Archivo de noviembre, 2015

La última confidencia del escritor Hugo Mendoza, mi primer #UnoalMes

Querid@s,

A veces inventamos personas,

y las inventamos tan bien y tan a nuestra medida

que se hace muy difícil olvidarlas.

y muy doloroso.

Es como si mataras algo en tu  interior,

porque, en efecto, solo es allí donde han habitado.

(La última confidencia del escritor Hugo Mendoza, Joaquín Camps.)

Una vez al mes, no más, les propondré una lectura que a mí me haya tocado. El alma, las entrañas. Por supuesto, no tienen que hacerme caso si no quieren. #UnoalMes. La primera es La última confidencia del escritor Hugo Mendoza. Escrita por el valenciano Joaquín Camps. Es novato en el delicado arte de escribir novelas. Les dejo con el booktrailer.

¿Qué les parece un atractivo profesor de universidad, inteligente, simpático, y algo castigador al que la viuda del desaparecido escritor Hugo Mendoza, le encarga una disparatada investigación? Averiguar si sigue vivo en algún rincón del mundo, porque a pesar de haber fallecido, cada 3 de diciembre a la maltrecha viuda le llega como siempre sin remite un nuevo manuscrito póstumo. Víctor Vega es el nombre de este profesor de literatura que se embarcará en un aventura altamente peligrosa. Por el camino, descubrirá verdades ¿inconfesables? y se enamorará como nunca de una misteriosa mujer. Una historia policíaca, sin policías. Una historia de amor sin amantes.

Este libro es de los que te hace mirar hacia adentro, que es donde más duele mirar. Son mil historias en una. Historias que ojalá no ocurrieran en el mundo, pero ahí están atormentándonos. No hay bajadas, sólo cuestas hacia arriba y empinadas tensiones dramáticas. Los lectores sólo podemos ser yonkis de las palabras. Con ganas de que no se termine. Siempre con mono de más.

Y aquí está el pedazo de hombre responsable de su autoría. Joaquín Camps

Joaquín Camps, autor de La última confidencia del escritor Hugo Mendoza

Les cuento que fue el libro que regalaron a todos los invitados en los últimos Premios Plantea. El año que viene los franceses y los polacos ya podrán disfrutarla en sus lenguas natales de este y una famosa productora estadounidense ya le ha comprado al Sr. Camps una opción sobre derechos para rodar una serie basada en el libro. Como ven, no es moco de pavo.

Si les ha picado la curiosidad y quieren catar antes de comprar, aquí pueden descargarse las 80 primeras páginas. Cortesía del escritor.

Y aquí el pasaje que más me gusta. La desgarradora carta de una difunta madre a su hija. Probablemente uno de los pasajes más conmovedores de La última Confidencia del Escritor Hugo Mendoza.

«Te aseguro que ahí fuera hay uno maravilloso que te está esperando, que te está esperando a ti. Lo difícil será distinguir quién es ese hombre, y esa es la razón por la que te he escrito esta carta: cariño, cásate con alguien que sepa conversar, y que mientras conversa contigo, sepa acariciarte. Cuando envejezcáis juntos lo único que quedará es eso, charla y caricias. El resto de cosas que te gustan o te gustarán de los hombres, aunque ahora no lo creas, no son más que trampas frívolas que la madre naturaleza, que no es tan sabia como dicen, nos pone a las mujeres en el camino hacia nuestra felicidad. Olvídate de si es guapo y viril, olvídate de si es osado y atrevido, de sus galanteos de pavo real. La vida es como el sol que drena las uvas volviéndolas pasas: nos envejece, nos seca hasta dejar tan solo nuestra esencia. Y será entonces, cuando una mañana te despiertes ya anciana y veas la uva pasa que habitas, y también veas la uva pasa que tienes tendida a tu lado en la cama, será entonces cuando te darás cuenta de que acertaste el día que decidiste casarte con alguien que sabía conversar, y que mientras conversaba, te sabía acariciar. Y te alegrarás de haber sido capaz de mandar al infierno a las amigas que te decían que era feo, o gordo, o apocado, o temeroso. Hazme caso, te lo dice tu madre, que es la que más te quiere en el mundo, y que ha muerto girándose por las mañanas en la cama para encontrarse tan solo con la compañía de la soledad. Recuérdalo, hay ahí fuera un hombre maravilloso esperándote. Sé consciente de ello cuando andes por el mundo y alguien que no te merezca te haga llorar lágrimas de desamor. Por desgracia, cariño mío, eso pasará antes o después. Un beso desde dondequiera que yo esté cuando tú leas esta carta. Tu madre que te quiere, Elena.»

