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Relaciones a prueba de pantallas: ¿las redes sociales y la ficción afectan al romance?

El otro día, al terminar de ver una película sobre un amorío en Sicilia durante un campamento de verano, me notaba especialmente melancólica.

Aquella historia ficticia me había despertado el antojo de romanticismo, algo que no sucede en el día a día de mi relación de pareja.

pareja feliz

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Ni en el mío ni en el de la mayoría, quiero decir.

La fase de enamoramiento que nos revoluciona las hormonas y nos lleva a desplegar las mejores tácticas de cortejo, va desapareciendo conforme el vínculo va formándose y la intimidad fortaleciéndose.

El estado normal de una relación de pareja sana es la calma, una calma que a veces -si las condiciones lo permiten- se ve interrumpida por planes fuera de la rutina o escapadas, pero son episodios que se siguen por nuevos episodios de tranquilidad.

Aprender esto es algo que tenemos pendiente interiorizar. Sobre todo cuando vivimos en un mundo en el que los estímulos nos rodean.

Como la película romántica, los vídeos de Tiktok de desconocidos, los reality shows en islas paradisíacas, las canciones que escuchamos sobre hoteles de cinco estrellas y botellas de champán o incluso las fotos de Instagram de amigos, nos pueden llevar a pensar que todos viven en una burbuja de amor y adrenalina y nuestra relación es la excepción.

A eso se le añade el consumismo feroz que parece ser la alternativa siempre que tienes dudas de si estáis demasiado acomodados.

Un taller de cerámica para dos, un concierto a la luz de las velas (eléctricas), entradas para la terraza más exclusiva de la ciudad, el museo de photocalls donde haceros fotos, los calzoncillos con la cara de la otra persona estampada, flores a domicilio…

Todo tipo de cosas que te llegan bien por newsletter, contenido promocionado en redes sociales o incluso un descuento para un parque temático que te ‘regalan’ con tu compra.

Vamos, que podrías pensar ante tanta opción que si tu relación se muere de aburrimiento, es porque tú lo has querido.

Amor también es aburrirse juntos

Y claro que hay parejas que se desenamoran y dejan de querer hacer cosas en compañía de la otra persona y terminan con la relación tarde o temprano.

Pero, por lo general, el aburrimiento es una parte más de estar en una pareja estable.

Como lo es, cuando convives, organizarte con las tareas, agendar cumpleaños y celebraciones familiares y una larga lista de logística que es menos emocionante.

Las noches en el sofá viendo algo en la tele, con el sueño pegado a la pestaña, son mucho más comunes que aquellas en las que exprimes la vida nocturna de la ciudad.

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Para mí el problema es cuando crees que esos primeros tedios son la prueba de que no funcionáis y se pone punto y final para empezar otra historia con otra persona (la prueba de que las expectativas irreales que vienen impuestas se han salido con la suya).

Porque la energía de la nueva relación que arranca, acelera y emociona la maquinaria emocional, se agotará y, como la película del romance siciliano, servirá solo para un rato de suspiros.

En cambio, una vez aceptado que puede haber aburrimiento, se puede desromantizar el romanticismo y alejarse del que solo parece digno de película.

Una nota divertida en la nevera, que te lleve el café a la cama o que vuelva a casa con tu snack favorito también son formas igual de válidas de decir «te quiero».

Mara Mariño

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El sujetador con pezones de Kim Kardashian, ¿un hito feminista o mera sexualización?

Si pensabas que las velas con olor a vagina de Gwyneth Paltrow iban a ser lo más extremo en materia de productos que verías sacar a una famosa, vengo a sorprenderte: Kim Kardashian ha sacado un sujetador con pezones.

Kim Kardashian sujetador con pezones

@kimkardashian

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Las publicaciones con la prenda de lencería se han vuelto virales acumulando varios miles de comentarios y con legiones tanto de defensores como de detractores.

Y, después de tomarme mi tiempo viendo el producto, cómo se ha anunciado en redes y cómo se ha representado, es el momento de aclarar que tiene poco o nada de elemento revolucionario para el feminismo.

Kim ha tirado de la opresión de siempre: la de convertirnos en objetos sexuales y, de paso, lucrarse de ello.

Por lo pronto, la simple idea de poner a la venta un sujetador con pezones ya habla por sí sola, ya que se está haciendo negocio de algo que muchas llevamos años haciendo, ir sin sujetador por comodidad o rebelión política.

Bien porque no nos apetece ir con el pecho apretado, y preferimos llevarlo suelto, o bien porque no consideramos que tenga que tener una forma y altura impuestas.

El sujetador de la celebrity ‘vende’ un tipo de pecho muy concreto: el que tienen casi todas las mujeres de la familia Kardashian, es decir, la apariencia de haber pasado por quirófano.

«Tendrás el lift de una operación de pecho», dicen en su página de Instagram.

Esto no solo resulta bastante hipócrita teniendo en cuenta que utilizan la palabra «natural» en todo lo relacionado con su nuevo lanzamiento -y poca naturalidad hay en un pecho modificado a golpe de bisturí-, sino porque también aumenta la presión estética que ya sentimos sobre nuestro cuerpo y cómo debe ser su aspecto para encajar en los ideales de belleza.

Elimina todos los tipos y formas de pezones que existen ofreciendo una única fisonomía de teta sobre la mesa.

Y, por supuesto, niega una vez más que las tetas no estén bien altas y simétricas. Esta zona del cuerpo suele caer por la gravedad, si nuestro peso varía, le salen estrías y, por lo general, una de ellas siempre es algo más grande que la otra. Esa es la verdadera naturalidad.

 

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El pezón falso del sujetador tampoco se escapa del look cliché, más propio de las mujeres que vemos en videojuegos, que de las que nos rodean en nuestro día a día: la areola no existe y el pezón se asemeja a una naricita de gnomo, pareciendo que siempre está erecto.

Una visión muy estereotipada que además intentan convertir en divertido diciendo que «aunque las temperaturas del planeta están aumentando, tus pezones tendrán el aspecto de que siempre tienes frío».

Con mensajes de este estilo, no es de extrañar que mujeres como Laura Escanes, por ejemplo, hablen de que han pasado por cirugías por ver sus pezones como «demasiado grandes».

