Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

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Por qué leer sí o sí ‘El Hombre Invisible’, de H.G. Wells

La de veces que habría dado mi pelucón por ser como Jack Griffin y desdibujarme a voluntad del campo visual de los demás. Así podría cotillear y esquivar situaciones incómodas. O simplemente desaparecer un rato, que tampoco viene mal. Hasta ahí todo ventajas, no me diréis que no.

El problema, como planteaba H. G. Wells por entre las líneas de El Hombre Invisible, detona cuando la cosa se te va de las manos y el juicio y las buenas intenciones se desvanecen junto con tu corporeidad. Ay, aquí ya empieza a mascarse la tragedia y el prometedor descubrimiento deviene en turbia realidad, como en su día le ocurriera al Víctor Frankenstein de Mary Shelley, o al Doctor Jekyll de R.L. Stevenson.

Y de eso charlábamos en reginaexlibrislandia cuando uno de mis libreros admitió con descorazonadora naturalidad que NO había leído El Hombre Invisible, de H. G.Wells.

Hasta ahí la situación rayaba lo bibliotolerable y fácilmente subsanable. Pero añadió:

… vamos, que tampoco creo que sea para tanto, Regina. Es más para niños, ¿no? ¿O qué? ¿Me lo vas a comparar con Frankenstein, o con El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde?

Para cuando cerró la interrogación una calma tensa se había apoderado de la librería, el silencio era sobrenatural y mi rostro se había congelado en una mueca entre atroz y furibunda salida directamente del biblioaverno…

… Y estallé:

Pero, pero… ¿sabes lo que dices?.. ¿es que no…&%#?@}}]&%&$&/%$&¢∞¬$&$$? ¡Diosssss, querid@!

(léase lluvia de improperios graznados en todas las lenguas muertas imaginables que, por respetoa vosotros, prefiero no reproducir)

Y aquí ya era él, mi librero, quien lo hubiera dado todo por marcarse un Jack Griffin para desmaterializarse y salir airoso del tusnami reginaexlibrislandiano que tenía encima…

Poco después, ya conmigo más apaciguada, mi librero recuperó a duras penas la compostura y el riego sanguíneo, y en un hilillo de voz dijo:

Librero: Vale, sí, bien… esto, ¿qué edición me sugieres, Regina?

Regina: Pues, mira, ya que vas a ponerte con él hazlo a lo grande: la edición de Libros del Zorro Rojo con ilustraciones del gran Luis Scafati es una barbaridad de buena. Salió este año, y es brutal.

Y es la que se llevó. Seguro que, cuando llegue al punto final, se alegra de haber dado este patinazo reginaexlibrislandiano y de haber leído por fin un novelón que, pese a haber sido escrito en 1897, está de plena actualidad.

Y lo está porque relata las contradicciones de un joven y brillante científico, que, obsesionado por optimizar los avances de sus experimentos, se desprende de toda ética en pro de su sed de dominio, de poder y lucro personal.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

El hombre invisible, H. G. Wells. Libros del Zorro Rojo.  Un joven científico vive por y para una obsesión: lograr la invisibilidad. Tras años de experimentos fallidos da por fin con una fórmula que funciona con animales, por lo que solo necesita que sea efectiva en humanos, empezando por él. Es así como Jack Griffin llega a un pueblecito de West Sussex (Inglaterra) dispuesto a atrincherarse en la posada local para trabajar de día y optimizar su fórmula de noche. Pero pronto ese desconocido que sale a hurtadillas embutido en su abrigo, con el sombrero bien calado, guantes, lentes oscuras y el rostro oculto tras lo que parece una venda se convertirá en la comidilla local… hasta que el terror se apodera de todos cuando Griffin, además de perder su corporeidad, pierde la cordura y da rienda suelta a sus peores instintos amparado en el más puro y literal anonimato físico.

Y como suele ocurrir con algunos de las novelas más grandes de la literatura El hombre invisible de H.G. Wells se ha visto relegada a un segundo plano por la colección de adaptaciones a todas las fórmulas posibles (película, teatro, musical, animación, etc).

Y aunque eso me levante ampollas en la bibliofilia no me resisto a dejaros con el trailer de la adaptación cinematográfica homónima de 1933, por captar la esencia del original y por darle ese delicioso toque de humor inglés entre siniestro y demoledor:

Siete casas malditas de novela en las que no querrías pasar la noche

Pasen, lean y biblioretocen de terror con las casas demoníacas más espeluznantes de la literatura. Un subgénero, el de los caserones malditos, que han cultivado titanes del espanto y de lo macabro, y por el que apostamos en reginaexlibrislandia.

Tanto que periódicamente montamos en la librería una mesa cargada con esos títulos con los que al leerlos en su día pasamos un mal rato memorable.

Son ese tipo de libros que, hasta que no te ves aferrada al libro con los pelos como escarpias, una mueca de espanto congelada en el rostro, las venas de las sienes como morcillones de Burgos y una arritmia de escándalo, no reconoces que calibraste mal el talento sobrenatural de algunos autores para generar horrores de tinta.

Pero, oye, a según qué perfil lector nos va este tipo de bibliomarcha.

Y dentro del subgénero de terror-casas malditas hay un amplio y macabro abanico de variantes temáticas donde elegir: portales que dan acceso a horrores cósmicos, criaturas espectrales atrincheradas en sótanos, seres de la noche acechando intramuros, terrenos malditos, criaturas del averno sedientas de almas, atmósferas claustrofóbicas…

Pero, eso sí, en todas ellas el horror se asoma entre líneas con una sutileza que inocula la paranoia en el lector. No hay vísceras ni violencia explícita, sino una llamada poderosa a nuestros miedos más atávicos.

