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‘Mi novio se siente inseguro si uso juguetes, pero no hago nada malo’

Cada cierto tiempo, abro en Instagram mi ‘Consexionario’, un espacio en el que cualquiera puede mandarme mensajes anónimos, bien para que les guarde el secreto o para que tengan a quien contarle sus dudas de sexualidad (y recibir una respuesta).

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Una de las que me llegó consiguió marcarme especialmente, ya que me sentí identificada: «Mi novio se siente inseguro si uso juguetes, pero no hago nada malo».

Lidiar con una pareja que se pone en alerta o incluso ve en nuestra colección privada una amenaza, es algo que nos ha pasado a muchas de nosotras.

En especial las primeras veces que tirábamos del primer cajón de la mesilla, cuando su uso no era tan popular como ahora.

Esa inseguridad vendría de que se nos ha dicho que la sexualidad son genitales, que no hace falta nada más y, en el caso de necesitar complementos, es porque alguien ‘no da la talla’ en ese aspecto.

Valérie Tasso, sexóloga, escritora y embajadora de LELO, tiene una teoría muy interesante que va más allá de la concepción mainstream que tenemos de los encuentros sexuales.

«Hablar de objetos de placer ha permitido visibilizar la sexualidad femenina», afirma.

Y es algo que «durante tantos siglos se nos ha negado, incluso se ha demonizado (acordaos de la “histeria” en la época victoriana) y ha sido sometida a un control férreo por parte de los hombres y de la Clínica (sobre todo, la psiquiatría)».

«Por otra parte, hablar de juguetes eróticos visibiliza la masturbación femenina en particular, algo impensable hace décadas atrás. El placer y la masturbación siempre eran cosas del hombre. Y nuestro propio placer siempre dependía del placer masculino».

«La masturbación femenina era, por lo tanto, impensable (siempre se ha pensado que las mujeres no nos masturbábamos), ya que nuestros orgasmos dependían de un modelo de sexualidad masculino: el coito».

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Así que la conclusión de la sexóloga es que «se está ‘culpando’ a los juguetes eróticos de sustituir a las personas, pero la verdadera lectura que tenemos que hacernos es la siguiente: es una manera retorcida de tener miedo a nuestra sexualidad (femenina) y nuestro propio placer, a través de la masturbación».

El problema, como la propia Valérie explica, radica en que «es algo que todavía está anclado en la mentalidad colectiva y deshacerse de esta creencia es complicado. Pero es mejor echarles la culpa a los vibradores que reconocer que la sexualidad femenina les/nos da miedo».

«Primero, porque es de una incorrección política inadmisible. Y, segundo, porque es seguir tratando nuestra sexualidad como dependiente de la sexualidad masculina. Hablando en claro: nuestro placer dependería de un pene (con un hombre pegado a él…)».

Sin embargo, por mucho que parecería lógico que esto estuviera normalizado, y los juguetes se vieran como un añadido y no rivales en la cama, la sexóloga confirma que todavía no se ha superado, ya que lo ve a diario en su consulta.

¿Me puede sustituir un juguete?

Cuando hace una década toda la variedad posible de juguetes, que encontrabas en una tienda erótica, se limitaba a reproducciones en silicona de penes (algunos incluso simulando las venas), podía tener algo de lógica ese rechazo por parte de algunos, al sentir que estaban siendo reemplazados.

Pero la industria de juguetes sexuales ha ido evolucionando hasta el punto de que no solo ofrecen productos de tecnología punta, sino que el diseño se ha ido perfeccionando hasta ser auténticos objetos de lujo que poco o nada se parecen a sus antecesores.

Como por ejemplo los estimuladores de clítoris, que los hay tan pequeños y discretos que podrían pasar como un dispositivo de limpieza facial, como es el Lily 3 de la marca de juguetes LELO.

Lo que es indudable es que la conexión física y emocional también se crea a través del sexo -entre otras cosas-, por lo que este miedo no debería aparecer.