Suculenta y feliz lectura. Regalo que no fallará en sus chimeneas las próximas Navidades.

Que follen mucho y mejor.

Ni una víctima más, ni una mujer menos #SuicidateAntesDeMatarla

Querid@s,

Contra la violencia machistaLlego tarde. Lo sé, no tengo excusas. Este miércoles fue el Día de la Eliminación de la Violencia Machista, aunque deberían serlo todos los días.

864. Es el número de mujeres, jóvenes y adolescentes muertas (de 2001 a 2014) a manos de esos que les decían que las querían. Sus novios, sus maridos, sus amantes, sus ex parejas. 48 en lo que va de año.

Todos ellos las mataron porque les dio la gana, porque sí, porque les pasó por los cojones. Quien bien te quiere te hará llorarLa maté porque era mía. Basta ya de mamarrachadas.

Me dan ganas de vomitar y de aplicar la ley del Talión (ojo por ojo, diente por diente) cada vez que me entero de que un hombre decide llevarse por delante a una mujer. Pero no serviría de nada. O sí.

¿Cómo? Apuñaladas, golpeadas, disparadas con arma de fuego, estranguladas, degolladas, asfixiadas, quemadas, golpeadas y otros métodos. Como ven, no falta el ingenio.

 Tina S. fue apuñalada por su marido a los 74 años. No sobrevivió. Su marido decía  “Yo me voy a morir pronto, pero te voy a llevar por delante”. Las supervivientes, las que no acaban muertas, tampoco corren mejor suerte. Para muchas, su condena durará hasta el día en el que su verdugo muera. Y ya se sabe que mala hierba nunca muere.
Miriam, superviviente: Su expareja intentó matarla clavándole un cuchillo: «Soy víctima y estoy cumpliendo condena»
Los hombres tienen que unirse y participar de lleno en la lucha por la erradicación de la violencia machista. Quedarse callado, mirar hacia otro lado, darle la espalda es colaborar a que esta brutal lacra continúe. Gracias a los que no son neutrales, a los que se unen a la casa, a los que son un@ más.

Arias Cañete, aplíquese el cuento. Grabado a fuego tengo la perla que soltó sobre la “superioridad intelectual de los hombres” sobre las mujeres. Con dos cojones. Tampoco ayudan mucho algunas compañas contra la violencia de género que se me antojan un tanto machistas. La intención es buena, pero el fin no justifica los medios.

Que no venga un Torrente a darle lecciones a Susi de lo que tiene o no tiene que hacer por Internet. Parece que la culpa la tiene Susi, cuando aquí el único culpable es él. No sé cómo lo verán ustedes. Aún recuerdo cuando un verano en la playa de Benidorm, en un supermercado de confianza, iba yo en bikini y con pareo de playa a comprarme un refresco, que hacía una calina que pa qué. Tendría 25 años y un señor, acompañado de su mujer, me miró de arriba a abajo con odio, con rabia, desnudándome muy pervertidamente con la mirada y me soltó:  ¡Cómo vais así medio desnudas! Y luego os quejáis de que os violan. Con dos cojones. Como Cañete. ¿Por qué se intimida a la «víctima», que bastante tiene con lo que tiene. ¿Por qué se la culpabiliza? ¿Por qué se la amedranta? ¿Por qué se le echa la culpa de lo que un hombre decide hacer de forma voluntaria con ella?  Creo que esta es más acertada. Véanla.

Los amores no matan. Ninguno. Porque por amor no te prohíben quedar con tus amigos. Por amor no te obligan a follar si no quieres.

Por amor no te hacen llorar. Por amor no te pegan y luego te dicen “Mira lo que me haces hacer“.

Por amor no te dicen que todo lo haces mal. Por amor no te tienen acorralada.

Por amor no te dicen que estás gorda. Por amor no ahogan tu alma.

Por amor no te dejan el ojo morado y te dicen “lo siento”. Por amor no te vuelven a dejar el ojo morado y te vuelven a pedir perdón.

Por amor no te hostian cada vez que se le antoja. Por amor no te dejan vestirte como a ti te da la gana.

Por amor no te llaman puta. Por amor no te maltratan.

Por amor no te amenazan con matarte si te vas.

