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Cúbrete bien, querid@, o Nabokov te noquea con su gancho de Lolita

Si estáis pensando en leer Lolita mejor os pongo sobre aviso, como hice con la reginaexlibrislandiana que vino a mis confines a por la novela de Vladimir Nabokov

(Desayuno para dos, 1937 / Manga Films)

(Desayuno para dos, 1937 / Manga Films)

El gigante ruso es un peso pesado y perderéis la pelea y algún diente, sí, pero el combate será una experiencia bibióflila inolvidable y no os lo debéis perder. Así que enfundaros los guantes a lo Barbara Stanwyck, subir al ring y preparaos para recibir lo que está escrito.

La apasionada confesión de Humbert Humbert es una historia de amor perversamente aderezada con tres ingredientes explosivos: la atracción por las nínfulas y el incesto por un lado (léase guante derecho) y el inmaculado lirismo, la ternura y la belleza con los que Nabokov articula el relato de esa abominación (léase guante izquierdo). A lo que hay que sumar un endiablado juego de pies del escritor ruso, que te mantiene danzando al son que él marca.

Basta con abrir el libro y avanzar un par de páginas para que, ¡DING! suene la campana y asistas como lector a una demoledora descarga de golpes de derecha directos al costado que te obligan a encajar como puedas el relato brutal y sórdido de una aberración: Un cuarentón de origen europeo cuenta cómo da rienda suelta a su obsesión por una niña de doce años. Se casa con su madre y, muerta ésta, abduce a la nínfula para arrastrarla a una huida por carretera. Mientras tanto la nínfula, chillona, caprichosa, algo perversa y definitivamente descarriada, es cada vez más consciente de su poder y de cómo jugar sus cartas en la situación en la que están.

Lolita

Lolita

Y antes de que puedas reaccionar, horrorizarte y hasta tirar el libro (léase toalla) te viene un gancho de izquierda directo a la mandíbula.

Es un golpe trampa, porque te espabila y te devuelve al combate: el inmaculado lirismo, la ternura y la belleza con los que Nabokov articula el relato de esa abominación te anestesian todo atisbo de juicio moral y te meten de lleno en una historia de -llamémoslo- amor, que te conmueve y espanta por igual.

Llegados a este punto Nabokov ya te tiene bailando al son que él marca dentro del cuadrilátero. Incluso en el cuarto y el quinto asalto se permite el lujo de hacerle un guiño a la Anabel Lee de Poe, inaugurar el género de las road novels y enfrentar la belleza serena de la vieja europa con los horrores suburbanos y de la cultura del plástico y del motel de la norteamérica de los 50s, encarnados por Humbert y Lolita respectivamente.

Y el resto, ya lo imagináis, más de lo mismo: bam, bam, bam. Y entre adrenalina, sangre, sudor y tinta te mantienes en pie, leyendo con un ojo a la virulé y aguantando asalto tras asalto la lluvia de golpes de genio perfectamente calibrados de ese maldito púgil de las letras.

Vladimir Nabokob

Vladimir Nabokob

Por fin llegas al punto y final. Has perdido, claro. Nabokov te ha noqueado con la última frase y tú te desplomas exhausta y sumida en un inesperado estado de  total y absoluto éxtasis libresco.

¿O acaso creías que Nabokov no iba a ser capaz de anularte el juicio moral a golpes de genio literario? ¿Pensabas que ibas a ser incapaz de conmoverte y deleitarte con una historia tan turbia? Para nada. Porque la de enfrentarse a la lectura de Lolita es siempre la crónica de un noqueo literario anunciado.

Y eso es lo que le va a pasar a mi reginaexlibrislandiana asidua (y espero que a alguno de vosotros, reginaexlibrislandianos de pro).

Lo mejor de todo es, además del libro a por el que vino en sí, cómo llegó a él:

Clienta: Hola Regina, ¿tienes ejemplares de Lolita, de Nabokov?

Regina ExLibris: Sí, claro.

Clienta: Es que, ¿sabes? El otro día me llevé La librería, de Penélope Fitzgerald, porque me lo recomendaste con otros de libreros y librerías. Y resulta que, bueno, como sabes a Florende los del pueblo no se lo ponen fácil de entrada, pero la cosa se le complica aún más cuando se plantea vender ejemplares de Lolita, de Nabokov, que acababa de publicarse y era todo un escandalazo. Y, ya ves, de esta no pasa: quiero leérmelo ya. ¡Ja, ja, ja!

Regina ExLibris: ¡Anda! ¡Me encanta cuando pasa eso! Es lo que yo llamo los Mapas de constelaciones literarias: un libro te lleva a otro, etc. Y, sí, en 1955 sólo la editorial Olympia Press de París se atrevió a publicarlo… y ardió Troya.

Clienta: Sí, sí. Y la verdad es que siempre lo he dejado «para después». Pero ya no.

Regina ExLibris: ¡Muy bien! Pero cuando lo leas cúbrete bien, querid@, porque Nabokov te noqueará con su gancho de Lolita

 

  • Y vosotros, queridos, ¿leísteis Lolita? ¿Qué os pareció?
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Playboy publicará al Nabokov inédito

Dimitri Nabokov vuelve a la carga, y nada menos que de la mano del ideólogo de la revista Playboy. Tras anunciar hace unos meses que, por el bien bibliófilo general, desobedecería la orden explícita de su padre de quemar las 138 fichas de su inacabada The Origin of Laura, ahora llega el bombazo mediático: parte del texto aparecerá en la revista masculina del polémico Hugh Hefner, según The Wall Street Journal. Y en reginaexlibrislandia al enterarnos hemos dejado de ser un gallinero bibliófilo para metamorfosearnos en conejitas y conejitos de una mansión tan mítica como de dudosa reputación.

