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El Speed Dating más grande del mundo en Madrid

Querid@s,

La primavera la sangre altera. Sé que no es original, ni siquiera me lo he inventado yo. Pero es una verdad como la copa de un pino. También es verdad que ayer se celebró el equinoccio de primavera y en Madrid unos cuantos motivados que siguen creyendo en el amor lo celebraron por todo lo alto en lo que ya se conoce como #ElSpeedDatingMásGrande. No sé si estarán de acuerdo conmigo, pero a mí no se me ocurre mejor forma de pasar un domingo que hacerlo escuchando música bailonga, bebiendo cervecita fresca (y gratis), mientras picotea usted algo rico (también gratis) y conoce gente (del sexo o de los sexos que más le gusten) en un apasionante speed dating. Y si entre todos batimos el récord mundial, mejor que mejor.

Esto es lo que ocurrió ayer en el Palacio de Cibeles de Madrid. Bajo el lema de encontrar al otro medio limón, 780 personas participaron en el speed dating más grande del mundo organizado por la versión más cítrica de Heineken. La clara Amstel Radler. Y lograron batir el récord. Cada speed dater puso su granito de arena, dándose la friolera de 7.800 citas en una hora.

amstel

Cómo han cambiado los tiempos, cómo hemos cambiado. Cuánto ha llovido desde aquella florista que iba con la falda arremangá y sonriendo descará por la calle de Alcalá. Por entonces lo que se llevaba era que el caballero regalara nardos a la mujer para convencerla. Muy cerquita de ahí, pero casi cien años después, ayer (primer domingo de primavera) el Palacio de Cibeles se convertía en un meeting point para ligar tod@s con tod@s. A las 10.30 de la mañana se dio el pistoletazo de salida para este acto de récord de libro que ya figura en el libro de los récords.

El sarao lo presentó Dani Mateo y los asistentes estaban diferenciados por colores según su edad y sexo. Después, se distribuían por zonas según su orientación sexual. Mientras los asistentes al guateque se refrescaban con su clarita tuvieron la oportunidad de conocer a 10 personas diferentes en citas rápidas de 3 minutos. A elección de los asistentes, podían llevar una camiseta amarilla que rezaba ¿Te gusto y no estoy en tu sector? Encuéntrame aquí (seguido de un espacio blanco para poner lo que a cada uno le venga en gana). Me hubiera gustado asistir, pero me fue imposible. Lo único que no me convence del todo es el timing de las citas. ¿Por qué tres? ¿Por qué no cinco, siete o diez? Creo que tres minutos es demasiado poco para que uno pueda formarse una impresión crítica del interlocutor. En tres minutos, salvo que un@ sea un auténtico zoquete, un mendrugo, una loca, todos intentaremos dar lo mejor de nosotros.

Sepan ustedes que en España hay un buen número de empresas que se dedican a estos menesteres celestinos. Basta con que introduzcan speed dating y el nombre de su ciudad para encontrar la oferta disponible cerca de usted. El speed dating es un sistema de citas rápidas y cada empresa establece el tiempo que una pareja ha de dedicar a conocerse. En este mundo en el que vamos a todo correr, el tiempo es oro. Para encontrar pareja también nos meten prisa y las empresas de speed dating hacen de alcahuetas aceleradas en encuentros -que duran entre una hora y una hora y media dependiendo de los asistentes-en los que, a toque de corneta, las citas duran de 3 a 8 minutos estrictos. 

Por supuesto que existen speed dating para gays, pero no he asistido a ninguno. Me limitaré a hablar de lo que sé. En el caso de encuentros entre singles heterosexuales, la cosa funciona normalmente del siguiente modo. El número de participantes puede variar, pero siempre es el mismo número de hombres y mujeres por aquello de que ningun@ se quede esperando mientras los demás se están conociendo.  Nosotras, las féminas, nos sentamos en una mesa cada una. El primero de los hombres que conoceremos esa velada se sienta en nuestra mesa y comienza la cita. El tiempo para cada encuentro varía de tres a ocho minutos, tiempo más que suficiente, afirman los expertos, para saber si quiere o no seguir conociendo a esa persona, si lo que le cuenta le resulta interesante o le aburre soberanamente. Y viceversa.

Cuando transcurre el tiempo establecido para la cita, a golpe de DONG o de RING el hombre se traslada a la mesa de al lado y se sienta el siguiente. Y así sucesivamente hasta que se completa la ronda en la que tod@s han hablado con tod@s. Más rápido imposible. Al finalizar el speed dating, cada uno a su casa (o no) y Dios en la de todos. 24 horas después sabrá si al que le ha gustado a usted, le gusta usted también. Toca esperar.

Si no encuentra usted novi@ así, mal vamos.

Que follen mucho y mejor.