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Reflexiones de una librera
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«¿Qué novela era aquella en la que una loca tortura a su autor favorito?»

No negaré que esta vida que llevo tan saturada de ficción me ha forjado un vínculo especial con personajes que, aunque siniestros y a veces letales, viven consagrados a una obsesión apuntalada de alguna manera a la literatura en cualquiera de sus formas (personajes, sagas, autores, etc).

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

Son gajes del oficio librero llevados al extremo, sí, pero es que me temo que en la gama cromática de reginaexlibrislandia no hay lugar para los grises.

El caso es que, quizá por pudor o puede que más bien por temor a que llegue a cruzar yo misma esa tenue línea que separa a los seguidores de un tipo de personajes de las criaturas transtornadas en sí, no se trata de un tema que airee muy a la ligera en reginaexlibrislandia.

Exceptuando, claro está, en esas ocasiones en las que un reginaexlibrislandiano me da el pie dentro de mis confines librescos. Como hace unas horas:

Cliente: Ejem, Regina, buenas tardes

Regina: ¡Hola! ¿Qué tal vas?

Cliente: Bien, bien… Oye, una cosita

Regina: Dime, querido

Cliente: ¿Qué novela era aquella en la que una loca tortura a su autor favorito? Es que ayer en una cena hablábamos de personajes retorcidos y yo no lograba recordar cuál era. Solo que la comentamos aquí un día porque me la recomendaste para un regalo, pero no llegué a leérmela yo.

Regina: Mmmm, ¿una loca torturando a su escritor favorito?

Cliente: Sí, le tenía en una casa aislada y le obligaba a escribir.

Regina: ¡Ah, sí, claro! Hablamos de la aterradora Annie Wilkes

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

Cliente: ¿Y qué novela escribió?

Regina: No, no, querido. Annie Wilkes es la enfermera psicópata obsesionada con Misery Chastain, un personaje que protagoniza una saga superventas de novela romántica en EEUU en los ochenta. Y el libro que buscas es Misery, del enorme Stephen King

Cliente: ¡Sí, si, si! ¡Eso! ¡Misery! No recordaba que era de King.

Regina: Para mi es una de las mejores historias de King. Es una de esas novelas-cepo que te tienen pillada y con el corazón en la garganta. Ves venir el horror de la escena siguiente, pero piensas «Noooo, que va, no va a ser capaz de hacerlo, no va a… y ZAS, lo hace delante de tus narices».

Cliente: ¿Y no había una película también?

Regina: Sí, con una enorme Kathy Bates embutida en la piel de Annie Wilkes. Una gran adaptación, sí señor. Y también se han hecho adaptaciones teatrales. Da para mucho la historia.

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

Cliente: ¿Tienes ejemplares?

Regina: Sí, aquí lo tienes. ¡Bon Appétit querido!

Y se fue a pasar la tarde con la turbia, imprevisible y atroz enfermera Annie Wilkes.

Y yo me puse a regodearme en la trama y los turbios vericuetos de Misery, que es mi novela favorita del gran Stephen King, seguida por El misterio de Salem´s lot, El resplandor y El cementerio de animales. Una novela que, si no habéis leído aún, os recomiendo. Y os la recomiendo tanto si habéis visto la adaptación homónima a celuloide como si no.

Os cuento por qué:

Misery

Misery

Cínica, impredecible, obsesiva, salvaje, brutal, carente de cualquier atisbo de empatía y abrupta. Así es la enfermera Annie Wilkes, una de las encarnaciones del mal de carne y tinta más sobrecogedoras de Stephen King, que en Misery (Debolsillo) secuestra y atormenta con enfermiza devoción a un escritor de éxito para que retome una historia protagonizada por Misery Chastain, su personaje de novela romántica favorito, que en su última entrega el autor, cansado de su exitosa criatura, sacrificó para dedicarse a otro tipo de historias.

El duelo entre víctima y verdugo en un espacio claustrofóbico es una bomba de relojería que explota en páginas contadas, pero su onda expansiva desestabilizará el sueño del lector más heroico muchos días después de haber sobrepasado el punto y final de la novela. Aterradoramente brillante.

  • Y vosotros, queridos, ¿leísteis Misery, de Stephen King? ¿Qué os pareció? 
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¿Adivinas cómo imagino el servicio de habitaciones del Hotel de El resplandor?

Ay, esta vena pelín turbia que me impulsa hacia lo macabro me va a traer problemas estando como estoy cara al público. Es ella y no yo la que ha hablado cuando un reginaexlibrislandiano asiduo que vino a por un ejemplar de El resplandor me comentaba que Stephen King hiló toda la trama en la habitación de un hotel en Colorado.