Al publicar parte del manuscrito de Nabokov, Hefner, que ya publicara en la década de los sesenta una entrevista a Nabokov y más tarde fragmentos de su novela Ada o el Ardor, pretende rescatarel acento literario que en su día tuvo Playboy, cuando recogiera textos de Normal Mailer, Henri Miller, adelantos de las novelas de Ian Flemming protagonizadas por James Bond, cuentos de Alberto Moravia y hasta un debate textual a doce voces entre Truman Capote, Lawrence Durrell, James T. Farrell, Allen Ginsberg, Le Roi Jones, Arthur Miller, Henry Miller, Norman Podhoretz, Georges Simenon, Isaac Bashevis Singer, William Styron y John Updike.

 

 

The Origin of Laura, que quedó inconclusa en 1977 a la muerte de Nabokov, disecciona la tristeza de un hombre que, abatido por la escandalosa promiscuidad de su esposa, se refugia en el recuerdo de una entumecida obsesión de antaño por una muchacha mucho más joven que él.

El texto, que aparecerá en el número de Playboy de diciembre de 2009, también saldrá a la venta en formato libro unos días antes, el 17 de noviembre, editado por Alfred Knopf, según lleva Amazon anunciando varios meses en su web.

 

 

Así que a nosotros en reginaexlibrislandia, que ya en su día nos revolvíamos ante la desobediencia de Dimitri con respecto a la voluntad de Nabokov sobre su incloncluso parto literario, nos humean hasta nuestras orejas de conejitos. Porque el hijo, amparándose en el bien bibliófilo general, primero saca a subasta el texto y ahora, además, negocia publicar parte del texto en Playboy.

No se trata de dónde aparezca The Origin of Laura, queridos. Cuando se trata de leer un texto, cualquier soporte es bueno, sea en formato libro o seriado en periódicos y revistas. En mis confines libreros lo que cuestionamos es el proceder del tal Dimitri.

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿qué opináis del quehacer de Dimitre con respecto de la inacabada y póstuma novela de su padre? ¿Conocíais el ramalazo literario de Playboy? ¿Os gusta leer Literatura en revistas y periódicos?

«Si Nabokov quiso que su Laura ardiera, ¿por qué la publican?»

En reginaexlibrislandia hay tardes para las que la Providencia Librera designa tertulias literarias que tienen el encanto de lo inesperado.

Sin ir mas lejos ayer bastó con que un cliente asiduo se adentrara en mis confines en busca de un novelón como Lolita para que se abriera la veda de un debate sobre el legado inédito de Nabokov.

En concreto la cosa iba sobre su inacabada Laura, una novelita cuya incineración el escritor ruso encomendó a su esposa antes de morir, tarea que ella finalmente no consumó, y que ahora su hijo ha subastado para la inminente publicación, prevista para septiembre de 2009:

– Cliente: Ya no lo dejo pasar más: hoy me pongo con Lolita.- Regina: Bueno, nunca es tarde, ¿no? Es tan turbadora como impecable y, para colmo, tiene uno de los arranques más demoledores de la historia de la literatura.

– C.: ¿A ver? Mmm: » Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía.»

– R.: ¡Ish! No me canso de ese comienzo, y cada vez que lo releo Nabokov me deja cao. Esas dos frases son un gancho de derecha demoledor que nunca acierto a encajar sin que me tumbe.

– C.: La verdad es que es impactante… como toda la novelita sea así…

– R.: No esperes menos. ¿Has leído algo más de Nabokov?

– C.: La verdad es que no, ¿y tú?

– R.: Yo Ada o el Ardor, y sus Curso de literatura europea y Curso de literatura rusa, que son compendios de las clases que impartió en su época docente. Te las recomiendo como guías de lectura.

– C.: Oye, ¿y esa otra de la que hablan en La Vanguardia, la que dijo que quemaran?

– R.: Si, Laura. Su novela inacabada, ésa que le pidió a Vera, su mujer, que quemara, pero que ella no echó al fuego. Lo que hizo fue confinar las fichas manuscritas en una caja de seguridad en Ginebra, y ahora su hijo ha decidido subastarlas para su inminente publicación.

– C.: ¡No me jodas, qué buitre! Pero si Nabokov quiso que su Laura ardiera, ¿por qué la publican?

Y justo ahí fue cuando otro librero y un par de espontáneos emergieron por entre mis baldas, al parecer incapaces de desoír la llamada de una buena charla sobre letras.

¿Deben respetar la voluntad de Nabokov de destruir el manuscrito inacabado de Laura? ¿O por el contrario hacen bien en editarlo para brindar a legiones de lectores la oportunidad de leer otra novela de uno de los genios de las letras?

De los cinco que parloteábamos en mis confines dos estaban a favor de la publicación de Laura en el nombre de la Literatura, mientras que otros dos afirmaban que debía respetarse la voluntad del creador de Lolita, máxime tratándose de una obra inacabada.

En cuanto a la quinta voz en discordia, la mía, mucho me temo que no hubo consenso entre mis dos mitades.

Así que mientras mi pelucón librero insistía en que Laura debe circular entre los lectores, el resto de mi mismidad se decantaba por respetar la voluntad del padre literario de la criatura.

Y vosotros, queridos, ¿qué opináis? ¿Hacen bien en publicar Laura o deberían quemar las fichas manuscritas que la integran, tal y como el escritor ruso quiso?