Dicho lo cual va la selección reginaexlibrislandiana de Siete casas malditas de novela para leer, temblar y gritar, y en las que no querrías pernoctar.

¿Listos? Pues pasen y lean. Si se atreven, claro:

  1. La maldición de Hill House. Shirley Jackson. Valdemar. 

Uno de los relatos más estremecedores e inquietantes que le he echado a mi bibliofilia en la última década. Narra el inquietante experimento de John Montague que, en su empeño de escribir un libro sobre fenómenos en casas encantadas, decide alquilar Hill House, una mansión solitaria y de siniestra reputación. Además escoge a un grupo de ayudantes para pasar juntos una temporada en Hill House. Son la desdichada Eleanor, que esta desquiciada tras pasarse media vida cuidando de su arisca madre inválida; la alegre y curiosa Theodora, seleccionada por su increíble capacidad telepática; y Luke, vividor y mentiroso, incluido por exigencia de la propietaria, su tía. El objetivo: dejar constancia de cualquier fenómeno paranormal para documentar el libro de Montangue. Sobre las alucinantes experiencias que vivirán durante su estancia en la casa… mejor callar y leer. Solo diré que Shirley Jackson no da tregua y ya no solo es que tiene un endemoniado talento para alternar escenas cotidianas con fenómenos aterradores, sino que además se guarda muy mucho de dar pistas acerca del origen del mal de Hill House.

  1. El apartamento 16. Adam Nevill. Minotauro.

Adam Nevill recupera la tradición anglosajona de la casa encantada y la convierte en un elegante edificio de apartamentos londinense llamado Barrington House, donde el espacio es el personaje más terrorífico de todos. Allí hay un apartamento vacío. Nadie entra, nadie sale. Y así lleva cincuenta años. Hasta que una noche el vigilante oye ruidos y decide investigar. Lo que experimenta allí le marca para siempre. Poco después la joven Apryl llega a Barrington House desde EEUU tras heredar un apartamento de su tía abuela Lillian, fallecida en extrañas circunstancias, de la que se rumoreaba que estaba loca y cuyo diario da cuenta de un horrible suceso. Apryl descubrirá no solo que hay un mal que transforma a la gente y que aún habita en Barrington House, sino que la puerta del apartamento 16 es el acceso a algo mucho más terrorífico.

  1. La casa infernal. Richard Matheson. Minotauro.

Los fanáticos de la literatura de casas embrujadas que no hayan leído La casa infernal están de enhorabuena. Tienen por delante bibliopánico del bueno retozando en la Mansión Belasco con uno de los maestros del género, Richard Matheson, en un relato estremecedor que achantó al mismísimo Stephen King. En 1940 cinco personas entraron en la infame Casa Belasco para desentrañar los misterios de la casona maldita. Solo uno de ellos salió vivo. Tres décadas después un millonario le contrata para, junto a otros tres, demostrar que hay vida después de la muerte. Y para ello pasarán una semana en la Casa Belasco. La Casa Infernal les ha permitido entrar, pero, tras desvelar un oscuro pasado preñado de ritos paganos, violencia, perversiones y blasfemia cuyos ecos aún laten en las estancias ¿los dejará salir?

  1. La casa y el cerebro. Edward Bulwer-Lytton. Impedimenta.

Considerada una pieza maestra de la literatura sobrenatural, esta endiabladamente aterradora fábula de fantasmas cautivó al propio Lovecraft. En ella un hombre decide pasar la noche en una casa encantada en Londres, junto a su criado y a su perro. Allí es testigo de espeluznantes apariciones y descubre que en sus dependencias se cometieron crímenes atroces años atrás. Todo el mal parece irradiar de una de las habitaciones que, aunque en apariencia está vacía, acoge la voluntad de un ser maligno. Pasen y lean… si se atreven.

  1. La mujer de negro. Susan Hill. Edhasa. 

Por mucho relato de género que hayas leído prepárate a leer y temblar con la obra magna de Susan Hill, en la que descubrirás, junto al protagonista, qué es eso de pernoctar en una masa maldita. El joven abogado Arthur Kipps viaja a un pueblo remoto para asistir al entierro de una anciana y poner orden en el legado de la difunta en un caserón destartalado rodeado de marismas brumosas. Mientras se afana en terminar el papeleo empieza a ver una extraña aparición dentro y fuera de la casa, y así descubre una historia que los lugareños intentan olvidar: la de una madre soltera que tuvo que dejar a su hijo al cuidado de su hermana, pero el niño se hundió en las marismas mientras su madre biológica lo veía desde su ventana. Según la tradición, siempre que alguien ve al espectro de la madre, muere un niño, y Arthur Kipps comprobará familia hasta qué punto esa tradición es cierta. Bibliocanelita en rama.

  1. La casa en el confín de la tierra. W.H. Hodgson. Valdemar

Un par de campistas que pescan y pasean por la campiña de Irlanda del Norte se topan con las ruinas de un antiguo caserón. Pronto les sobrecoge la sensación de amenaza insalubre y opresiva que envuelve el lugar, así que cuando encuentran un manuscrito entre los escombros lo cogen y huyen de allí. Horas después empiezan a leer el espeluznante relato del único ocupante de La casa en los confines de la Tierra. Con un inicio casi idílico, William Hope Hodgson articula a palabras un glorioso in crescendo aterrador en el que a cada salto de línea hunde más y más al lector en las entrañas de lo blasfemo y de lo antinatural. Los tranquilos y estoicos excursionistas serán, junto al lector, testigos del atroz asedio de horrores cósmicos al que se verá sometido el ermitaño, único habitante de un caserón que da entrada a todas las fuerzas del submundo. Espeluznante.