Si alguno de estos verdugos anda por aquí, #SuicídAntesDeMatarla, no después. Ni una víctima más, ni una mujer menos.

Por un amor verdadero.

Que follen mucho y mejor.

Obscenum, Madrid ‘on fire’

Querid@s,

¿Qué les parece esta sinopsis?

Obscenum«Efe, artista de la fotografía erótica, atraviesa una crisis profesional, emocional e incluso sexual desde que Eme, su modelo y musa, le ha abandonado. En el camino de su recuperación, Efe habrá de cruzarse con Perla, una sofisticada ama de casa que combate el aburrimiento con la promiscuidad, Alfa, un actor porno que redondea sus ingresos alquilando su cuerpo, y Junior, la antigua amiga, amante y confidente de Eme que habla de sí misma en masculino y está, por tanto, convencido de que las personas somos, más allá de nuestros genitales, cabeza y corazón. Juntos o separados, pero especialmente juntos y revueltos, los personajes de “Obscenum” parecen vivir la vida al límite, siempre bajo la máxima de que el amor es la única perversión a la que no conviene nunca abandonarse.» 

¿Impúdica, torpe, ofensiva al pudor?

Es la trama de la obra teatral Obscenum. En cartelera desde el pasado 19 de noviembre, está escrita por José Cruz y cuenta con las canciones de Diego Domínguez. Podrán disfrutarla, si quieren, hasta el próximo 10 de enero. Desde la butaca 3 de la fila 11 del Teatro Galileo me empapé hace unas cuantas noches de esta chocante y divertida mezcolanza de drama, comedia y musical sobre un mismo escenario en el que a los cuatro protagonistas les sobra las vestiduras, la vergüenza y los prejuicios. Quizás por ello, los cuatro se enfrentan a sus luces y a sus sombras desde la transparencia de sus desnudos (sin photoshop) y la desnudez de la palabra. Y los actos sinceros.

¿Recomendable? Si no le gusta que le provoquen, si no le gusta escuchar la palabra coño o polla, o no le gusta ver ninguna de estas cosas en vivo y en directo, no vaya. Ahorrese el disgusto, deje libre la butaca para el que no le hace ascos a las obscenidades, e invierta los 18 euros que vale la entrada en menesteres de su gusto. Si por otra parte no le importa ver desnudos imperfectos pero reales, si quiere ver juntos y revueltos a Alfa, Efe, Eme y Junior y le seduce la idea de que le escandalicen, déjense caer por el teatro Galileo.  No sé si les gustará (eso no lo sabe nadie), pero les garantizo que no será un espectáculo convencional. Y juzguen ustedes mismos.

La cosa va de obscenidades. 

De historias indecentes, impúdicas

De personas deshonestas, inmorales, procazes, concupiscentes,

Relatos pornográficos, lúbricos

De actos sucios y escabroso

Cartel Obscenum

No esperen una historia de príncipes y princesas azules. Eso sería demasiado peligroso. Ya me contarán.

Que follen mucho y mejor.

Perversiones raras de la A a la Z

Querid@s,

¿Le gusta a usted jugar con cosas raras? ¿Le van individuos bizarros? ¿Le ponen situaciones que no le van a sus amig@s? Sin lugar a dudas, es usted un parafílico.

Todos hemos oído hablar de comportamientos  poco habituales como la cropofilia, el sadomaso, el voyeurismo o el voyeurismo. Para gustos los colores y respeto, pero hay otras filias que lógicamente no. Depravaciones como la necrofilia, la zoofilia y otras que no quiero ni pronunciar. Como todo en la vida, en el mundo de las parafilias hay para todos los gustos. El número y taxonomía de las filias sexuales tienen su intríngulis y algunos expertos y fuentes especializadas en la materia tienen identificada la friolera de 549 tipos de parafilias.

Estos gustos son comportamientos sexuales en los que la fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en individuos, situaciones, objetos o actividades atípicos. Sin embargo, los expertos no aclaran y no hay manera de que lleguen a un acuerdo cuando se trata de poner los límites entre una práctica sexual bizarra y la parafilia. Incluso existe debate sobre si alguna de las consideradas parafilias realmente no lo es. Un asunto vidrioso, cuanto menos.

Escena de la película Historia de O (1975)

Clasificar una práctica sexual como parafilia depende muchísimo de las convenciones sociales imperantes en un momento y lugar concretos. Por ejemplo, el sexo oral y la masturbación se consideraron parafilias hasta mediados del siglo XX. Aunque a uno le exciten las faltas de ortografía, fenómeno denominado anortografofilia, no sería una práctica parafílica, siempre que la persona no se ponga cachondo sólo leyendo faltas de ortografía.