Pero, una vez más, se invisibiliza que las tetas caen, los pezones se agrandan por el calor, y no tienen que estar siempre como si no hubiéramos puesto la calefacción en casa.

Y eso sin olvidar que la marca de Kim Kardashian ofrece donar el 10% de las ventas a la asociación 1% for the Planet para ayudar a reducir las emisiones de dióxido de carbono, algo bastante irónico teniendo en cuenta que viene de una persona que se mueve con su familia en jet privado y una sola hora de vuelo ya genera toneladas de CO₂.

Es como para pensarlo.

No es el único intento de lavado de cara del producto. Hay quienes han saltado a mediar por la empresaria diciendo que estos sujetadores son ideales para mujeres mastectomizadas.

Que no te cuelen el pinkwashing, el objetivo de esta prenda no ha sido el de pensar en aquellas que han tenido cáncer de mama (que además en España son un 0,04% quienes han pasado por esta intervención), sino en el público en general.

Solo hay que fijarse en los mensajes que aparecen junto a las fotos o incluso en las propias fotos, las modelos posan de manera sugerente, con camisetas mojadas, junto a copys como «haz que te miren», «prepárate para girar cabezas» o «algunos días son duros, pero estos pezones lo son más».

Cero unidades de referencias a las mujeres que están pasando por esa enfermedad o incluso mujeres comentando que se han sometido a esta cirugía afirmando que les va a cambiar la vida.

Lo que sí trasciende, en cambio, es una sexualización descarada de los pezones, que Kim Kardashian pretende hacer pasar por embellecimiento, como cuando ha vendido su maquillaje.

De la misma manera que ya lo ha hecho con pintalabios o sombras de ojos, el mensaje que repite es el de «Vas a verte más guapa con esto».

Mercantilizar el acoso sexual

Sin embargo, lo cierto es que no necesitamos emular lo que ya está en nuestro cuerpo, hombres y mujeres traemos pezones de serie.

De hecho, desde que empezó el #Freethenipple en el año 2012, la lucha que mantenemos las feministas es que, precisamente, a nosotras se nos sexualiza por ir sin sujetador, ya recibimos comentarios obscenos, miradas insistentes o se nos hace abandonar ciertos espacios públicos en el caso de estar amamantando.

El sujetador de Kim no hace más que animar a que esta cosificación continúe, viendo como algo erótico un pezón cuando es simple y llanamente nuestro cuerpo, el cual deberíamos poder vestir como quisiéramos sin que sea sinónimo de que nadie nos tenga que hacer sentir incómodas.

Está mercantilizando algo que nos hace víctimas del acoso diario tanto en persona como en el ámbito digital.

Curiosamente los pezones reales de mujeres desaparecen de la red social a la velocidad del rayo, los pezones falsos de Kim Kardashian campan a sus anchas sin miedo a la censura.

Cabe preguntarse cómo es posible que los pezones masculinos y los pezones de mentira no resulten un problema para el algoritmo, mientras los pezones femeninos sí.

Y mi duda es también por qué siempre somos las mujeres el target de mercado, ya que nadie se plantea hacer un calzoncillo con relleno falso para que parezca que los hombres tienen una erección.

Quizás porque socialmente ellos tienen el privilegio de que no son percibidos como objeto de consumo.

Mara Mariño

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Cuidado con la romantización de los Beckham

Mentiría si no admitiera que me he ventilado el documental de Netflix sobre la trayectoria de David Beckham en menos de 24 horas.

Y no he sido la única. Aquella fiebre que viví de pequeña ha vuelto a desatarse.

Hilos de Twitter con los mejores momentos de la pareja, fotos de ambos de fondo de pantalla por todas partes, reposteos de sus looks de los 2000 en Instagram…

David y Victoria Beckham

@DAVIDBECKHAM

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Pero sobre todo me preocupa la urgencia femenina de tener que categorizar cualquier pareja de celebridades bajo el paraguas de #relationshipgoals, relaciones ideales, a las que aspirar.

La estrategia de David y Victoria es la misma que sigue Leonardo DiCaprio con su vida personal: darnos a entender que estamos al tanto de todo, que nos colamos hasta en los detalles más casuales como que se vuelva viral la ‘pillada’ de que Posh spice no es de clase obrera por el tipo de coche que conducía su padre.

Pero lo cierto es que a lo largo de los episodios vemos una imagen muy cuidada, pensada y, sobre todo, controlada.

Los largos silencios, las miradas huidizas del jugador de fútbol cuando se habla de su etapa en Madrid y sus amoríos, de los que se hizo eco la prensa del momento, son el mejor ejemplo.

Me escribía mi hermano por WhatsApp poco después de ver el documental: «Hay una cosa que no me ha quedado clara, ¿le fue infiel a Victoria? No lo dicen muy claro ni le dedican mucho».

Dio justo en el clavo.

El escándalo a voces que fueron los affaires del deportista aparecen en el documental de manera muy velada. No se habla de cuernos, escarceos o aventuras extramatrimoniales, sino de «historias de la prensa».

La ilusión de la ‘pareja perfecta’

«Keep calm and carry on», el lema inglés de mantener la calma que se creó para la Segunda Guerra Mundial y se volvió filosofía nacional, es el que predomina en este tema tan candente sobre el que se pasa de puntillas, sin confirmar ni desmentir.

Que es también una forma muy hábil de aumentar el misticismo de la pareja: «No sé cómo superamos eso, sinceramente no lo sé», dice un apesadumbrado David a la cámara.

El misterio de la magia de su relación cobra fuerza y da alas al mito romántico de «el amor todo lo puede». Casi 25 años después de su boda, los Beckham lo vuelven a conseguir: son la relación más admirada.

Y yo no entro en cómo David y Victoria gestionaron en su momento sus problemas de pareja, ni en cómo lo han querido contar en un documental cuyo objetivo es engrandecer la leyenda del jugador.

A lo que voy es a apelar el pensamiento crítico de quienes lo hemos visto, especialmente a nosotras, que somos las más predispuestas a romantizar relaciones de pareja que vemos en redes sociales, revistas o programas.

