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Las grandes ventajas de cambiar de postura en la cama durante el sexo

En la cama me he encontrado con gente muy fiel a sus posturas predilectas y otra con el culo inquieto, de esa que parece que cambian de posición cada dos por tres como si quisieran sellar una tarjeta con todas las poses del Kamasutra.

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Soy una gran partidaria de darle un giro a las cosas de vez en cuando, pero ¿en serio era necesario que justo cuando estaba a punto de correrme le diera por girar de nuevo?

Pequeñas anécdotas aparte, ir cambiando no solo es una cuestión de hacer más variada la experiencia. Es también una necesidad por cuestiones físicas (aguantar 20 minutos con la pierna posando como Victoria Beckham solo está al alcance de la ex Spice Girl).

El dato también lo confirma el último estudio de JOYclub -una comunidad basada en la sexualidad liberal-, que ha preguntado a más 5.000 miembros acerca de sus comportamientos en la cama.

La mayoría, un 62% cambia de postura dos o tres veces en cada acto sexual. El motivo más repetido es que, «sin cambios regulares, el sexo sería aburrido».

Una afirmación que secunda el 87% de los encuestados. Solo un 13% está a favor de empezar y acabar de la misma forma.

Más allá de la variedad en la vida sexual, el cambio de posición permite compensar posibles incompatibilidades como la altura, así como estimular diferentes zonas.

En mi caso, tengo muy presente cuáles son las que me permiten alcanzar más fácilmente el orgasmo, por lo que suelen aparecer en mi repertorio.

Además de las diferentes sensaciones, experimentar nuevos puntos de vista es otra de las ventajas de ir transformando las posiciones (y si queréis saber de lo que hablo, cambiar el orden más común del 69 te descubre partes de tu pareja sorprendentes).

Así que, ¿a qué esperas para cambiar?

Duquesa Doslabios.

(Ya puedes seguirme en Instagram, Twitter y Facebook).

Posiciones para tocar clítoris como si no hubiera un mañana

La penetración está muy bien, no te digo yo que no. Sobre todo si viene acompañada de complementos, como la ensalada.

Pero la penetración acompañada de meneo clitoriano es más placentera que explotar un grano (hoy me he despertado salida y escatológica, qué le vamos a hacer).

Los años de práctica como clitoriana me han hecho formar un top de posturas “Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo toco”:

5. En el último puesto: el perrito. Las embestidas traseras pueden hacer un poco complicado mantener un ritmo decente, es por eso que queda en el último puesto.

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4. A cuatro patas invertida: esta postura permite que tu pareja se encargue de darle vida al asunto. Pero claro, entre el movimiento, la mano y demás, o tiene muchas habilidades o aquello termina más descuadrado que las ventanillas de los aviones.

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3. De espaldas haciendo sentadilla: para las que no tardáis mucho va bien, pero las que necesitamos un poco de tiempo terminamos con el cuádriceps reventado, por lo que queda en el ecuador de la clasificación.

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2. El misionero: parecía que no, pero la mano entra perfectamente entre pubis y pubis. ¿Lo mejor? Estás cómodamente tumbada y puedes elevar las piernas para experimentar con nuevas sensaciones.

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1. Sentada encima (en el suelo): ponte en modo dominatrix y ordena a tu pareja que se tumbe bocarriba en el suelo (con una almohadita debajo de la cabeza, que ser dominatrix no significa que tengas que dejar al otro desnucado). Siéntate encima con las piernas flexionadas y ponte en modo rana saltadora. Importante que sea en el suelo ya que si lo haces en una superficie que no sea fija, tu pareja se mueve por la inercia y terminas perdiendo ritmo.

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Y ahora mi momento favorito: cuéntame cuál es tu postura preferida para tocarte el clítoris (así podemos copiarte en cuanto tengamos oportunidad).

¿Conoces el beso de Singapur, el único que se da sin los labios?

Inmersa en mi última lectura, que coincide que pertenece a uno de mis compañeros blogueros del diario, Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO (autor del que muy pronto os traeré entrevista) encontré de pasada “El beso de Singapur” o también llamado «pompoir».

