Querid@s,
Aquellas denominadas prostitutas, que lo mismo las llaman meretrices, sacerdotisas del amor que putas. Otras lenguas pronuncian condescendientes cortesanas o pupilas y a los haters ms despreciables se les llena la boca con términos despectivos como busconas, fulanas o furcias. Con lo que quieran llamarlas se tienen que conformar.
Todos ellos términos de etimologías similares que definen a esa mujer que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero. Sexo por billete. ¿Acaso la prostitución es una simple y mera transacción comercial? ¿No es hacer leña del árbol caído irse de putas? Yo pienso que sí. ¿Qué hay de la dignidad robada y de los sentimientos? En este caso hablo de los sentimientos de la prostituta, que los tiene como todo hijo de vecino. ¿Está abierto el corazón a venderse por un punado de billetes de un perfecto desconocido? Incluso el coño de cada una, los gemidos, la verdadera excitación sexual…¿Están en venta? Sinceramente opino que no. No están en venta.
Las prostitutas son mujeres que nunca besan en la boca y si por algún casual lo hacen, mienten como bellacas. Pero mienten tan bien que se llevarían a casa una estatuilla por ser tan buenas actrices en la alcoba. Este ejército de afrodisiacas damiselas que hacen volar por fin alzan sus voces para hacerse oír por aquellos que mejor creen conocerlas y peor las conocen en la realidad: sus clientes. Y dedicarles sus palabras más sinceras, desde las entrañas hasta escupirlas por la misma boca que tuvo y retuvo su masculinidad en algún momento, en algún sordo rincón, cualquier noche tonta, en cualquier ciudad.
¿Alguna vez se ha rascado el coco y se han preguntado qué diablos se le pasa por la cabeza a una mujer que se acuesta con un cliente solo por dinero? Ya no es necesario que sus mentes continúen elucubrando porque ya disponemos de unos cuantos testimonios. Una selección de prostitutas hablan de lo que piensan de sus clientes, sin tapujos y con una honestidad brutal. Tanto que si es usted uno de esos clientes, le animo a que se lo piense dos veces. Puede herir su sensibilidad. O abrirle los ojos.
Esta joya que no deja indiferente al lector y titulada ‘Prostitution Narratives: Stories of Survival in the Sex Trade‘ (Narraciones prostitutas: historias de las supervivientes del comercio del sexo) es un recopilatorio vital de historias y testimonios personales e intransferibles que destapan la puta realidad sobre lo que una mujer piensa mientras se acuesta con un cliente. Uno de los testimonios, el más popular debido a su volátil vitalización en internet, es la carta abierta que brinda Tanja Rahm a todos los clientes con los que se acostó en los años en los que ejercía la prostitución. La ex prostituta danesa actualmente tiene 35 años, y es terapeuta y sexóloga.
Yo lo veo como un simposio en papel de las profesionales del sexo en el que cada meretriz aporta su particular visión de la profesión más antigua del mundo. Como es lógico, los testimonios aquí recogidos no tienen por qué representar la realidad de todas las prostitutas que del mundo, pero vale la pena leerse la carta enterita. Especialmente si es usted uno de esos clientes que pagan a una mujer para que se acueste con usted, y después va y la llama puta, con desprecio. He aquí lo que de verdad piensan de sus clientes esas princesas que fingen sexo por dinero.
«Querido cliente,
Si piensas que alguna vez me he sentido atraída por ti, estás terriblemente equivocado. Nunca he deseado ir a trabajar, ni siquiera una vez. Lo único en mi mente era hacer dinero, y rápido. Que no se confunda con el dinero fácil; nunca fue fácil. Rápido, sí. Porque rápidamente aprendí los muchos trucos para conseguir que te corras pronto para poder sacarte de mí, o de debajo de mí, o de detrás de mí.
