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¿Por qué no me la follé?

Querid@s,

Estos días ando leyendo Patria, de Fernando Aramburu. Para los que no estén familiarizados con la novela, describe la realidad, tal y como era, durante la época de plomo de la banda terrorista ETA en Euskadi. No pienso hablar de política, ni loca. Para no alejarme de mis objetivos, mis ojos leían ansiosos y en busca y captura de pasajes erótico festivos o alguna escenita de talante lujurioso y calentón. Ya os advierto que no abundan, pero una en concreto me llamó la atención y me trajo de improviso recuerdos que creía olvidados.

Ahí va. Ahí va, aviso de nuevo. Por si preferís ahorraros el momento spoiler.

Por eso, cuando en la penumbra roja del pub, de buenas a primeras ella le planta la mano en la bragueta, Xabier no capta el sentido de la jugada. Piensa en una broma, en una travesura para la que no halla explicación. Y mira como en sueños el resto de la telaraña y se ve besado con fuerza por quien el considera punto menos que un miembro de su parentela. La lengua ansiosa de Arantxa busca la suya quieta. El está como paralizado de asombro, también de un terror creciente, al comprender que aquella fusión de labios dura más de la cuenta y parece que va en serio, y algún familiar, algún conocido, sus propios amigos, Nerea, que está al fondo del local, podrían en un momento dado volver la mirada hacia ellos. Arantxa, sudor y perfume, aprieta el cuerpo contra el costado de Xabier. Le dice al oído guau, estoy mojadísima, y le pregunta si no le apetece ir con ella a un sitio donde nadie los vea. Para Xabier, hoy todavía, una proposición incestuosa.

Ahora, en su despacho, le entra la risa. Mira que desperdiciar semejante oportunidad. La chavala ofrecida, la chavala deseosa y dispuesta. No, es que Pamplona, la Obra. Le daba corte, no se atrevía, se guiaba en el retiro de su cuarto de estudiante por leyes onanistas que conducen igualmente a la polución, pero sin el engorro de las relaciones de pareja…¿Por qué no me la follé? Respuesta: porque eras/eres un gi-li-po-llas.

Ocho apellidos vascos

Del hombre vasco se rumorea de todo. Pero sobre todo que es parco. En palabras, y en sentimientos. Desde tiempos inmemoriales, el carácter vasco se ha visto forjado por el frío, la lluvia y una abrupta naturaleza. Estas condiciones adversas convierten al vascuence en un hueso duro de roer. Han desarrollado por eso una fuerte musculatura (en general) y un corazón de piedra de complejo acceso. La orografía y el clima del País Vasco invitan a la cerrazón, de ahí que vascos y vascas sean más cerrados. Aun así, hay cosas que no se explican, como que este hombre no se lanzara al jolgorio con una chica que le gusta y le propone tema. El mismo, años después, se cuestiona el porqué de su atontamiento.

¿Por que creéis que no se la follo? Porque gustarle la chica le gustaba.

A follar a follar que le mundo se va a acabar.

Soy tuya: La Pedroche, Nuria Roca y David Muñoz

Querid@s,

Uno no es de nadie, nada más que de uno mismo. Y de la madre que lo parió. Parejas, novi@s, marido y mujeres, amantes podrán ser usufructuario@s del otro dentro de los confines que cada cual establezca. Aunque jamás dueñ@ y señor@ del otro. Al menos así es cómo yo lo veo. El que quiera considerarse propiedad de otro está en todo su derecho, pero me da a mí que como los esclavos levantaran la cabeza, la volvían a palmar del disgusto. No solo los esclavos, también las mujeres que lucharon por librarse del yugo de la sumisión y ese soberbio control machista del macho sobre la hembra.

No sé si están informados del revuelo que han creado la Pedroche, Nuria Roca y el marido de la primera, que me encanta porque es una monada, por su naturalidad, porque todo lo que dice lo suelta sin pensarlo, porque es de barrio y se siente orgullosa de serlo. Pero lo cortés no quita lo valiente, y en algunas de sus declaraciones sobre el amor, opino que no tiene filtro y debería pensar dos veces lo que dice.

La presentadora de Pekin Express se dejó caer por El Hormiguero la semana pasada donde le contó a Pablo Motos cómo ve ella el amor.

Repasemos el vídeo si les parece. En pleno prime time dijo «Yo no voy a cortar nunca, el amor verdadero solo existe una vez en la vida». Bueno Cristina, permíteme que te diga que torres más altas han caído. Seguidamente reconoció que se agobia si no está localizable para su marido y mostró el tatuaje que se ha hecho de la cara del chef diciendo «Yo le entrego mi alma, mi corazón, mi todo… Y mi piel también»

A mí lo de tatuaje me parece inofensivo, pero las otras dos perlas me parecen muy peligrosas. Estar enamorado y ser correspondido en la aventura del amor es lo más bonito del mundo, pero cuando entramos en afirmaciones y comentarios de este tipo, empieza a sonarme en la cabeza una alarma de peligro. Danger danger.