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Así como conocía (y bien) todos los que habían aparecido hasta el momento como el beso francés o el beso griego, el de connotaciones asiáticas me pilló por sorpresa.

Como describe Alfred López, es una práctica que se realiza utilizando los músculos de la vagina sobre el glande ejecutando unas contracciones que dan placer y llevan al orgasmo (si se realiza bien, claro).

Pero ¿cómo podemos practicar para hacerlo? Exactamente igual que cuando nos ponemos un tutorial de hacer ejercicio en casa 20 minutos.

Por lo visto la rutina es la misma que la de mantener el suelo pélvico en forma. Los ejercicios de Kegel (contracciones controladas) y el posterior uso de bolas chinas para controlar la contracción son todo lo que debemos dominar para convertirnos en expertas.

Es decir, la contracción y relajación de los músculos circunvaginales con la idea de crear un efecto de succión como el que realizamos al hacer sexo oral.

A la hora de aplicar la teoría a la práctica, lo más recomendable es que la mujer esté colocada encima y que mantenga la cadera quieta en una postura en la que se encuentre cómoda y pueda concentrarse en el movimiento.

Perfecto no ya solo para sorprender a nuestra pareja sino para añadir algo nuevo a la cama y, ya de paso, mantener nuestros músculos de la zona siempre en forma (algo que agradecemos sobre todo después de los partos).

¿Le damos al pompoir?

Duquesa Doslabios

Posiciones para cuando te puede el cansancio (pero aún así estás caliente)

Típico día de diario por la noche, ambos estáis hechos fosfatina y solo queréis tiraros en la cama a dormir.

Pero con el ojo a medio cerrar empiezas ver a tu pareja desnudándose y como no eres de piedra (aunque te pese el cuerpo una tonelada por el cansancio), te entran las ganas. Para esos casos puedes optar por posturas en las que no tengas que moverte mucho. ¿Cuáles? Aquí tienes algunas ideas:

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Cucharita: gírate hacia uno de tus costados, pegaos el uno contra el otro y aprovecha una de las posturas para vagos por excelencia. Lo único que tenéis que hacer es darle un poco de movimiento y listo.

Misionero: ¿es necesario que la explique? Perfecta para las mujeres que no quieren mover un músculo, aunque procura interactuar con tu pareja y no quedarte despatarrada haciendo la estrellita de mar. El sexo es una cosa de dos.

-Cara a cara: Cambia el turno. Es el momento de que él se tumbe. Aprovecha para colocarte encima con todo tu cuerpo cubriéndole y repta levemente sobre él de delante hacia detrás.

Siéntate encima: la clásica postura perfecta para cuando estáis en el sofá y os ponéis tontorrones. Aprovecha que él está contra el respaldo y bien colocado para utilizarle como punto de apoyo. Seguir viendo la película es ya elección vuestra

-69 lateral, mucho más cómodo que el arácnido. Gira unos 90 grados la postura que tanto conoces. Evita que uno de los dos esté tumbado mientras el otro tiene que aguantar su peso. Se realiza apoyados sobre los costados como un 69 convencional.

Y, si conoces otras posturas que sean ideales para cuando la vaguería alcanza sus máximos niveles, te animo a compartir tus ideas en la caja de comentarios y a seguirme en las redes sociales (mi Facebook y Twitter) para estar al tanto de más posts como este para cuando andes con pocas ideas.

Duquesa Doslabios.

Posturas atrevidas para salir de las clásicas al practicar sexo

No estoy diciendo que el sexo sea aburrido, pero todos tenemos un repertorio de posturas favoritas, que, repetimos a menudo por comodidad, pereza a la hora de buscar cosas nuevas o porque nos permiten alcanzar el orgasmo más fácilmente.

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Sin embargo, no podemos quedarnos ahí, por muy a gusto que estemos tumbados mientras el otro hace todo el trabajo. Solo se vive una vez y el kamasutra tiene un montón de posturas para probar y darle algo de gracia a la vida sexual:

  1. Cunnilingus trasero: lo de dar una vuelta de 180 grados aquí debes aplicarlo de manera literal. Olvídate de acceder por la puerta delantera al clítoris. Aunque practicar sexo oral desde atrás mientras ella está en la postura del perrito, recomiendo estar tumbada bocabajo, ya que te encuentras totalmente relajada disfrutando de lo que sucede a tus espaldas.