He rescatado para ustedes algunas de las parafilias más extrañas del mercado, una por (casi) cada letra del abecedario. Me las ha chivado la wikipedia.

Andromimetofilia: Atracción por mujeres que se visten de ellos. Además se comporta sexualmente como un hombre y el hombre adopta el rol de la mujer. En la penetración anal, la que haga las veces de penetrador@ será ella y el hombre será al que pongan mirando pa Cuenca.

Balloning: Placer sexual que se obtiene sólo al ver mujeres hinchando globos, explotándolos, montándolos, estirándolos y jugando con ellos.

Clastomanía: Excitación al romperle a la pareja la ropa que lleve puesta.

Dacrifilia: Excitación por las lágrimas o el llanto del otro.

Efebofilia: Atracción hacia adolescentes o personas que pasan por la pubertad.

Formicofilia: Excitación sexual al reptar hormigas (también otros insectos —caracoles, gusanos— o animales pequeños) sobre los genitales

Furtling: Las revistas porno “cobran vida”. Se recorta un agujero para el pone donde debería ir el pubis y uno se masturba con la página colgando. Dicen que es casi tan placentero como la vida real, pero con el inconveniente de que uno se puede cortar con el papel.

Gigantofilia: Atracción sexual por mujeres gigantes.

Hipoxifilia: Consiste en impedir la respiración de la pareja o la propia, vía la semiestrangulación u obstruyendo las vías respiratorias cubriendo la cabeza con elementos de látex o plásticos. Y precisamente con una bolsa de plástico le taparía la cara a Cristiano Ronaldo, que es una gamba. De semejante varón se aprovecha todo menos la cabeza.

Ipsofilia: Excitación sólo por uno mismo. No es lo mismo que masturbación, donde el objeto sexual puede ser una persona presente, una fotografía o una fantasía. Aquí hablamos de ponerse a sí mismo, de mirarse y ponerse cachondo. ¿Un narcicismo sexual?

Jactitafilia: Excitación producida por el relato de las propias hazañas sexuales. Esto me suena bastante. Alguna vez me he  colado en alguna conversaciones de machotes en la que el orador se marcaba un monólogo de lo más erótico en el que su oratoria iba cobrando una fuerza desmedida mientras salivaba y contaba con todo excesivo lujo de detalles su proeza.

Koumpounofilia: Excitación sexual derivada de los botones o prendas con botones. Habrá que probarlo, yo empezaría desabrochando los de la camisa, a ver qué tal se me dan.

Ligofilia: Atracción por lugares oscuros o lúgubres.

Misofilia: Atracción sexual por la ropa sucia.

Nasofilia: Fetichismo de la nariz. La persona se excita sexualmente al ver, tocar, o a menudo, chupar de manera erótica la nariz. Menos común, están los que se excitan al sentir su nariz acariciada, tocada o chupada.

Oclofilia: Excitación ante una multitud de personas reunidas.

Plushofilia: Excitación al tener «sexo» con algún peluche o restregar las partes intimas con algún muñeco de felpa.

Quinunolagnia: Excitación sexual por ponerse en situaciones de peligro.

Renifleurismo: Excitación debida al olor de la orina.

Somnofilia: Tener relaciones sexuales con una persona desconocida mientras aquella duerme.

Dibujo de Utagawa Kunisada, Wikipedia

Tricofilia: Excitación por el cabello humano. Deriva en varias parafilias según color, cantidad, largura o peinado. También vale masturbarse utilizando el cabello de otra persona y la excitación por ver cómo el otro se acicala el cabello.

Urofilia: Excitación exclusivamente con el uso de la orina durante la práctica sexual. Vamos, la conocida lluvia dorada.

Vorarefilia: Fetichismo en el que la excitación se deriva de la idea de ser comido, comer a otra persona o presenciar el proceso.

Xenofilia: La excitación sólo se produce con personas de otro países.

Zoofilia (bestialismo): la excitación sexual se produce solamente con animales.

En fin, cada loco con su tema. ¿Conocen alguna más?

Que follen mucho y mejor.

Cara polla ¿Llegará a presidente de Estados Unidos?

Querid@s,

A veces el arte, el humor y el ingenio se unen para crear auténticas maravillas. Esta vez sólo ha hecho falta:

  1. La cara de un capullo (cuánto más capullo mejor)
  2. 500 penes
  3. Y el sutil saber hacer de la web porno HomoPower.