No tengo dudas de que David y Victoria habrán pasado por momentos muy duros, que se habrán planteado ponerle fin a su historia en algún momento y que la maquinaria de control de daños y trabajo en resolución de conflictos, que habrán tenido que poner en marcha para estar donde se encuentran ahora, habrá sido gigantesca.

Nada de eso lo veremos ni sabremos, pero debemos creer que existe y que incluso las parejas que más brillantes nos parecen, tienen sus momentos oscuros.

Porque solo de esa forma conseguiremos entender, cuando estemos en una de esas etapas, que es normal que las relaciones tengan altibajos, que la clave está en involucrarse juntos, en escuchar las necesidades de la otra persona.

Y que, si viene un conflicto, no es sinónimo de que es un amor menos perfecto que el de los Beckham.

Mara Mariño

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3 claves para que el verano en familia no sea incompatible con el sexo

El verano es una de las mejores épocas del año para tener sexo… Si no tienes vacaciones en familia.

Da igual que la vitamina D que producimos por la exposición solar nos haga tener más deseo o que la rutina vacacional nos permita ir con más calma.

Si compartes días con padres, primos, hijos, abuelos, etc, las oportunidades de coincidir íntimamente pueden caer en picado.

verano familia sexo

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Lo cierto es que en esas escapadas en las que te encuentras pared con pared, lo que menos te apetece es tener algo de acción (aunque sea lo más normal del mundo).

Y, sin embargo, el sexo es uno de los alicientes de las vacaciones según ha revelado el XI Barómetro de Control Los españoles y el sexo.

En cuanto a divisiones de edad, los adultos de edades comprendidas entre los 42 y 58 años son quienes, según el estudio con un 70%, otorgan más importancia al sexo.

Ahora que ya tenemos la confirmación oficial de que nuestros padres no solo tienen sexo, sino que disfrutan de él, la psico-sexóloga y colaboradora de Control, Lara Castro- Grañén da tres consejos para mantener esa vida sexual activa.

En el momento en el que el espacio y tiempo son dos factores compartidos por todos los miembros de la familia, la experta recomienda planificar el encuentro.

«Programar con tu pareja un rato para los dos no significa que todo tenga que estar planificado, se trata de encontrar momentos de intimidad en los que podáis estar a solas», explica.

Al tener ese rato sin distracciones, es más fácil relajarse y «crear el ambiente de complicidad que pueda dar paso a disfrutar de un sexo de calidad y placentero».

Además, es tanto o más satisfactorio que el sexo espontáneo.

El poder de conquistar y jugar

Otra recomendación de la psico-sexóloga es no dar por sentada la conquista, sino trabajar en la seducción como parte de la interacción sexual, que no empieza en la cama, sino mucho antes.

«Buscar el momento para tener de nuevo una primera cita, tener sexo en la playa, en un mirador viendo una bonita puesta de sol…», sugiere.

«Pensar en nuevas prácticas o apostar por cumplir deseos inexplorados es el comienzo para disfrutar de una vida sexual apasionante y llena de crecimiento erótico», explica Lara Castro- Grañén.

Y, para terminar, darle rienda suelta a la creatividad haciendo que la experiencia sea más variada con terceros (no, no es que tus padres se monten una fiesta sexual con el vecino de al lado. O sí…).

Pero usar juguetes, geles u otros productos -hay que asegurarse de meterlos en la maleta antes-, es algo que hace que el encuentro sea aún más memorable.

«Además de suponer una chispa de novedad que puede avivar y aumentar la pasión, algunos productos pueden mejorar la calidad de tus relaciones sexuales hasta el punto de aumentar las sensaciones para experimentar el orgasmo», afirma la profesional.

Mara Mariño

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¿Conocías este ‘efecto secundario’ de usar juguetes sexuales?

Seguro que a estas alturas, los beneficios de usar juguetes sexuales (por tu cuenta o en compañía) te resultan más que familiares.

Son un estímulo distinto, te ayudan a lograr una gran sensación de placer, son perfectos para conocerte sexualmente…

Pero además, según una investigación reciente, serían clave para despertar tu interés sexual por otras prácticas.

mujer juguetes sexuales

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Si estás en un momento de estancamiento íntimo, probar juguetes sería la manera no solo de salir del ‘bache’, sino de estimular tu curiosidad más allá.

¿Te acuerdas del famoso eslogan de «Cuando haces pop ya no hay stop»? Con estos artículos pasa algo parecido.

En el momento en el que los pruebas es más que probable que te estimule a conocer qué otras cosas hay, algo que ha revelado el estudio que ha sacado la marca Diversual este mes de julio.

El 91,5% de las personas participantes -una muestra de más de 5.000 con una edad entre 18 y más de 60 años-, afirmaron que, tras haberlos usado, había aumentado el interés por prácticas sexuales nuevas.

Esta curiosidad se traduce en la motivación por innovar en la vida sexual, lo que debería ser una razón de peso de cara a vencer los miedos o reticencias que alguien pueda tener respecto a utilizarlos.

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Teniendo en cuenta que usar juguetes suele ir de la mano con el aumento del placer, la satisfacción al usarlos sería otra de las razones.

El 83,5% de los participantes en el estudio afirman sentirse más satisfechos en sus relaciones gracias al uso de juguetes sexuales y la lista de motivos que dieron lo explica a la perfección.

Motivaciones como descubrir nuevas sensaciones, tener orgasmos más intensos, alcanzar el orgasmo con más facilidad o romper con la rutina fueron algunas de las respuestas más votadas.

Lo que queda claro es que son un regalo estupendo. Casi el 91% de los encuestados han regalado o regalarían juguetes (ya tienes una idea para tu próximo cumpleaños).

Además, la gran mayoría coincidieron en que es un detalle que le gustaría recibir por parte de su pareja.

La investigación ha reafirmado la conclusión de que los juguetes son la mejor de las influencias para nuestra vida sexual.

Y, con toda la variedad de modelos que existen para estimular cualquier zona, ¿cómo no animarse a probarlos si tienen tan buenos ‘efectos secundarios’?

Mara Mariño

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Estuve con un entrenador y mi relación con la comida se volvió tóxica

Ayer me compré un paquete de galletas. Me apetecían. Y me las tomé dos días después de haber cenado hamburguesa con patatas.

