El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

El secreto de las dietas y productos milagro: decir lo que queremos oir

La presencia de la primavera, la semana santa ya en el recuerdo, el alargamiento de las horas diurnas, el ligero aumento de las temperaturas (aunque con el riesgo de la aparición de olas de frío «inesperadas») y los anuncios del Corte Inglés anunciando que ya es primavera en sus pasillos, suele acompañarse del punto de partida de las operaciones bikini, de la irrefrenable pulsión de abrazar tanto yogures con el cero por ciento de materia grasa como refrescos light, de rebuscar en el armario prendas más ligeras (y que dejan más visibles las lorzas) y, como no, del seguimiento de un sinfín de dietas con el fin de perder en tiempo récord los kilos acumulados durante años.

Las dietas milagro existen, lo sabemos todos. Son decenas, no, cientos; es una realidad sobre la que nadie niega su existencia… aunque se esté haciendo una de ellas. Pero claro, con una salvedad, la que cada uno sigue en ése preciso momento es la valida y, en ése caso, no se trata de una «dieta milagro». Claro.

Aunque individualmente nos obcequemos en que la nuestra es la válida, todas las dietas milagro reunen una serie de características y comparten múltiples denominadores comunes. Si yo saco a colación la dieta del grupo sanguíneo y la etiqueto como «dieta milagro», aparecerán, seguro, encolerizados seguidores de la misma que harán comentarios defendiendo su validez y que mire usté, que cómo me atrevo a decir semejantes barbaridades si en la Universidá de Colunga demostraron que funcionaba y que tal y que cual, etc. Lo mismo ocurrirá si menciono en este grupo, por ejemplo, la paleodieta, la de los potitos, la del sirope de arce, la de la grasa parda, la de la calabaza, la Dukan, la ortomolecular, la isodieta, la dieta del sandwich, la del pomelo, el tomate o la de la manzana, la dieta de las palomitas, la del cáctus, o la dieta anti-idiotas, etc. por poner unos pocos ejemplos (les aseguro que todas, absolutamente todas las citadas existen… y muchísimas más). Dará igual, siempre saldrá alguien diciendo que a él o a ella, o a su vecina del quinto les ha funcionado alguna de las mencionadas (o cualquier otra de las que se quedan en el tintero) y que cuentan con prestiogiosísimos estudios. Y me da lo mismo, qué quieren que les diga.

La entrada de hoy está dirigida para todas aquellas personas que en su día fueron víctima de una dieta milagro, que la creían buena, que les funcionó (un ratito) y que luego ya no. Es para todas aquellas personas que habiendo o no habiendo realizado dieta alguna, se plantean en el momento actual acoger en su regazo una dieta, sea la que sea, y depositar en la misma sus adelgazantes esperanzas. Para todas esas personas hay una información que me gustaría compartir con ellas (obvia por todo lo demás):

Si una dieta o producto para adelgazar parece tan «bonita» como para ser mentira

es que probablente lo sea (mentira, me refiero)

Adelgazar no es fácil

Pero el caso es que caemos. Y caemos en sus garras porque hay algo a lo que nos es muy fácil sucumbir y no es otra cosa que el hacer caso a aquello que nos gusta o gustaría oir. Y como esto lo saben muy bien los promotores de las más variopintas dietas y productos milagro ¿qué es lo que hacen? Pues alegar, decir, publicitar todo aquello que, aun siendo ilegal publicitar, ansiamos oir en un método adelgazante, por ejemplo expresiones de este tipo: Probado clinicamente, sin esfuerzo, sin pasar hambre, con resultados de éxito, totalmente eficaz, etc. y entonces ¿que hacemos? pues lo compramos… total por probar no pasa nada, muy en especial si nos dicen que además el producto, sistema, energía, método, terapia, etc. adelgazante es «natural». Claro, es verdad, como es «natural» mal no me va a hacer, claro, claro, claro.

El caso es que sí que «pasa» y me temo que este tema, el de las consecuencias del «por probar no pasa nada», será motivo de otra entrada.