Y no, nunca me excitaste durante el acto. Era una gran actriz. Durante años he tenido la oportunidad de practicar gratis. De hecho, entra en la categoría de multitarea. Porque mientras tú te tumbabas ahí, mi cabeza estaba siempre en otra parte. En algún sitio donde no tuviese que enfrentarme contigo acabando con mi respeto hacia mí misma, ni pasar 10 segundos pensando en lo que ocurría, o mirándote a los ojos.
Si pensabas que me estabas haciendo un favor por pagarme por 30 minutos o una hora, te equivocas. Preferiría que hubieses salido y entrado tan rápido como pudieses.
Cuando pensabas que eras mi príncipe azul, preguntándome qué hacía una chica como yo en un sitio como ese, perdías tu halo cuando pasabas a pedirme que me tumbase y centrabas todos tus esfuerzos en sentir mi cuerpo todo lo que pudieses con tus manos. De hecho, hubiese preferido si te hubieses tumbado de espaldas y me hubieses dejado hacer mi trabajo.
Estaba tan cansada que a menudo tenía que tener cuidado de no quedarme dormida mientras gemía con el piloto automático. Cuando pensabas que podías estimular tu masculinidad llevándole al clímax, debes saber que lo fingía. Podría haber ganado una medalla de oro por fingir. Fingía tanto, que la recepcionista casi se caía de la silla riéndose. ¿Qué esperabas? Eras el número tres, o el cinco, o el ocho de ese día.
¿De verdad pensabas que era capaz de excitarme mental o físicamente haciendo el amor con hombres que no elegía? Nunca. Mis genitales ardían. Del lubricante y los condones. Estaba cansada. Tan cansada que a menudo tenía que tener cuidado de no cerrar mis ojos por miedo a quedarme dormida mientras mis gemidos seguían con el piloto automático. Si pensabas que pagabas por lealtad o charlar un rato, debes volver a pensar en ello. No me interesaban tus excusas. Me daba igual que tu mujer tuviese dolores pélvicos, o que tú no pudieses salir adelante sin sexo. O cuando ofrecías cualquier otra patética excusa para comprar sexo.
Cuando pensabas que te entendía y que sentía simpatía hacia ti, era todo mentira. No sentía nada hacia ti excepto desprecio, y al mismo tiempo destruías algo dentro de mí. Plantabas las semillas de la duda. Duda de si todos los hombres eran tan cínicos e infieles como tú. Cuando alababas mi apariencia, mi cuerpo o mis habilidades sexuales, era como si hubieses vomitado encima de mí. No veías a la persona bajo la máscara. Solo veías lo que confirmaba tu ilusión de una mujer sucia con un deseo sexual imparable.
De hecho, nunca decías lo que pensabas que yo quería oír. En su lugar, decías lo que necesitabas oír. Lo decías porque era necesario para preservar la ilusión, y evitaba que tuvieses que pensar cómo había terminado donde estaba a los 20 años. Básicamente, te daba igual. Porque solo tenías un objetivo, y era mostrar tu poder pagándome para utilizar mi cuerpo como te apeteciese.
Cuando una gota de sangre aparecía en el condón, no era porque me hubiese bajado el período. Era porque mi cuerpo era una máquina que no podía ser interrumpida por el ciclo menstrual, así que metía una esponja en mi vagina cuando menstruaba. Para ser capaz de continuar entre las sábanas.
Y no, no me iba a casa después de que hubieses terminado. Seguía trabajando, diciéndole al siguiente cliente la misma historia que habías oído. Estabas tan consumido por tu propia lujuria que un poco de sangre menstrual no te paraba.
Cuando venías con objetos, lencería, disfraces o juguetes y querías juego de roles erótico, mi máquina interior tomaba el control. Me dabais asco tú y tus a veces enfermizas fantasías. Lo mismo vale para esas veces que sonreías y decías que parecía que tenía 17 años. No ayudaba que tuvieses 50, 60, 70 o más. Cuando regularmente violabas mis límites besándome o metiendo los dedos dentro de mí, o quitándote el condón, sabías perfectamente que iba contra las reglas. Estabas poniendo a prueba mi habilidad para decir que no. Y lo disfrutabas.