Algo que no tendría por qué tener nada de especial con la diferencia de que, hace unos años, habría sido incapaz de hacerlo por lo que pudiera decirme mi novio de aquel entonces.

relación comida mujer

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Abracé el mundo del deporte gracias a la recomendación de una psicóloga y me aficioné más a él cuando empecé con mi ex, entrenador personal.

El ejercicio y la alimentación saludable eran los otros dos miembros de la relación.

Al ser su profesión, para mí se convirtió en lo más normal del mundo adaptar mis hábitos a su estilo de vida.

El cheat meal (la comida basura) solo podía ser el sábado, el destino vacacional preferiblemente con gimnasio, en la cesta de la compra no entraban snacks de ningún tipo y, cuando llegaba el verano, era el momento de pesar con báscula todo.

En varias ocasiones me encontraba pensando que tenía mucha suerte de tener una pareja tan preocupada por la salud.

En otras, solo sentía el enfado por la merienda: un sandwich de pavo cambiando el pan por hojas de lechuga, porque ya había consumido las calorías que me correspondían ese día.

Hace unos años, no me parecía extraño que me quitara la bandeja de frutos secos de la que estaba picoteando porque ya había «comido suficiente».

Tampoco que el día de mi cumpleaños, como estábamos en déficit calórico, solo pudiera tomarme un trocito de una versión más saludable de una tarta (ni una tarta ‘normal’ podría tomar…).

O que en Navidad solo tuviera la mañana del 25 de diciembre para tomar una porción de roscón y pasar el resto de las celebraciones sin tocar los polvorones o turrón, que son de las cosas que más me gustan.

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La culpabilidad que me producía escuchar algunos comentarios por su parte, me llevaba a que si comía algún dulce que por un casual había sobrado de un cheat meal anterior, me organizara para sustituirlo antes de que volviera a casa para que no se percatara.

Pero lo peor eran los 3 meses previos al verano, cuando con la cinta métrica tomaba medidas de nuestros cuerpos y llevábamos la cuenta de los centímetros que decrecían los contornos de la cintura o los muslos.

Cuanto más bajaran las cifras, más me motivaba él a seguir por mucho que mis niveles de ansiedad eran inversamente proporcionales.

Hace unos días, hablándolo con una amiga, me contó una experiencia parecida tras haber estado, como yo, varios años en una relación con un entrenador personal.

Lo que ambas teníamos en común era la liberación de comer, a día de hoy, como se nos viniera en gana sin ningún remordimiento ni un novio que vigilara con lupa nuestro menú.

Nuestra relación con la comida empezó a mejorar al poco de que las parejas terminaran y por eso hoy vivo con una curiosa satisfacción de que si algo me apetece -sea el día de la semana que sea, haya entrenado o no, sea verano o invierno-, pueda comerlo sin restricciones externas.

El policía de la nevera

La pregunta que me hice al conocer las similitudes con la historia de mi amiga fue si más mujeres en relaciones con entrenadores personales habrían terminado teniendo esa relación tan negativa con la comida (y sus cuerpos).

No hay datos como para poder hablar de un patrón que puede nutrirse inconscientemente de la violencia estética que sufrimos las mujeres.

Además, hay entrenadores que no tienen ningún problema en tener como parejas a personas que no comparten sus hábitos.

Pero sí que encontré foros donde mujeres denunciaban el control de sus novios (sin estar ligados al sector fitness) en la dieta y preguntaban cómo cambiar la situación.

Además hablamos de casos en los que además es claro el body shaming o incluso tácticas más radicales como que les tiren la comida más calórica o la escondan para que no se la coman, situaciones que sí podrían definirse como abuso.

En mi caso, siento que, sencillamente, lo tenía normalizado y no había caído en lo disfuncional que era.

Así como el efecto tan negativo que tenía en mi salud mental no poder disfrutar de alimentos en ciertos momentos de mi vida hasta salir de la relación.

Pienso que si volviera a ese momento, habiendo identificado el problema y la incomodidad que me generaba al respecto, lo hablaría con mi pareja y, quiero pensar, se habría solucionado.

Le diría que soy una adulta funcional que es libre de elegir lo que come, cuándo, cómo y dónde y él debe respetar esa decisión. Que no soy una modelo de fitness ni él un policía asignado a controlar mi dieta.

Que a veces solo quiero un Kinder Bueno.

Mara Mariño

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El viaje de Paula, después de una agresión sexual

Llama la atención que con la cantidad de libros, películas y series en las que las agresiones sexuales forman parte de la trama -ya no entro en si es de manera relevante o no- apenas existan productos fuera de la ficción que ayuden a las víctimas en la vida real.

Que es una de las razones que animó a Laura Roqueta, activista y divulgadora en @culturaconsentimiento, a escribir El viaje de Paula (Editorial Descontrol, 2023).

amigas cogidas de la mano

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«Quería escribir un libro que hablara y sensibilizara sobre algo que no estamos muy acostumbrados a escuchar. Que es qué puede pasar después de una agresión sexual», explica la autora.

Para ello, ha optado por una novela muy clara y fácil de leer todos esos retos tanto personales como sociales a los que puede tocar enfrentarse después de sufrir una agresión sexual.

«Al mismo tiempo era importante que proporcionara recursos esenciales, como por ejemplo: qué hacer y qué evitar hacer cuando alguien te cuenta que ha sufrido una agresión sexual, cómo podemos intervenir de forma segura cuando presenciamos una situación peligrosa o potencialmente peligrosa, qué hacer si sufrimos una agresión sexual, teléfonos de atención para jóvenes, consentimiento y mucho más».

El viaje de Paula es una historia desde un ángulo que no estamos acostumbrados a conocer, pero también un manual con información práctica que deberíamos conocer sobre este tema.

Mientras que el libro de Laura habla por primera vez de este tipo de agresiones con la idea de apoyar a las víctimas, ¿hasta qué punto necesitamos más implicación por parte de todos (familias, instituciones, Gobierno…) a la hora de frenar las cifras que escuchamos casi a diario?