Quien piense que un objeto puede sustituir a un humano, «no cree en la humanidad», sostiene Valérie Tasso.

Además la sexóloga opina que, en ese caso, se debería hacer un ejercicio de introspección mediante unas preguntas: «¿Por qué me siento ‘amenazado’ por este estimulador de clítoris tan pequeño pero muy potente? ¿Por qué estoy haciendo agravios comparativos entre mi ‘yo’ y un objeto de placer?»

Quiero pensar que, una vez llegado a la conclusión de que la diversión y variedad son características deseables que puede tener nuestra vida sexual, los juguetes representan ambas cualidades.

Por lo que es el momento de que quien piense que vienen a sustituirle, se aleje de esa idea y lo vea como un complemento (y hasta un aliado).

Cuando la pareja no lo entiende

Pero si no sucede y tenemos a una pareja que, como comentaba mi seguidora del principio, nos cohíbe en ese sentido, ¿qué podemos hacer? Valérie lo tiene claro.

«No deberíamos aceptar que una persona nos haga sentir mal por usar un juguete. Es hasta ridículo. Aquí, el problema no está en nosotras/o, sino en la otra persona (por problemas de autoestima, por no haber entendido bien que la sexualidad humana es un juego, etc.)».

«Aun así, siempre invito a que se dialogue sobre este asunto. No tengamos miedo a comunicar. Una pareja no es sinónimo de confrontación, sino de entendimiento», explica.

«Si después de eso, tu pareja no lo entiende, siento decirte lo siguiente: ¿qué haces con esta persona?»

Una de las consultas más frecuentes que recibe la sexóloga es la de cómo combatir la monotonía sexual, por lo que una de las primeras cosas que ‘prescribe’ es un juguete erótico para parejas.

Además de ser algo con lo que poder llegar por otro camino al orgasmo (o simplemente despertar sensaciones distintas en el cuerpo) «suelen fomentar una comunicación honesta, mucha complicidad y permiten hablar sin tapujos de lo que nos gusta y de lo que no».

Lo que, de paso, ayudaría a dejar de sentir cualquier posible amenaza. «Lo desconocido suele generar mucho discurso equivocado y un miedo irracional. Así que, lo mejor para ambas partes, es que lo desconocido se pueda palpar y compartir», afirma Valérie.

No hay nada más excitante que tu pareja se involucre en tu placer y coja un juguete involucrándolo en el juego: «Cuando un juguete se comparte, curiosamente se le suele perder el miedo».

Mara Mariño

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Ellos no contemplan ‘la idea de que un juguete erótico reemplace la mano’

Las mujeres hemos sido las primeras beneficiadas en el boom de los juguetes sexuales centrados en la estimulación del clítoris.

Pero esa fiebre por el placer más allá de la penetración no solo nos ha venido bien a nosotras, ya que ha derribado muchos tabúes de la sexualidad, incluyendo la masculina.

hombre juguete sexual

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Y sino, solo hay que ver como ahora la mayoría de hombres que rondan la treintena cuentan con un juguete sexual para su uso y disfrute o tienen interés por contar con uno que puedan compartir con su pareja.

«Cada vez más hombres se abren a experimentar», me confirma Adriana Di Ippolito, Marketing & Communications Manager de LELO.

Especialmente si hablamos del Punto P gracias al fin de muchos prejuicios.

«La normalización y visibilización de la conversación sobre el bienestar sexual es clave para que la sociedad comience a informarse y a saber más sobre su propia anatomía y puntos de placer», dice la portavoz de la marca sueca.

Ahora parece una cuestión de tiempo que aparezca el equivalente al famoso ‘succionador’ de clítoris para ellos. Aunque, por el momento, otros juguetes son los que convencen a un -cada vez más interesado- público masculino.

«Los juguetes eróticos para hombres más deseados de LELO son el masturbador masculino y el anillo para el pene», comenta Adriana.