A veces no me quejaba lo suficiente, o simplemente lo ignoraba. Y lo utilizabas de manera perversa para mostrar cuánto poder tenías y cómo podías traspasar mis límites. Las prostitutas existen porque eres un misógino, y porque solo te preocupan tus necesidades sexuales. Cuando finalmente te regañaba, y dejaba claro que no te iba a volver a tener como cliente si no respetabas las reglas, me insultabas a mí y mi papel como prostituta. Eras condescendiente, amenazador y maleducado.
«Prostitución», Jorge Rando
Cuando compras sexo, eso dice mucho sobre ti, de tu humanidad y tu sexualidad. Para mí, es un signo de tu debilidad, incluso cuando lo confundes con una especie de enfermiza clase de poder y estatus. Crees que tienes derecho. Quiero decir que las prostitutas están ahí de todas formas, ¿no? Pero solo son prostitutas porque hombres como tú se interponen en el camino para una relación saludable y respetuosa entre hombres y mujeres.
Las prostitutas solo existen porque hombres como tú sienten que tienen el derecho de satisfacer sus necesidades sexuales usando los orificios del cuerpo de otras personas. Las prostitutas existen porque tú y la gente como tú sienten que su sexualidad requiere acceso al sexo siempre que les apetece. Las prostitutas existen porque eres un misógino, y porque te preocupan más tus propias necesidades sexuales que en las relaciones en las que tu sexualidad podría florecer de verdad.
Cuando compras sexo, revelas que no has encontrado el corazón de tu sexualidad. Me das pena, de verdad. Eres tan mediocre que piensas que el sexo consiste en eyacular en la vagina de una extraña. Y si no hay ninguna a mano, no tienes que ir más lejos que a la esquina de tu calle, donde puedes pagar a una mujer desconocida para ser capaz de vaciarte en una goma mientras estás dentro de ella.
Qué hombre frustrado y lastimoso debes ser. Un hombre incapaz de crear relaciones profundas e íntimas, en las cuales la conexión sea más íntima que tu eyaculación. Un hombre que expresa sus sentimientos a través de sus clímax, que no tiene la habilidad de verbalizarlos, sino que prefiere canalizarlos a través de sus genitales para librarse de ellos. Qué masculinidad débil. Un hombre verdaderamente masculino nunca se degradaría pagando por sexo.
«Prostitución», Jorge Rando.
En lo que concierne a tu humanidad, creo en la gente de bien, incluido tú. Sé que dentro tienes una conciencia. Que te has preguntado en silencio si lo que hacías era ética y moralmente justificable. También sé que defiendes tus acciones y probablemente piensas que me has tratado bien, que fuiste amable, nunca malvado y que no violaste mis límites. Quizá pienses que me hiciste un favor y me diste un respiro hablándome del tiempo, o un pequeño masaje antes de penetrarme.
Pero ¿sabes qué? Se llama evadir tu responsabilidad. No estás enfrentándote a la realidad. Te engañas pensando que la gente a la que compras no ha sido comprada. No han sido forzadas a prostituirse. Quizá pienses que me hiciste un favor y me diste un respiro hablándome del tiempo, o me diste un pequeño masaje antes de penetrarme. No me hiciste ningún favor. Todo lo que hiciste fue confirmar que no merecía más. Que era una máquina cuya función primaria era dejar a los otros aprovecharse de mi sexualidad.
Tengo muchas experiencias en la prostitución. Me han permitido que te escriba esta carta. Pero es una carta que preferiría no haber escrito. Ojalá hubiese podido evitar estas experiencias. Tú, por supuesto, te consideras como uno de los clientes buenos. Pero no hay clientes buenos. Solo aquellos que confirman la visión negativa de las mujeres sobre sí mismas.
Sinceramente,
Tanja Rahm»
No en vano cuando la Pantoja decía ser Esa, se definía a si misma de la siguiente manera:
Soy la que no tiene nombre,
La que a nadie le interesa,
La perdición de los hombres,
La que miente cuando besa.