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  2. Carretilla: ideal para tonificar los brazos. Ella se coloca en el borde de la cama apoyándose sobre sus codos mientras él la levanta en peso y se sitúa por detrás entre las piernas. Piensa que si al empezar no aguantas tu propio peso, con el paso del tiempo terminarás por resistir más tiempo en la postura. Si por lo que sea termináis cayéndoos, las risas estarán aseguradas (y la risa es la puerta del amor).

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  3. Piernas sobre los hombros: nada cómoda si las dimensiones de tu pareja están por encima de la media pero muy placentera para todas las demás. Es perfecta porque te recordará al misionero hasta que compares las sensaciones, lo que hará que esta postura bata a la clásica por goleada. Puedes hacerla todavía más innovadora si él se coloca sobre sus rodillas.

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  4. El candelabro italiano o la diosa de la larga cabellera (imagino que el nombre fue puesto en honor a que la persona que esté abajo, se come todo el pelo como no se ande con ojo) son perfectas para salir de la zona de comfort y cambiar el rol activo de vez en cuando. Se puede mejorar el equilibrio si la mujer apoya los pies y brazos a los lados y los utiliza como puntos de apoyo.

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  5. El 69 arácnido: porque también se puede añadir picante a la postura por excelencia del sexo oral. Él se debe colocar sentado con las piernas entreabiertas mientras ella, situada de espaldas a él, flexiona el tronco hasta que ambos se alcancen mutuamente. Tener un cierto nivel de flexibilidad para no hacerse daño es lo ideal, así que si quieres probarla pero lo tuyo no es la elasticidad, empieza poco a poco.

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¿Se te ocurren otras posturas para innovar en la cama? ¿Cuáles son los trucos que utilizas? No os olvidéis de compartir vuestra experiencia en los comentarios, que ya sabéis que me encanta leeros y tomar nota de vuestras sugerencias.

Duquesa Doslabios.

Las mejores posturas del Kamasutra para un momento de pasión en el coche

Vale que no es el lugar preferido de la mayoría de nosotros, que solemos estar más cómodos cuando tenemos espacio para revolvernos.

Pero como nunca se sabe cuándo te puede pillar el calentón, y porque le estamos cogiendo el gusto a esto de ser esporádicos, aquí están las posturas con las que mejor te apañarás en la parte de atrás del coche. Echa hacia delante los asientos, sube el volumen de la radio y enjoy the ride.

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  1. La flor de loto: mientras él se sienta con las piernas cruzadas, ella se coloca encima de él rodeándole con las piernas y los brazos. Es perfecto para ocupar el mínimo espacio posible y para estar cara a cara con la pareja.
  2. La vaquera: pero si no le ves mucha movilidad a la postura del loto, puedes convertirla fácilmente en la she´s on topAl liberar las piernas y los brazos hay más facilidad de movimiento y se pueden aprovechar los apoyos del coche tales como los respaldos o asideros laterales.
  3. El perrito alternativo: aprovechando que los asientos de la parte de atrás están unidos, ella puede ponerse mirando hacia una de las ventanas mientras él se pone detrás. Como esta postura suele acelerar las pulsaciones y hacer que el coche termine como el de Jack y Rose en Titanic, se puede abrir la ventanilla por la que mira ella. No solo ventila el coche sino que hace que ganemos espacio si sois una pareja alta. Aunque antes de asomarte, vigila que no esté pasando nadie.
  4. El respaldo: ella debe pasar primero a la parte de atrás y «abrazarse» al respaldo de uno de los asientos mientras él se sitúa por detrás. Generalmente es más cómodo el asiento central ya que no tiene el reposacabezas tan grande como los de los laterales. Pero si no terminas de apañarte, puedes hacerla también usando como respaldo uno de los asientos delanteros.
  5. El misionero: un clásico que también podemos hacer en el coche si nos gusta mantener el contacto visual con nuestra pareja. Será más o menos cómodo para nuestras cervicales en función del tamaño del vehículo.

