El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Y tú, ¿eres un cocinero “coñazo”?

Cocinero enfadado 2

Te lo pregunto porque yo sí lo soy. Aunque me pese. Para entender a qué me refiero en concreto con lo de cocinero “coñazo” o pelmazo, no se me ocurre mejor ejemplo que el de su análogo, el conductor «coñazo», figura que la mayor parte de personas no dudan en saber reconocer. Ese conductor al que me refiero (y que seguro tú conoces) es el que cuando viaja de acompañante, en cualquiera de las plazas del vehículo, está constante, insistente y cansinamente dando consejos a quien en ese momento conduce. O más directamente diciéndole cómo tiene que conducir:

cambia de carril…

cuidado con el coche rojo de la derecha…

arranca ya que el semáforo lleva verde dos minutos…

acelera… o frena, etcétera.

¿Ya tienes claro quién es un conductor “coñazo”? Pues el cocinero ídem igual:

espera a que el aceite esté más caliente…

saca ya la pasta del agua que se va a “pasar”…

es mejor cortar la patata así y no asá….

es mejor que a la hora de rebozar en el huevo batido pongas un poco de agua (o de leche)…

el horno no tan fuerte (o más fuerte), etcétera.

Imagino que es en este momento, cuando mi santa esposa lea estas líneas, cuando le esté empezando a gotear el colmillo, mientras se relame con lo que me va a decir cuando me vea. La razón es sencilla de entender, ella es la persona sobre la que suelo descargar mis comentarios más pelmas cuando es ella la que cocina. Que conste que yo suelo cocinar más que ella (aunque es probable que ella discrepe de esta valoración) Ya he reconocido que soy un cocinero “coñazo”. Mea culpa. Pero es que no lo puedo evitar.

Que se me haga tan difícil el reprimirme también es fácil de comprender. Volvamos al tema del conductor. No tengo problemas en reconocer que yo también lo era antes, pero en esto he cambiado, ni dirijo consejos a la persona que conduce y ni tan siquiera los pienso (salvo que sea algo flagrante). No sé por qué he cambiado en este terreno, a lo mejor porque suelo coincidir como pasajero con conductores más o menos hábiles o bien porque, de perdidos al río, ante un posible accidente tengo una suficiente (quizá excesiva) confianza en todos los sistemas de seguridad que hoy por hoy llevan casi todos los coches. Imprudencias aparte. Esas sí que no las tolero.

Que este mismo cambio no se haya producido en mi persona en el marco de una cocina quizá dependa de que ante un plato mal cocinado no hay mecanismos de seguridad que valgan, es lo que hay y te lo tienes que comer. Y como me gusta comer bien (cada uno verá qué considera por comer bien) y en casa nos cuesta mucho tirar algo de comer pues de ahí, quizá, que me cueste refrenarme cuando veo que algo en la cocina va a acabar en un resultado alejado del óptimo.

A quien tengo verdaderamente frita con esto de ser un coñazo en la cocina es a una mujer extranjera que realiza algunas labores domésticas en casa de mis suegros. Entre esas labores figura el cocinar. Pero es que no es para menos. Te cuento, y si quieres puedes reírte como normalmente sucede cuando cuento esta anécdota.

Un buen día (de los primeros en entrar en la casa esta mujer) tenía que preparar unos filetes de ternera empanados que eran enormes, es decir, la pieza  de carne de la que habían loncheado los filetes era muy grande y por tanto los filetes eran larguísimos. Para hacerlos contaba con: aceite, huevo, pan rallado y una sartén de unos 22 cm de diámetro. En estas que en plena faena entro yo en la cocina y me veo a la mujer con medio filete dentro de la sartén con el aceite y la otra mitad, la que sobresalía, sujetándola, en el aire y fuera de la sartén, con un tenedor. Un poco enfadado (no era su primera tropelía culinaria), le digo que no, no y no… que lo que hay que hacer es “cortar” los filetes para que quepan en la sartén (¿sencillo, no?). Creyendo que mis explicaciones serían suficientes como para que entendiera, me fui. Craso error. Al volver a la cocina me encuentro con filetes redondos… precisamente del diámetro de la sartén. Y además con un montón de recortes fruto del redondeo de los filetes XD.