  1. La caída de la Casa Usher. Edgar Allan Poe. Nórdica.

Publicado por primera vez en la revista Burton’s Gentleman’s Magazine en 1839, La caída de la Casa Usher es la quintaesencia del cuento gótico. En ella un caballero es invitado al viejo caserón de un amigo, Roderick Usher, artista enfermizo y excéntrico que vive recluido junto a su hermana, también delicada de salud. Aunque Usher padece una enfermedad indefinible y todos temen por su vida, quien acaba muriendo es su hermana. Sus restos son depositados en una cripta, pero no tardan en producirse terribles acontecimientos que desembocarán en un trágico final. Una casa embrujada, un paisaje lúgubre, dos hermanos gemelos, una enfermedad misteriosa… Todos los elementos del género están ahí y, sin embargo, el terror que inspira esta historia emana de su exquisita vaguedad.

  • Y vosotros, queridos, ¿leísteis alguna? ¿qué novela de casas malditas recomendáis? 
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10 novelas para regalarte ( y regalar) por el Día del Libro

Selección Día del Libro Regina ExLibris

Selección Día del Libro Regina ExLibris

En reginaexlibrislandia te sugerimos diez títulos de ficción para pegarte un homenaje libresco en el Día del Libro. O para obsequiar a otros, eso ya es cosa tuya.

Lo importante es que en la fiesta grande del libro te vayas de safari libresco a tu librería y, si aún no tienes clara tu biblioapetencia, vuelvas a casa con esa novela que no sabías que querías leer hasta que la tuviste delante… o hasta que Regina ExLibris te la descubrió.

¿Listos?

Va mi selección reginaexlibrislandiana con diez novelas para regalarte (y regalar) en el Día del Libro:

1. Damas Oscuras. VVAA. Impedimenta. El exquisito volumen de Impedimenta es una deliciosa bacanal libresca de escalofríos y taquicardias de la –gélida y huesuda– mano de 21 creadoras victorianas, con un talento endemoniado para erizarte el vello y dejarte el sistema nervioso central más tenso que las cuerdas de un Stradivarius. Pero, ojo, lo que en apariencia son relatos espeluznantes de fantasmas esconden su manera de socavar y pulverizar la figura masculina. Si tienes hambre de historias tenebrosas pero, eso sí, sin sangre ni vísceras, prepárate para deglutir este bibliofestín con un menú de plato único: el miedo.

Damas Oscuras

Damas Oscuras

2. La Princesa Prometida. William Goldman. Ático de los Libros. Un clásico que trasciende géneros, edades y bibliopaladares porque es una experiencia lectora alucinante y tremendamente divertida. La novela tiene tantos bibliovértices a los que agarrarte como lector, que es realmente difícil escapar a su encanto. Piratas, aventuras, espadachines, amor, duelos, abordajes, héroes, magos, venganzas, acción, promesas, hombres, brujas y hechiceros, gigantes, mujeres, criaturas de todo pelaje, villanos, altas y bajas pasiones y, sobre todo, mucho, pero que mucho humor. Hazte con La Princesa Prometida y “¡PREPÁRATE A biblioMORIR (de puro gusto lector).

La Princesa Prometida

La Princesa Prometida

3. Cuando sale la reclusa. Fred Vargas. Siruela. Pasen y lean la obra más ambiciosa de Fred Vargas, exquisitamente aderezada con los ingredientes fredvargasianos: la arqueología, el medievo, los mitos, la fauna y la disección del alma humana. Adamsberg se interesa por la muerte de tres ancianos por las picaduras de una ‘reclusa’: una araña venenosa, pero no letal. El comisario investiga a espaldas de su equipo, enredándose en una delicada y compleja trama, llena de equívocos y profundas conexiones, cuyos hilos se remontan a la Edad Media. Un caso elusivo y contradictorio que tiene en jaque al comisario y al lector.

Cuando sale la reclusa

Cuando sale la reclusa

4. Antes del huracán. Kiko Amat. Anagrama. Irreverente, agridulce y muy, muy divertida novela de iniciación y catarsis que radiografía a palabras y sin melodramas el calvario emocional que supone crecer y sobrevivir siendo distinto en el extrarradio en la Barcelona de los años 80, con el Mundial de España 82 y el conflicto de las Maldivas de fondo. Curro aguanta el tipo como puede en el 82 con su amigo Priu, tan nerd como él, hasta que la bomba de relojería emocional que lleva en la caja torácica estalla y su realidad se despedaza, con brote homicida y todo. Engancha, conmueve, sorprende y divierte por igual.

Antes del huracán

Antes del huracán

5. El terror. Dan Simmons. Roca. Novela trepidante, aterradora, sobrecogedora y adictiva que ficciona sobre el enigmático destino de 129 aventureros de la Armada Británica que a mediados del SXIX emprendieron una expedición al Ártico. Varados en el hielo a temperaturas inhumanas, no solo tendrán que sobreponerse al frío, el deterioro de los barcos, el hambre, la muerte, la enfermedad, la desesperanza, el canibalismo y los motines, sino que pronto descubrirán que una sanguinaria criatura les acecha y una enigmática mujer les observa envuelta en un silencio glacial. Un trepidante bibliogarbeo por un auténtico infierno de hielo.

El terror

El terror

6. Con la misma moneda. Verity Bargate. Alba (Rara Avis). Un curioso artefacto narrativo que te cautiva, te sorprende, te engancha y te noquea, y en el que la irreverente y caústica Verity Bargate siluetea a palabras las desventuras de Sadie Thompson, una mujer vapuleada desde cría que tiene muy claro que cuando te dicen «Lo hice porque te quiero» el daño no solo está hecho, sino que es irreparable y, sobre todo, que pudo haberse evitado. Cuando Sadie dice «¡BASTA!» emprende un proceso de reinvención y de rebelión personal sin retorno que implica llevarse por delante a quien sea y a lo que sea. Una bibliodelicia cargada de una lucidez cegadora.

