi.

    22 julio 2013 | 13:12

  9. Dice ser Santos Miguel Prieto Suárez

    Ah y me olvidaba.

    Hay veces que un repartidor tiene que llevar 2 o incluso 3 pedidos a la vez porque se acumula trabajo.
    ¿Un drone va a tener capacidad para llevar 5 pizzas o 6 pizzas + refrescos, etc etc y que el cliente al recoger el pedido no se confunda su pedido con el de otro cliente? jajajaja. Eso lo soluciona un repartidor normal y corriente sin problema y un «drone» no puede hacer eso.
    En ese caso, habria que crear otro mecanismo especial en el «drone» para solucionar ese caso y creo que es complicar las cosas e incluso al cliente.
    Un cliente lo que quiere es que le llamen a casa, que la comida llegue ya preparada, pagar y fin del asunto. Los clientes no quieren complicarse la vida si le llegase un «drone» y luego el mismo cliente tenga que ver cual es su pedido y evitar confundir lo que pidió con lo que pidió otro cliente, etc. etc. NO ES PRACTICO.

    Y otra cosa, luego un drone no puede entrar dentro del edificio. ¿Qué hacemos si un cliente vive en un quinto piso sin ventanas exteriores? ¿Va a bajar el cliente a la calle si vive en un quinto piso sin ascensor y aun encima hace frio y llueve para esperar que llegue el drone? jajajjajaa. Nada nada, es mucho mejor un repartidor de carne y hueso.

    22 julio 2013 | 13:19

  10. Dice ser Harbinger III

    Santos Miguel Prieto Suárez: Eso es como el que decía que no debía haber robots en las fábricas. O máquinas de coser porque se borda mejor a mano.

    Ese trasto es un PROTOTIPO.

    A mi todos los problemas que me planteas me parecen triviales. Me podrías decir lo mismo de una cajera, y ahora hay cajeras automatizadas con una supervisora en muchos supermercados.

    ¿Son eficientes? Si.

    ¿Tiene problemas? Si, pero cada vez menos.

    Salvo que seas drácula y vivas en una casa sin ventanas, el drone encontraría una ventana de tu vivienda o, como dices, te buscaría por la escalera.

    Según abras la puerta, te haría una foto (por si lo dañas, denunciarte), y funcionaría como las cajas automáticas. Tu metes la pasta y te da cambio. En cuanto a múltiples pizzas, le programas al dron su patrón de vuelo, y las escupe secuencialmente, como las bandejas de cd. Si alguien no recoge su pizza, la bloquea.

    Es fáaaaaacil, lo que pasa es que te molesta que puedan reemplazarte, que es distinto.

    Ahora, te doy la razón en que al ser una tecnología experimental, es engorroso igual que los coches a vapor. ¡Anda que no se quejaron los criadores de caballos!

    22 julio 2013 | 16:46

  11. José K. se ve a veces protagonista —que no galán— de estrambóticos filmes. Hoy imagina una mezcla imposible de neorrealismo y Apocalypse now. ¡Ama tanto a De Sica! ¡Tanto a Coppola! La escena arranca con una visión de sí mismo en camiseta de tirantes y pantalón de pijama durante el delicado ejercicio diario de colar el café con su obligada manga. Es entonces, ya ven en qué momento tan poco heroico, cuando llega el fin del mundo: un estruendo lo llena todo mientras un tornado de paredes, marcos de ventana, muebles, ollas, vuela a su alrededor en un batiburrillo que apenas en unas décimas de segundo pierden su consistencia para hacerse añicos indiferenciados. Incluso ve cómo su propio cuerpo desaparece —adiós, amigo— en diminutas partículas.

    Es un dron, atina a decirse en esa millonésima de segundo que aún guarda la capacidad de razonar previa a su total y definitiva desaparición. Alguna vez lo ha pensado al volver a casa: su edificio es una auténtica provocación, una muestra descarada de esos seres que solo sirven para retrasar el advenimiento, por fin, de la Santa Eficiencia Económica, a tus pies te veneramos. Merecedor, pues, de ese dron purificador. Porque hay que ver qué vecinos, todos ellos un lastre insostenible: jubilados y parados de larga duración viviendo de la sopa boba de muníficas pensiones, enfermos —caraduras, seguro— que gastan y gastan en medicinas; padres dependientes, suegros dependientes, hijos dependientes, hermanos dependientes, esposos dependientes, esposas dependientes. ¿Miran ellos acaso por el cumplimiento del déficit acordado con Bruselas? ¿Tienen alguna consideración hacia el equilibrio espiritual de, por ejemplo, Olli Rehn, comisario europeo que es de Asuntos Económicos y Monetarios, y al que unos cuantos desharrapados como los descritos más arriba no hacen otra cosa que dar disgustos?