Duquesa Doslabios.

3 consejos sexuales para un verano de lo más calentito

Querid@s,

El verano ya llegó (hace un buen rato, lo sé) y la fiesta comenzó. El ambiente está que arde y no sé si será porque sube la temperatura o porque todos y todas andamos con las hormonas revolucionadísimas, o porque nuestro corazón, ahora que brilla el sol, está más abierto al amor o simplemente a un revolcón. El verano es un campo abonado para el vicio, historias de sexo desenfrenado, cuentos de amor y episodios de liberación de las bajas pasiones. Es tiempo de dejarse llevar y dejarse hacer. Y todo al ritmo de la mejor música y las canciones del verano. Bueno, dejémoslo en al ritmo de las canciones del verano.

Para un verano aún más calentito, tomad buena nota de estos tres consejos sexuales.

!Fresquíbiris!

Qué duda cabe que la canícula es el momento ideal para disfrutar de experiencias sexuales más satisfactorias, más calmadas y de mayor calidad. Pero hace tanto calor que en pocos minutos vuestros cuerpos naufragan en  un charco de sudor. ¿Qué necesidad de pasarlo mal teniendo tanta agua rodeando la península? Si estáis en el interior, las piscinas también valen, incluso la charca, cualquier masa de agua viene de lujo para disfrutar de un placer sexual de lo más refrescante.

Abrid el grifo, la manguera o lanzaros al agua, y sentíos como pez en el agua. Porque los peces también follan.

Un poquito de improvisación por favor.

Como cantaba el galán de Julio Iglesias, quererse no tiene horario ni fecha en el calendario, así que improvisad. Ahora que estamos de vacaciones, además de tumbarse al sol y no hacer nada, es el momento ideal para tener relaciones sexuales cuando nos apetezca. Ya no hay prisas para ir al trabajo o llevar a la prole al colegio, así que no os hagáis los longuis y daros un meneo. No se trata de que os convirtáis en pulpos este verano, simplemente aprovechad el tiempo libre para echar ese polvo mañanero tan recomendado por la OMS que no hay manera de echar porque siempre andáis con prisas, o ese de después de comer, porque o nunca coméis en casa o  os tenéis que ir volando de vuelta al trabajo.

¡En la cama no!

Al menos, no la de siempre. Por aquello de echarle un poco de picante a la salsa, sería una excelente idea hacerlo en un sitio que no fuera la cama. La terraza, la hamaca, la piscina de la urbanización (está claro que de noche, cuando los niños están durmiendo y no hay moros en la costa). Si estáis en alguna ciudad exótica, o al menos en cama ajena, el polvo en ese lecho también es una buena opción.

Sexo sin amor

No dudo que os améis y que os deseéis todavía más que cuando os enamorasteis, pero a veces, es mejor tener sexo sin sentimientos, vamos follar sin amor. El amor y el sexo son dos planos diferentes que a veces se cruzan; mi  propuesta para estos días de agosto es que probéis sexo sucio, pero que muy sucio, y ya os volveréis a querer mañana.

¡A follar a follar que el mundo se va a acabar!

Entren, follen y salgan sin dar demasiado la nota

Querid@s,

Follar, corrernos y correr el riesgo (todo a la vez) de ser descubiertos nos pone. Mucho. ¿O no? A mí sí me pone. Pocas veces descarto disfrutar al máximo de las dosis de ilegalidad que estos asuntos amatorios nos brindan. Y sin duda los baños de los bares, los restaurantes, las discotecas o los centros comerciales (odio las grandes superficies comerciales, así que no me busquen por estos últimos tocadores porque no me encontraran) se han convertido en una elección frecuente para las parejas cachondas que no pueden esperar a llegar a casa para entregarse a la lujuria.