Con la misma moneda

Con la misma moneda

7. Hombres. Angelika Schrobsdorff. Errata Naturae. Relato vibrante y lúcido de la educación sentimental de una bella joven que madura entregándose a la furia de vivir, sobrevivir y revivir. Eveline es hija de alemán y judía, y crece en pleno ascenso del nazismo. Su vía de escape de cuanto la rodea y detesta (su madre, sus frustraciones, el hambre y la miseria) es encadenar amantes, hombres a los que demanda amor, pasión y satisfacer todos sus anhelos y necesidades. De ahí que todos ellos, víctimas del egocentrismo de la joven, decepcionan de una forma u otra a la turbadora e insaciable Eveline. Cargada de diálogos vibrantes, es un deslumbrante tapiz de una época y de una mujer que solo baila a su propio son.

Hombres

Hombres

8. Absolutamente Heather. Matthew Weiner. Seix Barral. La primera novela del creador de Mad Men dibuja dos ecosistemas sociales antagónicos de Nueva York. De un lado están los casi perfectos y adinerados Breakstone (Mark, Karen y su hija Heather). Y del otro está Bobby, con una infancia atroz, naturaleza obsesiva y pulsiones psicópatas que tras su paso por la cárcel se reinserta como peón de obra. Y es en esa obra donde ambos mundos convergen, pero cuando saltan chispas es cuando Mark descubre a Bobby devorando con la mirada a su preciosa hija adolescente. Hasta dónde estará ese padre dispuesto a llegar para proteger a su familia es el detonante de una trama demoledora y brutal.

Absolutamente Heather

Absolutamente Heather

9. La guerra de las salamandras. Karel Čapek. El Zorro Rojo. Deslumbrante y original distopía, considerada como una de las joyas literarias de la ciencia ficción de todos los tiempos. Con una rotunda carga de sarcasmo la mordaz parábola de Čapek denuncia con ácida ironía los regímenes totalitarios, la carrera armamentística y el desenfreno del capitalismo. Esta exquisita edición cuenta con las ilustraciones de Hans Ticha, cuya obra realza la satírica fábula de Čapek con unas ilustraciones inspiradas en el arte de vanguardia.

La guerra de las salamandras

La guerra de las salamandras

10. El Escarabajo. Richard Marsh. Valdemar. Obra maestra del terror gótico es un adictivo thriller ocultista aderezado con suspense, romance, peligro y humor. Por las brumosas calles de Londres se desliza la figura de una criatura de forma y sexo indeterminados, recién llegada del milenario Egipto, que utilizará su capacidad para transformarse y su habilidad para hipnotizar con el fin de cumplir su ciego designio: encontrar a Paul Lessingham, un prometedor diputado que aspira a un sillón en el gabinete británico, y saldar con él un asunto pendiente relacionado con su secreto pasado. Un relato magnético y trepidante de principio a fin.

El escarabajo

El escarabajo

 Y por si os quedáis con ganas de más prescripciones reginaexlibrislandianas aquí os dejo otro biblioarsenal con títulos para bibliófagos, para quienes prefieran la no ficción y, como no, más novelas:

Selección Infantil y Juvenil Regina ExLibris

Lee ‘Damas Oscuras’, los ventiún cuentos de fantasmas victorianos con los que te temblará hasta la campanilla

Tardaré en conciliar el sueño. También me costará volver a disfrutar de según qué ratos a solas en la librería, y lo mismo con esta nueva manía de buscar una explicación racional para todos y cada uno de los ruidos cotidianos que me envuelven. Eso me pasa por aventurarme sin más a una bibliovigilia con un ejemplar de Damas Oscuras.

(Penny Dreadful, 2014 / Showtime)

(Penny Dreadful, 2014 / Showtime)

El volumen de Impedimenta es una deliciosa bacanal libresca de escalofríos y taquicardias de la –gélida y huesuda– mano de ventiún creadoras victorianas, con un talento endemoniado para erizarme los pelos del pelucón y dejarme el sistema nervioso central más tenso que las cuerdas de un Stradivarius.

Tanto que al terminar el último de los ventiún cuentos me puse a moler los granos de café a puñetazos en un intento desesperado de atemperarme en plena madrugada. Verme desfilar después por el pasillo con el moño electrizado, los globos oculares  fuera de las cuencas y la taza humeante meneándose más que un tren de mercancías a punto de descarrilar era todo un poema macabro y victoriano.

Y es que por más que mi bibliofilia supure fascinación por lo tenebroso, la muerte, lo sobrenatural y, en general, el terror gótico en cualquiera de sus formas, esta vez no ha sido suficiente para sobrevivir sin secuelas a la sobrecogedora experiencia lectora de esta oscura delicia literaria.

Total, que como llegué a reginaexlibrislandia sin haber pegado ojo, hecha un amasijo de nervios apelotonados bajo un pelucón desmadejado y con más ojeras que Chu-Lín, decidí que la mejor manera de sacudirme la bibliocongoja victoriana era consagrarme a mis quehaceres libreros con intensidad redoblada y debidamente cafeinada.

Y en esas estaba cuando el carraspeo de un reginaexlibrislandiano sigiloso a punto ha estado de lograr que mi corazón implosionara dentro de mi caja torácica ¡Boom!:

Cliente: Ejem, Regina, buenos días

Regina: ¡AY, POR DIOS! ¿QUÉ? ¿QUÉ?

Cliente: ¡Perdona, mujer!

Regina: (gesticulo para que me dé un minuto y pueda recuperar las pulsaciones… y el riego sanguíneo en general)

Cliente: Pero, Regina, ¿estás bien?