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En otras palabras, todos aquellos que se centran más en la estimulación del pene, que, a diferencia de los que están más enfocados en el punto P, los que simulan la penetración o que estimulan el pene, son los que se buscan en mayor medida.

Pero, ¿significa eso que hay que ir al punto erógeno por excelencia de la anatomía masculina?

Adriana difiere a la hora de recomendar a un hombre qué juguete autorregalarse: «Le aconsejaría comenzar a escuchar a su propio cuerpo sin juzgarse y sin ningún tipo de prejuicio».

«Antes que nada, hay que pensar cuáles son nuestras preferencias o qué sensaciones nos apetece experimentar y así sabremos de qué manera podemos elevar los momentos íntimos con un juguete erótico», explica.

A aquellos más reticentes «Les recomendaría comenzar a informarse más sobre la sexualidad del hombre y los puntos de placer masculinos, porque es un mundo muy amplio y estimulante».

«E incluso que echen un vistazo a las increíbles reseñas de aquellos que ya utilizan juguetes sexuales, seguro que de esta forma se animan a dar el paso», comenta.

El estigma asociado a la masculinidad

La percepción que hay sobre quienes puedan usar este tipo de artículos es algo que le hace flaco favor a la libertad de disfrutar del cuerpo.

Porque por mucho que el placer a nivel personal está bastante aceptado, no pasa lo mismo con los juguetes cuando hablamos de hombres heterosexuales.

Algo que se debe al «factor estigma asociado», como explica Adriana.

«Los hombres son vistos, tanto por hombres como por mujeres, como siempre dispuestos a masturbarse rápidamente y de forma manual, por lo que la idea de que un juguete erótico reemplace la mano o mejore la experiencia es algo que generalmente no se contempla en la mente de los hombres heterosexuales».

«La masculinidad tóxica hará que los hombres piensen ‘¿Y si mis amigos se enteran?‘ o ‘la gente pensará que soy raro’, afirma.

«Curiosamente, y a pesar de los mitos y confusión que aún quedan por desmentir en torno a los juguetes eróticos, hemos observado que existe una tendencia creciente en las búsquedas de información sobre masajeadores prostáticos o masturbadores para pene».

Y es que una de las mayores excusas a la hora de probarlo es que parece que, con el uso de la mano, ya no es necesario utilizar un juguete porque ‘no hay competencia posible’.

Aunque, como explica Adriana: «No hay por qué elegir entre una cosa u otra. Son sensaciones distintas y en el terreno sexual, cada persona tiene sus propias preferencias».

«Utilizar juguetes sexuales no elimina de la ecuación la masturbación manual, son prácticas que funcionan muy bien juntas. Pueden combinarse y complementarse perfectamente e incluso utilizar juguetes sexuales en compañía. Las posibilidades para experimentar el placer son prácticamente infinitas».

Mara Mariño

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‘Las nuevas tiendas eróticas se parecen más a una perfumería que a un sexshop de los años 90’

El mundo cambia y la sexualidad, en mayor o menos medida, va con él de la mano. El ejemplo que más me ha impactado ha sido el de las tiendas eróticas.

TWITTER LYSSTORE

De escaparates oscuros o incluso tapados, rincones poco iluminados y pasillos llenos de vídeos porno en los que el único cliente que podías cruzarte era un hombre, a auténticas boutiques en el centro de la ciudad y abiertas al exterior.

¿Y lo mejor? Que ahora nosotras entramos porque, finalmente, los estantes están también repletos de productos que se centran también en nuestra sexualidad.

Sobre esta evolución he querido hablar con Óscar Fernández, el gerente de Lys Erotic Store, uno de los espacios que se han convertido en punto de encuentro de amigas, parejas, madres e hijas.

Es él quien nos afirma que, en materia de ‘supermercados sexuales’, las cosas se han transformado bastante (afortunadamente para nosotras).