Y este es el resultado.

Donald TrumpContemplela un rato. No diga nada. Sólo disfrútela. Tampoco hay que dormirse en los laureles, unos segundos bastan. Uno se queda mirando esta joya pixelada y piensa… Realmente Donald Trump tiene cara de pene. Y no es para menos, porque la cara de Trump, uno de los grades millonetis de EEUU, está hecha de 500 miembros viriles de todos los colores y tamaños. Con lo poco dado que es él a la convivencia racial. Pollas venidas de quién sabe dónde, con lo poco que a Trump le gusta que los States se llene de gente de fuera. Rabos indocumentados por todas partes inundando su brillante melena, su bondadosa sonrisa, su dulce rostro y esa papada suya que tímidamente asoma.  Un aura inconfundible tan Trump, que no se ve, pero se siente. Y la bandera americana, siempre omnipresente.

 

 

 

Fálico homenaje en alta resolución que está a la altura de las bondades de este polémico triunfador. Pero Donald no es el primero al que le juegan una pasada de tales dimensiones. El primero, el político conservador Rick Santorum contra el que Trump lucha por la presidencia de Estados Unidos por el partido republicano. Alguien le hizo un collage a base de fotografías de porno gay. De nuevo, la bandera al fondo, no se la vayan a quitar.

Rick Santorum

Si tuvieran que elegir, ¿cuál de estas dos pollas colgarían en la pared de su salón?

Piénsenlo, la de Trump ya es todo un éxito en la red.

Que follen mucho y mejor.

Cuando Tinder hace crush, comienza el espectáculo

Querid@s,

Y en Tinder van apareciendo rostros como una baraja de naipes. Mira usted las fotos, las frases-avatar y con el dedo desliza a la izquierda si no le interesa (cruz roja) y a la derecha si le pica la curiosidad (corazón verde). Es un escaparate de gente que le acabará entrando o no por los ojos. Es un catálogo de personas. Selecciona usted a quién o no quiere consumir. Y en base a esta exageradísima cantidad de información, todos elegimos si nos gusta o no nos gusta a primera vista. No hay nada que temer, puede rechazar sin dar explicaciones. Pero, si ambas partes se gustan, hay crush. Se abre el telón y empieza el espectáculo.

Permítanme que insista que Tinder sólo muestra lo que se quiere enseñar, lo que se quiere compartir con los demás. No es oro todo lo que reluce y siempre llegará el momento en que debamos enfrentarnos a la realidad. Quedar. En vivo y en directo, en la vida real. Aquí es donde se cazan las mentirijillas o se descubren las verdades no reveladas. Hombres más bajitos de lo que pensábamos, mujeres no tan hermosas como nos hicieron creer, personas con cargas familiares que pensábamos que no existían. Porque nadie es perfecto (ni falta que hace), empezando por cada uno de nosotros.

E hice de Inspector Gadget

Nunca di información personal veraz; no sabía quién estaba al otro lado de la pantalla y viví el anonimato. Interpreté varios papeles para provocar distintas reacciones y poder indagar en amplio espectro. Con algunos me mostré interesada en el compromiso, con otros me mostré interesada sólo en encuentros físicos… A otros sólo les preguntaba por qué estaban ahí y con otros fui yo, simplemente. A la mayoría les sorprendió cuando me mostré sexualmente explícita. Algunos desaparecieron sin decir adiós cuando decía que buscaba una relación. De hecho, uno no quiso ni verme si no buscaba nada más que sexo. Otros intentaron calentar motores móvil en mano mientras con la otra jugaban y se masturbaban. A la mayoría no le importó que no tuviera una foto mía en el perfil. Esto fue gratamente positivo, a la gente aún le gusta imaginar.

Al final, todo ese centro comercial abierto y diverso se convirtió en algo tóxico (y eso que he estado pocos días en línea). Me resultó adictivo a veces, otras aburrido. Cabe la posibilidad de dedicarle más energía de la que me toca. Así que me dije a mí misma que sólo volvería a aparecer para buscar a alguien ya conocido. Espero cumplir mi promesa.

