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¿Te vienes a una clase de Shibari? Descubro el arte erótico de atar con cuerdas

Me fascinan las cuerdas, las esposas, las cintas, los lazos… Todo lo que caiga en mi mano que me sirva para atrapar a quien me acompañe en la cama, corre el riesgo de ser utilizado.

Pero atar no es solo rodear a quien queda a tu disposición, se puede convertir en algo bonito y de alta carga erótica.

O, al menos, eso es lo que aprendo en un taller de introducción al Shibari, en uno de los locales de Amantis.

pierna atada shibari

UNSPLASH

El sexólogo que dirige el taller nos define el Shibari como «el arte erótico de la comunicación con cuerdas. Se crea algo artístico, no es te ato y ya está».

La principal diferencia entre esta técnica y el bondage, es que el segundo consiste solo en atar por atar, busca solo mantener a la otra persona inmovilizada sin que importe el instrumento que se utilice para ello.

Bloquear a la otra persona es también uno de los objetivos del Shibari, por supuesto (y que quede a nuestra total disposición).

La diferencia es que los cabos deben quedar de una manera estética, por lo que es importante que se vean simétricos sin enredarse entre sí ni entrecruzarse (el término ‘peinar las cuerdas’ es el que se usa para describir que queden bien puestas).

Pero, ¿por qué las cuerdas? ¿De qué material?

En el taller nos remontan a los orígenes de la práctica: «En Japón las cuerdas son un espacio sagrado, se utilizan las de yute porque son agradables al tacto, no se deforman cuando se mojan y son fáciles de deshacer».

La mejor prueba es cuando su compañera -inmovilizada por el pecho, la espalda y las manos-, queda liberada en pocos segundos en cuanto el extremo empieza a deslizarse de vuelta.

Cuando toca que tu pareja del taller te ate, es el momento de experimentar lo excitante del Shibari, de sentir esa parálisis cediendo el control a alguien (de ahí que en el mundo occidental se haya englobado esa práctica dentro del BDSM) y confiando en esa persona.

Pero también por la cuerda, que es un juguete al tacto. Se puede pasar por la piel, el cuello, los genitales

Y la persona que ata puede buscar el contacto acercándose, abrazando, besando, buscando con la mirada o haciendo todo lo contrario si quiere transmitir un mensaje diferente.

Esto último de jugar, mirar y centrarse más en las sensaciones y en el proceso del atado, recibe el nombre de Muganawa.

La fina línea entre el dolor y el placer (o la vergüenza y la excitación), es también clave en el Shibari. En otro taller de Sex Academy precisamente explicaron que el cerebro producía dopaminas en todas esas situaciones.

Como nos cuentan, hay quienes dicen que es una práctica derivada del Hojujutsu, el arte marcial que consiste en capturar con cuerdas al enemigo e inmovilizarlo (con la diferencia de que se añade el lado erótico, claro).

El desatado puede ser igual de excitante que la forma de atar: ir desenvolviendo a la otra persona poco a poco, cambiándole de postura, tocándole…

A la hora de atar por primera vez, acudir previamente por una clase impartida por un experto es fundamental.

El lazo es lo que guía, pero hay que saber por dónde pasar la cuerda para que, del roce, no se desgaste.

También hay zonas del cuerpo ‘prohibidas’ cuando se trata del Shibari. El cuello, las articulaciones o todas aquellas partes por las que pasen venas, nunca deberían ser atadas porque pueden comprometer la seguridad.

Y hablando de seguridad, ya seamos principiantes o expertos en materia, José siempre recomienda tener a mano unas tijeras de punta redonda. Si la persona atada se cae y se le desliza un nudo o se pone nerviosa -y no reaccionamos a tiempo quitando el nudo-, lo mejor es ‘cortar’ los nudos por lo sano.

Como nos recuerda, las cuerdas son reemplazables, la pareja no.