 ¿Cómo definiría las tiendas eróticas de hace unos años respecto a las de ahora?
Hace 15 o 20 años, las tiendas eróticas estaban orientadas a un público masculino. Además de vender productos, había cabinas de vídeo proyección y peepshow. A partir del año 2000, todo empezó a cambiar en Europa. Surgieron tiendas con decoraciones más bonitas, en calles más concurridas e, incluso, en centros comerciales. Hoy en día, las cabinas y peepshow han desaparecido, las tiendas se han orientado a un público más femenino y se parecen más a una perfumería que a un sexshop de los años 90.

¿Cómo influye la decoración en el consumidor a la hora de decidirse a entrar en un establecimiento?
El producto erótico tiene que venderse como un producto más de consumo. El cliente, cuando entra en nuestros establecimientos, encuentra un espacio muy luminoso, donde todo está ordenado por lineales. Los productos están colocados como si se tratara de un supermercado tradicional. Es muy importante que el consumidor se sienta a gusto.

¿Que las tiendas eróticas hayan experimentado este cambio es sinónimo de que el erotismo también?
El ser humano es un ser erótico, el erotismo siempre ha existido y siempre existirá. Conceptos como el nuestro y el de otros compañeros de la profesión ayudan a normalizar el erotismo. Lo mismo está ocurriendo por parte de las marcas que desarrollan productos de este tipo. Se trata de una nueva era en la que toda esta normalización nos está permitiendo evolucionar.

¿Cuál es la clientela que pretenden atraer con estos espacios?
Nuestro objetivo es normalizar la venta de artículos eróticos. Queremos que todo el mundo que tenga más de 18 años pueda entrar en nuestros supermercados y sentirse como en cualquier tienda de ropa. No tenemos un público definido, todos son bienvenidos.

¿Diría que es una clientela muy distinta a la que frecuentaba tiendas eróticas hace unas décadas?
La clientela de hoy, al menos en nuestros establecimientos es, en un 75%, femenina.

¿El empoderamiento femenino entre sábanas ha sido también un factor clave? ¿Ahora las mujeres nos atrevemos a comprar más cosas para nosotras?
Sí. Como solemos decir, cada persona es responsable de su propio orgasmo. Gracias al crecimiento del empoderamiento femenino, las mujeres se atreven mucho más a dar el paso y venir a comprar juguetes. De hecho, según el ranking de ventas de LELO, correspondiente al primer semestre del año, son las mujeres las que más juguetes eróticos consumen en España. Su producto estrella, un succionador de clítoris, es uno de los más demandados en nuestras tiendas.

¿Cómo saben qué productos ofrecer, se dejan guiar por el instinto o se limitan a reponer los artículos más vendidos?
Como en todos los sectores, tenemos un departamento de compras que se encarga de buscar nuevos productos, y las marcas también nos proponen regularmente sus novedades. Es un mundo que evoluciona rápidamente y siempre tenemos que actualizarnos.

Duquesa Doslabios.

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Librería de Orgasmos Reales: así suena un orgasmo femenino de verdad

Querid@s,

Atended. 30 personas escuchan dos orgasmos. ¿Cuál es el real y cuál es el fingido?

El 22,5% de las mujeres españolas no llega al orgasmo nunca o casi nunca durante las relaciones sexuales y muchas se sienten tan presionadas para alcanzarlo (y alcanzarlo del modo en que sus parejas masculinas están esperando) que el 52% acaban por fingirlo de vez en cuando, y el 11,8% siempre, algo de lo que, por supuesto, el 84% de los hombres no son conscientes. ¿Por qué? Aquí hay  algunos por qués. Según Ana Lombardía, Sexologa y Terapeuta de Sex Academy Hay muchas personas con dificultades para llegar al orgasmo en pareja. Muchas de estas personas lo consiguen con facilidad masturbándose a solas pero, cuando están en la cama con sus parejas, no lo consiguen. Aunque es frecuente escuchar esto en boca de mujeres también hay muchos hombres a los que les sucede.” De ahí que “La gran mayoría de las mujeres ha fingido un orgasmo en uno u otro momento de su vida. A veces llega un momento en que estas mujeres se cansan de simular su placer y quieren empezar a disfrutar de verdad.