Hoy quería centrarme en cuánto de vieja es la técnica de la «charlatanería científica» para vendernos cualquier cosa, en este caso un producto adelgazante exprés. Lo primero que se me ocurre para ello es evocar la figura del » timador-vendedor de tónico sexual» fantásticamente ilustrado en la serie Los Simpson cuando Homer y el abuelo recorren viejas carreteras para timar a los pueblerinos

Pero estas cuestiones son mucho más antiguas, tanto como mear contra la pared (los varones). Ya hubo quien se preocupaba y denunciaba sobre estos temas en otras épocas, e incluso quien acuñó su correspondiente frase en latín, que refleja sin dobleces lo que quiero decir… y lo que nos pasa. Se trata del «Populus Vult Decipi» de Jan van de Velde (1641) que quiere decir «La gente quiere -reclama- ser engañada» ante la típica estampa de «charlatán de mercado» mostrando sus panaceas ante los ojos de unos atónitos -y futuros- clientes.

Sin embargo, hoy los charlatanes no visten ropas histriónicas, no venden sus productos en carromatos pueblo en pueblo (¿se acuerdan de las pelis del oeste?) no dan voces al estilo de los charlatanes arquetípicos… los charlatanes de hoy en día, muchas veces, visten bata blanca, hablan de ciencia y ponen leyendas en sus productos del estilo «de venta en farmacias» cuando no pueden hacerlo tal y como ha denunciado más de una vez la Asociación para la Autoregulación de la Comunicación Comercial (más conocida como Autocontrol o AUC). También lo pone así de manifiesto un artículo de 2011 de la Facultad de Comunicción de la Universidad de Navarra («La publicidad con pretendida finalidad sanitaria en la radio española. Un análisis empírico por tipo de emisora»): «El 16,72% de los engaños hacen referencia al uso de estos productos en centros sanitarios o a su distribución a través de oficinas de farmacia […]: “en tu farmacia”, “pídelo hoy mismo en tu farmacia”, “de venta en farmacias” o “pueden comprarlo ya en su farmacia”, son algunos ejemplos que informan del punto de venta del producto».

Así pues pongan en tela de juicio cualquier cosa que suene «demasiado bien» como para ser cierta. Tengan en cuenta que si así fuera, el ser cierta, todo el mundo lo sabría, todo el mundo lo compraría (a fin de cuentas algunos no son tan caros, otros sí) y nadie padecería obesidad salvo por voluntad propia. Que no les engañen, adelgazar con salud no es inicialmente fácil ni rápido.

 ———————-

Foto 1: Recuerdos de Pandora

Foto 2: Wiki en Español

Foto 3: Images from the History of Medicine (NLM)

7 comentarios

  1. Dice ser sinvivirenmi

    esto se aplica a muchas mas cosas que las dietas.

    timatolilis noche funciona…

    08 mayo 2012 | 13:22

  2. Dice ser Lucas el primitivo

    Usted contamina , mezcla conceptos y dietas metiendo todo en un saco mezclando verdades con mentiras haciendo un flaco favor a muchas personas que SI están deseando leer la amalgama que escribe.
    Habla de la dieta paleolítica cuándo no es una dieta, es una forma de comer, una forma de vivir acorde a los genes que llevamos durante millones de años.
    Mi comida durante años está libre de todo tipo de cereales, pan, azúcar, yogures, leche y quesos pocos madurados.Los únicos hidratos de carbono que como son los que vienen en todo tipo de verduras y frutos secos de los que como ampliamente diendo el fundamento de mis comidas las carnes y pescados a poder ser sardinas , salmón, truchas y en general pescados azules así como marisco, huevos.Cocino con aceite de oliva , grasa de cerdo , mantequilla y ghe hecho por mí. Puedo decir que mis parámetros en sangre dan los triglicéridos por debajo de los mínimos que los absurdos cánones nos tienen impuestos en unos análisis que pretenden que una dieta basada en picos de insulina por el consumo de cereales no de gordos a porrillo en un pais que presume de dieta mediterránea y no hay más que orondos.
    Cuídense de la mentira amigos y vigilen su insulina, viviran sin enfermedades metabólicas includo el cáncer toda su vida.
    Cuidado con la oscuridad.