Mara Mariño

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‘Bondage’ sí, pero no vale atar de cualquier manera

Siempre he tenido una extraña fascinación por atar. Sí, desde pequeña. Lo de dejar a alguien inmovilizado e irme a mis cosas era una sensación de poder con la que ya me familiaricé en la infancia.
Así que imagínate cuando descubrí que podía trasladar el juego al terreno sexual. No sé si diría que es mi práctica favorita, pero el bondage definitivamente se encuentra en el top 3.

BIJOUX INDISCRETS

De atar me gustan los dos lados: tanto el de llevar el control de la situación –dejando a la otra persona completamente indefensa-, como ser quien debe someterse a las cuerdas (o cinturones, vaya).

Para mí los alicientes son varios. Tener que buscar vías alternativas de desenvolverte cuando no puedes usar las manos, posturas que te sacan de tu zona de confort y también experimentar con quien está paralizado. Aceite fundido de vela (de las que sirven para eso), un hielo, una pluma y hasta subir de nivel el juego colocando una cinta alrededor de los ojos. Ahora sin tocar y sin ver.

Aunque nunca me había interesado por la técnica. Toda mi formación en inmovilización erótica había sido fruto de algún cinturón despistado que se me había venido a la mano o la ocurrencia de darle un uso alternativo a mis lazos del pelo.

Al final ataba de la misma forma que hacía un nudo para ponerme un pañuelo, como te cierras unos cordones, sin mucho más misterio. Claro que eso no era atadura erótica pulida ni nada. Usar un cinturón alrededor de las manos como si fueran unas esposas es bondage, vale, pero no me preocupaba por el proceso.

Sin embargo, ya que son objetos que se utilizan durante un periodo de tiempo considerable, es importante tener en cuenta que no puedes cortarle la circulación a la otra persona o dañarle un nervio.

Si tu idea es iniciarte en la práctica, procura dejar al principio las ataduras sueltas, que sepas que puedes desembarazarte de ellas en cualquier momento para ir familiarizándote con la sensación.

Después prueba a ajustar el nudo siempre dejando un dedo de espacio entre la piel y la cuerda para que no se duerman las manos (si están frías es mala señal).

Y la pregunta del millón, ¿a dónde atar? Mi consejo es que busques vida más allá del cabecero de la cama. Hay puertas, asideros, radiadores, barandillas y todo tipo de superficies en casa que harán del juego algo mucho más interesante. Aunque si no quieres complicarte, limítate a inmovilizar las manos juntas o las piernas.

Cuando empiezas a probar lo de atar o dejarte atar, hay quienes recomiendan buscar una contraseña que signifique que se quiere parar. Yo sinceramente creo que no estamos en Cincuenta sombras de Grey y puedes decirle a la otra persona que afloje el nudo, que lo de atar mejor otro día o que prefieres que la cuerda se la ponga en el pito.

Y por último, que el bondage forme parte del BDSM (concretamente es la ‘B’ que inicia la palabra), no significa que tengas que sufrir necesariamente. Hay quien encuentra en un poco de dolor un estímulo que potencia el placer y quien no lo experimenta para nada. Lo importante es que pruebes qué va más contigo y te diseñes una inmovilización a tu manera.

Duquesa Doslabios.

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¿Qué diantres es el BDSM? Bondage, disciplina, dominación, sumisión y sadomasoquismo?

Querid@s,

¿Qué diantres es el BDSM? Bondage, disciplina, dominación, sumisión y sadomasoquismo?

secretary

Como ya todos sabrán a estas alturas de la vida, el atractivo pero intratable Christian Grey ha estereotipado el, para la inmensa muchedumbre, oscuro y sórdido  mundo del BDSM. Tan oscuro que muchos de ustedes seguro que se echan las manos a la cabeza maldiciendo a esta servidora que solo habla de sexo. ¡Qué quieren, este es un blog de sexo! Jamás serán mis pretensiones que ustedes acaben convirtiéndose de Giacomo Casanova ni en díscolos discípulos del perturbado Marqués de Sade, aquel impío amante que tras una orgía con un séquito de meretrices, fue acusado de envenenarlas al darles de probar «mosca española». Me conformo con que aprendan y aprehendan los conocimientos básicos para que dominen este subrepticio savoir faire  en cualquier habitación roja que se le ponga por delante.