Ya…lo sabe… Yo soy… esa…
La polémica está servida. Debatamos pues, pero no se acaloren demasiado.
Que follen mucho y mejor.
Gabriel… debilidad sexual del varón??? La mayor gilipollez machista que he leído. Que es eso? Una enfermedad congénita ligada al sexo? Venga ya, si no tenéis control es porque no queréis ejercerlo, ni más ni menos, no porque seáis débiles, discapacitados y porque (aunque ya cada vez menos) en el fondo se aplaudía esta debilidad como tu dices en forma de alabanzas y palmas… Las prostitutas danesas, son de otra manera, nada que ver con las explotadas de otros continentes, y no estoy de acuerdo con las palabras de esta carta, precisamente por ser de allí, pero lo tuyo, háztelo mirar, no sea que realmente tengas una enfermedad, física o mental.
27 abril 2016 | 16:23
No entiendo como puede haber personas tan despreciables, faltas de humanidad, de empatía y de principios. Me refiero a la autora de la carta.
27 abril 2016 | 16:29
evidentemente es una carta que no esta escrita por una puta sino por una progre y posiblemente no la ha escrito por amor al arte sino por dinero como suelen hacer los periodistas.
el taxista qu te lleva a tu casa no lo hace porque te quiera sino por dinero, cuando vas a un restaurante aunque se haga llamar casero la comida te la dan por dinero y no por amor , cuando vas al dentista te mete sus manos en tu boca y no es porque le guste tus babas sino que lo hace por dinero, no entiendo que sin embargo la gente que lo hace todo por dinero pretenda que las prostitutas ejerzan su actividad por amor o cariño.
27 abril 2016 | 16:33
Ana….he leído a Gabriel y lleva toda la razón. Quizá por ello te ha ofendido tanto su comentario.
Supongo que tu ya te estarás haciendo mirar por doctor acreditado tu mal de alma o mente. La MISANDRIA es una enfermedad que corroe a algunas mujeres de mediana y larga edad. Por cierto: A los hombres nos gustan las mujeres jóvenes.
27 abril 2016 | 17:00
Y esta chica ¿porque piensa que el hombre que pagaba por ella buscaba que ella tuviera placer? no voy a hablar de ética ni de moral , cuando coges un taxi solo esperas que te lleve y no piensas si el taxista quiere ir allí.
Esta chica que ahora es tan digna no da la impresión que buscara otra forma de vida, por lo tanto es una carta de palabras vacías.
Y dicho esto hay que ser siempre tremendamente respetuoso con todas las personas , las que se dedican a la prostitución, los que se acuestan con ellas y con cualquier otro ser humano.
Y nunca obligar a nada a nadie.
27 abril 2016 | 19:13
Honorio, no seas imbécil, no hagas aumentar las huestes de mujeres encabronadas contra el sexo débil, jo, jo, jo… y recapacita. No sabes la edad que tiene Ana, ni falta que te hace. Para no teneros mucho cariño, a algunos, no hace falta cumplir muchas primaveras, sólo dedo y medio de frente. Me puedes explicar que es un doctor acreditado, so lumbreras? No te molestes.
27 abril 2016 | 19:15
leyendo los comentarios debo de decir que hay mucho intrusismo en la medicina. sobretodo de sudamerica..Honorio se debe de referir a esto al aconsejar psiquiatra a Ana
un saludo
Paloma
27 abril 2016 | 19:58
Caye y Zulema. Princesas. Me gustó esa peli. Algo menos su perra vida. Para puta, su realidad. Cruda y sin paliativos. Como la de tantas otras. Obligadas o de motu proprio, me la bufa y justifíquense como gusten los usuarios de sus «servicios», aderecen el asunto a su conveniencia, no se corten, que estoy seguro segurísimo, que cuando niñas ninguna de ellas soñaba con ser lo que es hoy. Nadie sueña con esa mierda de existencia, perdónenme. Con eso me quedo. El resto me sobra. Mi incapacidad para comprender el libre? comercio de según que «cosas» -el sexo previo pago del ídem entre ellas- no me deja procesar sin vomitar, algunas de las payasadas que se leen hoy por aquí.