(El resplandor, 1980 / Warner Bros)

(El resplandor, 1980 / Warner Bros)

Claro, a mi lo primero que me ha venido a la mente (y que desafortunadamente he soltado por esta bocaza sin filtros) ha sido:

«¡Anda! Pues imagino cómo debe ser la llamada a tu puerta del servicio de habitaciones. ¡A hachazos! JAJAJAJAJAJA (risotadas histéricas)»

El pobre hombre se ha quedado mirándome sin saber muy bien cómo reaccionar. Por suerte he logrado serenarme a tiempo y, mientras improvisaba un torniquete por debajo del escritorio aplastando la grapadora de hierro sobre la vena turbia de la muñeca para taponar la hemorragia de verborrea gore, continué parloteando como la réplica perfecta de La Serenísima con una muy medida caída de párpados:

«Quiero decir… que sería un buen filón para fanáticos de la historia, ¿no?»

Él me miró con cierta cautela y una vez comprobó que las venas de mis sienes habían dejado de parecer morcillones de Burgos y que ya no echaba espumarajos por la boca, continuó con su charla:

Cliente: Bueno, si tú lo dices, Regina… Hay gustos para todo. Yo a lo que iba es a que Stephen King se alojó con su mujer en 1974 en The Stanley, un hotel en Colorado con vistas a las Rocosas. Él mismo ha contado que eran los únicos huéspedes porque al día siguiente el hotel cerraba por final de temporada. En los próximos meses iba a estar cerrado, hasta el deshielo de primavera.

Regina ExLibris: ¡Ah, y de ahí la trama! ¿NO?

Cliente: Sí y no, porque aún hay más. De entrada ese hotel ya estaba «encantado» desde poco después de su inauguración en 1909. Supongo que entre eso y el momento en que le pilló su estancia -con todo vacío y desmantelado- King cuenta que paseando por el Hotel vio fantasmas, y que incluso en el gran bar y sala de fiestas presenció un baile con gente de otra época o, mejor dicho, del más allá.

Regina ExLibris: ¿Cómo?

Cliente: Lo que oyes es lo que Stephen King cuenta. Que después de su tour por el hotel se fue a su habitación a dormir. Tuvo una pesadilla en la que vio a su hijo de 3 años corriendo delante de una manguera de fuego y pidendo ayuda. Se despertó acojonado y se levantó para encendrerse un pitillo. Se lo fumó mirando por la ventana a la entraña de las Rocosas… y para cuando se consumió ya tenía en su cabeza toda la trama y los personajes de su novela, aunque finalmente el hotel en la ficción se llamaría el Overlook. El resto ya fue darle a la tecla en tiempo récord para firmar una de las mejores novelas de terror que he leído.

(El resplandor, 1980 / Warner Bros)

(El resplandor, 1980 / Warner Bros)

Regina ExLibris: Entonces su vomitona creativa no se pareció en nada al protagonista, Jack Torrance, sumido en pleno síndrome de la página en blanco… La verdad es que siempre me ha fascinado el talento de Stephen King para inventar y contar historias escalofriantes.

Cliente: Si, y parece que no se le seca el dique, por suerte. Por cierto, ¿viste la adaptación de Kubrick?

Regina ExLibris: Sí y, ¿sabes qué? Me fasidia mucho porque, como película desligada de la novela me gusta mucho. La atmósfera, los personajes, el papelón de Jack Nicholson… Pero si la comparo con el texto original me dan ganas de abofetear al director. En la novela hay cuatro personajes bien definidos (el hotel, Wendy, Jack y Danny), cada cual con una historia propia y potente que avanza y se enreda con las del resto. Quiero decir que no se limita a narrar la historia de un padre de familia que acepta un trabajo en un entorno aislado y hostil y se vuelve loco. El personaje de Jack es mucho más complejo, real y creíble que eso.

Cliente: Es verdad, es un tipo que arrastra su lucha contra el alcoholismo que casi destroza su vida y la de su familia, y que para colmo está en plena crisis creativa. Para él la idea de estar 5 meses en ese entorno con su mujer, su hijo y su libro es la oportunidad perfecta para solucionar  sus problemas de una tacada.

Regina ExLibris: ¡Exacto! Con lo que no contaba el bueno de Jack es que el Hotel en sí, ese que iba a ser el escenario propicio para lidiar con sus problemas, acoge una fuerza demoníaca que va mucho más allá que los fantasmas que lo recorren. Esa fuerza maligna detonará una verdadera batalla mental con él y con su hijo Danny.