    Por eso cree José K. que en Berlín, que es donde están las y los que mandan, ya se han cansado de soportarnos y han decidido inclinarse por la política de los drones. Es consciente nuestro hombre de que dicha estrategia no incluye esa destrucción entrevista en sus desvaríos cinematográficos, sino el disimulo de quienes ya superaron la frontera de la deshumanización. Esa es la manera en que han decidido organizar el mundo. A ciegas. Las leyes que se imponen, las disposiciones que se dictan, los recortes con los que se castiga, se hacen en función de cumplir unas magnitudes aleatorias fijadas por algún demente a una población que carece de rostro. No hay nombres, no hay personas, nadie sabe si eres viejo, joven, hombre, mujer, niño o niña. Los rostros de los ciudadanos no tienen cara, carecen de ojos y, por tanto, de mirada implorante. Deciden contra la masa, gobiernan contra la informidad de un conglomerado apenas diferente de un rebaño en la majada.

    Se dictan las normas desde Bruselas, o desde Berlín, y se eligen unos cuantos drones para llevarlas a cabo. ¿Es, pues, un dron Mariano Rajoy enviado por Angela Merkel?, se pregunta José K., un punto alterado por el descubrimiento. Refuerza su impresión el hecho de que el presidente habla lo mismo que cualquier dron que se precie: nada. Silencio. Actúa pero no explica. Golpea, pero no se disculpa. ¿Y pueden los drones tener otros dronitos y algunas dronitas? ¿Montoro, Báñez, Guindos, Wert, Mato?

    Conocemos la táctica de los drones: no ver a quien asesinas. No tener que registrar el gesto de angustia de esa madre a la que arrancas el futuro mientras mira a sus hijos en el momento en el que han de abandonar la casa que hasta hace unas horas era su hogar. O la de la anciana que se queda sin ayuda para la dependencia. ¿Demagogia? ¿Sensiblería? Sí, claro, pero cree José K. que aún es menos de la necesaria para compensar la desvergüenza de quienes adoptan los procedimientos de los drones: destruirlo todo sin que se te manchen las manos. Es la cobardía, dice nuestro hombre, vena hinchada, de quienes se ríen de sus ciudadanos, como este Gobierno dispuesto a aprobar una reforma de las hipotecas a sabiendas de que no resuelve absolutamente nada. O a esos directivos de un banco en ruinas —otros drones— que se embolsaron 68 millones de euros en cuatro años mientras la entidad por ellos saqueada —por iniquidad o inutilidad, tanto da— hacía perder miles de millones a accionistas y ahorradores. Obscenos.

    ¿Hay respuesta frente a tan sofisticados artefactos? ¿Alguna manera de responder a esa despersonalizada masificación del mal? ¿A ese cobarde ataque mortal contra una población carente de armas defensivas igual de sofisticadas y efectivas? Piensa José K. que a lo mejor la solución está, precisamente, en una sabia utilización de las diferencias numéricas. Nosotros somos muchos, muchísimos, y ellos, muy pocos. Los millones de ciudadanos deliberadamente despojados de individualidad, agredidos, violentados, maltratados, saben, o está a su alcance saberlo si reflexionan un momento, que apenas si son un puñado de millares de personas quienes alimentan a la bestia y organizan, dirigen, pagan y se benefician de los ataques de los salvajes drones. Hasta una lista por orden alfabético se podía hacer. Pepito, menganita, zutanito.

    ¿Escrache, dicen? A José K., quizá por su formación pequeñoburguesa —qué gusto recobrar aquel lenguaje: pequeño-burguesa; y hasta plusvalía— no le gustan ciertas prácticas. Sobre todo desde que tuvo que ver con sus propios ojos los actos de repudio cubanos. Nunca, nunca, tales desmanes, tal humillación de seres humanos y sus familiares. Aunque algunos sean culpables de procurarlos a millares. Pero, por favor, no tengan el descaro desde el partido hoy en el poder de dar lecciones de respeto, ellos que durante años se han servido del insulto y el menosprecio, incluso de las tácticas más infames para dañar a quienes entonces gobernaban, alzados y acompañados por una prensa sumisa a sus intereses, pero insultante, vociferante, infame, ignominiosa y mentirosa cuando se trata de atacar al otro. Y eso lo sabe muy bien José K. porque tiene un amigo dedicado —un loco, sin duda— a vigilar a semejantes fenómenos de la naturaleza, tal que los Hans o Koo-Koo de Tod Browning.

