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La reina destronada por practicar sexo en un reality show

Querid@s,

Zara Holland, la hasta antes de ayer Miss Reino Unido, ha sido destronada por la organización del certamen.

¿Por qué tanto revuelo?  La ex Miss Reino Unido mantuvo relaciones sexuales en el “reality show” Love Island. La joven belleza se ha acostado con otro concursante, Alex Bowen: un polvo mostrado de manera implícita, pero visto por alrededor de un millón de espectadores. Imágenes de ambos en el lecho en las que se podía ver los ojos de gustirrinín en la cara de él. Y como ella se relame.

Esta es la prueba del delito.

Los directivos del concurso han dejado bien clarito a los medios de comunicación que ambas partes habían acordado por contrato que la Miss podía participar sin ningún problema en el concurso, pero- intuyo que viéndolas venir- siempre y cuando no mantuviera relaciones sexuales. Bajo ningún concepto. Pues parece ser que la reina se ha pasado los términos acordados por los mismísimos y ha echado una canita al aire con el Sr. Bowen.

Los organizadores del certamen de belleza afirman con rotundidad que aunque no «tienen ningún problema con el sexo», no pueden perdonar el episodio ocurrido entre Holland y Alex Bowen en Love Island. Y dicen «Estamos orgullosos de promover valores positivos de las concursantes en la sociedad moderna, y estoy incluye la promoción de un modelo femenino fuerte y positivo. La información que hemos recibido de otros concursantes y gente del público en general es que en adelante no podemos promover a Zara como un modelo positivo. Entendemos que todo el mundo comete errores, pero Zara, como embajadora de Miss Gran Bretaña, no mantuvo la responsabilidad que se esperaba de su título». Desde el reality show se ha criticado la decisión tomada por el certamen. Aunque la han expulsado, se rumorea que la destronada reina ha salido del concurso no por ese motivo, sino por la enfermedad de su madre.

Los usuarios de Twitter y la presentadora del reality, Caroline Flack, han mostrado su indignación porque no entienden el hecho de que le retiren el título de Miss por practicar sexo en un reality. Se les antoja una decisión ridícula y que no parece del siglo en el que vivimos. La que seguro está dando palmas de alegría como la flamenca del Whatsapp es Deone Robertson. La nueva Miss Gran Bretaña.

tweets

El debate está servido.

Yo creo que Zara ha cometido un fallo y el certamen ha hecho lo propio. Nadie. A mi juicio (personal e intransferible) ha errado no por follar y que todos la vean, no por hacer lo que le venga en gana, sino porque había acordado una cosa, se había comprometido a algo y había dado su palabra. Creo que la palabra, y más la de honor, lo dice todo de nosotros. Es el empeño de la propia dignidad como prueba de que nos involucramos en el cumplimiento de una promesa o compromiso. Es una demostración de coherencia personal y no debería incumplirse. Y Zara ha incumplido su palabra. Tampoco tenemos derecho a crucificarla. Gracias a Dios, ni vivimos en la Edad Media ni la Santa Inquisicion ya no hace de las suyas estamos en la Edad Media y no se castiga con la pena de muerte a nadie por follar en un programa de televisión. Aunque muchos quisieran.

¿Y ustedes qué opinan? ¿Creen que los organizadores han hecho bien en destronar a Zara?

Por su parte, la ex Miss Reino Unido ha lamentado el coito televisivo que la ha catapultado a la fama internacional. Antes solo la conocían en la Gran Bretaña y ahora es trending topic, casi una celebrity mundial. La ex Miss se arrepiente, aunque dudo si lo hace coaccionada por el certamen, aconsejada por su madre/ representante, o quizás haya reflexionado y de corazón  deplora lo ocurrido. Sea como fuere, se manifiesta de la siguiente guisa: “Ya sabes, cuando estás en el momento, simplemente sucede. Yo en realidad no soy así”. Solo le ha faltado decir No es lo que parece.

¡Feliz Sexo!