En fin, tengo el consuelo de que ser un cocinero “coñazo” implica al menos ser un tipo de cocinero, es decir, dedicarle un tiempo a la cocina y todo lo que ello implica en el perfil de los menús cotidianos, la transmisión de ese conocimiento a tus hijos, etcétera. Así que, a menos que sea del tipo “malo” te animo a que se pueda decir de ti que eres un/a cocinero/a (“coñazo” o no, de momento eso es lo de menos) y a que dediques más tiempo a estas cuestiones culinarias.

Por cierto, si tienes algún tipo de anécdota culinaria que contarnos, seguro que nos divierte y enriquece. Los comentarios están a tu entera disposición.

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Foto: imagerymajestic vía FreeDigitalPhotos.net

16 comentarios

  1. Dice ser isabel López Burgueño

    ¡¡Por dios!! por un momento pensé que era la descripción de mi marido.Él es de todo: conductor y cocinero coñazo.Todo le sale perfecto, pero yo estoy a su lado en la cocina convidada de piedra y de vez en cuando hago las labores más ingratas.Cuando yo cocino( 350 días al año), cierro la puerta y tengo prohibido entrar a lacocina.En cuanto al coche….no conduzco con él de copiloto.Pero en cambio, es fabuloso hacieédome poemas…jaja .Por eso le perdono.

    10 mayo 2013 | 09:32

  2. Dice ser Eva Castro Díaz (@EvaCastroDaz)

    Yo no! 😀
    Como casi siempre soy yo la que cocina en todos los sitios, tengo la suerte de que si meto la pata sólo me entero yo jijiji y nadie se mete conmigo!

    10 mayo 2013 | 09:42

  3. Dice ser spanjaard

    Cocinero-profe-coñazo. Estoy enseñando a cocinar a mis hijos de 10 años. Imagina.

    10 mayo 2013 | 09:58

  4. En casa nos reunimos dos cocinero/a «coñazos»… La solución cocinar por turnos, cuando uno está al mando de los fogones el otro hace exclusivamente tareas de «pinche» y viceversa. Lo bueno es que nos encanta cocinar a los dos.

    10 mayo 2013 | 10:05

  5. Dice ser limón

    La peor variedad es el cocinero coñazo que en realidad no sabe ni freír un huevo. Son como esos jubilados que se ponían a decirles a los albañiles cómo hacer su trabajo, pero en tu cocina.

    10 mayo 2013 | 10:17

  6. Dice ser Lidia CM

    Mi anécdota graciosa es la siguiente: yo tengo familia politica de latinoamérica y alli los términos son distintos, un día mi cuñada tenia centollos (le encantan y se los habían regalado) me llama por telefono y le doy las explicaciones simples:
    – lava un poco la concha
    – pon a hervir agua con sal (laurel opcional)
    – introduce en el agua hirviendo los centollos- tiempo hasta que la concha cambie a color rojo.
    – sacalos, y dejalos con las patas hacia riba
    – cuando esten frios metetos en la nevera hasta que lleguemos, despues ya los abro y preparo yo.

    Sorpresa cuando llegue yo, !!! los centollos estaban congelados!!! y tenia que preparar los en 15 min ( congelados!!!) porque ellos no diferencian entre nevera y congelador.
    para ellos la nevera es el congelador!!! …. y yo de colores!!!

    Menos mal que descongelan pronto si los abres … pero las patas estaban congeladas y no había mucho que hacer…

    10 mayo 2013 | 11:51

  7. Dice ser Warp

    Yo lo soy pero no lo practico: cuando mi chico se mete en la cocina, yo salgo y me dedico a otros menesteres. Hasta que no está la mesa puesta, no vuelvo a entrar.

    En cambio, él si que es conductor coñazo: constantemente me da la brasa diciendo que «quitate a ese de encima», «adelántale», «quédate en este carril», «¿pero no ves que te están vacilando?»

    10 mayo 2013 | 12:54

  8. Dice ser Ay Seño Llevame pronto

    Yo si tengo a alguien en ese plan, me voy de la cocina y que cocine esa persona. Si cocino yo, cocino yo y punto.

    10 mayo 2013 | 12:59

  9. Dice ser Hiedra

    Me encanta tu comentario Limón, totalmente deacuerdo

    10 mayo 2013 | 13:13

  10. Dice ser raly

    Lo siento, te lo tengo que decir: no me haces ni pizca de gracia. Ni siquiera cuando intentas ser eso: gracioso.

