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“Observa la verdad y no la traspases. No calumnies a ninguna gente grande o pequeña”, Ptahhotep

Archivo de diciembre, 2014

Gremlins, Mas, Rajoy y Pablo Iglesias

Ahora que se acaba el año es un buen momento para pasar cuentas de lo que ha pasado en Catalunya y en el conjunto de España durante este 2014. Para hacerlo, aprovechando que se cumplen 30 años del estreno de la película Gremlins, de Joe Dante, me parece acertado hacer una metáfora navideña en honor al mogway Gizmo. Aquella simpática comedia de terror está más de actualidad hoy en día de lo que nos podíamos pensar.

El mogwai Guizmo.

El mogway Guizmo.

Tres décadas después, uno se da cuenta de que trataba temas que hoy están plenamente vigentes. Y, si no, vamos a ver qué retrato hacía de los habitantes de Kingston Falls: la población estaba sumida en la crisis, con un alto índice de paro. En la película nos muestran a una madre con sus dos hijos intentando, en vano, que el banco no los desahucie porque no pueden pagar el alquiler al estar todos los miembros de la familia en el paro. También vemos a Kate, la amiga-novia del protagonista, Billy, que vive sola y se pluriemplea para salir adelante (de día trabaja de cajera y por la noche en el bar de camarera). Otro elemento de actualidad es la precariedad laboral (el padre de Billy, que viene a ser la figura del emprendedor, se patea medio país intentando colar sus inventos, incluso, trabajando en Nochebuena), así como la solidaridad entre vecinos (el amigo de Billy le regala un árbol de Navidad, que la familia no puede pagar, y simula ante su jefe que se lo han robado). Luego podemos ver la figura del rico del pueblo (en este caso, una mujer sin escrúpulos), que no solo no tiene ningún espíritu navideño, sino que parece disfrutar con el sufrimiento ajeno. Por último, el filme de Joe Dante también nos habla de la emergencia de la xenofobia, con un vecino que no hace más que decir pestes de todo aquello que huele a extranjero.

Stripe, el gremlins malo.

Stripe, el gremlins malo.

En este contexto de crisis, muy parecido al que podríamos encontrarnos hoy, se desarrolla la película Gremlins. El mogway Gizmo viene a ser como la promesa de algo nuevo, como un aire de cambio. Su llegada a Kingston Falls sería como la representación del Pablo Iglesias del momento, el espíritu del Podemos anticasta. Pero, claro, todo tiene una contrapartida y unas reglas del juego. A Gizmo no le podía dar la luz directa, ni se podía mojar, ni tampoco podía comer después de medianoche. Pero, la sociedad no estaba preparada para acoger a una criatura así. Es así como el apacible mogway se transformó en el travieso e implacable Stripe, un gremlins feroz que lo acaba arrasando todo a su paso. Al final, cuando pasa la tormenta, en los informativos de televisión hablan de «una histeria colectiva». Es por ello que, de cara al 2015, surge la duda de qué acabará pasando con Podemos y cómo digerirá la sociedad española su irrupción en el Kingston Falls español.

El paralelismo metafórico gremlinsiano también lo podríamos aplicar al presidente de la Generalitat, Artur Mas, y al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, grandes protagonistas de este 2014 en el Kingston Falls made in Spain. Tal y como nos explican en la película, el concepto de los gremlins surgió en la Segunda Guerra Mundial. Cuando se producía algún fallo en algún avión los soldados bromeaban y lo atribuían a la presencia de pequeños monstruos que bautizaron como gremlins, tal y como explica el personaje de Murray Futterman, el vecino de Billy que tiene fobia a todo lo extranjero.

Podríamos pensar que Mas y Rajoy han sido este año esos gremlins que han estado presentes en esos fallos que presentan los respectivos aviones que ambos comandan: Catalunya y España. Quien gobierna es responsable de lo bueno y, también, de lo malo. Por lo tanto, es justo atribuirles a ellos que el Avión colectivo de la sociedad catalana y española aún no haya podido despegar del todo después de tantos años de crisis.

De Gremlins se llegó a rodar alguna secuela, pero nada que ver con la excelente cinta original. Esperemos que, a finales de este 2015, no tengamos que decir aquello de que «segundas partes nunca fueron buenas».

