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¿Quién paga en la primera cita?

Querid@s,

Por fin han quedado y ha llegado ese momento que se define como la primera cita, término horroroso y a la vez anhelado si le gusta a usted alguien y desea quedar con él o ella a toda costa. Comen/cenan, comparten los platos como tortolitos, hasta se dan el uno al otro de comer. Beben, hablan de sus cosas y brindan por los dos, por la vida y porque no haya que ir a votar una tercera vez.

Entre unas cosas y otras las horas pasan y el restaurante quieren apagar las luces y que ustedes se vayan por donde han venido. Es la hora de pagar la dolorosa.

¿Quién paga en la primera cita?

GREASE

David Frederick, profesor de la Universidad de Chapman de California, EEUU, realizó en 2013 un estudio titulado «Research on Which Gender Pays for a Date Shows Changing – but Also Resistance to Changing – Conventional Gender Norms». El estudio analizó cómo reaccionaron 17.000 personas en una primera cita a la hora de pagar la cuenta. He aquí los resultados:

  • El 84% de los hombres dijo que corre con los gastos, no sólo en la primera cita sino también en las que le siguen.
  • El 64% de los hombres expresó que prefiere pagar a medias.
  • El 44% de los hombres manifestó perder el interés por una mujer que no se ofrece a compartir la cuenta.
  • El 76% de los hombres que aceptó que la mujer corriera con la mitad de los gastos confesó sentirse culpable o incómodo después de la cita.
  • El 57% de las mujeres se ofreció a pagar la mitad o la totalidad de la cuenta.
  • En el 39% de estos casos, el hombre rechazó la propuesta y corrió con los gastos.

Por su parte, Matthew Hussey, el couch experto en citas para mujeres deja muy claro a su público femenino lo que él piensa.

Estamos de acuerdo querido. Puede que esté chapada a la antigua en algunos asuntos, pero cuando se trata de la primera cita agradezco que sea él quien invite. El hecho de que el hombre se ofrezca a invitarme en el primer encuentro lo considero un gesto de caballerosidad, de elegancia, de buena educación y saber estar. Como lo haría uno de esos amantes de antes. Aunque si al final acabamos pagando a medias, tampoco me parece un drama. No se puede salir a cenar con un hombre y esperar que sea él quien invite, al igual que un hombre no debería hacerlo porque se supone que es lo que tiene que hacer y no porque le apetece.

Eso sí, un hombre que se escaquea y consiente que sea yo la que pague, no lo quiero para mí. No me negaran que retirarse al baño en el momento en que el camarero llega con la cuenta no es ninguna “lección de caballerosidad”.

No obstante opino sinceramente que si un hombre está de verdad interesado en una mujer (porque quiere follársela a cuatro patas, porque quiere conocerla de verdad o porque cree que es la mujer de su vida), se ofrecerá encantado a invitarla a cenar o a lo que sea que quiera compartir con ellaReconozcámoslo, aunque no estemos de acuerdo. Lo cortés no quita lo valiente, y eso tampoco quita que yo me ofrezca sinceramente a pagar a medias. Y que él francamente insista en invitarme. Además, después de la cena y si todo va como la seda, digo yo que habrá que tomarse una copa ¿No? Incluso dos. Esas corren de mi cuenta, por supuesto.

¿Y las citas venideras si la cosa funciona entre los dos? En la fase en las que las citas se suceden de manera espontánea, natural y sin complicaciones, creo que pagar es una cosa de dos: hoy por ti, mañana por mí, a medias, hoy invito yo y punto, a la próxima pago yo, etc…

Ya les he dicho que creo que no está de más que el caballero pague en la primera cita, salvo que él sea pobre como una rata y tú ganes más que los sinvergüenzas que nos representan en este país de pandereta. Obviamente es una hipérbole, pero ya me entienden. Aprovecho para rogarles que se sumen a esta petición de cambio de la plataforma Change.org en forma de misiva dirigida a SM el Rey Felipe VI: Que como Jefe de Estado suspenda inmediatamente y con caracter retroactivo de empleo y sueldo a todos los políticos españoles del Congreso y el Senado, hasta que no formen un Gobierno en España. Que también devuelvan el dinero cobrado desde que fueron elegidos en las primeras elecciones.

Volvamos al lío. Una vez descorchada la primera botella de vino y si tras varias cenas, ella ni se ofrece a pagar ni paga, me parece que no es una mujer educada ni respetuosa. Todo lo contrario, tiene una cara que se la pisa. Una mujer que espera y quiere que el hombre apoquine siempre, ni tiene educación ni vale la pena. Confiar en que un hombre pague siempre no es justo y lo único que demuestra es que es usted una aprovechada. Y usted caballero si tiene la mala fortuna de toparse con una mujer así, huya. Hágalo antes de que sea demasiado tarde, porque está usted ante una de esas sirenas por las que aquel soldadito marinero perdió la cabeza, esas que dicen te quiero si ven la cartera llena.

Además es machista, y si usted señora sigue esperando que ellos siempre paguen la dolorosa, que no le extrañe que ellos sigan esperando que usted le lave la ropa y le planche los calzones. Los clichés nunca fueron buenos. Una mujer como toca insiste en pagar su parte, invita al otro con gusto porque le sale del corazón, incluso amenaza cordialmente con no dejarse volver a invitar. Esta corre de mi cuenta.

Que follen mucho y mejor.