¿Dirías que la educación sexual es un factor que puede prevenir las agresiones sexuales?
La educación sexual es un factor fundamental para prevenir las agresiones sexuales y para que las víctimas puedan identificarlas y pedir ayuda. La Educación Sexual Integral (ESI) no solo proporciona conocimiento sobre el cuerpo y cómo cuidarlo, sino que también presenta la sexualidad de manera positiva y enfatiza valores como el respeto, la inclusión, la no discriminación, la igualdad, la empatía, la responsabilidad y la reciprocidad.

Otro aspecto fundamental dentro de la educación sexual es la perspectiva de género, ya que para conseguir relaciones sexuales basadas en la igualdad tenemos que tener en cuenta la cultura en la que vivimos. Eso significa combatir los estereotipos de género y mensajes sexistas que, de forma sutil, nos van impactando desde la televisión, canciones y medios de comunicación entre otros, en nuestro día a día y que perpetúan estos estereotipos tan dañinos.

Actualmente, la educación sexual se está dejando prácticamente en manos de la pornografía gratuita, que es altamente violenta contra las mujeres, machista (y racista, clasista y LGTBI-fóbica), sin comunicación, donde el consentimiento parece que no importa y donde no se utilizan métodos de protección contra infecciones de transmisión sexual. ¿Suena como una receta para el desastre, verdad? Es por eso que la educación sexual integral es crucial en la prevención de agresiones sexuales y en la creación de relaciones sexuales saludables, respetuosas y placenteras.

¿Qué otros factores son clave en tu opinión?
Considero que es fundamental que se creen campañas de sensibilización sobre la violencia sexual, políticas de apoyo a las supervivientes y ofrecer una educación feminista que tenga en cuenta las diferencias de poder entre personas por motivos de género, raza, clase, diversidad funcional y orientación sexual. Otro factor que podemos hacer es practicar el consentimiento en todas nuestras relaciones, no solo sexuales.

Es decir, que pongamos el respeto de la autonomía corporal de las personas en el centro y aprendamos a comunicar nuestros deseos y límites, respetar los de los demás y gestionar las emociones que estos nos evocan. Y por supuesto creer y apoyar a las supervivientes. No nos olvidemos de que la mayoría de agresiones no se denuncian y que algunos de los principales motivos son el miedo de las víctimas a no ser creídas, a ser culpadas de la violencia vivida y la falta de confianza en que se cumpla la ley. Tenemos que romper con la culpabilización a las víctimas que solo hace que perpetuar el silencio de las víctimas y la impunidad de los agresores.

¿Se le está dedicando la atención que merece a la violencia de género socialmente?
Creo que socialmente cada vez se le está dando más atención y que se está avanzando en el tema. Prueba de ello es que solo hace unos meses se aprobó la Ley de garantía integral de la libertad sexual, que a pesar de la reforma aprobada hace unas semanas que quita uno de los grandes avances de esta ley, la utilización del consentimiento, y no la violencia, como baremo para definir qué constituye una agresión sexual, se han implementado varias de las medidas a las que España se comprometió al adherirse al Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres, y eso es muy bueno.

Medidas que van más allá de las punitivas, de sensibilización y educación a la población y apoyo a las víctimas. No obstante, no se le está dando los recursos y la prioridad que debería tener en la agenda pública. Estamos hablando de que llevamos 1.198 víctimas mortales por Violencia de Género desde el 1 de enero de 2003. De que 1 de cada 20 mujeres en Europa ha sido violada, 1 de cada 10 ha sufrido violencia sexual por parte de su pareja o expareja y que uno de cada cinco criaturas sufrirá algún tipo de agresión sexual hasta los 17 años. Y a pesar de que la gran mayoría de víctimas de la violencia sexual son mujeres y niñas, no tenemos prácticamente ninguna información sobre la violencia sexual que sufren los hombres o personas no binarias o de género fluido.

Si realmente estuviéramos concienciados sobre qué son las agresiones sexuales y el impacto que pueden tener en la vida de las víctimas y en la de sus familiares, esto es como para poner el estado de alarma.

En el libro hablas de series o películas donde aparecen escenas de este tipo, ¿qué opinas de que sea tan común encontrar violaciones en una gran cantidad de obras de ficción?
Vivimos en una sociedad llena de violencia sexual, solo hace falta ver las estadísticas mundiales, así que esta se plasme en los argumentos de películas y series no me sorprende, hasta cierto punto tiene sentido. Para mí la cuestión está en cómo se presenta
esta violencia sexual y qué sentido tiene en el argumento. Vemos que algunas series y películas muestran las violaciones como lo que son, actos terribles que causan un tremendo impacto en la vida de las víctimas. Por ejemplo, en Outlander, la violación de Jamie abrió el tema sobre la violación masculina, donde posteriormente se tratan los efectos de la agresión en el personaje, el trauma y cómo seguir adelante.

No obstante, demasiadas veces las series de televisión o las películas que vemos utilizan las violaciones como efecto dramático, sin ningún tipo de lógica con el argumento y sin mostrar las consecuencias de la agresión en los personajes que las sufren. A veces incluso las escenas se muestran de forma morbosa o erotizada. Cuando el entretenimiento, las series de televisión o las películas que vemos, utilizan irresponsablemente las agresiones sexuales estamos normalizándolas y lanzando una serie de mensajes que siguen perpetuando la violencia sexual en nuestra realidad.

¿Cómo podemos apoyar a una persona de nuestro entorno que ha sido víctima de una agresión sexual?
Como la violencia sexual es un tema tabú y no nos preparan para afrontar estas situaciones, puede que nos sintamos abrumados, que no sepamos qué hacer o que incluso con nuestras mejores intenciones digamos o hagamos algo que dañe a la persona que nos lo ha contado.

En el libro se mencionan una serie de cosas que podemos decir y hacer y cosas que deberíamos evitar. Agradecer la confianza por contarnos algo que puede ser tan difícil de explicar es una buena forma de empezar la conversación. Es importante escuchar sin juzgar y sin preguntar por detalles o por qué hicieron o no hicieron “x”. Hay que poner atención en no tomar el control de la situación y respetar cómo la superviviente quiere llevar su recuperación, por ejemplo, si quiere tomar acciones legales o no.