Espíritu navideño en la política catalana

Faltan pocos días para Navidad y eso ya se respira en los despachos de los partidos políticos catalanes y en los pasillos del Parlament. De hecho, en la última sesión parlamentaria, en la que ERC ha facilitado la tramitación de los presupuestos catalanes, los portavoces comenzaban sus intervenciones muchas veces con la frase: «Con espíritu navideño le diré que…» o «Con espíritu navideño le responderé que…». Pero, no nos engañemos, espíritu navideño no siempre es equivalente a entendimiento, concordia, paz… No en vano esta Navidad están saliendo al mercado novedades editoriales con consejos de cómo cenar y comer con la familia enfadada o con media familia ausente por los malos rollos.

Este mismo es el retrado navideño de la política catalana (y, a nivel de toda España, tres cuartos de lo mismo). Hemos llegado a fin de año con la ‘comunidad del anillo’ -la entente de partidos que impulsó el ‘derecho a decidir’- disuelta y casi casi cada uno por su lado. ICV-EUiA no quiere ni hablar ya de listas soberanistas ni nada por el estilo; la CUP, después de propiciar que se celebrara el 9-N alternativo-del alternativo tampoco está por la labor de hacerse más fotos (ni abrazos) con el president Mas y, ahora, le pide a Podemos que aclare si Pablo Iglesias y los suyos estarían dispuestos a acceder a un referendo catalán si gobiernan. Por lo que respecta a CiU y ERC, ahí están, con Mas y Junqueras reuniéndose sin ningún acuerdo aparente. Y es que Esquerra -pese a la experiencia del 9-N- aún no parece haberse dado cuenta que solo seguirá adelante el proceso soberanista si hace lo que dice el president. Es decir, o se aviene a la lista unitaria y la hoja de ruta que dibujó Mas en su conferencia o parece difícil que el líder de CiU pueda acceder a las condiciones que Junqueras le puso, también, en su conferencia.

Mas y JUnqueras

Mas y Junqueras, tras su reunión en el Parlament. ANDREU DALMAU / EFE

El papel de Esquerra es curioso, porque tiene la llave para que se convoquen elecciones cuanto antes, pero, al mismo tiempo, es la que puede acabar cerrando la puerta, porque Mas se la va a jugar lo justo para no acabar rompiendo la entente CDC-UDC o para sufrir otra debacle electoral. La última encuesta del CEO demuestra que «la aversión al riesgo» de los catalanes aún pesa mucho. Les pasó a los escoceses con su referendo, donde ganó el No, pero es que, según el CIS catalán, aquí también ganaría el No -por poco, pero sería así- si se celebrara una consulta legal. Rajoy no fue Cameron, pero Mas tampoco fue Salmond o, al menos, en su caso, aún.

Cuando peor le va a ERC es cuando se pone a hacer estrategia política. Se vio claramente con el error que cometieron cediéndole el protagonismo a Mas del 9-N en bandeja. Si CiU aún aguanta en las encuestas del CEO es, en buena parte, por el efecto 9-N y el favor de la querella contra Mas que también le hizo, en este caso, el PP. La hoja de ruta que dibujó el presidente de la Generalitat gustaba a la ANC y Òmnium, que, en seguida, dijeron que «sería difícil negarse» a seguir ese camino. Después, llegó Junqueras con su variante, que proponía hacer la suma de otra forma, manteniendo las listas separadas y las siglas de los partidos. ¿Por qué gustaba más la opción Mas a las entidades? Quizás, porque una lista unitaria, con personalidades diversas, se ajustaba más al espíritu de las manifestaciones multitudinarias de la Diada. Por eso, llegamos a Navidad con ese ‘espíritu navideño’ en la política catalana en que no sabes si unos están unidos o, si en realidad, siguen separados.

Los hay, como Ciutadans, que están deseando las elecciones tanto o más que ERC. No en vano, C’s dará el gran estirón en los comicios catalanes -si se cumplen las encuestas-. Pero, lo que parece también claro es que el Parlament estaría más fragmentado que nunca, con récord de partidos. De hecho, si no hubiera una lista unitaria mayoritaria (y tampoco está tan claro que consiguiera una mayoría suficiente), el Parlament quedaría prácticamente ingobernable, con el bloque a favor del derecho a decidir fraccionado y con el bloque españolista-unionista, también. Es decir, ‘espíritu navideño’ total.