Regina: Ay, sí, sí… perdona. Es que me has asustado un pelín

Cliente: Mujer, lo siento

Regina: Nada, nada, cosa mía. Que me pasé la noche con un librito de fantasmas y estoy pelín sugestionada

Cliente: ¡No fastidies! ¿Y qué libro es ese?

Regina: Mira, lo tengo aquí debajo: Damas Oscuras, Cuentos de fantasmas de escritoras victorianas eminentes.

Cliente: ¡Ostias! Pues la portadita está muy, ejem, lograda, ¿no?

Regina: ¡Ja, ja, ja! Ya ves, ¿por qué te crees que lo tenía tapado? Esas nueve cuencas vacías me llevan taladrando desde ayer.

Cliente: Ah, pues a mí eso de pasar miedo leyendo me va mucho, pero nunca he sido muy de “relatos de fantasmas”. Pero por lo que veo igual los he menospreciado. ¿No?

Regina: Pues ya te digo yo que sí. Y además en este caso son historias de escritoras victorianas, que es la era dorada del subgénero espectral

Cliente: ¿Sí? No sabía…

Regina: Sí. Los relatos de fantasmas eran una tradición oral para las veladas navideñas en la Inglaterra de finales del XVIII y principios del XIX. Pero después la prensa vio el filón y lo popularizó impreso en folletines. Titanes como Dickens o Willkie Collins publicaban piezas así, y luego grandes autoras como Charlotte Brontë, Elizabeth Gaskell, Charlotte Riddell, Rosa Mulholland, Margaret Oliphant, Vernon Lee, Amelia B. Edwards, o la americana Willa Cather explotaron el género como su arma de doble filo.

Cliente: ¿A qué te refieres?

Regina: A que lo utilizaron como palanca para rebelarse contra la represión de la mujer en plena época victoriana. Lo que en apariencia son relatos espeluznantes de fantasmas cargados de metáforas y de recursos del gótico esconden su manera de socavar y pulverizar la figura masculina.

Cliente: Pero, ¿cómo?

Regina: Muy fácil. En aquella época lo que más terror podía producirle a un hombre era padecer y exteriorizar los males “típicamente femeninos”: histeria, miedo y debilidad de carácter. Así que las autoras victorianas descargaron sobre protagonistas masculinos tramas espeluznantes y pulverizarles «públicamente» su tan airada masculinidad.

Cliente: Ahhhh, ya veo, ya.

Regina: Pero, ojo, no te confundas. Esa lectura es real y está ahí, entre líneas, sí. Con una carga de ironía para nada sutil. Pero los cuentos, además de eso, ya te digo yo que te van a hacer pasar un ratito de lo más ameno, querido. Si tienes hambre de historias tenebrosas y espeluznantes pero, eso sí, sin sangre ni vísceras, todo muy sutil y muy psicológico, prepárate para deglutir este bibliofestín con un menú de plato único: el miedo.

Cliente: Meh, pues no me digas más. ¡Lo quiero!

Y abandonó mis confines con un ejemplar de Damas Oscuras y su bibliofilia entre desafiante y recelosa ante la firme promesa reginaexlibrislandiana de una experiencia lectora espeluznante. Y yo por mi parte no pude evitar deleitarme ante la inminencia del mejor-peor rato lector que va a pasar mi reginaexlibrislandiano querido cuando se atrinchere con su ejemplar…

Damas Oscuras

Damas Oscuras

Porque yo sé que tú sabes que todos sabemos que él ha infravalorado mi congoja y que se adentrará en los ventiún cuentos con la misma alegría y ligereza con la que yo me adentré. Mejor, queridos, mejor: así el biblioimpacto será, si cabe, más intenso. Canelita en rama, ya os lo digo yo.

Así que si eres un lector en busca de emociones fuertes hazte con un ejemplar de Damas Oscuras (Impedimenta) y pasa un rato aterrador, tenebroso y escalofriante, codeándote con un hatajo de difuntos que, por venganza, impotencia, maldiciones varias o pura obstinación, se niegan a abandonar este mundo al menos hasta lograr que te tiemble hasta la campanilla.

Palabra de Regina ExLibris.

«Quiero leer El Terror, de Dan Simmons, antes de ver la serie televisiva»

Petrificada en hielo. Así, a lo versión ártica de «la esposa de Lot» convertida en estatua sal del Génesis, me he quedado hoy en la librería cuando un reginaexlibrislandiano asiduo se ha materializado en mis confines para pedirme El Terror, un novelón estupendo, adictivo, escalofriante y sobrecogedor de Dan Simmons que nunca dejo de recomendar y del que siempre he tenido, tengo y tendré stock en reginaexlibrislandia.

(El Terror, 2018 / AMC)

(El Terror, 2018 / AMC)

Desde que Roca lo lanzara en 2008 y servidora le hincara el bibliodiente una tórrida noche veraniega atraída por el escenario glacial en que transcurre la trama (sí, queridos, sí, las inclemencias meteorológcas también se pueden combatir a librazos) me quedé prendada de este artefacto narrativo que, aunque basado en una maltrecha expedición real al Ártico a mediados del S.XIX, es un exquisito híbrido de novela histórica, aventura naútica y horror con algún toque fantástico.

Así que siempre lo prescribo a discreción porque encaja con múltiples biblioperfiles. Y lo hace tanto porque tiene elementos más que suficientes para entretener y enganchar (la aventura marítima, el frío, la intriga, el terror y los conflictos entre personajes desesperados expuestos a condiciones extremas) como porque coincido con quien ve en El terror biblioreflejos de Melville, Julio Verne, Edgar Allan Poe, Stephen King y, como no, Patrick O’Brian, el titán de la literatura naútica por excelencia.