Bienvenid@s a Erotikaland, el primer parque erótico festivo (y sexual) de Latino América

Querid@s,

Con la canícula estival asomando por la esquina comienzan a proliferar los festivales de música. Como me gustan a mí y que rabia me da perdérmelos todos ellos este verano por no hallarme en España. Por estas latitudes, salen por un auténtico ojo de la cara y parte del otro. Qué le vamos a hacer. Pero además de los festivales musicales, ya los empieza a haber de sexo. Solamente en Brasil podría florecer una idea parecida. Se llamará ErotikaLand y será el primer parque temático erótico de América Latina. No obstante, el de la tierra del plátano tropical, el café, la samba o la capoeira, no será el primer parque de su especie. En Corea del Sur existe Jeju Loveland, un enclave donde se funden arte y erotismo. Pero eso ya es otro cantar.

Si los planes siguen su curso establecido, este mega parque (solo para adultos) dedicado al más lujurioso entretenimiento estará listo para finales del próximo 2017, en la ciudad de San Pablo. Como es lógico, ErotikaLand, antes de haberse inaugurado, ya está dando de qué hablar, pues que no todo el mundo ve con ojos tiernos la temática de este futuro enclave dedicado a los placeres venéreos. “No queremos ser conocidos como la capital del sexo”, confesó Matheus Erler, miembro del partido democristiano de Piracicaba –región que acogerá este sicalíptico proyecto,- y mostró su preocupación de que este parque de atracciones se convierta en un reclamo para “individuos depravados”.

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Mauro Morata, uno de los ideólogos de esta peculiar iniciativa, afirma que con este proyecto de alto voltaje pretende terminar con algunos tabús en torno al sexo (además de forrarse, diría yo) y ha dejado muy claro que este proyecto nada tiene que ver con la prostitución. “Esto no va a ser Sodoma y Gomorra, que quede claro”. “Sabemos que es un proyecto muy ambicioso, pero nuestra intención es hacer que el sitio de un punto turístico internacional”, afirmó Paulo Meirelles, otro de los socios de ErotikaLand.

Uno de los principales atractivos de este parque erótico festivo será un fastuoso cine en 7 Dimensiones donde se proyectarán películas porno en cabinas individuales en las que los concupiscentes espectadores podrán disfrutar de “aromas y vibraciones” de agarra y no te menees, entre otras sensaciones estimulantes. Ya me lo estoy imaginando yo. Qué placer subirse a un fantasmagórico tren y dejarse un@ asustar por esbeltos cuerpos semidesnudos, torsos de mármol y esculturales siluetas sudadas bailando al ritmo de lo que sea que suene.

Y al final de la jornada, después de tanto vaivén y ajetreo sexual, qué mejor entretenimiento que acercarse al puesto de algodones y llevarse a la boca un refrigerio en forma de una gran nube rosa y fálica. Me pregunto si sabrá a pene. Para los que no quieran dejarse ver, habrá una rueda de la fortuna, es decir, una cabina privada en donde el visitante podrá ponerse a sus anchas para ponerse las botas mirando y no ser visto, como un auténtico mirón. Y, como no podría faltar en cualquier parque temático que se precie, una piscina nudista en la que atemperar tanto devaneo sexual o acaso humedecerse en medio de tórridos juegos salvajes.

En cambio, los visitantes echarán en falta un hotel en el que amancebarse. Y es que, según Mauro Morata, el parque se ha concebido como un espacio que acerque al sexo de forma lúdica, una propuesta para pasar el día de forma divertida y curiosa, por lo que las relaciones sexuales estarán prohibidas en su interior. No lo veo eso yo tan claro.

Con un presupuesto de 19 millones de euros, esta lasciva infraestructura de más de 150 mil metros cuadrados será capaz de “llevar al delirio” a más de 3000 visitantes diarios. El parque tendrá museo y actividades para adultos, como coches de choque con forma de genitales, un tren fantasma, piscina para nudistas, salas de cine X, restaurantes eróticos de comida afrodisíaca, teleférico, sector de juegos sexuales, plaza de esculturas y un larguísimo etcétera que no les adelanto para que lo vean con sus propios ojos. El requisito es simplemente estar dispuestos a desembolsar 87 euros por entrar al Jardín del Edén. Pero ojo, siempre y cuando sea usted mayor de 18 años. Esta Disneylandia del sexo tiene su propio happy end. Y es solo para adultos.

Que follen mucho y mejor.