27 abril 2016 | 20:37
Cuantas chorradas se pueden escribir para que estemos unos debatiendo y criticando sobre otros.
Se dice de putas las que cobran por sexo, y digo yo??
Aquellas mujeres que buscan hombres con pasta que son??
Aquellas mujeres que en una noche de fiesta al final se van con uno porque les apetece follar, eso si su copas se las han pagado todas, que son??
Las ex que te llaman para quedar, naturalmente para folllar, pero primero les tienes que pagar la cenita que son??
Aquellas que se quedan preñadas cuando tienen una cierta edad con el más gilipollas y a sabiendas que han ido a pillarle, porque sino no son madres, que son??
y así un largo etc…
Las mujeres no tienen esa necesidad que los hombres y pueden aguantar mucho, y cuando se acuestan con alguien generalmente suele ser por interes por algo, hasta ellas se llaman putas unas a otras y comentarios entre ellas, que yo lo he escuchado «todas las mujeres son unas putas», es decir son machistas y luego critican a los que se van de putas.
Yo la verdad todavía no conozco a ningún amigo, conocido que le salga gratis los polvos, unos con putas, otros con sus mujeres hipotecados y con hijos de por vida, otros pagando cenas, regalos y de todo a sus novias, ex y a los que van los findes a ver si pillan algo, pagando copas… aqui o eres un guaperas, fortachon y con don de gentes o al final pagas y mucho.
La ventaja de las putas es que sabes lo que pagas por obtener lo que quieres, con las demás no sabes lo que pagas hasta conseguir follar, que en la mayoría de los casos te sale por un pastón.
Yo lo que haría sería legalizar la prostitución y que se pagaran impuestos y estuviese controlado y asi sería más libremente la que ejerciera y con más seguridad. La mayoría de los clientes somos buenas personas y no somos unos pervertidos y desgraciados, porque para que lo sepais las mujeres también van hoy a muchos boys y estan esperando una despedida de alguna amiga para ir todas juntitas a ver si chupan algo. De eso seguro que las feminazis no comentarán nada. ANDA Y FOLLAR LIBREMENTE y no ser amargados/as
27 abril 2016 | 20:54
Esta sociedad española de hoy es un despropósito, todo el mundo tiene y ha tenido amigos mariquitas pero nadie, nadie, nadie, tiene, ha tenido, ni tendrá amistad con una puta, de tener amistad con lesbianas ni mención, las lesbianas no existen. Al grano… por lo que leo nadie conoce putas, no digo del puticlub, eh!!! El caso es que nadie conoce putas, pero todo el mundo opina como una vulgar tertuliana de programas frívolos o como esa gente tan «sesuda» de los programas «serios».
Esa del libro es una puta más, pero puta renegada que no representa a nadie más que a si misma, pero la sociedad del buenismo necesita excluidos sociales para mostrar compasión, emocionarse y reconfortarse a si misma para seguir su camino a ninguna parte, nada mejor para eso que compadecerse de una puta renegada que lo que necesita es medicina mental, encefalograma plano total el de esta sociedad, me da que en este blog escriben plantas, o líquenes, al menos el reino vegetal es mayoría.
27 abril 2016 | 21:43
Ainsssss…César, no te esfuerces más, jomío, te hemos comprendido perfectamente, eres un cacho adefesio y tienes las habilidades sociales justas para tratar con tu hámster. Pobrecito él, que no es un guaperas y tiene que pagar por follar, encima lo cuenta, lastimilla.
Vamos a buscarle una ONG de polvos gratis al señorito, te vale una procesadora de pastillas para caldo?? Polvo de sebo y hueso bovino a tutiplen….
Estoy con la legalización del ‘problema’, aunque sea triste es la mejor forma de controlar que ninguna esté sin querer estar.