Cliente: Sí, y de hecho el final poco tiene que ver con el de la película

(Nota de Regina: A partir de aquí no reproduzco la conversación para no reventar el final de este novelón a quienes aún no la hayáis leído)

Lo que sí os digo es que si no habéis leído El resplandor (Debolsillo) dejar lo que estéis leyendo y meteros en harina con él. Os aseguro que una vez lo empecéis y por más veces que hayáis visto la película pasaréis todas y cada una de las páginas con la sensación de que un dedo flaco y gélido os presiona el corazón. Cada personaje -el hotel incluido- es brutal, el ritmo es endemoniado y su lectura os absorbe a una atmósfera y unos hechos que no olvidaréis una vez sobrepasado el punto y final.

El resplandor

El resplandor

Mi reginaexlibrislandiano se fue con su ejemplar y yo me puse como una loca a bucear por Internet para dar con el hotelito… y dos o tres clicks después ¡ahí estaba! The Standley. Ojo, no confundir ese hotel (en el que Stephen King concibió El resplandor en la habitación 217) con los exteriores de otro establecimiento similar que eligió Kubrick para filmar su versión de la historia. En The Standley no solo presumen de su influencia en la trama de El resplandor, sino que tienen su propio «fondo de armario» paranormal.

Ah, y esto sí que me ha entusiasmado, queridos: para Halloween organizan un gran baile temático.

The Stanley Hotel (El Resplandor)

The Stanley Hotel (El Resplandor)

Yo, si puedo, voy. Palabra de Regina ExLibris.

¿Qué aterra más que Stephen King?

Si hay un ser humano capaz de escribir terror y vendérselo a todo el planeta ese es, sin duda, Stephen King. Que a mucha gente le gusta su obra es algo que, como observadora, ya intuía. Pero lo que no sabía es lo mucho, lo muchísimo que vende.

Pues bien, ahora lo sé y por partida doble: en estos casi dos años que llevo en Reginaexlibrislandia sus libros entran y salen de mis anaqueles a un ritmo constante. Sí, queridos, rara es la semana que no me compran dos o tres ejemplares en bolsillo y alguno en rústica.

Y justo estaba yo reponiendo esta mañana ejemplares de It, Cell y El Misterio de Salem’s Lot en su edición conmemorativa cuando uno de mis libreros se materializó ante mi con una mirada entre socarrona y maliciosa:

– Librero: Regina, ¿qué aterra más que un relato de Stephen King?

– Regina: ¿Alguna de sus adaptaciones a cine?

– L.: ¡Frío, frío!

– R.: ¿Su casa, que parece el escenario de sus pesadillas?

– L.: Noooo, ¡ja, ja, ja!

– R.: Mmm, ¿llegar al punto y final de El Resplandor a las cuatro de la madrugada, sola y en una noche de invierno?

– L.: Pss, podría ser, pero NO.

– R.: Vale, vale, Me rindo. ¡Suéltalo!

– L.: ¡¡¡¡Saber que lleva más de 350 millones de ejemplares de sus libros vendidos en todo el mundo!!!

– R.: Joder, eso sí que da miedo…

Cuando mi librero vio el desconcierto dibujado en mi cara se dio por satisfecho y desapareció de mi vista. Y allí me quedé yo, mirando sin ver la portada de It, empequeñecida por la enormidad de la cifra con la que me acababa de petrificar el caballero…

…¡350 millones de ejemplares de sus libros vendidos! ¿Y leídos? Si suponemos que todos esos ejemplares han sido leídos y le añadimos los préstamos en bibliotecas… ¿cuánta gente se habrá dejado aterrorizar por Stephen King?

No sé si a vosotros os gusta o no Stephen King. Yo he leído algunas de sus novelas y he de decir que me sobrecoge su capacidad para inquietar y aterrar al lector. Sí, me gusta como entretenimiento y terapia, y me quedaría con El Resplandor, El Misterio de Salem’s Lot, Cementerio de animales y mi favorita: Misery

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿os gusta Stephen King? ¿Cuál es vuestro libro favorito? ¿Cómo llegasteis a él? ¿Por qué creéis que Stephen King vende tanto y lo seguimos leyendo tanto?

NOTA DE REGINA EXLIBRIS. Cínica, impredecible, obsesiva, salvaje, brutal y abrupta. Así es la enfermera Annie W i l k e s, una de las encarnaciones del mal de carne y tinta más sobrecogedoras de Stephen King, que en Misery secuestra y atormenta con enfermiza devoción a su escritor favorito para que retome una historia. El duelo entre víctima y verdugo es una bomba de relojería que explota en páginas contadas, pero su onda expansiva desestabilizará el sueño del lector más heroico muchos días después de haber sobrepasado el punto y final de la novela. Aterradoramente brillante.