Por mucho que se amen dos personas, por mucho amor que se profesen, en ningún caso la dependencia debería ser la norma que rija esa relación romántica. Amar no significa depender del otro. Al menos no el amor del bueno, ese que vale quilates. Lo normal no es que uno se agobie si no está localizable para el otro en circunstancias normales. Esto me suena a control de uno sobre el otro. Vamos, al cansino de Christina Grey que no dejaba a Anastia sola ni para cagar, contándole hasta las calorías.

En su blog, la periodista Nuria Roca criticó hace unos días las declaraciones de la Pedroche. Resumiendo:

«Creo, personalmente, que Cristina Pedroche hace un flaco favor a las mujeres cuando explica lo enamorada que está de su novio David Muñoz… No por lo enamorada que esté, faltaría más, sino por cómo lo dice y lo que transmite…»

«Cuando para describir su inmenso amor hacia David dice frases como ‘todo lo bueno que me pasa es gracias a él’ está sin saberlo fomentando un mensaje de posesión de la pareja muy peligroso»

«Cuando declaraba los nervios que había pasado al no estar localizada en el móvil durante 13 horas, teniendo en cuenta además que estaba en La India, pensando que David podría enfadarse por eso, estaba describiendo con bastante precisión un problema muy serio…»

«El fomento del control del otro y encontrar virtudes en la posesión del otro son mensajes muy peligrosos y muy perjudiciales cuando se es un personaje público.»

Está claro que cada uno hace y dice lo que se le antoja, pero también es cierto que los personajes famosos tienen mucha influencia en la opinión pública, y en eso, las celebrities deberían tener cuidado. Mucho cuidado. La Pedroche está coladita por su chef y él bebe los vientos por ella. Son unos tortolitos que parecen estar hechos el uno para el otro. Envidia de muchos, pero decir que «todo lo bueno que me pasa es gracias a él es ir demasiado lejos. No se debería dar a una persona que no sea uno mismo la responsabilidad de la propia felicidad. Es injusto, es inmadura y es irreal. Pero sobre todo es preocupante, porque el día que esa persona desaparezca de su vida por los motivos que el azar haya urdido, me pregunto ¿Qué ocurrirá? No lo digo yo, pero nada es para siempre.

Como es lógico, todo el mundo tiene derecho a hablar. A Dabiz el comentario de la periodista le ha sentado a cuerno quemado. El chef de tres estrellas Michelin se remanga la camisa y no para ponerse manos a la obra frente a los fogones, sino para escribir en su cuenta de twitter un mensaje directo a la yugular.

Me da mucho asco y pereza la gente que critica las cosas buscando el aplauso fácil y demagógico… Hay que mirarse al espejo y hablar menos.

— Dabizdiverxo (@Dabizdiverxo) 6 de mayo de 2016

«Me da mucho asco y pereza la gente que critica las cosas buscando el aplauso fácil y demagógico… Hay que mirarse al espejo y hablar menos!».

Está en todo su derecho y como buen marido, defiende a su mujer y se solidariza con ella a través de este sutil mensaje en el que sin pronunciar ni un solo nombre, la cosa queda más que clara. La Pedroche, por su parte, prefiere ofrecernos una calla por respuesta.

Y ahora opino yo: Yo creo que nadie va a cambiar a la Pedroche, ni falta que hace. Eso sí, su forma de entender el amor es peligrosísima. No obstante, da igual lo que digan los medios, da igual las opiniones cariñosas que se puedan verter al respecto, ella no cambiará. Al menos no ahora. A Nuria Roca, basándose en su experiencia, las palabras de la Pedroche le huelen a chamusquina, y a que cuando se caiga-si se cae-, la ostia que se va a pegar la pobrecita es morrocotuda. Desgraciadamente, a nadie le sirve las experiencias de los demás, ya le hubiera gustado a mi madre cuando me aconsejaba con todo el amor de una madre y me advertía de tantas cosas cuando era niña.

Todo este barullo me parece más que normal. Pedroche dice lo que le da la gana, Nuria Roca opina que no está bien y David defiende a su mujer a capa y espada, contra viento y marea, que es como se defiende aquello en lo que uno cree profundamente. Como la vida misma.

Yo tuve mi época, como much@s, en la que estaba rematadamente loca por alguien. Tan enamorada estaba que lo puse en un pedestal y yo me convertí en una mendiga de su amor. Ese era el amor en el que yo creía, un amor incondicional por mi parte en el que habría dado todo sin recibir nada a cambio.

¿Quién tiene razón, quién no la tiene?

Que follen mucho y mejor.