Para la mayoría de los terrícolas el universo BDSMista (bondage, disciplina, dominación, sumisión y sadomasoquismo) es considerado como tabú y una practica casi inaccesible. Muy mal. Casi todos ustedes se imaginamos que esto va de que meter o que le metan a uno ostias como panes, de linchamientos que ríanse de las vandálicas intervenciones de los Hooligans o de ser esclavos por una noche y le azoten hasta que les salta la carne haciéndole sufrir lo indecible. El dolor forma parte del sadomasoquismo sólo para algunas de las personas que lo practican. Para otras (diría yo que la inmensa mayoría) es todo lo contrario, porque existen mil y una formas de disfrutar del BDSM sin pasarlas canutas y disfrutando de lo lindo sin acabar como el rosario de la aurora. Aquí no hemos venido a sufrir. Aunque algunos locos sí.

El castigo a un amante sumiso que se ha pasado de rebelde puede consistir en que ha de acatar sin rechistar, desde imponerle que se disfrace de muñeca pepona a atarle al cabezal o la pata de la cama, vendarle los ojos y hacerle la mejor felación o cunnilingus de su vida. ¿No suena mal no? Eso sí, poniendo algo de picante al asunto. Vende a su presa o  prohíbale terminantemente que le toque o de lo contrario se verá usted obligado a darle su merecida azotaina. El que avisa no es traidor. El arte del spanking es deliciosamente curioso, lo abordaremos en breve.

Hasta entonces, quédese con el significado de estas siglas.

B de Bondage: Termino inglés que significa atar.

Las prácticas eróticas relacionadas con el bondage son básicamente los roles de poder asimétricos como por ejemplo am@-esclav@, jef@-emplead@, maestr@-alumn@, policí@-detenid@ o dueñ@-mascota. Y sí, la historia puede llegar a que uno haga de perrit@ que comer en un plato mientras el am@ le tiene atad@ con una correa, o con longanizas. Libertad total.Han de proveerse de la cuerda necesaria, cuanta más mejor. Si les pilla el toro, valen como remedios domésticos enseres como cables, corbatas, cinta de embalar, cordones, medias o fulares. Todas ellas tienen un único cometido: inmovilizar las extremidades de la presa.

En cualquier caso, mantenga el cuello siempre libre de artefactos. Nada de simular ahorcamientos o locuras afines, no es cuestión de que pierdan el norte en esta empresa. El fascinante bondage les permitirá sumergirse en el no menos excitante mundo de los disfraces, que siempre ponen su granito de arena. Por ejemplo, señora vístase usted de médic@. A él de enfermero. O vestirse de persianero (que el fontanero está ya muy visto) y él de amito de su casa. En el amor y en el BDSM todo vale.

D de Disciplina y Dominación 

Dominación: Consiste en la práctica erótica en la que una persona adopta un rol dominante (dominatrix) para actuar como se le antoje y le pase por los mismísimos. Como en alta mar, donde manda dominatrix no manda el pobre sumiso. La dominación está sujeta constantemente al consenso y los límites establecidos por el dominado. Si la cosa se pone fea, el BDSM rechaza cualquier práctica de dominación sin consentimiento del dominado. Que quede muy clarito. La dominación solo vale dentro de las paredes de una habitación compartida y dedicada al desenfreno sexual, no fuera de ella.

bondage

D de Disciplina: Son las prácticas relacionadas con las normas y preceptos dela relación entre am@ y sumis@o como los castigos varios a lo que el primero somete al subyugado dependiendo de las felonías que haya cometido. Incluye adiestramiento por parte del amo y protocolos de comportamiento. ¿Se le antoja un tato bizarro?