No tenemos que tener respuestas para todo, podemos ofrecernos a ayudar a la persona, a buscar recursos de apoyo como algún profesional, organizaciones que ofrecen apoyo a supervivientes o acompañar a la persona al hospital o a la policía. Tenemos que pensar que nuestro papel es el de ser una buena amistad; estar a su lado y ofrecerle nuestro apoyo.

¿Podrías hablar de la presión que existe sobre ser ‘la buena víctima’?
La presión por ser una «buena víctima» se refiere a la expectativa social de que las víctimas de violencia sexual deben comportarse de ciertas maneras para que su relato sea creíble y puedan recibir apoyo y justicia. Esta presión puede ser muy perjudicial para las
víctimas, ya que demasiado a menudo se les juzga y culpa por no actuar de la manera «correcta», lo que puede aumentar su trauma.

Para ser una “buena víctima”, se supone que después de sufrir el incidente tienes que hablar inmediatamente y denunciar a la policía. Tienes que comportarte como tal y llorar, estar visiblemente destrozada y recordar todos los detalles del incidente, fechas, horas y lugares específicos. Haber actuado de manera defensiva, cuantas marcas de violencia visibles mejor, y no haber consumido ningún tipo de sustancia, haber estado de fiesta, o que tengas una vida sexual activa.

No solo la gran mayoría de víctimas no encajan en este perfil, sino que estos “requisitos” no son realistas. Para empezar, ¿cómo se supone que las personas pueden identificar que han vivido violencia sexual si no se nos educa sobre ello? ¿Cómo poder recordar los detalles de una agresión si sabemos que el trauma puede fragmentar nuestros recuerdos? Además, sabemos que una gran parte de las personas que sufren violencia sexual hablan meses o años después de la agresión y muchas agresiones sexuales no dejan marcas visibles. Es importante entender que la única responsabilidad en un acto de violencia sexual recae en el agresor y que no hay una “buena” o “mala” manera de ser una víctima ni una forma específica de comportamiento después de una agresión. Todas merecen ser creídas y apoyadas.

Y a esas personas que han sufrido una agresión, ¿qué es lo primero que recomendarías si no saben bien qué hacer, pero sienten que es algo que no les deja avanzar?
Que busquen apoyo. Es esencial buscar apoyo para ponerse manos a la obra con la recuperación, independientemente de si quieres denunciar o no la agresión e independientemente de cuándo sucedió. Nunca es demasiado tarde para ponerse a trabajar en una agresión sexual.

Además, añadiría que no hace falta que algo cumpla con la definición de “agresión” (recordemos que lo que se define como violación o abuso puede variar con el tiempo o simplemente de país a país). Si hay alguna experiencia sexual que se les ha quedado atravesada, que les genera malestar, hay que poner atención a ello y esto es algo que se tiene que hacer en manos de profesionales. El libro cuenta con un apartado de organizaciones sin ánimo de lucro en el ámbito español que ofrecen recursos de apoyo a supervivientes y teléfonos de atención gratuitos y anónimos como es el 016, el teléfono de atención a todas las formas de violencia contra las mujeres.

Para terminar, ¿crees que harían falta más acciones que enseñen a los niños que no deben violar?
Completamente. Tenemos que tener en cuenta que desde la infancia recibimos mensajes sobre cómo se supone que tenemos que actuar y relacionarnos según nuestra identidad. No es ninguna sorpresa que en una sociedad machista y patriarcal la mayoría de agresiones sean cometidas por hombres y la mayoría de víctimas sean mujeres y niñas. Así que ya hemos visto que esto de poner el foco sobre las mujeres y dedicarnos a decirles que pueden hacer y que deben dejar de hacer para evitar el mal comportamiento masculino es muy poco efectivo. De nada sirve si los hombres y chicos no dejan de agredir. Es muy injusto asumir que las mujeres tenemos que coartar nuestra libertad de expresión y de movimiento, que ya hemos visto que no sirve de mucho, en vez de mover el foco hacia la raíz del problema, que es el machismo.

Así que es esencial que se creen campañas, libros, cursos… y se haga sensibilización especialmente dedicada a promover masculinidades que respeten y traten con igualdad a mujeres y personas no binarias. También es esencial que se haga educación sexual desde la escuela, para sensibilizar sobre los estereotipos tóxicos de género en la sexualidad y trabajar con chicos y hombres para que respeten los límites de las mujeres y gestionar las emociones que supone el rechazo.

El viaje de Paula está a la venta en librerías y por internet con un precio de 14€.

Mara Mariño

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Estar en relaciones de parejas largas me han enseñado que el sexo…

Fluctúa, porque hay ocasiones en las que se da de manera seguida y otras en las que disminuye de manera drástica.

Y que además es casi imposible prevenir cuándo van a darse las distintas temporadas.

Pareja cama sexo

PEXELS

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Puede ir desde un periodo de vacaciones alejados de todo, donde solo apetece estar desnudos, a un momento de estrés laboral cuando la libido cae en picado.

A diferencia de los encuentros esporádicos con alguien, donde por norma general, cada polvo se vive con la máxima intensidad, fruto de la tensión sexual y la novedad, en las relaciones largas existen los polvos perezosos.

Sí, sabrás a cuáles me refiero si te has despertado de una siesta, aún con sueño, y querías un orgasmo pero sin la parafernalia del sexo.

Uno de esos casuales, fáciles, sin florituras ni adornos, un mete-saca rapidito o tocaros sin más.

El placer de vaguear por partida doble.

En pareja también tienes que aprender a lidiar con la frustración del rechazo. Porque llevando tiempo juntos, eres capaz de entender que no tiene por qué apetecerle y que no tiene nada que ver contigo.

No tomártelo como algo personal, no dejar que afecte a tu autoestima y buscar una alternativa por tu cuenta si lo que quieres es un rato de intimidad, es la manera más sana de asumirlo.

Sobre todo porque tu vida sexual no depende única y de manera exclusiva de tu pareja. Gran parte será en su compañía, cierto, pero al final debes responsabilizarte tú de tu placer cuando se dan esas situaciones.

Y se darán, créeme.

Lo de que estando juntos es mucho más fácil encontrar momentos es una verdad a medias.

Cada uno tiene su vida y su organización de la jornada, pero más allá de eso, el pico de deseo suele aparecer en momentos diferentes del día.

