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Lubrícate: guía amiga para una óptima lubricación vaginal

Querid@s,

Hoy quisiera tratar un tema lúbrico y muy intimo. Por suerte hay hombres a los que basta mirar, ensoñar o desnudar con la mirada para lubricar como descosidas. Precisamente ayer disfruté muy bien humedecida de un delicioso rato conmigo misma pensando en las manos, los ojos y la boca de uno de ellos. Pero no todas y no siempre lubricamos como y cuando toca, y eso es una faena. En una relación sexual, cuánto más húmeda, engrasada, mojada -en definitiva, lubricada- esté la vagina, mejor os lo pasaréis en la cama.

Cuando las mujeres nos excitamos, entre otras cosas, ocurre que en cuestión de segundos (de 2 a 4 minutos en vaginas más maduras) se incrementa la producción de líquido vaginal secundario y aumenta la dilatación de los plexos vasculares subepiteliales. ¿Para qué? Pues para facilitar la penetración y las embestidas del pene dentro de la vagina y mantener un pH neutro que facilite la supervivencia de los espermatozoides. Luego la vagina aumenta de tamaño y el clítoris se expande para que nos lo estimulen mejor. Si esto no os ocurre ante un estímulo sexual, tenemos un problema.

¿Te notas las partes bajas apagadas? ¿Sientes que tu vagina está como deprimida? ¿Ni siquiera recuerdas la última vez que alguien te hizo mojar las bragas? Si ocurre esto lo que te está pasando es que estás padeciendo lo que científica y técnicamente se conoce como trastorno excitatorio femenino, el equivalente a la disfunción eréctil masculina que hace que al hombre se le quede el pene como un gusanito de blandiblú. La versión femenina consiste en tener el cichi más seco que la mojama y conlleva la disfunción lubricativa (falta de lubricación y resequedad vaginal, sin comprometer el deseo y el apetito sexual), y la disfunción eréctil clitoridiana en la que se reemplaza la reacción normal de placer y agrado con la estimulación del clítoris, por una sensación de dolor, intolerancia y de anestesia. Es decir, el clítoris no sale afuera y se siente menos. Al igual que les ocurre a ellos, nosotras tampoco nos libramos de los gatillazos en los momentos de la verdad.

La sequedad vaginal y la incapacidad para humedecerse cuando el cuerpo pide mambo puede aparecer en los episodios de la vida en los que atravesamos cambios hormonales como el embarazo, la lactancia o la menopausia. Tomar antidepresivos, ansiolíticos, o algunos anticonceptivos también pueden disminuir la producción de estrógenos. El estrógeno es un componente imprescindible en la lubricación. Con el pasar de los años, el estrógeno va disminuyendo hasta desaparecer completamente al alcanzar la etapa de la menopausia. Independientemente de las motivaciones, con la sequedad vaginal, además de complicarle la penetración a nuestro estimado pene, porque no se entra igual en una vagina húmeda que en una seca, el sexo puede resultar una experiencia dolorosa o un coñazo. El pene, en lugar de deslizarse libre y sin obstáculos, ha de esforzarse para atravesar ese secarral burgalés que tienes por vagina. Para aquellas de vosotras que tengáis el negocio más seco que la mojama, sabed que existen recursos para aumentar la lubricación del asunto. Mantequillas y margarinas aparte.

Aunque lo ideal sería que nosotras mismas pudiéramos producir la suficiente humedad, hay formas para darle alegría a la vagina. Tomad nota:

  • Utilizad productos especiales para la zona: hidratantes vaginales y vulvares, y jabones íntimos, especialmente los anti microbianos.
  • Para tener una relación sexual húmeda y mojada no olvidéis los juegos preliminares. Antes de que os den lo vuestro y lo de la prima, que os horneen hasta alcanzar el punto en el que el chichi se os haga el Coca Cola.
  • Además de preservativos molones, usad lubricantes. Los hay de todos los colores, olores y sabores. Que no os dé reparo, nuestras abuelas se untaban aceite de oliva para facilitar las relaciones sexuales.
  • Bebed agua a tutiplén: Como mínimo dos litros de agua al día. La ingesta de H20 aumentará la lubricación vaginal porque la misma depende del líquido que ingerimos. Si hidratáis vuestros cuerpos, hidratareis también las vaginas.
  • Cuidad la alimentación y ojo con el alcohol, tabaco y marihuana; son conocidos inhibidores de la lubricación femenina.
  • Para estimular la lubricación también vienen muy bien los ejercicios de Kegel y las bolas chinas. Los primeros movilizan los músculos y ayudan a adquirir una mayor conciencia genital. Por su parte, las bolas chinas, al moverse entre las paredes de la vagina, ayudan a sensibilizarla. Probad a combinar las dos para una perfecta estimulación.

Escena sexy de American Pie

  • No estresarse: Los estados de tensión y nervios no vienen nada bien son el enemigo público número uno de la sequedad vaginal. Relajaos coño.

Dicen los expertos que el 90% de las causas son psicológicas y vienen de nuestro cocoignorancia, prejuicios, mitos. A saber, cada un tenemos lo nuestro. Aunque siempre podemos echarle la culpa al sexo contrario, ¿No dicen que no hay mujeres frígidas sino hombres inexpertos?

A follar a follar que el mundo se va a acabar.