Charade

Antes de irme estuve tindereando con un tipo que me estimula mucho cerebralmente. Con él he sido yo, sin trampas ni cartón. Dice que le apetezco y lleva desde el primer día invitándome a cenar en su casa y catar los vinos de la bodega para la que es creativo. Ayer le dije que . Tenemos amigos en común y confío en que no será un asesino en serie. No sé si se me saldrá el tiro por la culata, si será un chasco o si habrá feeling. Qué sé yo. Lo que sí sé es que seremos como dos extraños que ya se conocen (qué extraño) y beberemos vino en su terraza, desde donde me dice que se ven las estrellas y de madrugada huele a tortitas recién hechas. Espero que en eso, al menos, no me haya mentido.

Que follen mucho y mejor.

Ligar en los tiempos del Tinder

Querid@s,

Siempre he sido reacia a usar las nuevas tecnologías para ligar, echar un polvo o simplemente conocer a alguien sin objetivo elucubrado, pero sentía curiosidad por asomarme a estas plataformas que cada vez van ganando más adeptos. Fue así como descubrí que Tinder es un pozo sin fondo. Me descargué esta aplicación de la que todo el mundo habla y que el logo (una llama de fuego) nos advierte de que nos adentramos en un mundo que puede ser muy caliente y que sube más aún de temperatura a medida que se acercan las noches, cuando todos los gatos son pardos. El sábado ya está echando chispas. Pero no sólo sirve para buscar a alguien desconocido, sin compromisos y sin complicaciones o a alguien que avive nuestro fuego. Tiene muchos usos, tantos como personas, incluso tantos como estados de ánimo o momentos. Hay quien busca algo serio, hay quien va en busca del rollo de una noche,  otros sólo buscan amigos…

Tinder

Pero lo que me sorprendió es que muchísima gente busca apaciguar su soledad. Es otro resquicio para la gente que se siente sola. Uno más de tantos que van apareciendo en esta era de la (in) comunicación. Qué curioso encontrar a tanta gente buscando que haya alguien al otro lado para responder, simplemente demandando una mera presencia. Muchos usuarios solo se quedarían chateando por el programa, ni siquiera están especialmente interesados en quedar cara a cara. Parece que solo ese contacto les alivia.

Para entender todos estos motivos y alejar estigmas, imaginé un bar. En los bares, a cualquier hora, hay gente que sabe qué busca o no, qué  compañía quiere o no, que sabe por qué o no está ahí. Y supongo que este es otro espacio exactamente igual que un bar, pero virtual.

Asuntos prácticos para quien lo desconozca

Lo único que vemos de la otra persona y lo único que los demás ven de nosotras es lo que queremos que se vea.

  • 1 foto principal
  • Unas cuantas más
  • Amigos en común de Facebook  (de primer y segundo grado)
  • Unas líneas sobre nosotras.

Las fotografías

¿Qué me dicen de esas fotos de él en el coche con el cinturón abrochado? ¿Te ha pillado en un atasco o qué? Hay mucha gente que parece no entender que no hay segundas oportunidades para causar una buena primera impresión

¿Y los posados junto a un bólido o una Harley Davidson? No cuela, salvo que seas Michael Knight.

Ya no puedo tolerar el fenómeno Selfie. En Tinder. Pongámonos en situación. Dice llamarse  Paco. Lógicamente tanto selfie me hace pensar que Paco no tiene amigos que le saquen una foto decente. Ni abuela tiene Paco, porque encima resulta que ha decidido quitarse el top en un supuesto acto de solidaridad para con las féminas heterosexuales que se dejan caer por Tinder y luce torso desnudo, pelo en pecho y posa frente al espejo rematando la faena con unos morritos. Paco, ¿Quién te ha dicho..? ¿En qué momento has pensado que esa foto mola?

Pero esto no es todo amig@s. Qué pasa con esas imágenes en las que el que dice ser Ramón sale en una foto grupal de 25 personas en la que obviamente buscas al tal Ramón, pero no hay manera de localizarlo. La siguiente foto retrata al supuesto Ramón junto con 10 personas más. Sigues sin encontrar a Ramón. Lo siento amigo, hace mucho que dejé de jugar al escondite.

¿Y esas fotos en las que el tal Pascual aparece con una mujer posando felizmente. Se abrazados, se cogen de la mano o aparecen en evidente actitud cariñosa. Pascual, sí me van los tríos. Pero gracias. Como ven, hay mucha gente tarada (no exquisitamente) y hay que localizarla antes de que sea demasiado tarde. Pero esas fotos tienen sus propias historias detrás: sonrisas, miedos, cuentos, pieles…. Esto se nos olvida porque es más fácil deshumanizar. Las distancias cortas asustan, pero si dejamos que ese miedo nos venza, se nos olvidará seducir y sólo seremos capaces de comprar visiones deslizando el dedo que catapulta. O no.