No se hagan los locos y no me nieguen que cachondos, nunca se han sentido irremediablemente atraídos por ellos y no precisamente para utilizar sus instalaciones. Para pasarlo teta piruleta, atiendan:

Uno rapidito que el tiempo es oro: No pierdan el tiempo susurrándose lindeces, recitándose poemas de amor, regalándose románticas carantoñas. No es el momento ni es el lugar. Salvo que esté en un cinco estrellas, los baños públicos son uno de los lugares más infames en los que echar una canita (dos como mucho) al aire. Yo iría al grano, como los animales que todos llevamos dentro.

Queda claro que al estar en un lugar público la idea de despelotarse enterit@s es descabellada. La última vez que lo hice me quité la camiseta y él me arranco el sujetador. Al llevar falda sin medias debajo, no tuve necesidad de quitarme nada más. En nuestro caso basta con correr las bragas a un lado. En el caso de ellos, una ligera bajada de pantalones.
Posturitas para no acabar descalabrad@s: En un lugar cerrado donde el espacio es limitado, el abanico de posibilidades también lo es.  No queda otra que inclinarse hacia adelante, abrir las piernas y hacerlo por detrás (evite hipnotizar con su mirada a la taza del váter). Si ella no es partidaria de esta postura tan canina, siéntese usted sobre el inodoro y que ella (o él) se coloque a horcajadas sobre usted. Otra alternativa es que el más fuerte de los dos se apoye contra la pared y la pareja se suba envolviéndole con las piernas.
¿Damas o Caballeros?
Cuando pienso en sexo en los excusados, siempre me pregunto ¿En el baño de damas o en el de caballeros? Y siempre dudo. Lo que leo dice que ante la luda, es más recomendable optar por el de los hombres, por aquello de que en principio los chicos usan el baño más rápido y con menos frecuencia que nosotras. Será menos probable que te pillan con las manos en la masa. Personalmente discrepo. A estos juegos amistosos prefiero jugar en territorio conocido. Además los baños de señoras suelen estar más limpios que el de ellos.
Sean discretos
Si uno de los dos grita demasiado, habrá que taparle la boca. Acallar a la fiera que uno lleva dentro excita aún más, así que contrólense un poco. La tertulia obscena, los gemidos y los gritos pueden ser unos perfectos chivatos. Sustitúyanlo por los susurros. Como canta Depeche Mode, enjoy the silence.

Al terminar la faena que cada cual recomponga su compostura. Abróchense la blusa, no olviden subirse la bragueta y salgan con discreción. Pueden hacerlo de la mano o uno detrás de otro, como ustedes prefieran. A pesar de las potenciales complicaciones, los tocadores son el único lugar público que son un clásico fiable. Entren cuando no haya fila, cierren el pestillo y vuélvanse locos de atar.

P.D. ¿Están conmigo en que estos arrebatos, los helados de sabores raros, las noches de verano o una ducha caliente en invierno son de esas cosas que hacen que la vida valga la pena¿ Bueno, y que además lo suyo es puro vicio.

 Que follen mucho y mejor.

ICuenca, la app para poner mirando a Cuenca

Querid@s,

Hace ya un tiempo descubrí en compañía una curiosa aplicación para smartphone que viene a revolucionar, aún más si cabe, nuestras vidas sexuales. Del dicho “Te voy a poner mirando pa Cuenca” llega ICuenca. No sé a ustedes, pero a mí  sí me gusta, y mucho, que me pongan mirando pa Cuenca. Al menos de vez en cuando. Pero realmente… ¿Miramos directamente a esa preciosa ciudad cuando nuestro amante nos pone a cuatro patas? O al revés, ¿Usted está seguro de estar poniendo a su compañer@ en dirección a dichas coordenadas?


ICuencaDe nuevo, la tecnología aparece, cuando menos lo esperamos, para echarnos una mano. 
No es ni más ni menos que una brújula que siempre apunta hacia Cuenca. Para que realmente cumplamos con nuestra palabra y lo hagamos hacia donde Dios manda.