En resumen, coincidir no es el pan de cada día.

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Además, al igual que adquieres el compromiso de trabajar en la relación teniendo conversaciones largas y asertivas sobre algo que queréis mejorar, el enfoque en la vida sexual debe ir por el mismo camino.

Ambas personas deben implicarse activamente y escuchar los deseos y gustos del otro.

Salir de la rutina, encontrar momentos de calidad y probar cosas nuevas son consejos que pueden (y deben servir) a la relación de cara al público y a lo que suceda en la intimidad.

Aunque quizá una de las cosas que más me ha sorprendido es que, el hacerlo a escondidas, o de manera más discreta, no se termina cuando te independizas de casa de tus padres.

Si no que continúa en la edad adulta cuando tienes visitas o cuando entran niños en la ecuación.

Si me tengo que quedar con mi enseñanza favorita después de analizar mis relaciones de pareja más largas, diría la confianza absoluta.

Esa de desnudarte delante de alguien y saber que da igual en qué momento de la regla estés, si por lo que sea has decidido dejar de depilarte -algo muy válido, dicho sea de paso-, o si la pedicura está descascarillada vas a parecerle igual de deseable.

Pero también la seguridad de que puedes experimentar todo lo que se te ocurra y más sabiendo que es con alguien a quien conoces tanto que, con tan solo una mirada, sabe si quieres seguir o necesitas parar.

Mara Mariño

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El factor que garantiza que vaya a haber segunda cita es…

Recuerdo una vez que quedé a tomar algo con un chico, era increíblemente gracioso.

Sus ocurrencias conseguían conectar con mi glándula de la risa (si es que algo así existe) y además era mono.

pareja cita

PEXELS

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Pero no había manera de que yo metiera baza en la conversación, por mucho que sobre el papel pudiera ver compatibilidad, en persona aquello se me estaba escapando.

Ahí me pregunté que era lo que realmente valoraba en una cita, porque pensaba que sentido del humor era lo más importante, pero no.

Lo que yo quería no era solo un humorista en mi vida, sino un match dialéctico, alguien con quien poder enfrascarme en una conversación y poder tenerlas una y otra vez a lo largo de mi vida, pero buscar mi hueco en el monólogo se me antojaba tedioso.

Quizás si fuera menos parlanchina, habría funcionado a las mil maravillas.

Pero empecé a darle importancia al don de la conversación.

Porque despierta para echar un polvo a las 3 de la mañana te tiene cualquiera, pero despierta a las 3 de la mañana sin querer colgar el teléfono, casi nadie.

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Además, ahora puedo decirle esto a mis amigas con pruebas que lo avalan, gracias al estudio que publicó Hinge, la aplicación de citas, en 2023.

Salió como resultado que lo que diferenciaba una cita de una gran cita era precisamente la conversación.

El 88% de los participantes eligieron «buena conversación» como la mayor green flag a la hora de pensar en la cita, por delante de si hay química, si se ofreció a pagar la cuenta o de si han echado el polvo de sus vidas.

Y, dentro del diálogo, especialmente aquel que tratara sobre intenciones, ya que el 75% respondieron que estaban buscando un compañero o compañera de vida y no algo esporádico.

Porque nos puede encantar echarnos unas risas con alguien, pero si no somos capaces de ponernos en serio unos segundos -sobre lo que queremos en ese momento de nuestra vida-, es imposible que haya segunda cita.

La conexión se hace con el lenguaje porque es el que nos permite darle forma a nuestros pensamientos y ver si son compatibles y, si es como mi caso, mejor quedar como colegas y seguir buscando.

Mara Mariño

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Los orgasmos son distintos, crean adicción… Los mitos sobre los ‘succionadores’ desmentidos por una sexóloga

Desde que el Satisfyer llegó a nuestras vidas, ha pasado de legión de fans a hordas de detractoras, que si podías volverte adicta, que si te quitaba sensibilidad, que podía afectar negativamente a cuando estuvieras en pareja…

Sin embargo no he oído a nadie criticar la paja-turbo (esa que son capaces de hacer en tan solo unos minutos de manera mecánica) ni advertir sobre sus posibles efectos negativos.

Mujer placer

SATISFYER

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Que la sexualidad femenina sigue siendo analizada desde el punto de vista del estigma es más que evidente con este ejemplo.

Pero es el momento de desmentir los bulos que circulan al respecto.

Para ello, nadie mejor que Megwyn White, sexóloga clínica certificada y Directora de Educación de Satisfyer, que es más que consciente de lo mucho que todavía nos queda por recorrer a las mujeres en materia de autodisfrute.

¿Por qué crees que hay tantas personas en contra de usar juguetes que nos permiten llegar en unos minutos?
El sexo sigue siendo un tema que puede hacer que las personas se sientan incómodas o avergonzadas, y aún persiste el mito de que la única forma de tener una experiencia sexual sana y satisfactoria es con una pareja. Pero lo cierto es que todo el mundo merece experimentar placer y satisfacción, independientemente de su situación sentimental. Es posible que algunas personas se sientan reacias a utilizar juguetes sexuales para alcanzar el orgasmo rápidamente, por diversas razones. Por ejemplo, creencias culturales o religiosas que desalientan o estigmatizan la exploración sexual, falta de información precisa sobre los juguetes sexuales y sus ventajas, o preferencias personales que favorecen formas más tradicionales de expresión sexual.

Pero, a pesar de estas preocupaciones, es importante reconocer que los juguetes sexuales pueden ofrecer una amplia gama de beneficios. Al amplificar el flujo sanguíneo y proporcionar una estimulación precisa a las zonas erógenas, los juguetes sexuales pueden ayudar a mejorar las experiencias sexuales y acelerar la velocidad del orgasmo. Los juguetes sexuales pueden ser una forma estupenda de mantener el juego y la excitación en las relaciones duraderas. Probando nuevos juguetes y experimentando con diferentes formas de placer, las parejas pueden mantener su conexión sexual fresca y excitante, profundizando su vínculo y fortaleciendo su intimidad.