Sumisión: Una persona adopta un rol sumiso en el que queda bajo la voluntad y merced del amo o la dominatrix. Es la situación complementaria de la dominación.

Sadismo: Se refiere a aquellas prácticas erótico festivas en las que una persona obtiene placer por causar dolor, humillación o incomodidad a otra persona que así lo acepta libremente.

Masoquismo: Hace referencia a aquellas prácticas sexuales poco ortodoxas en las que una persona obtiene placer experimentando dolor, humillación o incomodidad, a manos de un verdugo que le da caña. Siempre prácticas voluntarias que jamás de los jamases pueden traspasar los límites establecidos por el receptor.

Palabra de seguridad

Para cualquiera que se embarca en cualquier práctica BDSM se necesita una palabra de seguridad para detener lo que esta ocurriendo si la pronuncia. Si el sumiso dice “no, no, por favor, basta”,  usted haga como el que oye llover. Posiblemente en verdad se la está gozando y no quiere realmente detenerlo. Pero la palabra de seguridad son palabras mayores. A veces se usa una palabra específica (por ejemplo “piedad”) o un código de colores (verde, “todo bien”, amarillo “caliente caliente” y rojo “para que me vas a matar”). La palabra de seguridad debe ser fácil de recordar y de pronunciar, entienda que no es el mejor momento para poner a prueba su ingenio y agudeza mental. Esto no es el scrabble. Piensen que bastante tiene el sumiso con lo que tiene. Toda esa presión encima, maniatado, con palabras obscenas escritas sobre su cuerpo, con restos de cera caliente sobre la piel, quizás incluso con un pasamontañas de látex como segunda piel y una bola de acero metida en la boca. Como para ponerse a hacer memoria.

otraNo tengan miedo, el BDSM puede ser tan inofensivo como beber un malibú con piña. Porque una juguetona sesión BDSM, de azotainas en culos ardiendo, látigos, collares de perro, cadenas y demás artilugios erótico festivos, puede acaba de la forma mas tierna posible, que es con un coito vainilla  (la sesión sadomaso is over), haciendo el amor de la forma más dulce que podáis imaginar y con un sincero Te quiero.

Ahora que ya tienen un poco más de conocimientos sobre el tema, pónganse manos a la obra. Quizás no han aprendido nada. Si es así, lo siento).

Que follen mucho y mejor.

Follemos: el manifiesto de Nacho Vidal

Querid@s,

En estos tiempos que no son tan buenos,

Seguimos haciéndonos daño. Seguimos matándonos los unos a los otros. Matando a nuestros hermanos, hermanas, vecinos y amigos. Seguimos fabricando armas, seguimos cometiendo atentados, seguimos atentando contra toda lógica. Evolucionemos, amemos, follemos. Cambiemos los misiles por consoladores. Las armas de destrucción masiva por orgías multitudinarias. Dejemos de invadir países y comencemos a conquistar culos. Practiquemos el bondage y la dominación en lugar de esclavizar a nuestros niños. Que el squirting diluya nuestras lágrimas. Que los gritos de cada orgasmo sustituyan a los gritos del hambre y la desesperación. Que la posición del ’69’ nos haga olvidar cada disposición del FMI. Follemos, sí, follemos y follemos. Acabemos ya con esta forma de pensar hipócrita y cruel. Dejemos de escandalizarnos al ver nuestros cuerpos desnudos mientras aceptamos ver cuerpos mutilados. Dejemos de tragar mentiras y comer basura y pasemos a tragar pollas y a comer coños chorreantes. Hagámoslo desde ya, con urgencia, sin excusas. Porque solo cuando cada polla y cada coño de este planeta sea respetado… merecerá la pena vivir en él.

Es el manifiesto del actor porno Nacho Vidal, una especia de oda al amor y al sexo, su particular versión del “haz el amor y no la guerra”. También sirvió como presentación del Festival Erótico de Barcelona celebrado del 1 al 4 de octubre del año pasado.