¿Alguien da más en una novela? Pues a pesar de eso a mi siempre me aguijoneaba en la biblioentraña la certeza de que aunque la novela sí se lee, lo cierto es que no se estaba leyendo tanto como merece.

Pero la Providencia Librera en su infinita bibliosabiduría ha escuchado mis plegarias y esta primavera se va a hablar (y a leer), y mucho, de El Terror de Dan Simmons. El hermes libresco encargado de traerme esta colosal noticia fue ese reginaexlibrislandiano que me dejó hace un rato literalmente congelada:

Cliente: Oye, Regina, quiero leer El Terror antes de ver la serie. ¿La tienes?

Regina: ¿El terror, de Dan Simmons, editado por Roca? ¡Sí, claro que tengo ejemplares! Pero, perdona, ¿qué has dicho? ¿una serie?

Cliente: Sí, la cadena televisiva AMC estrenará el 3 de abril la serie The Terror, basada en la novela, y tiene un pintón estupendo. Se titula también El terror, la dirige Ridley Scott, y el elenco es británico y de lujo. Al ver información de la serie recordé que de ese libro me habías hablado tú, y de hecho hasta seguro que lo habré ojeado alguna vez aquí. Y, bueno, entre que me pica la curiosidad y que tengo margen hasta el estreno he decidido leerme la novela antes de ver la serie. Y aquí estoy.

El terror, libro y serie AMC

El terror, libro y serie AMC

Regina: (silencio)

Cliente: ¿Regina?

Regina: (silencio)

Cliente: ¿Regina?

Regina: Perdona, me he quedado sin palabras, como Lady Silenciosa. ¡Ja, ja, a!

Cliente: ¿Lady quien?

(El Terror, 2018 / AMC)

(El Terror, 2018 / AMC)

Regina: Una enigmática esquimal de la novela de la que siempre fui fan…

Cliente: ¿No sabías lo de la serie?

Regina: ¡Qué va! Pero me acabas de dar un biblioalegrón de proporciones bíblicas. Seguro que, gracias a la serie, más de un lector descubre El terror, y no le va a defraudar.

Cliente: ¡Sí, empezando por mí!

Y se fue con el ejemplar de El Terror de Dan Simmons bajo el brazo. A mí aún me quedan tres ejemplares en stock, y traeré más. Ahora ya sé que Roca prepara una nueva edición en trade (no es tapa dura, pero tampoco bolsillo) que lanzará en breve, con la cubierta customizada en honor de la serie homónima.

Y yo me alegro infinito y me alegraré aún más cuando, gracias al tiron mediático de la serie y a la campaña publicitaria que la precederá, pronto vea ejemplares de El terror en escaparates, mesas y anaqueles de cuantas más librerías mejor.

Como soy agradecida veré la serie, y espero sinceramente que le haga honor al original. Regina ExLibris Dixit.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

El Terror, Dan Simmons (Roca). Casi todo género que toca Dan Simmons se convierte en Literatura. Ya sea ciencia ficción, suspense o terror, si la historia lleva su firma será una buena novela. Por eso cuando este biblioMidas decidió novelar la fatídica expedición al Ártico emprendida por 129 exploradores de la Armada Británica a mediados del S.XIX, de cuyo paradero jamás se supo, sus lectores salivaron.

Y no, no se equivocaban porque El Terror es una novela trepidante, aterradora, sobrecogedora y adictiva que ficciona sobre el enigmático destino de esos aventureros naúticos varados en el hielo a temperaturas inhumanas, donde no solo tendrán que sobreponerse al frío, el deterioro de los barcos, el hambre, la muerte, la enfermedad, la desesperanza, el canibalismo y los motines, sino que pronto descubrirán que una extraña y sanguinaria criatura les acecha mientras una enigmática mujer les observa envuelta en un silencio glacial. Un trepidante bibliogarbeo por un auténtico infierno de hielo.

 

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela Drácula, de Bram Stoker?

(Drácula, 1992, Columbia Pictures)

(Drácula, 1992, Columbia Pictures)

Obra trascendental de la literatura gótica que abrió un nuevo camino en la novela de terror y que instauró la figura del aristócrata transilvano como arquetipo del mal y como modelo de seducción perversa. En sus páginas, sin embargo y más allá del perfil de un depredador de ultratumba, se agazapa la sorpresa de una pasión amorosa que va más allá del espacio y del tiempo: la del amor que nunca muere. Y una revelación: la sangre es la vida. Soberbia, Regina Exlibris dixit.

Si eres de los que sí leyó el texto original de Bram Stoker demuestra que realmente conoces el novelón de principio a fin respondiendo al Trivial «Drácula«de Regina ExLibris. ¿Listo? ¡Vamos!

 

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde?

(El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, 1920 / Paramount Pictures)

(El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, 1920 / Paramount Pictures)

La historia del Doctor Jekyll y Mr. Hyde ha calado tanto en la imaginería popular que hay quien ni se plantea leer una obra maestra en la que la lucha entre el bien y el mal tiene un cuerpo, dos rostros y una carga simbólica sobrecogedora. Pero más allá del anverso y el reverso y de la ambigüedad moral, es un trepidante relato de suspense cargado de imágenes demoledoras que se lee del tirón. En ella no hay vísceras, sangre, ni depravación explícita, pero hay algo más eficaz: la hipocresía desenmascarada y ese punto y final que te resuena en la conciencia como un mazazo en el cráneo. Soberbia, Regina Exlibris dixit.

Si eres de los que sí leyó el texto original demuestra que realmente conoces el novelón de principio a fin respondiendo al trivial «Dr. Jeckyll y Mr. Hyde»de Regina ExLibris. ¿Listo? ¡Vamos!

