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Los 10 mejores trucos (infalibles) para saber cuánto le mide sin preguntar descaradamente

Querid@s,

Estos días he estado pensando detenida y profundamente en penes. En todos en general, y en alguno que otro en particular. Como ven, cada loca con su tema. No sé si a alguno de ustedes le ocurre lo mismo que a mí, pero cuando se cruza en camino un hombre, independientemente de su edad, complexión y de que me atraiga o no, a veces, -no sé por qué motivo, no sé porque razón- los ojos se me van al paquete. Mi madre me ha dicho que a veces le pasa lo mismo. No es que el sujeto del pene me interese especialmente, es un acto reflejo e instantáneo que escapa de mi control, una suerte de Rapid Eye Movement al que se ve sometida mi mirada sin que yo pueda hacer absolutamente nada al respecto.

Una vez clavado el ojo en el pene en cuestión medito conmigo misma y me pregunto ¿Calzará a la izquierda o a la derecha? Esta pregunta un tanto retórica me fuerza a fijarme con más fijación si cabe en la entrepierna del caballero detalladamente escudriñado. Pero intento que no se me note, aunque a veces poso la mirada una desmesurada cantidad de tiempo y pienso que algún día se me acabará notando. No lo quiero ni pensar, qué vergüenza. Mientras llega ese día o no, yo a lo mío.

Con tanto falo y pelotas bambando por mi cabeza, me ha entrado curiosidad por saber si hay alguna forma humana posible de saber (aprox.) lo que mide el pene sin clavar la mirada en el paquete de un caballero o bajarle la bragueta para medirle el sable con un metro de esos que se utilizan en bricolaje. Gracias a mi concupiscente curiosidad, que en esta ocasión no ha matado a la gata salvaje que llevo dentro, he descubierto unas cuantas bondades de nuestro buen amigo el pene. Concretamente, los 10 trucos para intuir lo que le mide sin bajarle los pantalones.

Para que no nos den gato por liebre, oigan lo que hoy he venido a contarles. Por orden de grado de complicación, y de menor a mayor:

  1. A nariz grande, pene grande. Esta creencia es una de las más viejas que se recuerda. Se extendió y popularizó durante el siglo XIX, aunque en los últimos años esta teoría no se la cree nadie. No sé yo si creerlo, pero por si acaso…Miente Pinocho, miente.
  2. A manos grandes, pene grande.
  3. Hombre pequeño y delgado, pene más grande.
  4. Y al contrario. Si el hombre es alto, el pene es escueto.
  5. A pies grandes, también pene grande. Existe un estudio que avala esta teoría. En 2002 urólogos ingleses midieron el pene de 104 hombres, a los cuales también se les tomó un registro de la talla que calzaban. Los resultados mostraron que existía una correlación estadística entre la talla de pene y la del zapato.
  6. La forma de sentarse. Presten atención cuando un hombre tome asiento. Si se sienta con los pies juntos y las rodillas separadas, mida la distancia entre las mismas y divídalo entre dos. El resultado será el tamaño del pene. Grosso modo, pues nada arrojará resultados a ciencia cierta en torno estos menesteres. Si por el contrario se sienta con los pies separados y las rodillas caídas hacia los lados, la distancia entre ambas se divide entre 3 y el resultado es el tamaño del miembro.
  7. Piernas cruzadas. Cuando un hombre toma asiento colocando una pierna encima de la otra en forma de cuadrado es porque tiene el pene más bien ancho, aunque esto tampoco está comprobado científicamente. Pero tiene sentido, ya que si maneja un pene grueso, es probable que al sentarse le moleste, por lo que ha de poner una pierna encima de la otra para evitar el estrangulamiento testicular y dejar el pene descansarpenesAhora la cosa empieza a complicarse
  8. Pídanle que extienda la mano y midan la distancia entre el dedo pulgar y el meñique. El resultado equivale a la longitud del pene.
  9. Consiga que el caballero extienda una mano (cualquiera vale) y dígale que flexione el dedo índice hasta tocar la palma de la mano, esa que ahora mismo no pueden ustedes dejar de mirarse. Invéntese un truco de magia o tómelo como excusa para calcular su esperanza de vida o los hijos que tendrá en el futuro. Que no se le note, por favor que no se le note. Con la mano extendida pídale que flexione el dedo índice hasta tocar la palma. Que mantenga el resto de dedos extendidos. Calcule – a ojo de buen cubero- la longitud existente entre el punto al que ha llegado al flexionar el dedo y el extremo de ese mismo dedo una vez extendido. Personalmente yo con esta fórmula me hago la picha un lío.
  10. Y para terminar de rizar el rizo, el más difícil todavía. La medida de tres dedos. Según un grupo de médicos y científicos coreanos, autores del estudio Asian Journal of Andrology, existe una relación directa entre la longitud de los dedos anular e índice de la mano derecha y el pene. Para más INRI, esta relación ya se ve clara en el mismo útero durante el desarrollo del feto. En resumen, la teoría viene a decir que cuánto más largo sean esos dedos más largo será el pene. Hasta ahora todo claro. En este estudio se tomaron medidas a 144 hombres mayores de 20 años, tanto los dedos anular e índice como el pene. Los resultados dieron una relación entre la altura de los dedos con el tamaño del miembro viril en estado flácido, mientras que la ratio de ambos daba una equivalencia real del tamaño del miembro en erección. La ratio se obtiene dividiendo la longitud del dedo índice entre la del dedo anular, de forma que, a menor ratio, mayor longitud de pene. Otro truquito (este está chupado) para curiosos empedernidos  es comprobar la medida del dedo gordo. Multiplíquela por tres y tachan…obtendrá la longitud del pene.

Llegados a este punto y leídos las distintos trucos -no tan infalibles- créanse los que quieran. Hasta la próxima les dejo con la reflexión de aquellas fantásticas zumbadas de si puede caber aquí o no.

Que follen mucho y mejor.