La organización del festival definió el vídeo como “una exhortación a amarnos, a disfrutarnos, a querernos y a aceptarnos, a nosotros mismos y a los demás, tal y como somos: animales sexuales. A dejar de lado los tabúes y la vergüenza. Así tal vez seremos capaces de dejar de lado la doble moral imperante que esconde el cuerpo pero enseña la violencia y la barbarie”.

¿Qué opinión les merece su manifiesto? Desde luego, no deja indiferente a nadie. A mí me ha servido de inspiracion para redactar el mío. A ver qué les parece.

Porque las batallas sean cuerpo a cuerpo en una cama aún por deshacer. Porque los únicos mutilados sean los prejuicios y las prohibiciones. Porque se envíen más misiles en forma de cartas de amor. Porque las únicas bombas que exploten sean las que estallan debajo de la piel. La tuya y la mía. Porque tú me enciendas y yo te ponga por los siglos de los siglos. Amen.

Porque tú y yo nos encontremos, algún día, cuando menos lo esperemos. Porque follemos hasta que  nos enamoremos. Porque nos dejemos de timideces y pasemos a la acción. Porque las noches a tu lado duren toda la vida y vuelta a empezar. Porque cada mañana me invites a desayunar, con o sin diamantes. porque nunca nos hagamos mayores, porque nunca se nos envejezca el corazón. Porque no me vuelvan a romper el alma y si lo hacen, que valga la pena.

Porque la felicidad no sea un sueño. Por aprender cada día, aunque sea sólo una palabra nueva. Por hacer cada día algo que nos dé miedo. Porque nunca dejemos de bailar. Porque esa diosa llamada música nunca deje de sonar. Porque no nos dejemos nada el tintero, ni respiremos a medio pulmón. Porque no pasemos por este mundo sin pena ni gloria. Porque no nos dejemos besos por dar, ni polvos por echar. Porque siempre nos quede algo por lo que seguir luchando. Por seguir amando, haciendo el amor y follando toda la vida. Porque a veces sí, y a veces no. Porque me hechicen, si viene de la persona adecuada.

Por esos hombres que ponen con los tacones mirando pal techo y por esas mujeres que son el veneno para el que tú eres el antídoto. Porque hagamos todas las cosas que nos quedan por hacer antes de palmarla. Porque no nos arrepintamos de nada. Y porque el día que muramos, sintamos de verdad que hemos vivido plenamente. Como si fuera el último día. Como si fuera el primero.

¿Y su manifiesto?

Que follen mucho y mejor.

BDSMK, la asociación del sexo no convencional

Querid@s,

Sesión BondagePara todos los golfos y golfas (con principios) que dan sus primeros pasos en el apasionante mundo del BDSM, es decir el bondage, la dominación, el sadomasoquismo y la sumisión, nace la primera asociación de ámbito nacional para el apoyo, visibilización, formación y protección en el BDSM y el kink (prácticas sexuales consensuadas no convencionales). Ell@s son BDSMK y este es su manifiesto.

Las relaciones sexuales no convencionales (kink en inglés) están más a la orden del día que nunca. Y eso es bueno. Los consumidores y practicantes de esta tipología de sexualidad van en aumento y cada vez hay más curiosidad por estas practicas no convencionales. La publicación de ciertos libros de talante erótico y la llega a la gran pantalla de cierta película ha despertado sin duda alguna un profundo interés por el mundo del BDSM. Por supuesto hablo de 50 Sombras de Grey. Un taquillazo para mi gusto malérrimo, un auténtico bodrio, una moñada de pelicula. Pero gracias a ella, en nuestro país hay más curiosidad, se habla más de este tipo de sexo y se practica más estas cosas que se antojan raras. Aunque sepan ustedes que la trilogía de las sombras poco tiene que ver con el BDMSK. Lo de Grey es maltrato. Y lo de Ana es de hacérselo mirar.