Pero no queda aquí la cosa, porque si Cuenca nos les motiva especialmente, hay otras ciudades a las que mirar en pareja.  ICuenca también le indica donde se encuentran otros lugares míticos a las que mirar como: Ceuta, Parla, Cádiz, Kentucky, la Puerta del Sol, Talavera de la Reina, Pekín, Paris o Memphis. Inlcuso el Santiago Bernabeú o el Camp Nou. Desde aquí pido que incluyan el San Mamés, que me gusta a mí mucho.

Si es usted  musulmán, existe una aplicación que le orientara a La Meca. Para gustos, los colores.

Obviamente estas aplicaciones han de tomarse a broma y no sirven de mucho. Pero al menos les puede ayudar a pasar un buen rato. Mientras que se atina o no se atina…

 

Que follen mucho y mejor.

 

Sexualidad plena en el embarazo

Nada más tener noticia del embarazo, su pareja se echó a temblar. No por el miedo a los cambios ni al acojone propio ante la primera paternidad, sino porque había oído previamente a todos sus amigos con descendencia quejarse hasta la saciedad de la insufrible sequía sexual a la que los habían sometido sus mujeres mientras estaban gestando.

No digo yo que no pueda pasar, que de todo hay, pero dar por hecho que una mujer deja de sentir deseo sexual solo por estar embarazada es absolutamente ridículo, además de trasnochado. Como si concebir un hijo fuera el fin último de su existencia y la razón principal de sus encamamientos. Es cierto que se producen cambios hormonales, que el cuerpo se modifica a diario y que la avalancha de dudas y sensaciones pueden afectar al humor y a la autoestima y, por tanto, al sexo. “Como una montaña rusa”, me dicen muchas para definir su estado.

Sexo y embarazo

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También hay muchos miedos y mitos que contribuyen a crear, en algunas parejas, un ambiente poco propicio para la sexualidad. “¿Y si le hago daño al bebé?”, se preguntan a veces. Pues no, no hay peligro alguno de hacer daño alguno al bebé. Tampoco hacer el amor puede provocar un aborto ni contracciones de parto. El sexo con penetración solo está contraindicado cuando exista una patología previa que así lo aconseje, en cuyo caso el médico se encargaría de recomendar una disminución o incluso un cese de la actividad sexual. Hablamos, por ejemplo, de casos en los que exista una amenaza de aborto, de parto prematuro, placenta previa sangrante o rotura prematura de las membranas. Casos que en ningún caso estarían provocados por el coito. De cualquier manera, no hay que olvidar que el sexo es algo más que la penetración y que se puede tener una vida sexual plena sin tener que recurrir a esta cuando esté contraindicada.

Y a lo que íbamos. Resulta que este hombre del que os hablaba al principio, lejos de ver confirmados sus temores, está como loco de contento. Su chica ya va por el segundo trimestre de embarazo y está, según sus propias palabras, “más sexual que nunca”. Lo que, dicho sea de paso, tiene sentido. A esa edad de gestación hay un incremento del flujo sanguíneo, de modo que los orgasmos pueden ser incluso más intensos. Existe mayor lubricación, los labios vaginales están más voluminosos y los sentidos, a flor de piel. Y como el deseo llama al deseo, las curvas de ella le parecen a su hombre lo más sexy de la tierra, con lo que ambos tienen incluso más ganas que antes. Vamos, que a todas nuestras amigas le dan ganas de embarazarse cuando los oyen hablar.

No obstante, es verdad que a medida que avanza, algunas posturas se complican. Y aunque en gustos no hay nada escrito, la mayoría de las gestantes por mí consultadas coinciden bastante en algunas de ellas cuando el embarazo ya está bastante avanzado. Por ejemplo, el clásico “misionero” queda completamente relegado. En su lugar son ellas las que se suben para controlar desde arriba la presión y los movimientos. El hombre detrás, al borde de la cama o ambos de lado son también claras ganadoras.

Así que lo dicho. No está el patio para racanear en gestos, caricias y muestras de amor, y menos cuando viene otro en camino. Está demostrado que a mayor bienestar en todos los ámbitos de la vida de una embarazada, mejor salud. ¿Y qué produce mayor bienestar en una pareja que una buena vida sexual? Bueno para él, bueno para ella y, en consecuencia, bueno para el bebé. Todos ganan.