Soy Regina ExLibris y soy «la negra» de tu bibliocarta a los Reyes Magos

Me niego a que alguien crea que un libro no es siempre la mejor opción para un regalo.

(Sirenas, 1991 / Orion Pictures)

(Sirenas, 1991 / Orion Pictures)

Pero, siendo realistas, no siempre es fácil materializar biblioregalos. Así que visto el percal y negándome a que nadie deje de regalar (ni de regalarse) un libro por agobio, pereza, miedo o indecisión, he decidido meterme en harina y embutirme en la piel de la negra que escribe bibliocartas masivas o, si lo preferís, la voz de la biblioconciencia de los Reyes Magos que susurra en sus oídos prescripciones librescas por temáticas y a discreción. Y para ello no veo mejor opción que la de metamorfosearme en la Cher de la mítica Sirenas, con el pelucón bien esculpido sin escatimar en laca, un escote discreto, hasta las cejas de black coffee y dispuesta a darle al typping para mecanografiar referencias literarias hasta quemar la cinta de tinta.

Llamarme loca o bibliofundamentalista, pero si de lo que se trata es de contribuir a materializar la conexión de un libro con su potencial lector no tengo límites.

¿Listos?

Pues van mis prescripciones reginaexlibrislandianas con el criterio «Libros para…»

¡Ah! y que conste que el mejor de los biblioregalos es el que te haces a ti mismo, querid@, así que puede que entre todas estas suregencias by Regina ExLibris encuentres ese título que no sabías que querías leer hasta que lo veas por aquí.

Regina ExLibris Dixit

Si buscas una novela deliciosa y perversa lee Siempre hemos vivido en el castillo, de Shirley Jackson

Llevo años entre atenazada y rendida a los pies del perverso talento de Shirley Jackson, la gran dama del terror doméstico.

(¿Qué fue de Baby Jane? / Warner Bros)

(¿Qué fue de Baby Jane? / Warner Bros)

Si, querid@s. Y os diré que si el terror literario fuera un postre Shirley Jackson te brindaría una mousse de chocolate negro espolvoreada con ralladura de naranja y arsénico. Por eso saborear con más recelo que placer ese terror shirleyjacksiano abandona un regusto amargo en tu paladar bibliófilo, que sabes que viene de la certeza de que esa pesadilla entraña más verdad velada que ficción pura.

Aún me sobrecojo al recordar cómo esa mujer es capaz de emponzoñar a palabras una idílica escena cotidiana y de armar relatos que, aunque en apariencia inofensivos, se transforman en cálidas pesadillas que van subiendo de temperatura y terminan por inmolarte como lector.

Sí, queridos, el de esta perfecta ama de casa y madre de familia de la América de los 50 es un endemoniado talento que se alimentaba de sus bestias internas. Su universo literario era su vía de escape y de catarsis ante una dicotomía y un desgarro existencial que la asfixiaban: el rol social que debía ejercer y que de hecho ejercía como «señora y madre de» y la profunda desesperación de quien sabe que no encaja en el patrón. La certeza de que el matiz de su diferencia la aislaba y alejaba del resto devino en un impulso creativo con voz propia.

De esa demencia, de esa psicósis ahogada, de esa soledad, de esa impotencia y rabia contenidas, de ese impagable humor negro y de una rotunda lucidez se nutre un universo literario tan escalofriante como hipnótico y luminoso. Leerla es una experiencia bibliófaga sobrecogedora, bella y atroz, a ratos gótica y algo turbia, pero siempre deliciosa y perversa.

Así que hoy, cuando un reginaexlibrislandiano asiduo me ha preguntado por ella me ha alegrado y ensombrecido el día a la vez:

Cliente: Oye, Regina, ¿qué sabes de la tal Siempre hemos vivido en el castillo? Hablan muy bien de ella, ¿me la recomiendas?

Regina: Sí, sí y sí. Y mil veces sí, querid@. Es de Shirley Jackson, una escritora norteamericana de los años 50 capaz de acongojar al más pintao con un relato en apariencia insulso.

Cliente: Sí, algo así pensaba. ¿Es para tanto?

Regina: A ver… si buscas una novela deliciosa y perversa sí, sin duda lee Siempre hemos vivido en el castillo. Es un artefacto narrativo perfecto y complejo, y te vas deslizando con la trama hasta darte de bruces contra un final que… bueno, mejor yo me callo, tú te lo lees y luego me cuentas.

Cliente: ¡Ja, ja, ja! ¡Hecho! Y ya que estamos, ¿algo más de ella para aprovechar el viajecito y meterme de lleno en el «universo Shirley Jackson»?

Obras de Shirley Jackson

Obras de Shirley Jackson

Regina: Pues sí, querid@. Aquí tienes la espeluznante La maldición de Hill House (Valdemar) y, por su puesto, sus Cuentos Escogidos (Minúscula) que incluyen uno de los relatos más turbadores que he leído: La lotería. ¡Una barbaridad!

Cliente: Venga, pues me llevo las tres. Pero ya te digo que empezaré por Siempre hemos vivido en el castillo. Después de todo es el gusano que me picó, ¡je je!

Regina: Pues divinamente, querid@. Ah, por cierto, a estas alturas habrán terminado el rodaje de la primera adaptación de Siempre hemos vivido en el castillo made in Hollywood. Supongo que se estrenará en 2018… ¡Ay, a ver si no se la han cargado!

Y abandonó mis confines con sus tres criaturas shirleyjacksonianas bajo el brazo y farfullando sobre algunos descalabros cinematográficos al tratar de adaptar según qué novelas y autores.

