Entradas etiquetadas como ‘kim basinger’

He visto ‘Cincuenta sombras más oscuras’ y me he reído de lo lindo

Querid@s,

Ayer fui a ver Cincuenta sombras más oscuras con mis hermanas y vaya si me reí. Yo y el resto del cine. Cincuenta sombras de Grey defraudó a Hollywood, a la crítica y hasta al público. Cincuenta sombras más oscuras lo vuelve a hacer, incluso más que la primera entrega, esa que encendió las salas de cine de todo el planeta con excelentes resultados: 571 millones de dólares de recaudación total, casi quince veces más de lo que costó. ¿Pues habrá que hacer una segunda no? De modo que Universal también decidió adaptar a la gran pantalla la segunda novela erótica de E.L. James. Cincuenta sombras más oscuras ataca justo cuando se acerca San Valentín. Qué casualidad.

Esta segunda entrega de la saga de las sombras tampoco se libra de paupérrimos diálogos y escenas tremendamente ridículas. Eso sí, te ríes de lo lindo. Si dudabais que la segunda pudiera ser todavía peor que la primera, estáis muy equivocados. Es todavía peor, aún más lamentable.

Vayamos por partes.

Anastasia, con su rostro de hastío perenne, desde el minuto 1 del filme, da muchísima pereza. Tan cansina ella, se asemeja a un fantasma que vaga sin rumbo por la ciudad hasta que se re encuentra con su ex en la exposición de fotografía de su amigo José (que lo tiene loco), en la que por cierto hay media docena de retrasos de Anastasia. Todos vendidos. No hay que ser muy avispado para saber que ha sido Gray quien los ha comprado todos. Será per diners. Tal y como le confiesa a la chica, se hace con todos ellos porque “No quiero otro te coma con la mirada. “

Tras su fortuito encuentro redefinen las cláusulas del contrato. De mutuo acuerdo deciden que esta vez no hay normas, ni mentiras. Christian, que reaparece a lo barbudo y bastante desmejorado por cierto, continúa con su loca obsesión de controlarla a ella, creyendo que es de su propiedad. Para variar, a ella se le hace el chichi Coca Cola con el solo roce del cuerpo su amado. En cuanto Christian la toca, flipa en colores y se pone a suspirar y jadear como una loca, como si le hubieran dado alguna droga de esas cachondas. O esta chica es muy caliente o finge como una bellaca.

Ah, esto es muy bueno. Todos sabemos que Christian, que fue testigo ocular de la muerte de su madre adicta al crack cuando era un criajo de 4 años, tiene el pecho lleno que quemaduras que alguien le hizo. Después de tanto follar a lo vainilla y en plan brutote como le pone a Christian, Anastasia, toda sorprendida, le pregunta ¿Eso son quemaduras? ¿Anastasia, reina mora, de qué árbol te has caído?

Más porno para mamás

Como se decía de la primera, esta es una historia de porno para mamás. Vayamos con las escenas de sexo, que es lo que os interesa a todos, calentorros. En cuanto a lujuriosas escenas sexuales, nada de nada. Las escenas de sexo están más o menos coreografiadas, pero no se ve demasiado tema explícito. Personalmente me falta sexo, más escenas tórridas he visto en Física y Química. Esta vez, por no verse, ni siquiera se vislumbra el miembro de Christian Gray, una pena. A ver si en la tercera entrega podemos vérselo.

La única escena que me pone es la del ascensor. Él la masturba sin bragas en un ascensor lleno de gente, mientras le dice que no se corra. Resulta que ella no lleva bragas, porque mientras cenaban en un restaurante de lo más elegante, él le pide a ella que se las quite. Y ya sabemos que ella, si Gray le dice ven, lo deja todo. Solo le faltó olerlas.

Los regalitos de él a ella

El millonetis (y pesado, porque es que es muy pesado) vuelve a regalarle a Anastasia un PC de los caros. ¿Pero si ya le habías regalado tecnología punta en la primera? Qué poco original. Pero claro, así él la vuelve a tener controladita en todo momento (en la tercera le instalará un chip intravenoso) y ella ya no tiene excusa para no mandarle mensajitos a su amado e informarle de hasta cuando va a cagar.

De verdad, ¿es que no nos damos cuenta? Christian Gray es un maltratador y no precisamente porque le dé azotes. Si no fuera porque él está buenísimo, viste elegante y es multimillonario, le veríamos como un depravado y le denunciaríamos.

¿Qué hay de nuevo?

No quiero ser una spoiler, pero lo voy a ser. Así que, si no queréis descubrir antes de tiempo los misterios de este peliculón estelar, dejad de leer. Deteneos.

  • En la segunda parte de la adaptación cinematográfica de la historia de amor, sexo y sado de E.L. James, a Jamie Dornan y Dakota Johnson se suman esta vez Luke Grimes (Elliot Grey) y Kim Basinger (Elena Lincoln). Elliot Grey encarna al jefe de Anastasia. Al principio mola, pero enseguida se le ve el plumero de malo de la película que está como un cencerro y que se quiere beneficiar a Anastasia de muy malas maneras. Por su parte, la Basinger, que se ha pasado con el botox o lo que sea que se haya inyectado, interpreta muy malamente a la pérfida y malvada ex ama de Gray, la Sra. Robinson, esa que solo le enseñó a follar. Ay Mrs. Robinson, quién te ha visto y quién te ve.

  • Para más INRI, aparece de las sombras del pasado una ex sumisa zumbada y desequilibrada que quiere cargarse a Anastasia porque ella duerme con Amo. Pero Gray, con sus dotes de amo sadomasoquista, logra calmarla y salva a Anastasia.
  • Él por fin se deja tocar: Al principio, con ayuda del maestro, Anastasia le dibuja con un pintalabios un mapa de ruta en su lindo pechito, marcando los límites de hasta donde está autorizada a tocarle. Pero luego Gray, temeroso de que ella le abandone, se entrega por completo a Anastasia y le dice que puede tocarle enterito. Qué envidia, nena.  Te vas a poner morada.

  • Ella pide mambo: La chica se va soltando la melena y le pide mambo a Christian. Que si dame unos azotes, que si llévame a la habitación roja… Parecía tonta la Anastasia.
  • Además de helicóptero, nos enteramos también de que tiene una casa en Aspen, un pisazo en Nueva York y un velerito. Lo normal, vamos.
  • Gray casi la palma: Normal, es que con esa manía suya de volar a todas partes con el helicóptero que en una de esas se adentra en la frondosidad del bosque y en algún momento se le quema un motor. Pero él es Christian, y se salva de una muerte segura.

Dicho esto, si lo que queréis es reíros, con o de la película (qué más da), ver Cincuenta sombras más oscuras es definitivamente un buen plan. La verdad es que me reí mucho. De Christian Gray, de Anastasia, de prácticamente todo el reparto y cada escena, cada frasecita que me entraba la risa floja, de los comentarios desternillantes de las chicas de la fila de atrás. Pero sobre todo con un señor de unas 70 primaveras que estaba sentado a mi lado. Fue al cine para darle gusto a su mujer y no se enteraba de la película. Pero esto es una película de sexo decía. Y cuando Anastasia toda ingenua le preguntaba a Gray ¿Dónde me llevas?, el hombre, pasmado, murmuraba…¿Dónde te va a llevar hija?…Al huerto.

Mala es un rato, pero las risas están aseguradas. ¿No pensaríais que la película va en serio?

A follar a follar que el mundo se va a acabar.