    08 mayo 2012 | 13:48

  3. Dice ser Antonio Salcines

    Buen artículo sobre las dieta milagro, tan absurdas y peligrosas. Sin embargo no comparto la inclusión dentro de las mismas de la Paleodieta o Dieta Paleolítica.
    Es conveniente ser crítico y excéptico ante el gran número de estas dietas que se promocionan y que pueden poner en serio peligro nuestra salud a la vez que llenar los bolsillos de numerosos charlatanes, pero también hay que ser riguroso a la hora de descalificarlas y revisar sus bases empíricas para hacerlo con autoridad.
    Ya sé que cualquier cosa que pueda decir a favor de esta dieta le resultará risible al autor del blog y a muchos de sus lectores, pero permitáseme dar una breve explicación de su fundamento y que cada uno juzgue libremente.
    La Paleodieta no es un invento, no se le ha ocurrido a ningún nutricionista excéntrico, sino que es consecuencia del estudio por parte de la medicina evolutiva, la paleoantropología y la arqueología del tipo de alimentación que el ser humano llevó durante el Paleolítico, hace entre 3 millones de años y hasta unos 10.000 años, cuando el ser humano era cazador-recolector y no practicaba la agricultura ni la ganadería.
    Hace 10.000 años comenzó el cultivo de semillas en Oriente Medio, dando nacimiento al inicio de la agricultura, y algo después la domesticación y cria de animales salvajes, la ganaderia. Esto produjo un cambio cualitativo de la alimentación del ser humano, disminuyó el consumo de carne de caza, pescado, fruta y verdura y se introdujo el de cereales, legumbres y lacteos. Además la carne de ganado domestico, alimentado con cereales y encerrado, era mas rica en grasa que la de caza.
    Cuando se habla de lo buena que es la Dieta Mediterranea esto se hace por comparación a una dieta moderna donde abundan alimentos industriales cargados de grasas, azucares y sal, es decir, la dieta mediterranea es buena porque no tiene los alimentos basura que el ser humano ha introducido en su dieta desde la revolución industrial, y particularmente en los últimos 40 años. Sin embargo la dieta mediterránea es a su vez una degeneración de la dieta paleolítica que el ser humano mantuvo durante 3 millones de años. La Dieta Mediterránea empezó hace solo 10.000 años en Oriente Medio y no llegó hasta Europa hace unos 5.000 años. Esto en termino evolutivos y de adaptación biologica es un período de tiempo muy corto para habernos adaptado lo suficiente.
    Finalmente decir que la Dieta Paleolítica se basa en los alimentos que el ser humano podia consumir en el Paleolítico: carne magra (similar a la de caza), pescado, huevos, fruta, verdura y frutos secos. Y que no es una dieta rica en grasas, ni pobre en carbohidratos, solo que estos proceden de la fruta y no de cereales ni legumbres.

    08 mayo 2012 | 13:57

  4. Dice ser Elisabeth

    Ante el comentario de Lucas sólo tengo que decir…me da usted miedo señor.

    En cuanto al tema de las dietas milagro el problema es que te lo venden como si fuera facílisimo seguirlas, y no es así. Luego la gente se salta la dieta a la torera y se pregunta ¿por qué no funciona?
    Yo seguí escrictamente la dieta kot que venden en las farmacias, no fue fácil, tarde 3 meses en perder los 7 kilos que quería y con sacrificio. Hace ya un año y no los he recuperado, eso si, me cuido un poco, intento comer bien y hacer ejercicio. Si te hinchas a bollos y pasteles después de la dieta, normal que recuperes y ganes más kilos.
    Sentido común es lo que hace falta.

    08 mayo 2012 | 14:00

  5. Lo que es vergonzoso es el chollo que tienen montado los nutricionistas. Si algo adelgaza de verdad sin esfuerzo y además es barato enseguida lo crucifican porque les quita mercado. De pena.

    http://corruPPto.elbruto.es

    08 mayo 2012 | 15:01

  6. Dice ser dietas

    Está claro: hay que vender atajos. Porque el camino sano y eficaz para mantener la linea ya sabemos cuál es: comer con moderación y moverse. Pero ese camino no nos gusta.

    08 mayo 2012 | 15:46

  7. Dice ser Pablo Franco Bescós

    Los señores defensores de la paleodieta destacan los beneficios de la manera de comer de los humanos cuando la esperanza de vida no alcanzaba los 30 años, motivo por el cual además no había enfermedades metabólicas y la incidencia del cáncer era irrisoria. Se morían y punto. Fuera enfermedades, claro que sí. Defienden la forma de comer de una época en la que la gente medía 1,40 y en la que cualquier cambio meteorológico se podía llevar por delante a poblaciones enteras con un simple catarro. No lo digo yo, está en los libros sobre prehistoria. Nuestra forma de alimentarnos no es buena en general y los productos que consumimos suelen tener una calidad mejorable pero de ahí a negar los beneficios que la agricultura y la ganadería ha traído a la humanidad va un trecho importante, precisamente el trecho que va de la verdad a la estafa sin escrúpulos. Salud y buenos alimentos.

    11 mayo 2012 | 18:45

Los comentarios están cerrados.