«Un estudio de Bijoux Indiscrets descubrió la influencia de la ficción en la manera en la que los españoles practicamos sexo y creó la Librería de Orgasmos.»

Bijoux Indiscrets, juguetería sexual a nivel mundial, realizó un estudio donde descubrió que durante el orgasmo, los gritos, gemidos y jadeos, se han convertido en un código propio de comunicación durante el sexo. ‘Ficción vs Realidad en el sexo‘, el primer estudio sexual de España que nos descubre que un 65% de los españoles tiene una visión ficcionada del sexo, ya sea por las películas pornográficas o por las películas románticas.

Además del orgásmico vídeo Bijoux Indiscrets lanzó hace unos meses la Librería de Orgasmos Reales, un lugar que ya ha recibido mas de 1.700.000 visitas y donde las mujeres tienen la posibilidad de subir sus orgasmos grabándolos y compartiendo de forma anónima el sonido de su orgasmo real para iniciar una conversación que permita romper los tabúes sobre la sexualidad femenina.

ANÁLISIS DE RESULTADOS

El proyecto cuenta ya con 750 orgasmos reales que proceden de 51 países diferentes, incluidos algunos conocidos por su cultura represora de la sexualidad femenina como India, China, Arabia Saudí o Pakistán y otros más liberados como Corea del Sur o los países occidentales. De hecho, España, Estados Unidos, Alemania, México y Colombia son las cinco nacionalidades que más han contribuido con sus orgasmos, mientras que Estados Unidos, Alemania, China, España y México han sido sus principales «consumidores«.

El país más activo ha sido España. Los orgasmos reales se han escuchado más de 2,4 millones de veces y han sido compartidos en redes sociales en 4.900 ocasiones. Entre los orgasmos más escuchados se encuentran los titulados «MY TIME IS FOR ME«, «ÉCLAIR» o «PLEASE, DO IT«, que han sido escuchados más de 30.000 veces cada uno. Podéis escucharlos en la biblioteca de orgasmos de Bijoux Indiscrets. Las grabaciones, que eran acompañadas de pequeñas descripciones para dar contexto a nuestro estudio sobre la realidad del sexo, han permitido a Bijoux conocer las preferencias de mujeres de todo el mundo respecto a zonas erógenas, lugares preferidos para practicar relaciones o para masturbarse, e incluso sensaciones y estados de ánimo que provoca un orgasmo. Gracias a un programa llamado Data Art, el sonido de cada orgasmo se convierte en imagen única e irrepetible que puede descargarse, haciendo de cada orgasmo una obras de arte.

Bijoux Indiscrets

«La mayoría de los orgasmos de la librería se alcanzaron en soledad (42%).»

De los orgasmos subidos el 74% de los orgasmos se alcanzaron con la estimulación del clítoris, el 27% con el punto G, el 19% con senos o pechos y un 4% jugando con las piernas. ¿Cómo? Utilizando las manos, 22%, un vibrador, 20% o mediante la penetración, 15%. La mayoría de los orgasmos de la librería se alcanzaron en soledad (42%) pero también hubo parejas (18%) y algunos tríos (1,1%). El 13% se grabaron en la cama, un 4,4% en el sofá, el 1,5% en el suelo o 1,1% en la cocina, así hasta alcanzar una larga lista de lugares que incluye el trabajo (1,9%) o un coche (1,2%). Éxtasis (32%), estremecedor (12%) o impulsividad (9,3%) son los principales conceptos que se asociaron a la práctica del sexo en nuestra plataforma.

Más de 700 mujeres de todo el mundo se han atrevido a grabar y hacer público su orgasmo real. ¿Os atrevéis a dar voz a la diversidad del placer femenino? Sube tu orgasmo aquí mismo y que se corra la voz.

A follar a follar que el mundo se va a acabar.