Continuará…

Que follen mucho y mejor.

Yo también voy en plan comando

Querid@s,

En los 80, la por entonces teenager Brooke Shields protagonizó un anuncio de vaqueros Calvin Klein en el que ni corta ni perezosa le contaba a todo pichichi que nada se interponía entre ella y sus Calvin. Desde luego que lo de no llevar bragas no lo trajo la señorita Shields, pero su slogan sí revolucionó un poquito las mentes y los cuerpos allá por el siglo pasado.

Yo siempre llevo bragas a diario, pero en las ocasiones especiales me apunto a la moda comando. Por ejemplo en cenas, salidas, fiestas a las que me invitan y encuentros peligrosos con desconocidos que no lo son tanto. Incluso bodas. A la última que asistí decidí prescindir de lencería fina y marcarme un comando. Primero porque a mí me pone bastante estar de bodorrio y saber que no llevo bragas. También lo hago para excitar a los demás. No a todos claro. En concreto a uno en especial, un amigo al que hacía tiempo que no veía. Nos sentaron en la misma mesa y en cuanto me pareció apropiado le hice saber que no llevaba bragas. No con un cruce de piernas, sino con un mensaje intencionadísimo.
Sharon Stone como Catherine Tramell en la película Bajos instintos

-No llevo bragas. Ojalá estuvieras debajo de mi mesa y no a mi lado.

El no iba en comando, pero poco tardó en estar calzón baja, condón puesto.

Los orígenes

El origen exacto de esta expresión es una incógnita, pero todo apunta a que el término surgió durante la Guerra de Corea o Vietnam.

  • Hipótesis número 1: los soldados no usaban ropa interior debido a las altas temperaturas y se aconsejaba a los comandos no usar ropa interior para evitar escozores, rozaduras e infecciones en las partes íntimas.
  • Hipótesis número 2: En el campo de batalla no había ni tiempo ni espacio para llevar y lavar dichas prendas.

Más tarde, en 1974, el término Going Commando se popularizó entre los universitarios estadounidenses, influenciados directamente por la guerra de Vietnam. Pero los que lo llevaron a la fama fue la serie Friends. En el segundo capítulo de la tercera temporada, “En el que nadie está listo”, dos de los protagonistas admiten ir en plan comando. Aquí lo tienen.

Pros y contras

Como todo en la vida, ir en comando tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Mola porque se evita la acumulación de bacterias, permite una mayor transpiración y un@ se siente más sexy. Pero ir con la entrepierna al aire también tiene sus inconvenientes como problemillas de irritación de la piel. Esta práctica se considera más sucia que llevar tanga o braga y hay más posibilidades de pillar alguna enfermedad indeseable. Al parecer es menos higiénico y pueden surgir problemas ginecológicos. Y hay que poner más lavadoras, porque los pantalones se ensucian más.

Cada uno, como siempre, que se vista como quiera. Yo les animo a ir de vez en cuando a contracorriente. A que se dejen llevar y prueben cómo se siente cuando nada, absolutamente nada se interpone entre usted y sus pantalones. Y su falda.

Que follen mucho y mejor

El petting ha vuelto

Querid@s,

El magreo, coloquialmente franela, faje, vuelve a estar de moda. Y a nuestras alcobas. ¿Quién no recuerda el famoso petting, mal denominado follar con ropa? Teníamos 15 años y por aquella época algunas pensábamos que el sexo eral era hablar de sexo. Recuerdo esos besos, frotamientos y caricias, siempre con la ropa puesta. Y ese roce insistente y repetitivo, uno encima del otro, con los vaqueros siempre de por medio. Y de tanto roce, surgía el cariño. Y los mayores calentones insatisfechos que he tenido en mi vida.

Se acuerdan de ese subidón de pensar que lo que estabas haciendo era pecado? Pero qué bien sabía. No había ni pizca de penetración, ni vaginal ni anal, porque aquello era cosa de mayores. El petting nos lo hemos copiado de los ingleses / americanos y procede del verbo to pet, que no sólo tiene un significado sexual, pues también implica acariciar y besar a los animales de compañía, o los mimitos que dan las mamás y los papás a sus bebés.