Pero no todo va a ser llegar y besar el santo y antes de empezar a dar azotes o atar a alguien, hay que saber cómo hacerlo.  Los novatos tienen poca información y menos recursos para orientarse ellos solitos en sus primeros pasos en este nuevo mundo. Tampoco ayuda mucho el estigma que pesa sobre las relaciones no convencionales. Creo que aún pesan los miedos, los remilgo y los lastres. No dejamos a un lado ese absurdo «qué dirán» en muchos aspectos de nuestra vida. Seguimos a rajatabla, sin cuestionarnos muchas veces, las directrices que nos imponen la sociedad, el sistema y quién sabe qué más, pero también las encorsetadas normas que nos imponemos nosotros mismos.

¿Quizás sean todas ellas excusas baratas que condonan nuestra pusilánime cobardía? Aunque hay a quien no le interesa en absoluto meterse en estas jaranas de alto voltaje. Respetad@ sea. Para los que les pica la curiosidad, yo les diría que hicieran oídos sordos a sus educaciones estrictas, a los absurdos protocolos y esa falsa doble moral. Y que pruebe el wild side. Piense que siempre puede volver.

Precisamente para unir fuerzas, echar una mano y asesorar nace la asociación BDSMK. Después de varios meses de trabajo duro por parte de distintas personas vinculadas a la comunidad kink. BDSMK ya está aquí. Bienvenid@s amig@s. Actuarán en todo el ámbito nacional y tiene dos objetivos muy claros en su punto de mira.

BDSMK

  • Hacia dentro de la comunidad: Básicamente apoyar a sus miembros, brindarles todo el apoyo a la hora de gestionar sus fantasías y deseos de una forma saludable y segura, apoyarles en caso de que sufran discriminación y muy importante…Evitar la presencia de depredadores y personas tóxicas, etc (bastantes tenemos en nuestras vidas).
  • Hacia fuera: Dar visibilidad de la amplia diversidad de prácticas que tiene la sexualidad humana y mostrar que no hay nada de malo en ellas. Que el misionero y la pareja (de dos) está bien. Pero si se tiene curiosidad de más, también lo hay. ¿Por qué no?

Pero BDSMK no se va a quedar en una simple asociación de tintes sexuales. Es mucho más que eso. Una página web al servicio de todo el mundo y una constante presencia en las redes sociales. Les va la marcha, así que no faltarán fiestas, jaranas y guateques para que los que quieran (sin obligar a nadie) puedan verse las caras y los cuerpos, y preguntar lo que quieran. Y puede apuntarse tod@ hij@ de vecin@, incluso empresas serias y con principios. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

Anímense. Y que follen mucho y mejor.

Sadomasoquismo para principiantes

Ataduras, azotes, flagelaciones, privación sensorial… Un cóctel explosivo de dolor, dominación, entrega y sumisión con un objetivo: el placer extremo. El sadomasoquismo, una práctica sexual tan antigua como el mundo, está más de moda que nunca gracias a la novela erótica mundialmente famosa 50 sombras de Grey, cuya adaptación cinematográfica se estrena este viernes en España.

Reconozco que yo no la he leído. Lo intenté, pero (y con esto no quiero ofender a nadie) me pareció bastante regulera y llena de estereotipos, así que abandoné. Sin embargo, he de reconocerle que ha caldeado la temperatura de multitud de alcobas y animado la intimidad de muchas parejas. Ya solo por eso, bienvenida sea.

El fenómeno es tal que los sexshops y tiendas especializadas de todo el mundo han disparado las ventas de prendas y juguetes eróticos relacionados con dichas prácticas.Tengo amigas cuyos bebés deben su nacimiento a Christian Grey y sus hazañas y otras que andan como locas buscando cursos de iniciación al sexo BDSM. Pero, aunque los juegos eróticos sadomasoquistas forman parte de las fantasías sexuales más recurrentes, lo cierto es que una cosa es animar el cotarro con un par de esposas, una máscara y un poco de cuero, y otra muy distinta es el auténtico sado.