Cuando el amor y el deseo aprietan y superan el pudor, dense un achuchón

Querid@s,

Alguna vez le han gritado o ha sido usted el que ha lanzado aquella envidiosa frase que dice ¡Id a un hotel! o ¡El amor es ciego, pero los vecinos no!

Y es que hay veces que el deseo y el amor superan el pudor, y por mucho moro que haya en la costa o ropa haya tendida, no podemos aguantarnos las ganas de más. Y acabamos irremediablemente haciendo el amor en público. No estoy hablando únicamente de sexo, pues ¿realmente hay que estar desnudos para hacer el amor? ¿Acaso un abrazo, un beso no es hacer el amor con el otro?

Parece que hacemos honor a nuestra de sobra conocida fama de latin lovers y no nos cortamos ni un pelo a la hora de mostrar nuestro amor en público. De media las parejas españolas demuestran públicamente su afecto unas 7 veces al día, infinitamente más que otros europeos. Un 28% de los españoles confiesa que alguna vez ha tenido que escuchar la frasecita en la que amablemente se nos invita a marcharnos a un hotel mientras nos entregamos a nuestra pareja en espacios públicos. Además, cosa que no sabía, somos los más propensos a reservar una habitación de hotel para dar rienda suelta a nuestra pasión en una noche en la que no es posible ni en tu casa ni en la mía: un 24% afirma que alguna vez ha reservado una habitación para pasar la noche con su pareja como consecuencia de un calentón irrefrenable. La última vez que fui a un hotel a desfogarme acompañada, parece que no éramos los únicos, porque no había habitaciones libres y hasta el tercer hotel no hubo suerte. Eso sí, una vez hallado, amortizamos la cama hasta el último céntimo.

A una inmensa mayoría (95%) nos encanta mostrar en público el afecto que sentimos por el otro. Algunos llegan un poquito más lejos y se pasan al wild side, porque casi un 7% admite haber practicado sexo en lugares públicos. Me incluyo entre ese 7%, pero no se lo digan a mi madre, por favor. No comulga demasiado con mis ideas ni con mis actos. Yo he hecho el amor o follado (lo que prefieran) en varios sitios públicos. Si me permiten, los compartiré con ustedes. Sólo unos cuantos, no quiere parecerles demasiado fresca.

Con un vasco en una preciosa playa del cantábrico a plena luz del día, aunque era pronto y la gente aún no había amanecido. Menos mal.

Con un catalán en la parte trasera de su coche, aparcado en un precioso mirador con vistas a la costa de la Barceloneta. Acabé con las rodillas ensangrentadas y recordé, después de infinitos años, lo difícil que es hacer el amor en…

Con otro vasco muy canalla en el baño durante una fiesta en casa de un desconocido. Creo que nos pasamos de tiempo, llamaron a la puerta y…coitus interruptus. Y ya en otra época, en otro siglo, cuando aún  era virgen, cuantísimas veces me he manoseado en la fila del cine (y del autobús), en mi portal o en el de cualquiera con el pille de una noche y en los soportales del barrio de los museos de la imponente ciudad de Viena. Y sobretodo con aquel madrileño, Fernando, al que le sigo teniendo muchas ganas y con el que tengo un polvo pendiente. ¡Ay Fernando, cómo me toco en tu verga pensando!

Y para terminar, un «lugar» con lo que no comulgo. Llámenme incongruente, pero así es como lo siento. Está claro que vivimos en la era de Internet, pero creo que no son precisas ni necesarias las constantes demostraciones digitales de amor. No son pocas las parejas que publican sus historias de amor a los cuatro vientos. Uno de cada tres españoles (me parecen demasiados) admite compartir fotos en las redes en mitad de sus citas románticas, convirtiéndonos en los europeos que más fotos publicamos con sus parejas en redes como Facebook o Instagram. Cada uno puede lo que quiera, faltaría más. Y yo puedo opinar también lo que quiera. Al igual que ustedes. Lo respeto, aunque no sé si lo comparto al 100%, si es una demostración espontánea de amor (es el 74% de los caso). Pero si se trata de coleccionar «me gusta», intentar presumir o dar envidia sobre lo felices que son (14%), dar celos a algunos contactos con los que se quiso pero no se pudo llegar a nada (9%), o incluso tocar las narices a los clásico ex (7%), ahí me rebelo. Más que nada porque me resulta ridículo. De hortera de bolera.