¡Petting, amor mío, qué recuerdos! Qué manera de rozarse y refregarse en los oscuros callejones de la urbanización, en cualquier parque, en la cama cuando papá y mamá no estaban. Noches en vela recordando aquel sexo adolescente y seguro que se practica cuando se podía.

Barbie y Ken

Recuerdo cómo en el patio del colegio, y entre amigas, nos contábamos las cochinadas que habíamos hecho el finde o la tarde anterior, si había peligro o no, si te podías quedar preñada o ni de coña. De tanto comentar las jugadas descubrimos que había varios grados de petting. El primero, sólo besitos y caricias. Aquí se quedaban l@s más cast@s, lo que por entonces llamábamos  puritanos/ estrechas. El segundo grado era ya vivir al límite: meter mano, POR ENCIMA de la ropa. L@s más madur@s y precoces incluso se atrevían con meterse mano POR DEBAJO de la ropa hasta quedarse en cueros y masturbarse mutuamente. Realmente, en aquella época, con quince años, en MI entorno, aquello era un auténtico escándalo.

El petting emanaba de nuestro cuerpo de forma animal y natural. Las caderas se movían al libre albedrio y las manos se guiaban sin mapas hasta tocar teta o paquete. Pasábamos largas horas frotándonos y refrotándonos hasta llegar al escozor. Y al final ellos se iba con mucho dolor de huevos en forma de frustración sexual y nosotras nos mojábamos las ganas en el café. Pero por aquel entonces, el petting era lo máximo a lo que se podía aspirar. El lado oscuro todavía no entraba en nuestros planes.

Practicantes del petting en un pasado, treintañeros y/0 padres de adolescentes que l@ petan hoy…el petting ha vuelto. Y amenaza con quedarse. Una historia que comienza con petting, jamás puede tener un final infeliz.

Que follen mucho y mejor.

Encuentros en el metro con un desconocido

Querid@s!

¿Nunca se han prendado de un desconocido en el metro?

¿Nunca han intercambiado miradas tímidamente o sin disimulo con un extraño mientras los dos se alejan? Y cada uno se va con su música a otra parte… Qué remedio, la vida continúa. Ayer, como cada día, me metí en el metro. Estaba sentada esperando y alguien se sentó a mi lado. Me llamó la atención. Olía muy bien y enseguida supe que estaría dispuesta a irme a la cama con él. Sólo necesitaba cinco minutos para conocerle. Era guapo, muy guapo. Tenía pinta de serlo aún más de cerca. Vestía vaqueros, una camisa de color azul marino y unos zapatos en los que no me fijé demasiado.

Blue Valentine

Llegó el metro y subimos los dos. Acabamos sentándonos el uno frente al otro. Nos mirábamos y luego bajábamos la mirada. Nos volvíamos a mirar  para luego volver a girarnos la mirada. Así no sé cuántas veces. En un par de ocasiones me dije a mi misma els diners i els collons per a les ocasions…Pero no me atreví.

Estaba nerviosa, inquieta y no podía dejar de mirarle. Ni él a mí. Furtivamente, como quien no quiere la cosa. Para bien o para mal, nunca lo sabré, ese desconocido acaba bajándose una parada antes que la mía. Sólo una parada antes. No fui capaz de dar un paso más, de dejar de fantasear, de montarme mi película hollywoodiense, de alimentar miles de pajaritos en mi cabeza. No tuve ovarios de dejarme de chorradas y pasar a la acción.

Creo que fue la timidez, la vergüenza, pero también los prejuicios, esos que hacen que nos perdamos tantas cosas. En el amor y en la vida. Me pregunto, les pregunto ¿Si se puede ligar en la biblioteca, el gimnasio, la cola del paro o lo más fácil,  en un bar o cuando se sale a fumar, acaso no vale el metro?


Aunque a posteriori pienso que si me hubiera lanzado, es muy probable que mi apuesto desconocido y el resto de los viajeros me hubieran tomado por una chiflada desequilibrada. Decidí no jugármela. Decidí no hacer nada.

Confiesen que esto también les ha pasado alguna vez. Algunos consideraran que es una tontería, pero propongo una iniciativa que les pido que me ayuden a difundir. Si alguna vez se encuentran con el que creen que puede ser su fiel compañero, el amor de su vida o el ligue de una tarde de verano, démonos cita en  #midesconocido. Si se han hecho ojitos con un desconocido, si se han quedado con ganas de más, búsquense y encuéntrense. Para que estos encuentros bajo tierra puedan tener un final feliz.

Que follen mucho y mejor.