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Pechos, ¿cuestión de tamaño?

Los hay de tantas formas y tamaños como mujeres hay en el mundo. No existen dos pares iguales, incluso hay diferencias de uno a otro en una misma mujer por la asimetría del cuerpo humano. Grandes, pequeños, caídos, picudos, juntos, separados… Sea como sean, los pechos representan para muchos los atributos más propiamente femeninos y son los que más atención se llevan. Según una investigación reciente realizada en la Universidad de Wellington, en Nueva Zelanda, el 80% de las miradas de los hombres que participaron en ella se dirigieron instintivamente al escote de las mujeres cuyas fotografías les habían sido presentadas. No sólo miraban primero, sino más tiempo. Por el contrario, las zonas del cuerpo femenino menos observadas resultaron los brazos, las pantorrillas y los pies.

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Otro estudio publicado en PloSOne concluyó que los hombres pertenecientes a un nivel social más bajo o con pocos recursos prefieren los pechos de mayor tamaño. La razón que aducen los investigadores es que debido a que los pechos grandes presentan una mayor reserva de grasa, nuestro lado irracional nos hace preferirlos en esos momentos en que tenemos el estómago vacío. Además, según mostraban los datos de la investigación, cuanto más alto es el nivel socioeconómico de la persona, más pequeño es el tamaño de los pechos que prefieren.

El debate surgió entre amigos este domingo cuando tomábamos unas cervezas en el madrileño barrio de La Latina. En uno de sus bares más míticos había un enorme póster con dibujos de pechos de todo tipo, formas y tamaños. Las chicas empezaron a comparar y a decir cuáles creían que se asemejaban a los suyos, y los chicos no dudaron en mostrar sus preferencias. La conclusión fue la de siempre: para gustos, los colores. De todo hubo en la viña del Señor, pero es verdad que ganaban los que tiraban para las grandes proporciones. “Jaca grande ande o no ande”, dijo uno a modo ilustrativo, con la consiguiente lluvia de collejas.

¿Y cuáles son los principales tipos? Como decía al inicio, creo que es imposible decirlo, pero rebuscando por ahí he encontrado algunas clasificaciones que coinciden en las siguientes consideraciones:

-Los pechos cambian constantemente de tamaño, dependiendo de la mayor o menos cantidad de una hormona llamada progesterona. Influyen el período menstrual, los embarazos, si se toman píldoras anticonceptivas, el nivel de excitación sexual, etc.

-El pecho izquierdo suele ser más grande que el derecho.

-Existen cuatro tipos de pezón: Los llamados normales o más comunes, que presentan una curvatura de algunos milímetros y que pueden aumentar de tamaño con la excitación o el frío; también hay pezones planos, que aparecen con los estímulos, y los hinchados, que siempre son prominentes. Finalmente, están los pezones invertidos, que miran hacia adentro. En el caso de los planos e invertidos, a la hora de amamantar tras dar a luz, suelen requerir el uso de pezoneras.

-En cuanto al perfil de la mama, he encontrado 8 distinciones principales:

1.-Senos perfectos. Son tonificados y flexibles. Sus pezones apuntan hacia la parte externa y es paralelo al suelo.
2.-Senos caídos. Se trata de las mamas que se encuentran flácidas, por lo que la gravedad se convierte en su peor enemigo. Sus pezones apuntan hacia el suelo. Este tipo de pezón es más común en las mujeres que se dirigen hacia la menopausia, debido a que los tejidos que dan soporte pierden elasticidad y fuerza.
3.-Senos picudos. Se caracterizan por no aparentar caída, pues sus pezones apuntan hacia arriba, como si su intención fuera alejarse del suelo.
4.-Senos pequeños. Su tamaño se debe al bajo volumen que tienen sus tejidos grasos. Generalmente, tienen areolas y pezones pequeños. Existe poco escote entre los dos pechos.
5.-Senos grandes. Es causado por el alto volumen de sus tejidos grasos. Los pezones y areolas tienden a ser de gran tamaño.
6.-Senos tubulares. Este tipo de senos representan una anomalía en su estructura. Tienen una forma cilíndrica o tubular. Normalmente, tiene pezones y areolas de tamaño pequeño, pero en algunos casos, el pezón puede ser prominente debido a los tejidos del seno, por hernia o por presión en la punta.
7.-Senos de paloma. También son conocidos como pectus carinatum, y se refiere a una deformación de los senos, pues al sobresalir el esternón hacia el frente, el pecho parece ser casi plano. La causa se adjudica a factores congénitos.
8.-Senos encontrados. En este caso el esternón se encuentra hundido, provocando que los senos se vean separados en su base y contraídos hacia el centro, por lo que si se usa ropa escotada, puede verse un hueco en el centro del pecho.

Los errores más repetidos en el sexo oral

Hace unos días leí en El Mundo que han abierto una escuela de sexo oral en Moscú, a la que por lo visto acuden rusas a diario para ser mejores en la cama. A mí todo lo que sea para aprender y mejorar me parece estupendo. Y si encima ese afán de superación tiene que ver con el sexo, más aún, pero reconozco que me tocó la moral que la escuela en cuestión sea solo para mujeres. ¿Acaso los hombres lo saben todo acerca de esta materia?

Yo no sé cómo será el tema en Rusia, pero lo que es aquí, el panorama a veces deja mucho que desear. Echando la propia vista atrás y teniendo en cuenta lo que me llega por ambas partes, tanto hombres como mujeres tenemos mucho que aprender. Sin generalizar, por supuesto, pero a menudo somos torpes, muchas veces callamos por no incomodar, y otras tantas olvidamos que el sexo real poco tiene que ver con lo que vemos en las películas. Sobre todo si se trata de cine porno.

Sexo oralLas quejas más repetidas por unos y otras tienen un denominador común: el mal olor y la falta de higiene. Agua y jabón, por favor, que estamos hablando de sexo oral. Esto es como el anuncio de la casera: si no hay fregado, nos vamos. Y no se trata de que uno tenga que ponerse ahí a darle a la esponja justo antes del gran momento, sino de un poco de sentido común… y de compasión por el otro. Empatía.

Pasarse de frenada con los dientes y el aburrimiento por los movimientos repetidos también están en el top five de las quejas en el sector masculino. Para combatir este último sugieren sutiles cambios de ritmo, un poquito de imaginación y no “desgastar el frenillo”, como le he oído a alguno. Lo de acariciar los testículos durante la faena está muy bien, pero ojito con no apretar demasiado. Ellas, por su parte, insisten en que lo de agarrarles la cabeza para marcar el ritmo de la felación no mola. Tampoco está de más recordar a alguno que, cuando se prolonga, las gargantas se agarrotan y que por definición, si se empeñan en introducir el asunto hasta la campanilla, lo único que conseguirán es provocar arcadas.

Muchas mujeres afirman que algunos hombres creen que el clítoris es un interruptor que hace que salten al techo de placer en cuanto se les toca. Cuanto más, mejor. Error. No es tan simple: hay que currárselo. Si uno se cansa, puede ir alternando con la masturbación. Acariciar los pechos también ayuda. Pero claro, hablamos de acariciar tetas, no de estrujar pelotas de goma de esas contra el estrés. Ella puede ir también marcando el ritmo con suaves movimientos, pero con cuidado de no acabar asfixiando a nadie. Que hay veces que apretamos tanto las piernas que, decimos algo en el fragor de la batalla y el otro, ahí casi sin oxígeno, no se entera de nada, con las orejas aplastadas y más rojas que la camiseta de la selección. Ya lo decía Raimundo Amador en esa fantástica canción…

Pues eso. Que viva el aprendizaje y que ya se sabe: despacito y buena letra.