El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Tres premisas y una pregunta: ¿Por qué aceptar regalos por comer?

Parto de tres premisas que aunque se podrían rebatir habría que ponerse un poco tiquismiquis para ello. Veamos:

Primera: Comer es obligatorio. Es decir, sin comer (entre otras cosas) no podemos vivir. Todos los seres vivos necesitamos de la incorporación de sustancias indispensables para la vida y de energía con el fin de no enfermar y/o morir. En nuestro caso, estas necesidades las cubrimos con los alimentos. ¿Hasta aquí de acuerdo? Vamos con la segunda.

 

Segunda: Comer nos satisface en el plano más inmediato, en el hedónico me refiero. Nos da placer. Si podemos comer cosas que nos gustan, lo preferimos frente al comer cosas que no nos gustan. Obvio. ¿Se puede estar perfectamente nutrido con elementos que no sean de nuestro agrado? Sí, es cierto, pero si podemos, tendemos a comer lo que nos gusta y nos olvidamos de lo que no.

 

Tercera: En nuestro medio, España, siglo XXI y todo eso hay una disponibilidad alimentaria muy amplia, y además comer resulta muy barato (no se alteren, déjenme explicarlo) en comparación con otras zonas del mundo o de otras épocas. Para que se hagan una idea, según datos del Instituto Nacional de Estadística, en los años 50 del siglo XX las familias españolas destinaban cerca del 52% de sus ingresos familiares a la cesta de la compra; hoy en la cesta de  la compra nos dejamos en torno al 16-17% según la misma fuente. Comer es barato y además tenemos una amplia oferta, mayor que entonces, a nuestra disposición.

Supongo que querrán saber la conclusión que saco de todo esto. Pues bien, es claro, ¿por qué tendríamos que aceptar regalos por comer algo que además se nos vende como especialmente barato? Me explico, y supongamos un caso bastante habitual: cadena de comida rápida (lo típico, hamburguesas o pizza) que hace una oferta en unos términos similares a:

“Con el menú individual por 3,95€ puedes llevarte además una colección de figuritas con tus héroes favoritos”

A ver si lo entiendo, según mi opinión esta estrategia de venta podría responder a tres realidades si tomamos en cuenta las premisas anteriores:

1ª Posible realidad: El menú cuesta poco dinero, es rico (sabroso, apetecible), nutricionalmente adecuado y, además, te hacen un regalo “gratis” al pedirlo o;

2ª Posible realidad: El menú es deficiente en algún sentido (pongan el atributo que quieran para cumplir con esta característica de deficiencia: valor vs precio, sabor, contenido nutricional, etc.) y se hace preciso incentivar su consumo con un regalo, ya que de otra forma no lo consumiría nadie o;

3ª Posible realidad: El menú es lo de menos, lo que usted quiere en verdad es el regalo (ya sea porque usted es coleccionista, fetichista o lo que sea) así que lo pide y todos contentos: la franquicia por hacer la venta y fidelizar a un cliente con regalos, no con la comida; y usted contento porque tiene lo que quería, el regalo. Aunque ya que viene con hamburguesa, patatas y refresco, se las come.

Valoren las alternativas, lo dejo en el aire. Aunque yo lo tengo bastante claro, prefiero que sean ustedes quienes saquen sus conclusiones.

Creo recordar que fue Michael Polland (este dato no lo tengan mucho en cuenta) quien dijo en su día que es recomendable huir de aquel distribuidor, productor u oferta de hostelería que te ofrece regalos para que te comas algo. La comida de verdad no suele precisar de ofrecer regalos para que la elijas. Consideren si no con qué tipos de alimentos se hacen regalos, y qué otros alimentos no suelen hacer regalos. Al final, como el propio anunciante del vídeo de arriba promociona, de lo que se trata es de obtener el regalo, no de comer… y es una pena, más en especial cuando se trata de niños.

Y por cierto, esta dicotomía en el “¿es válido todo para que alguien se coma algo?” también tiene su aplicación en casa a la hora de la comida de los más pequeños. Imagínense:

«Pepito, si te comes el pescado te compraré tres sobres de cromos para el álbum de la Liga de fútbol.»

Y a pepito, que es de todo menos tonto como la mayor parte de los niños, el mensaje que se le está mandando es algo así como:

“Pepito, fíjate si es malo el pescado que te hago comer, que como premio por el mal trago te haré un regalo”.

Si yo fuera Pepito, la primera vez aceptaría; y la siguiente, además, negociaría… ¿les suena?

 

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Foto 1: Judy and Jam

8 comentarios

  1. Dice ser Joaquín

    Aun admirando su trabajo y siendo un seguidor suyo desde hace poco, muy contento. Creo que en este caso puede que se haya excedido. Yo, como usted, intento llevar una vida saludable, hago ejercicio y leo (según mi mujer, en exceso) todas las etiquetas de productos. En este caso, el regalito en cuestión también lo proporcionan pastas dentríficas (con el gracioso cepillito), tiendas de ropa (con el globito de turno), etc. Lo del regalito está dirigido, sin duda al publico infantil, que mira más el regalo que lo que adquiere. No creo que debamos sacar las cosas de quicio. Se trata de una técnica comercial como cualquier otra. Aún así, estoy con usted que por comerse la comida no hay que regalar nada. Enhorabuena por sus artículos, por fin alguien con sentido común y ganas de enseñar.

