Entradas etiquetadas como ‘apagada’

¿Luz encendida o apagada?

Ver o no ver, ser vistos o no, esa es la cuestión. Porque “no hay nada donde la vergüenza sea más dominante que en el sexo”, afirma Anita Clayton, psiquiatra y profesora de Ciencias Neuroconductuales de la Universidsad de Virgnia.

Muchos de los que optan por el “luces fuera” sostienen que así, en la oscuridad, pueden concentrarse solo en sentir, en apreciar a la otra persona agudizando el resto de los sentidos. Otros hablan de la necesidad de crear un espacio propicio para dejar volar la imaginación y las fantasías.

No digo que no sea verdad, que ya se sabe que entre el blanco y el negro hay miles de grises, pero lo cierto es que muchas de las veces, aunque no se reconozca, el trasfondo está lleno de inseguridades, de complejos, de pudor, de falta de confianza, de sensación de suciedad y de conciencias maltrechas. Que tantos años de opresión, de castración y mentes manipuladas por los preceptos sociales, culturales y religiosos acaban por pasar factura.

Sexo en penumbra“Ningún aspecto del ser humano está más cargado de denigración y deshonra que el sexo“, añade Clayton, al tiempo que explica que todos, en algún momento, nos hemos avergonzado de nuestras pasiones o de la sexualidad en sí misma, de lo que envuelve. El caso es que, por esa y otras razones, muchos no quieren ser vistos en ese proceso.

Es el caso de María. Tiene 49 años y lleva más de 30 casada. Jamás ha encendido la luz para tener relaciones con su marido. Se siente gorda, la acomplejan las estrías de sus tres embarazos y como casi toda mujer, tiene celulitis. Detesta su cuerpo y cree que no merece algo mejor, que el sexo y su disfrute son para otro tipo de personas.

Afortunadamente, cuando pregunto, cada vez son más las personas que me responden que a la hora de hacer el amor (o follar, según cada cual) prefieren tener la luz encendida y disfrutar así de todos los sentidos. Claro que, casi siempre, se trata de personas más o menos jóvenes. Normalmente, a mayor edad, más fácil es que alguien te conteste que su opción es la oscuridad y su amparo. Especialmente las mujeres, siempre sometidas a mayores niveles de exigencia.

Para aquellos que huyen de la luz, una buena opción siempre son las velas, el ámbito intermedio de la penumbra. Un buen lugar para sacar tu sexualidad de las sombras y enriquecerla. No ya por placer, sino por salud. Mental y física.