¿Los orgasmos que se consiguen gracias a un juguete sexual son distintos de alguna forma a los que podemos lograr sin juguetes?
El orgasmo es un proceso fisiológico y psicológico complejo que puede alcanzarse por diversos medios, incluido el uso de juguetes eróticos. Aunque la experiencia de alcanzar el orgasmo a través de un juguete sexual puede resultar diferente a la de los métodos manuales, esto no significa que sea menos placentera. De hecho, muchas personas descubren que el uso de juguetes sexuales mejora sus experiencias sexuales y les permite explorar diferentes sensaciones y zonas erógenas. Los juguetes sexuales también pueden proporcionar un nivel de estimulación que puede ser difícil de conseguir solo con la estimulación manual, y pueden ser especialmente útiles para las personas que tienen dificultades para alcanzar el orgasmo con otros métodos. Las experiencias de cada persona con el sexo y el orgasmo son únicas y que no hay una forma correcta o incorrecta de alcanzar el placer sexual.

¿Cuáles son los beneficios de utilizar un juguete para alcanzar el orgasmo -solas o acompañadas-?
Utilizar juguetes eróticos para explorar juntos nuevas experiencias y sensaciones sexuales puede ser como embarcarse en un viaje de exploración sexual en pareja. Al igual que un viajero puede utilizar un mapa para descubrir nuevos destinos y planificar su ruta, las parejas pueden utilizar los juguetes eróticos como guía para navegar por nuevas zonas erógenas y experimentar con distintas formas de placer.

Los juguetes también pueden ayudar a aumentar la conciencia de las vías del placer dentro del cuerpo, lo que lleva a una comprensión y apreciación más profundas de los propios deseos y preferencias sexuales. Además, favorecen la circulación sanguínea y activan el sistema nervioso, lo que puede tener efectos positivos en la salud y el bienestar generales. De hecho, acceder al placer es crucial para mantener el equilibrio físico y emocional. Los estudios han demostrado que el orgasmo regular y la actividad sexual pueden ayudar a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo e incluso reforzar el sistema inmunitario.

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¿Por qué la masturbación masculina -también rápida y mecánica en ocasiones- no recibe ningún tipo de crítica, pero cuando se trata de un juguete que logra que las mujeres consigan alcanzar el clímax en unos minutos, enseguida salen quienes recomiendan no usar estos artículos?
Esta es una excelente pregunta que pone de manifiesto el desafortunado doble rasero que existe cuando se trata de la sexualidad masculina y femenina. La verdad es que durante siglos se ha permitido a los hombres expresar su sexualidad abiertamente y sin estigmas, mientras que a las mujeres se las ha avergonzado y estigmatizado por hacer lo mismo. La masturbación se ha considerado una parte natural y saludable de la sexualidad masculina, mientras que la masturbación femenina ha sido objeto de vergüenza y juicio.

En lo que respecta a los juguetes sexuales, existe un claro sesgo de género. A los hombres se les anima a usar juguetes para mejorar sus experiencias sexuales y su rendimiento, mientras que a las mujeres se les suele disuadir de hacerlo. Esto se debe a la creencia profundamente arraigada en la sociedad de que la sexualidad femenina es algo que debe controlarse y contenerse, en lugar de celebrarse y explorarse. Es importante prestar atención a la obsesión por el orgasmo masculino y la brecha de género que
existe en el caso de las mujeres heterosexuales. Por ejemplo, los estudios han demostrado que las mujeres homosexuales declaran tasas más altas de orgasmo durante la actividad sexual que las mujeres heterosexuales. Esto no se debe a ninguna diferencia inherente en el deseo o la capacidad sexual, sino más bien al hecho de que el sexo homosexual a menudo implica un enfoque más igualitario y atento en el placer de ambos miembros de la pareja.

El Satisfyer (el modelo Pro 2 Generation 2, más en concreto) fue un punto de inflexión en el mercado y en la vida íntima de las mujeres, ¿cómo va a revolucionarnos el Satisfyer Pro 2 Generation 3?
Nuestra última innovación en Satisfyer, el Satisfyer Pro 2 Generation 3, cuenta con una revolucionaria tecnología ‘liquid air’ que imita las sensaciones de un chorro de agua, especialmente cuando se combina con tu lubricante favorito. Esto es posible gracias a la fina membrana de silicona adicional incluida. La fina membrana adapta su forma a las ondas de presión del aire, proporcionando un contacto sensual directo con el clítoris y otras zonas erógenas. Uno de los aspectos únicos de esta nueva tecnología es que te permite explorar los tejidos sensibles del clítoris tanto directa como indirectamente. Por ejemplo, puedes experimentar explorando a lo largo del eje del clítoris con caricias descendentes y en la abertura de la vagina, o el introito, puedes activar la plataforma orgásmica y estimular el clítoris interno para vivir una experiencia realmente alucinante.

Para llevar el placer todavía más lejos, puedes utilizar la suave membrana de silicona para estimular los pezones. La suave sensación (similar a un beso) puede intensificarse con la función de pulsación y vibración, añadiendo una nueva dimensión de placer a tu juego. Este producto ahora también estará disponible con la incorporación de la aplicación Satisfyer Connect, que ayudará a mejorar las funciones con una serie de opciones personalizadas, como el juego remoto a distancia y los ajustes personalizados del programa.

¿De dónde salió la idea de unir cuentos eróticos con vibraciones simultáneas a través de la app?
Con los últimos avances en productos de bienestar sexual y el aumento del uso de juguetes sexuales por parte de las mujeres, había una mayor demanda de innovaciones que no solo estimularan física, sino también mental y emocionalmente. Por ello, Satisfyer se asoció con Berlinable, líder en el desarrollo de contenidos eróticos. Queríamos hacer algo diferente e implicar a nuestros usuarios, así que les invitamos a colaborar con nosotros en las historias y les pedimos que escribieran contenido erótico inspirado en nuestros productos. Remotyca ha sido una labor de amor que va más allá de lo físico y se adentra en los recovecos más profundos de la mente y el alma. Con este proyecto, Satisfyer lleva la innovación erótica al siguiente nivel, ofreciendo una experiencia verdaderamente holística que les diferencia de la competencia. El resultado es un viaje sensorial sin igual que, no solo excita, sino que también inspira la imaginación, un viaje que solo puede describirse como puro éxtasis.

Mara Mariño

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