    20 septiembre 2012 | 09:51

  2. el-nutricionista-de-la-general

    Gracias «Joaquín»,
    en cierta medida tienes razón en tu argumentación, pero ¿sabes qué anuncio me hizo decidir para hacer esta entrada? En concreto, el más reciente de BurgerKing que ahora con su menú (+ 1 Euro) te llevas unas tazas, bastante resultonas a mi parecer, que parecen sacadas de la serie Mad Men. Y esto no va dirigido a los niños y habrá, no lo dudes, quien termine acudiendo a los restaurantes de la franquicia sólo por la taza (opción 3 de las posibles realidades que sugiero en la entrada).

    En cuanto al resto de productos, alimenticios o no, que hacen eventualmente algún regalo ajeno al producto en sí, supongo que coincidiras conmigo en que la mayor parte de las veces (no todas, eso sí) el regalo te lo encuentras en el punto de venta cuando lo vas a adquirir y en muy pocas ocasiones, en la publicidad del producto, la estrella del anuncio es el regalo… algo que sí sucede con demasiada frecuencia en otros tipos de alimentos o de franquicias.

    Un saludo y de veras que muchas gracias.

    20 septiembre 2012 | 10:41

  3. Dice ser Smollett

    Me parece que faltan más realidades posibles. Como ahora no vivo en España no he visto el anuncio de las tazas mencionado, pero me suena a

    «4a posible realidad: mis productos son comparables (para lo bueno o para lo malo) a los de la competencia, así que añado un extra para que elijan el mío».

    Dudo que Burger King gane dinero con la taza a 1 euro, pero tampoco perderá (no deben de costar mucho más de eso, al por mayor) y en cambio sí que consigue atraer a aquellos clientes que quieren comerse una hamburguesa y a los que les da igual Burger King que McDonalds. Es tan simple como que es una estrategia comercial, y no hay qué buscar deficiencias de ningún tipo más allá de eso.

    20 septiembre 2012 | 14:18

  4. Dice ser MARTA

    Como de vez en cuando en Burguer King, MCdonalds, Kebab´s …..soy una persona adulta que hace algo de ejercicio pero no mucho, y estoy bastante delgada (es mi constitución). Cada vez que veo el anuncio de las tazas me apetece ir a Burguer King, porque las tazas en cuestión me parecen bonitas y su comida me gusta.Lo que me produce el regalo es ir a Burguer King cuando no tenía pensado hacerlo, o cuando igual me apetecía más comer en otro sitio.Para mí la publicidad es un reclamo para ir a un sitio donde suelo ir en el momento que no tenía pensado.Nada más.Con la cantidad de competencia que hay es bueno ofrecer algo extra para atraer clientela.Yo no lo veo mal.

    20 septiembre 2012 | 14:48

  5. Dice ser sinvivirenmi

    fildelizan al cliente, sobre todo infantil, asociando comer con diversión (un payaso, un parque de juegos, jugüetes, papá que me dedica mas tiempo…) y una vez que te acostumbras a asociar el placer con un determinado tipo de comida ya sabemos de qué te alimentarás.

    20 septiembre 2012 | 14:50

  6. Dice ser lejos de España

    Pues en el centro de Europa regalan libros en el MacDonals y me parece genial, son libros estupendos adaptados a la edad del niño y de diversos temas y a los niños les encantan y los tienen tranquilos un buen rato…

    20 septiembre 2012 | 15:09

  7. Dice ser ANTONIO LARROSA

    Ayer mismo lleve a mi nieta Pula al Burgen KIng y eligió un menú merienda que costó menos de cuatro euros y en la cajita venia un juguete que ella ignoraba y se puso muy contenta , lo que me pareció muy bien pues bebió incluido con el menú todos los refrescos que quiso y además se hinchó de patatas fritas muy buenas. La verdad es que me pareció una buena estrategia para hacer la competencia a otro Mac que hay delante mismo.

    Clica sobre mi nombre

    20 septiembre 2012 | 15:47

  8. Dice ser ANTONIO LARROSA

    Eso lo hacen los mayoristas a los vendedores por comprar su genero, y las industrias farmacéuticas a los médicos por recetar sus productos , Asi que me parece estupendo que te regalen cosas siempre que las condiciones sean igual o mejores en cualquier sitio. Este ordenador con el que hago este comentario me lo regaló un banco por cambiar una cuenta que tenía en otro en el que jamás me dieron nada, Y fijate que comentarios más chulos me salen.

    Clica sobre mi nombre

    20 septiembre 2012 | 16:01

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