27 abril 2016 | 21:52
Es una mujer que no ha asimilado un pasado que ella misma eligió y que para lavar su conciencia vilipendia a quien le pagó por lo que ella ofrecía, su propio cuerpo. Ser puta le parece jodido – nunca mejor dicho – pero no tan jodido como levantarse a limpiar escaleras a 8 euros la hora.
28 abril 2016 | 01:34
Tanja Rahm por todo el planeta.
«La otra guerra de los mundos: depredadores, globalización y cinismo.» ¡Reflexión!
28 abril 2016 | 12:43
La autora tiene mucha suerte por ser mujer aunque odie a los hombres. Soy hombre y si quiero vivir del sexo tengo que ir con hombres, una puta va con el sexo contrario y encima cobra. Pocos hombres pueden vivir de ofrecer sexo con mujeres.
El problema es que , como ha demostrado la neurociencia, el hombre tiene hasta 4 veces más ganas de sexo que una mujer y que le pierde el sexo, la mujer tiene bastante atrofia en estos menesteres y alguna no sabe lo que es un orgasmo.
Hoy encima son afortunadas, si te casas con una mujer y luego pide el divorcio te quitará todo: tu casa, tus hijos, tu vida, serás un proscrito.
Por ello, los hombres inteligentes deben salir con las mujeres para pasarlo bien y nada más, tener un relación es de mucho riesgo para el hombre. No despreciéis al hombre, ni le eches en cara que tus orgasmos son fingidos, pues a lo mejor él finge la relación.
Por ello, aunque tus palabras rezuman odio te aconsejo que no denigres a aquellos que te dan de comer. Recuerda que es más ético pagar por tener sexo que cobrar por ello, pues lo primero es la necesidad de estar con una mujer, lo 2º es amor al dinero.
29 abril 2016 | 12:15
«Qué hombre frustrado y lastimoso debes ser. Un hombre incapaz de crear relaciones profundas e íntimas, en las cuales la conexión sea más íntima que tu eyaculación. »
Más bien un triunfador ya que soy incapaz de crear relaciones profundas e íntimas por haber conocido mujeres como tú y no haber caído en sus redes.
29 abril 2016 | 12:21
Si no existe demanda no existe oferta. El que demanda debería de crear consciencia en que grado esta contribuyendo para que exista una demanda. Así de sencillo, si no lo quieren es por que realmente no quieren y tampoco les interesa.
29 abril 2016 | 18:05
No se porque me da que esa cartita no tiene nada de real…y si lo tiene,lo siento mucho compañera de batallas…pero no te veo mentalmente estable cariño.Yo soy una de esas fulanas que se gana la vida de esta forma tan degradante y humillante…y decirle a un amigo (no diré su nombre) que habla con tanto criterio (aun habiéndose excusado sin acusación alguna);) que se equivoca un poquito,que trabajo muy duro,tanto que se refleja en mi físico y que todo lo hago por darle lo mejor de lo mejor a mi hija.No se te ocurra volver a pensar que alguna prostituta debería estar en un burguer o limpiando culos.Aprende que cada cual se gana las habichuelas como le da la gana y que tu no eres nadie para decir como cada cual lo tiene que hacer.Culpabilizar al cliente o a la prostituta de la existencia de la prostitución es una soberana gilipollez,o es que sólo las prostitutas son las únicas que utilizan su vagina para conseguir lo que quieren?o acaso el hombre sólo paga por sexo en este mundo?Dejémonos ya de chorradas y chuminadas camperas…y a la señorita que escribe la carta:No se muerde la mano que te da de comer,tómate el asunto algo más positivamente y si igualmente no sales de tu agujero,es fácil, lucha por otro oficio,pero lucha amiga,lucha como todos en el mundo hacemos de un modo u otro.