La claca: nueva forma de hacer política en Cataluña

En época electoral es normal que los partidos políticos organizen los llamados «mítines» para llenar teatros, auditorios, plazas de toros, polideportivos o cualquier recinto, rodeados de sus seguidores. Es incluso normal que se monten caravanas de militantes y simpatizantes para que hagan de público y aplaudan cada vez que su candidato lo requiera. En estos actos de campaña, cada vez más estudiados y escenificados, todo acostumbra a estar calculado al milímietro. Por ejemplo, qué debe decir el político de turno en el momento que los informativos de televisión conecten en directo. Muchas veces asistimos al hecho de que es el propio partido político el que facilita las imágenes del mítin a las cadenas de televisión.

Sea como sea, este es un procedimiento de campaña electoral. Pero, cada vez más, todo esto se contagia y su espíritiu sigue vivo en el día a día después de las elecciones. Un ejemplo son las intervenciones sin preguntas del presidente español, Mariano Rajoy: las llamadas ruedas de prensa del plasma.

Saludo entre Artur Mas y Oriol Junqueras

Mas saluda al líder de ERC, Oriol Junqueras, tras su conferencia. TONI ALBIR/ EFE

Conferencia de Miquel Iceta

El líder del PSC, Miquel Iceta, durante su conferencia. RAFA GARRIDO / ACN

En Cataluña, estamos asistiendo últimamente al resurgir de la «claca». Si bien es cierto que vivimos en un continuo periodo pre-electoral, también lo es que las fórmulas para colar en los medios de comunicación los mensajes de partido cada vez son más escenificadas, planificadas y dirigidas.

El ejemplo más claro lo tenemos en esta extraña moda que se está extendiendo entre los dirigentes políticos catalanes de explicar su «hoja de ruta» mediante conferencias en recintos al que invitan, preferentemente, a sus simpatizantes. De esta forma, estos mítines pre-electorales, en los que cobra una gran importancia la ‘claca’ que aplaude el discurso, se están implantando con fuerza. Primero, tuvimos la conferencia del presidente de la Generalitat, Artur Mas (dijo que no la hacía como líder de CiU, sino como president, pero…). A continuación, el jefe de filas de ERC, Oriol Junqueras, no quiso ser menos y también juntó a su ‘claca’ en otro recinto y para, en cierta manera, responder públicamente a la conferencia que, previamente, había protagonizado Mas. Seguidamente, el líder del PSC, Miquel Iceta, ha montado también su conferencia, a la que ha asistido su propia ‘claca’. Parece ser que el próximo en sumarse a esta moda será Joan Herrera (ICV).

A todo esto, la radio pública catalana emite en directo estas conferencias. Por lo tanto, si desde la CUP, Ciutadans o el Partido Popular deciden reunir a su ‘claca’ en otra contra-conferencia sería lógico que también se ganaran sus minutos de gloria en los medios públicos. Sin duda, es un motivo de reflexión pensar en cómo los partidos políticos están colándose en la prensa y monopolizando el debate público con discursos pre-electorales, que suenan totalmente a electorales. Estamos ante una nueva forma de hacer mítines fuera de la época de elecciones, sin preguntas, sin respuestas… solo con aplausos de la ‘claca’.

¿Es que los políticos no tienen suficiente con tener voz y voto en el Parlament? ¿Por qué necesitan este tipo de conferencias-claca para intentar difundir su mensaje fuera de las campañas electorales? ¿Por qué en los medios públicos se establecen bloques electorales durante las campañas y, por el contrario, nos cuelan íntegras este tipo de conferencias con claca? ¿Tan poco se entienden nuestros políticos cuando están cara a cara que, para lanzarse mensajes los unos a los otros, necesitan organizar estos mítines compitiendo entre ellos para ver quién reúne más claca y de qué tipo? ¿Por qué los medios caen en la trampa de hacerles caso? Son preguntas que, quizás, en las próximas elecciones se respondan…