    Pobre tu mujer lo que tiene que aguantar….

    10 mayo 2013 | 13:16

  11. Dice ser Primaveradel_81

    Yo también confieso…soy una cocinera coñaza!! ajajaja una vez me llama mi ex-suegra porque le había dado la receta del puré de calabacín que hago en casa y que tanto le gustaba…lo más sencillo del mundo no? Calabacín hervido, una patatilla hervida, tres quesitos y un chorro de leche…pues NO, me llama asustada porque el puré le había quedado como una sopa..y en casa se lo habían comido pero con caras raras (pobre suegro), total que después de preguntarle que había hecho paso por paso, a la pobre mujer se le pasó por alto escurrir los calabacin y ni corta ni perezosa ahí lo trituró todo en la olla con su agüita incluida xD….siempre me tocaba a mi cocinar en navidad…de eso ya me libré! jijijiji

    10 mayo 2013 | 13:41

  12. Dice ser Antuan

    @Lidia CM
    Lo más divertido que le puedes decir a un latinoamericano es que lave la concha y que la tenga en agua hasta que cambie de color.

    10 mayo 2013 | 13:54

  13. Dice ser rg

    @Antuan:

    JAJAJAJA!! Eso mismo estaba pensando según lo leía.

    Tengo dos, una es mi suegro que es un poco cocinilla le dije que preparara unas patatas fritas para los crios, de acompañamiento y tal, me tenía que marchar un momento y le dije que las partiera en daditos, literal, a la vuelta me lo encuentro en la mesa de la cocina con unos perfectos daditos cortados y una puntilla marcandoles en cada cara los puntos del uno a seis; antes que pudiera articular palabra me dice «mira, mira, me están quedando igualitos que los del parchis, aunque sinceramente a mi esto me parece un capricho mu tonto, no?» VERÍDICO, algunos de los que había preparado se habían oxidado porque se había tirado30 minutos de más, y los crios decían que tenían hambre….jajajajaja!!!

    Otra muy sonada fue en una mariscada en castilla para una empresa que prometió el mejor marisco de la ria para unos 40 directivos que incluía cigalas enormes, de esas que la cabeza se come con cucharilla, percebes, camarones (quisquillas en Andalucía) y centollas hembras, certifico que la factura de lo que se trajo en el día era propia de un multimillonario y que se llevó del puerto de A Coruña por Seur en una furgoneta con refrigeración y las 12 de la mañana estaba en una provicia castellano-leonesa.

    Pues el «cocinero iluminado» que nunca debía haber trabajado con marisco, que digo marisco, con joyería, tuvo la felíz idea de lanzar su imaginación al vuelo y aliñar los percebes crudos y servirlos, echar todo tipo de especias y otras tropelías, excepto sal al resto de las piezas y abrir las centollas y ponerlas hasta arriba de salsa perryns, o como se escriba, y cebolla picada, además de la opción de mostaza de aquella con envase de plástico en forma de barril.

    Se cargó literalmente un pastizal en comida, tampoco lo sentí mucho por los «ricachones» de la empresa y su alarde pero el «cocinero» perpetró una masacre de marisco de la ría que jamás se podrá olvidar.

    Saludos.

    10 mayo 2013 | 15:54

  14. Dice ser manuel

    Jamás fui capaz de freír un huevo
    y una vez que lo intenté, carbonicelo;
    hay gente hábil, estoy harto de vello,
    gente que mete mano y que lo mesmo
    apaña un arroz que un buen puchero
    o hace riquísimas tortillas, flanes
    u otros postres caseros, sin medir
    cantidad de farina, aceite o sales
    ni mirar un reloj, y al pronto salen
    con la dichosa frase: «listo, ¡ya está!»
    Nunca pude entendellos,
    pardiez, ¿cómo lo harán?,
    en fin, son algo bello en lo de cocinar.

    10 mayo 2013 | 22:38

  15. Dice ser Lidia CM

    @Antuan @rg
    Ja ja ja, ni se me pasó por la cabeza lo de la concha! … pero teneis razón 😉

    13 mayo 2013 | 16:51

  16. Dice ser Laura

    «¿Vas lavando el tomate?» y me le encuentro lavando el tomate YA PARTIDO!!! reconoció que nunca había visto lavar un tomate partido y que no sabía porqué lo había hecho…

    14 mayo 2013 | 13:58

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