Y yo empecé a salivar solo de pensar en el postre libresco en forma de relectura que sabía que remataría mi almuerzo reginaexlibrislandiano de hoy: una mousse de chocolate negro espolvoreada con ralladura de naranja y arsénico bautizado Siempre hemos vivido en el castillo y gentileza de Shirley Jackson. ¡Ñan, ñam!

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

Siempre hemos vivido en el castillo

Siempre hemos vivido en el castillo

Mary Katherine (alias Merrycat) y Constantine son las hermanas Blackwood y viven en la mansión familiar con su tío Julian, un anciano que delira y escribe y reescribe de forma cumplulsiva sus memorias. Merrycat es salvaje e independiente, y Constantine es una hermosa joven dedicada a cuidar de los suyos. Años atrás, el resto de la estirpe murió envenenado en el comedor del caserón. Desde entonces el pueblo los margina y desprecia, y acusan a Constantine de asesinar a sus parientes. Pese a eso, el trío Blackwood, lejos de lamentar su reclusión física y social, cohabita en armonía y a lo suyo, según Merrycat. Pero todo cambia cuando irrumpe Charles, un pariente a la caza de fortuna y de Constantine que amenaza con romper el peculiar equilibrio doméstico de este singular trío. Y hasta aquí puedo contar de este retorcido cuento de hadas en el que hay un castillo, una princesa, un príncipe y un dragón. Jackson juega de forma magistral con el intercambio de roles y los giros inesperados para inocular una creciente inquietud en un lector que quedará inevitablemente pulverizado en el punto y final. Historia sombría e inquietante, que es, sin duda, una obra maestra del terror doméstico del bueno.

 

«¿Qué novela era aquella en la que una loca tortura a su autor favorito?»

No negaré que esta vida que llevo tan saturada de ficción me ha forjado un vínculo especial con personajes que, aunque siniestros y a veces letales, viven consagrados a una obsesión apuntalada de alguna manera a la literatura en cualquiera de sus formas (personajes, sagas, autores, etc).

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

Son gajes del oficio librero llevados al extremo, sí, pero es que me temo que en la gama cromática de reginaexlibrislandia no hay lugar para los grises.

El caso es que, quizá por pudor o puede que más bien por temor a que llegue a cruzar yo misma esa tenue línea que separa a los seguidores de un tipo de personajes de las criaturas transtornadas en sí, no se trata de un tema que airee muy a la ligera en reginaexlibrislandia.

Exceptuando, claro está, en esas ocasiones en las que un reginaexlibrislandiano me da el pie dentro de mis confines librescos. Como hace unas horas:

Cliente: Ejem, Regina, buenas tardes

Regina: ¡Hola! ¿Qué tal vas?

Cliente: Bien, bien… Oye, una cosita

Regina: Dime, querido

Cliente: ¿Qué novela era aquella en la que una loca tortura a su autor favorito? Es que ayer en una cena hablábamos de personajes retorcidos y yo no lograba recordar cuál era. Solo que la comentamos aquí un día porque me la recomendaste para un regalo, pero no llegué a leérmela yo.

Regina: Mmmm, ¿una loca torturando a su escritor favorito?

Cliente: Sí, le tenía en una casa aislada y le obligaba a escribir.

Regina: ¡Ah, sí, claro! Hablamos de la aterradora Annie Wilkes

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

Cliente: ¿Y qué novela escribió?

Regina: No, no, querido. Annie Wilkes es la enfermera psicópata obsesionada con Misery Chastain, un personaje que protagoniza una saga superventas de novela romántica en EEUU en los ochenta. Y el libro que buscas es Misery, del enorme Stephen King

Cliente: ¡Sí, si, si! ¡Eso! ¡Misery! No recordaba que era de King.

Regina: Para mi es una de las mejores historias de King. Es una de esas novelas-cepo que te tienen pillada y con el corazón en la garganta. Ves venir el horror de la escena siguiente, pero piensas «Noooo, que va, no va a ser capaz de hacerlo, no va a… y ZAS, lo hace delante de tus narices».

Cliente: ¿Y no había una película también?

Regina: Sí, con una enorme Kathy Bates embutida en la piel de Annie Wilkes. Una gran adaptación, sí señor. Y también se han hecho adaptaciones teatrales. Da para mucho la historia.

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

Cliente: ¿Tienes ejemplares?

Regina: Sí, aquí lo tienes. ¡Bon Appétit querido!

Y se fue a pasar la tarde con la turbia, imprevisible y atroz enfermera Annie Wilkes.

Y yo me puse a regodearme en la trama y los turbios vericuetos de Misery, que es mi novela favorita del gran Stephen King, seguida por El misterio de Salem´s lot, El resplandor y El cementerio de animales. Una novela que, si no habéis leído aún, os recomiendo. Y os la recomiendo tanto si habéis visto la adaptación homónima a celuloide como si no.

Os cuento por qué:

Misery

Misery

Cínica, impredecible, obsesiva, salvaje, brutal, carente de cualquier atisbo de empatía y abrupta. Así es la enfermera Annie Wilkes, una de las encarnaciones del mal de carne y tinta más sobrecogedoras de Stephen King, que en Misery (Debolsillo) secuestra y atormenta con enfermiza devoción a un escritor de éxito para que retome una historia protagonizada por Misery Chastain, su personaje de novela romántica favorito, que en su última entrega el autor, cansado de su exitosa criatura, sacrificó para dedicarse a otro tipo de historias.

El duelo entre víctima y verdugo en un espacio claustrofóbico es una bomba de relojería que explota en páginas contadas, pero su onda expansiva desestabilizará el sueño del lector más heroico muchos días después de haber sobrepasado el punto y final de la novela. Aterradoramente brillante.

  • Y vosotros, queridos, ¿leísteis Misery, de Stephen King? ¿Qué os pareció? 
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