    Pero es evidente que la respuesta no puede ser otra que la de poner cara, ojos, pestañas, nariz, cejas, labios, mentón, carrillos y orejas a los responsables. Y nombre. Sobre todo nombre. Esos políticos, esos banqueros, esos corruptos. Sabemos cómo se llaman y qué cara tienen. Con eso es suficiente. Nos sobra saber dónde viven. Así que entre todos tendremos, se dice José K., acalorado ya a estas alturas o, por mejor decir, más cabreado que una mona, que hacerles saber a tales patricios que les conocemos, que sabemos quiénes son y que somos conscientes de sus desmanes, de su procacidad, de su impudicia. Habrá que repensar maneras, decidir nuevas estrategias. Entre otras cosas, se pone un poco pedante José K., recordar lo que señala el artículo 3 de la Ley Orgánica 9/1983: “1. Ninguna reunión estará sometida al régimen de previa autorización. 2. La autoridad gubernativa protegerá las reuniones y manifestaciones frente a quienes trataren de impedir, perturbar o menoscabar el lícito ejercicio de este derecho”. ¿Límites? Sí, pero no nos olvidemos de lo principal: no creamos a quien nos traiga la monserga de un mal entendido respeto al resultado de las urnas, traducido en que nadie puede decir ni mu entre votación y votación cada cuatro años. A depositar la papeleta y a callar. Pues no, en absoluto.

    El marcaje público, que no acoso —¿se entiende la diferencia?— al dron o hacedor de drones puede ser un buen inicio: ¿Dormirán intranquilas estas pobres criaturas? ¿Se les amargará la copa, el sarao, la cena con sus iguales? Pues qué le vamos a hacer: les toca apurar la parte alícuota del acíbar que les corresponde por haber amargado la vida a esos millones de ciudadanos de los que desconocen sus nombres, ni saben dónde viven —o vivían—, ni de qué trabajan —o trabajaban—.

    Tan distinguidas personalidades no querrán, además, que sus víctimas les vitoreen: si oyen un grito resonante, lo más probable es que sea un insulto.

    Natural, razona sentencioso José K.

    José María Izquierdo
    8 ABR 2013

    22 julio 2013 | 21:19

  12. Dice ser Vlad Tepes

    que me la traiga una chati de culito respingón y apetitoso

    22 julio 2013 | 23:54

  13. Dice ser joe

    Santos Miguel Prieto Suárez

    1) ese mecanismo existe, esta en maquinas expendedoras y de tabaco desde hace años
    2) te llamaria al telefono para avisar de que ya a llegado
    3) el dron lleva camaras y estaria en contacto con alguien manejandolo, se lo dices a el, y sin necesidad de que el dron vuelva manda otro con lo que falte
    4) los mismos que repartidores tienen hoy en dia, es mas aparatoso coger la moto y lidiar con el trafico hasta el domicilio, ademas de mas lento
    5) si el dron se estropea se manda otro (mejor que llegue tarde a que llegue fria) y un tecnico a reparar el dron, y si la pizzeria no esta lejos para que voy a pedir que me la traigan?
    6) correcto los 2 necesitan mantenimiento

    un dron puede volar, me parece que puede salir mas airoso que un repartidor que solo puede correr y si no le cierran el paso, te vuelvo a repetir el dron vuela, te puede dar el pedido por la ventana

    y lo que se te olvidaba

    se mandan mas drones, del mismo modo que se mandan mas repartidores, o has visto tu a un repartidor llevando 20 pizzas?
    1 pedido por dron
    un edificio sin ventanas exteriores??? si estas secuestrado o en una carcel no puedes pedir pizzas

    ssi te hubieses parado a pensar un poco antes de escribir, no habrias hecho una lista con un sinfin de tonterias demostrando la nula capacidad que tienes para encontrar soluciones simples a problemas sencillos

    23 julio 2013 | 07:42

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