Y como colofón el trailer de Misery (1990), una de las mejores adaptaciones cinematográficas con las que me he topado:

Kindle2 no se dobla, ¡pero habla!

«Los libros no están muertos, sólo se están haciendo digitales», declaraba hace unos días J. Bezos, dueño y señor de Amazon, la librería electrónica más grande del planeta.

Qué queréis, fue leerlo y a mi se me dispararon los niveles de bibliofilia hasta el infinito y más allá. Por muy gurú y hacha del sector editorial electrónico que sea el tal Bezos, su dialéctica me escandaliza y hace aguas en mares de tinta impresa, especialmente si lo que pretende es destilar positivismo y doblegar recelos como los míos, atrincherados entre baldas, polvo y miles de volúmenes.

Vale, sé que la intención era buena, pero al leer eso se me llevaron los demonios. Fue terminar su frasecita y oírme vociferar:

«No, querido, claro que los libros NO están muertos. BRRRRRRRR. Ojalá naufragues en tus mares de bits»

El caso es que don Bezos hablaba así a los medios norteamericanos pocas horas antes de mostrarle al mundo la versión mejorada de su Kindle, el libro electrónico que lanzó al mercado hace poco más de dos años.

Desde reginaexlirbislandia seguimos on line el acontecimiento entre rabiosos e intrigados, y con las apuestas centradas en una sola cuestión: ¿será o no será flexible el nuevo Kindle?

Poco tardamos en averiguar que no: el Kindle2 tampoco se puede doblar. Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. De momento, una de las características más esperadas parece que tendrá que esperar.

Aunque para compensar esa carencia de flexibilidad total el nuevo Kindle2 dicen que es más fino que un lapiz, tiene mejor resolución de pantalla y almacena una biblioteca de 1.500 títulos que pueden, además de leerse, escucharse como ‘audiolibros’.

Ahí me han dado, queridos. Eso no me lo esperaba. Como tampoco que el maestro del terror Stephen King estuviera en la presentación del ebook de Amazon y que, tal y como hiciera su maestro de ceremonias, insistiera hasta la saciedad en eso de que:

«Todas las mejoras del Kindle2 están dirigidas a hacer más placentera la experiencia de leer»

¿CÓMO QUE MÁS PLACENTERAAAA?

Desde mi regino punto de vista e incapaz de negar lo obvio reconozco que los libros electrónicos son prácticos. Pero por mucho que me estrujo el pelucón no visualizo cómo demonios puede un cachivache quemaretinas hacer ‘más placentera las experiencia lectora‘.

Y vosotros, queridos, ¿cómo lo veis? El Kindle2 saldrá a la venta solo en EEUU el 24 de febrero. De poder conseguirlo, ¿os haríais con uno? ¿Por qué o, en su defecto, por qué no?

¿Y si los libros vinieran con B.S.O?

Érase una vez una Regina horrorizada por ese esperpento llamado ‘libros con ruido ambiente’ para adultos. Érase otra vez la misma Regina planteándose la opción de ampliar negocio con una sección de audiolibros.

Pues como no hay dos sin tres ahora visualícenme con el pelucón de punta ante un reginaexlibrislandiano asiduo insistiéndome en la necesidad de reservar un rinconcito para novelas que vienen con su propia banda sonora.

Sí, queridos, y todo por una aterradora novelita de Joe Hill, una de las tres criaturitas de carne y hueso que Stephen King ha regalado al mundo.

Así fue la cosa. La semana pasada el citado reginaexlibrislandiano me visitó, como acostumbra:

Cliente: Hola, ¿Tienes algún ejemplar de El traje del muerto por aquí?

Regina: Si, un segundo…

C.: No, pero quiero el que viene con el CD.

R.: ¿Con el CD?

C.: Si, hace un mes o así leí que lo reeditaron con BSO, y se venden juntos.

R.: ¿Te corre prisa?

C.: ¡No, tranquila! Mira a ver si me lo puedes pedir.

Y se fue y yo me fui directa a Suma de Letras, que es quien edita en España la obra del vástago del mago del terror, que sigue la escalofriante estela creativa del papá.