El amor no se vive de cara a la galería, al menos no debería. Se vive para uno mismo, y para los dos.

dirty

PD.: Recuerden. Cuando el amor y el deseo aprietan y superan al pudor, dense un achuchón. O péguense un revolcón.

Que follen mucho y mejor.

Entren, follen y salgan sin dar demasiado la nota

Querid@s,

Follar, corrernos y correr el riesgo (todo a la vez) de ser descubiertos nos pone. Mucho. ¿O no? A mí sí me pone. Pocas veces descarto disfrutar al máximo de las dosis de ilegalidad que estos asuntos amatorios nos brindan. Y sin duda los baños de los bares, los restaurantes, las discotecas o los centros comerciales (odio las grandes superficies comerciales, así que no me busquen por estos últimos tocadores porque no me encontraran) se han convertido en una elección frecuente para las parejas cachondas que no pueden esperar a llegar a casa para entregarse a la lujuria.

No se hagan los locos y no me nieguen que cachondos, nunca se han sentido irremediablemente atraídos por ellos y no precisamente para utilizar sus instalaciones. Para pasarlo teta piruleta, atiendan:

Uno rapidito que el tiempo es oro: No pierdan el tiempo susurrándose lindeces, recitándose poemas de amor, regalándose románticas carantoñas. No es el momento ni es el lugar. Salvo que esté en un cinco estrellas, los baños públicos son uno de los lugares más infames en los que echar una canita (dos como mucho) al aire. Yo iría al grano, como los animales que todos llevamos dentro.

Queda claro que al estar en un lugar público la idea de despelotarse enterit@s es descabellada. La última vez que lo hice me quité la camiseta y él me arranco el sujetador. Al llevar falda sin medias debajo, no tuve necesidad de quitarme nada más. En nuestro caso basta con correr las bragas a un lado. En el caso de ellos, una ligera bajada de pantalones.
Posturitas para no acabar descalabrad@s: En un lugar cerrado donde el espacio es limitado, el abanico de posibilidades también lo es.  No queda otra que inclinarse hacia adelante, abrir las piernas y hacerlo por detrás (evite hipnotizar con su mirada a la taza del váter). Si ella no es partidaria de esta postura tan canina, siéntese usted sobre el inodoro y que ella (o él) se coloque a horcajadas sobre usted. Otra alternativa es que el más fuerte de los dos se apoye contra la pared y la pareja se suba envolviéndole con las piernas.
¿Damas o Caballeros?
Cuando pienso en sexo en los excusados, siempre me pregunto ¿En el baño de damas o en el de caballeros? Y siempre dudo. Lo que leo dice que ante la luda, es más recomendable optar por el de los hombres, por aquello de que en principio los chicos usan el baño más rápido y con menos frecuencia que nosotras. Será menos probable que te pillan con las manos en la masa. Personalmente discrepo. A estos juegos amistosos prefiero jugar en territorio conocido. Además los baños de señoras suelen estar más limpios que el de ellos.
Sean discretos
Si uno de los dos grita demasiado, habrá que taparle la boca. Acallar a la fiera que uno lleva dentro excita aún más, así que contrólense un poco. La tertulia obscena, los gemidos y los gritos pueden ser unos perfectos chivatos. Sustitúyanlo por los susurros. Como canta Depeche Mode, enjoy the silence.

Al terminar la faena que cada cual recomponga su compostura. Abróchense la blusa, no olviden subirse la bragueta y salgan con discreción. Pueden hacerlo de la mano o uno detrás de otro, como ustedes prefieran. A pesar de las potenciales complicaciones, los tocadores son el único lugar público que son un clásico fiable. Entren cuando no haya fila, cierren el pestillo y vuélvanse locos de atar.

P.D. ¿Están conmigo en que estos arrebatos, los helados de sabores raros, las noches de verano o una ducha caliente en invierno son de esas cosas que hacen que la vida valga la pena¿ Bueno, y que además lo suyo es puro vicio.

 Que follen mucho y mejor.