29 abril 2016 | 23:06
Me hacéis mucha gracia. Aquí parece que o eres de una red de trata de personas, en cuyo caso no es culpa tuya (obvio) y blabla o lo has elegido porque eres una vaga de mierda que quiere dinero rápido. ¿Alguna vez os habéis parado a.pensar que muchas lo hacen porque no tienen más opción? ¿Porque tienen familias a las que alimentar? ¿Porque igual no han podido acceder a una educación que les permitiera tener trabajos mejores? No no, es porque son unas vagas de mierda que sólo quieren dinero rápido y ya está. Qué hipócritas, dejad de miraros el ombligo y pensad que cada persona es mundo y puede estar pasando por mil situaciones distintas que no tienen que ser las que vosotros vivís. Al igual que las hay que lo hacen porque quieren, las hay que lo hacen porque no tienen más remedio, y tienen todo el derecho del mundo de sentir asco y repugnancia, a ver si ahora van a tener que pedir perdón por no querer morirse de hambre.
29 abril 2016 | 23:15
REALMENTE TRISTÍSIMO LEER COMENTARIOS TAN PATETICOS DE CADA ENFERMO MISÓGINO. «SEÑORES» DESPRECIABLES SEPAN QUE NINGUNA MUJER NACE PARA PUTA. NO SEAN HIPÓCRITAS! Y NO COMERCIALICEN CON EL CUERPO DE LAS MUJERES, NI CON SUS VIDAS. MUY TRISTE LA PUTA REALIDAD.
30 abril 2016 | 12:50
NINGUNA MUJER NACE PARA PUTA
01 mayo 2016 | 15:39
Es triste leer los comentarios ,dice dinero fácil. ..ahí os habéis quedado, también dice dinero duro, tampoco habéis seguido leyendo cuando dice: y…evitaba que tuvieses que pensar cómo había terminado donde estaba a los 20 años ….porque básicamente te/os da igual. No todo el mundo tiene una vida fácil y no todo el mundo ha tenido recursos para estudiar y hay situaciones que por desgracia en nuestro país puede llevar a personas a hacer y aguantar cosas tan desagradables, como necesitar dinero para dar de comer a tus hijos…creo que esta carta es de una mujer que no ha tenido las cosas fáciles pero os la habéis follado otra vez con vuestros comentarios degradantes y poco humanos.
02 mayo 2016 | 01:22
Léase esto: http://traductorasparaaboliciondelaprostitucion.weebly.com/blog/dra-ingeborg-kraus-la-prostitucion-es-incompatible-con-la-igualdad-entre-hombres-y-mujeres
10 mayo 2016 | 08:42
Tremenda hipocresía y desconocimiento sobre este mundo paralelo de la prostitución, soy putero reconocido y he visto casi de todo, si, es cierto que hay muchas prostitutas que disfrutan de su trabajo, y que en ningún caso desean dejarlo, no es dinero fácil, pero es rápido y sí, muchas gozan, se puede fingir con los gemidos, pero con el flujo abundante de la vagina, creo que no, he conocido a muchas que dicen «seis meses y lo dejo, me voy a mi país y monto un negocio», en la mayoría de los casos es mentira pocos trabajos generan esos ingresos, soy un tipo normal, creo que bien parecido y con cierta cultura, en varios encuentros con prostitutas he continuado la relación fuera del prostíbulo e incluso he mantenido una relación relación estable con una chica que conocí en ese ambiente durante mas de diez años, no dudo que es cierto que existe la trata de personas y las torturas a las que les sometería a los autores seguro que os estremecerían, pero debemos ser conscientes de que hay miles de chicas que se buscan la vida de forma voluntaria en ese mundo y que están satisfechas con su vida, y que se mean en tus cinco años de carrera,en tus post-grados y en tus masters, por que ganan 30 veces mas que tú.. La realidad es que los hombres no solo recurren a la prostitución por tener sexo, pregúntale a las chicas cuantas horas pasan hablando en las habitaciones. Autoestima, comprensión, cariño?
Mi conclusión ; si es voluntario, es tu vida.
26 mayo 2016 | 05:51