Husmeando entre mis papelotes y catálogos encontré la referencia: en efecto, con vistas a la Feria del Libro de Madrid la editorial y la discográfica Universal llegaron a un acuerdo para lanzar el CD de El Traje del Muerto, que incluye una selección de temas que a Joe Hill le inspiraron fragmentos de su novela:

Ryan Adams – Wonderwall; Soundgarden – Fell On Black Days; Motorhead – Ace Of Spades; Black Sabbath – Paranoid; Velvet Underground – Stephanie Says; Lynyrd Skynyrd – Freebird; Motley Crue – Shout At The Devil; The Ramones – Bltzkreig Bop; Anthrax – Got The Time; Hank Williams – Mansion On The Hill; Johnny Cash – Folsolm Prison Blues; Muddy Waters – Got My Mojo Working; Chuck Berry – No Particular Place To Go; Zoo – Heart Shaped Box

Por fin esta mañana llegó a mis confines regios El Traje del muerto de Joe Hill con su CD. El pack vale 25 euros, mientras que sólo el libro son 19 euros. Además he buscado por ahí y sólo el CD homónimo cuesta 14,90 euros. La verdad es que si el disco te resulta atractivo vale la pena el paquetito. ¿O no?

Más allá de Joe Hill, la última edición de La sombra del viento de Ruíz Zafón viene también con un cd de música, solo que se trata de música compuesta por el escritor.

Haciendo memoria recordé que con Una música constante, de Vikram Seth, Decca sacó un disco con los temas que interpretan los protagonistas de la novela, un cuarteto y la pianista. Y me suena que el mismísimo John Connolly ha acompañado alguno de sus libros con bandas sonoras.

No sé, queridos. ¿Qué opináis? ¿Os gustaría que los autores sugirieran B.S.O. para sus novelas? ¿Compraríais los packs? Y si ambos se editaran por separado, ¿creéis que debería crear en reginaexlibrislandia un rincón para esos discos?

Ah, resulta que Joe Hill no sólo sugirió la B.S.O. para su El traje del muerto (en inglés Heart-shaped Box). También lanzó un trailer:

El Horror es no tener en la librería ‘El Coleccionista’, de John Fowles

El horror puede adpotar muchas formas, queridos, pero en reginaexlibrislandia se materializa en la ausencia de un ejemplar en mis baldas. Y no exagero. Para nada.

Ni las criaturas más infames de Stephen King, ni los horrores oníricos de Lovecraft, ni el sadismo desatado de Erzsébet Báthory narrado al detalle por Valentine Penrose son comparables a ese abismo de apenas cinco centímetros de ancho que se abre ante mi cuando busco un título que no está. Cuando eso ocurre los pelos de mi pelucón se desintegran, mis facciones se distorsionan en una mueca atroz y el alarido que suelto petrifica a todas las bestias del averno.

Así que sí, amigos y amados, hoy volví a ser la versión hardcore de El Grito de Eduard Munch en la librería. Y con motivos. Resulta que apareció un cliente que quería que le recomendara un buen libro:

«Una novela de esas que te dejan del revés, que te revuelven casi tanto como te enganchan. Algo sobre obsesiones…»

Y yo lo tuve claro casi al instante. Claro, él aún no lo sabía, pero sin duda venía en busca de El Coleccionista, del británico John Fowles. Un novelón de órdago, cuyos ecos continúan resonándote en la mente años y años después de que atravesaras su punto y final.

Total, que embriagada por la idea de haber dado con lo que buscaba y antes de cerciorarme de que efectivamente disponía de algún ejemplar en reginaexlibrislandia, largué todo lo que pude y más sobre el libro:

Es un auténtico clásico, una maravilla de principio a fin. La trama es tan real que asusta: un chico mediocre y gris se enamora de una joven brillante a la que nunca podría acceder y la secuestra. A partir de ahí cómo estructura la relación que se establece entre ellos es absolutamente brutal, porque cuenta los dos puntos de vista: las reflexiones metálicas y asépticas de él frente la batalla interior, la inocencia y la desesperación de ella. Es enloquecedor, brillante, claustrofóbico y absolutamente revelador de la condición humana, y además…

Y así de suelta iba yo hacia la balda cuando, tras pararme en seco, me tragué la última palabra. No estaba.

A ver, Regina, cielo, cálmate. Mira otra vez, bonita, que yo se que tu sabes que ambas sabemos que El Coleccionista tiene que estar.

Pero no estaba. Me quedé muerta, queridos, incapaz de reaccionar, incapaz de comprender. Finalmente dejé escapar un hilillo de voz:

Lo siento, pero… pero… me temo no lo tengo ahora mismo.

Al pobre hombre le impactó (o le aterró, porque así, entre vosotros y yo, creo que a veces doy miedo) tanto mi metamorfosis que antes de que yo pudiera decir nada me pidió que se lo encargara.

A vosotros os pongo por testigo de que para el jueves lo tiene el caballero en reginaexlibrislandia… ¡Como que me llamo Regina ExLibris!

 

¿Alguno de los presentes y/o paseantes leyó El Coleccionista? ¿Qué opináis?