GTRES

GTRES

Ese, el que causa dolor de verdad, está a otro nivel. Y con ello no quiero decir que sea malo, sino que no es apto para todos los públicos. Pese al boom que hoy vive, siempre ha sido considerada una práctica marginal y oscura condenada socialmente. Algo sórdido propio de perversos y perturbados o con un trágico historial de abusos a sus espaldas, nada que ver con las buenas gentes del pueblo, como diría Patxi Andión. Pero no. El BDSM se apoya siempre en el consenso entre los participantes y, partiendo de esa base, las amenazas que lo rodean no son tan distintas de las que se dan en el mundo vainilla, que es como los amantes del sadomasoquismo llaman a quienes no lo practican porque, a su juicio, no tienen ni gracia ni sabor. “Igual que en el mundo vainilla no te vas a casa de cualquiera, en el mundo BDSM no dejas que un completo desconocido te ate y te de con una fusta”, me dice al respecto una apasionada de esta disciplina, si es que puede denominarse así. Y tiene razón. Psicópatas hay en todos sitios, y desde luego habrá quien se pase de la raya, pero muchos miles de personas lo practican en todo el mundo disfrutando de ello y sin perjudicar a nadie.

De hecho, un estudio publicado en 2013 en The Journal of Sexual Medicine revelaba que los amantes de este tipo de prácticas sexuales son mentalmente más fuertes, más equilibrados, más sociables, más abiertos a nuevas experiencias y menos neuróticos. La explicación que dieron los investigadores a semejantes resultados fue que ello se debe al mayor conocimiento que tienen estas personas de sus necesidades y deseos sexuales, lo que hace disminuir la frustración física y emocional en las relaciones.

Lo más peligroso, según los expertos, es confundir la fantasía y el juego con la realidad. Porque, aunque extremo, no deja de ser eso, un juego. Un juego consentido y pactado entre adultos en el que alguien domina y alguien es dominado. Como el yin y el yang. Alguien, el amo, inflige dolor y sufrimiento al objeto de su deseo para obtener placer; a su vez el otro, el contrario, el esclavo, recibe y necesita ese castigo para alcanzar esa misma excitación y éxtasis. Escupir, abofetear, insultar… cada pareja llega a los límites que desea llegar.

FOTOGRAMA DE 50 SOMBRAS DE GREY

FOTOGRAMA DE 50 SOMBRAS DE GREY

Y bueno, que si a uno le pica la curiosidad, puede darle al sexo duro sin tener que adentrarse en las turbias aguas del BDSM extremo. Que mira que siempre digo que entre el blanco y el negro hay millones de grises… No hace falta reencarnarse en el Marqués de Sade para romper la rutina y adornar un poco tu vida sexual. Eso sí, si te animas, aunque sea en plan light, hay algunos mínimos que debes tener muy en cuenta. Como decía antes, debe hacerse con alguien de confianza y es muy importante establecer con anterioridad los límites y el reparto de roles, así como definir lo que en el BDSM se conoce como palabra de seguridad. Esto último no es más que pronunciar una palabra previamente pactada cuando el dominado ya no pueda más, y la sesión se dará por terminada. Esa palabra debe ser distinta a «no», «para», «basta» o algo por el estilo. La razón es que uno de los pilares sobre los que descansa el sadomasoquismo es el juego de resistencia y dominación de una persona a otra, por lo que esa terminología forma parte del juego. “No, para, por favor, basta…” Y cuanto más pides que pare, más te azota el otro el culete… Por ello, lo más común es usar los colores del semáforo. Si se grita rojo, hay que parar inmediatamente.

Es muy importante evitar las zonas sensibles (espalda, huesos…) y el precalentamiento es fundamental. Hay que ir de menos a más, como en todo, y se pueden alternar los cachetes con caricias breves. También se pueden intercambiar los roles, por su puesto. ¿Quieres ser el profesor/a exigente o el alumno/a travieso que debe ser castigado? ¿Te has portado mal y necesitas un correctivo? Las opciones son tantas como tu imaginación y tus ganas… ¿Te atreves a probar?