Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

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¿Qué libros en español llegan a EEUU?

Si buscas referencias de libros on line vas a parar a los rincones más inesperados del ciberespacio. Así ha sido como uno de mis reginaexlibrislandianos asiduos y yo hemos aterrizado a la par en uno de los gigantes de la venta de literatura en EEUU: Barnes and Noble.

Con su cadena de tiendas espolvoreadas por toda norteamérica y una potente versión electrónica espejo su crecimiento no deja de sorprenderme.

Pero es que hace un rato, mientras cureoseábamos su fondo a dos bandas, vimos algo que nos dejó pertificados:

 

– Cliente: Pues la verdad es que está muy bien la web- Regina: Sí, la reina de las ciberlibrerías sigue siendo Amazon sin duda, pero ésta va asentándose.

– C.: ¿Conoces las tiendas físicas?

– R.: Sí, y he de decir que para ser cadenas, me gustan. Son – enooooormees, pero compaginan bastante bien el fondo con las novedades. Además, en muchas de ellas tienen un acuerdo con Starbucks, por lo que tienen

cafetería dentro con butacones y todo… Ya me estás viendo, ¿no? Enloquecida por el atracón cafeínico y bibliófilo…

– C.: ¡Ja, ja, ja! ¿Lograron echarte a la hora del cierre?

– R.: Les costó, la verdad.

– C.: Pero, ¿y la gente que se coge libros y se sienta a leer y a encafetarse no lo toma por la bliblioteca del barrio?

– R.: Eso pensaba yo, pero no. Allí la gente va, echa la tarde con el libro y el café, pero por lo que vi suelen llevárselo luego… Cuestión de mentalidad, supongo.

– C.: ¡HAS VISTO ESO!

– R.: ¿El qué?

– C.: ¿No te choca nada del menú de la izquierda?

– R.: ¡Uy! ¿LIBROS EN ESPAÑOL?

 

Sí, queridos, los de Barnes and Noble tienen una librería en español dentro, cargada de fondo de autores españoles e iberoamericanos, y diseñada en castellano, con sus subsecciones y todo:

 

 

Y no sólo eso, también tienen listados de ‘los más vendidos’ así como de autores destacados:

 

 

Lo que sí comentamos mi cliente asiduo y yo es el vacío de títulos en otros idiomas más allá del inglés y el castellano… ¿es la prueba de lo fuerte que pisa el español en EEUU, especialmente en las grandes metrópolis?

Y bien, reginaexlibrislandianos de pro, ¿qué os parece la selección de escritores? ¿Y qué opináis de la librería en español que fagocita Barnes and Noble? ¿Os sorprende? ¿Conocíais la cadena? ¿Os gustan los cafés-librería?

¿Me pides Moby Dick y bebes un Starbucks?

El colmo del éxtasis para una personalidad tirando a obsesiva como la mía es que dos de mis debilidades se topen de forma casual en mis confines.

Oh, si, queridos, Café y Libro unidos ante mi regio pelucón por un hilo invisible del que me apresuré a tirar.

La cosa fue así: estaba yo atrincherada en mi escritorio revisando encargos de reginaexlibrislandianos asiduos cuando un potente efluvio cafetero me arrancó de cuajo el pelucón de los papelotes.

Como el radar ya estaba activo, empecé a mover la cabeza en un incontrolable frenesí olfativo tratando de dar con el origen. Objetivo localizado: mi cabeza se detuvo en seco a las 3, donde un joven aferrado a un vaso gigante de café me miraba dubitativo. Normal, si presenció mi fugaz metamorfosis en perrito de salpicadero totalmente fuera de control. Cuando yo recuperé la compostura el pareció hacer lo propio con su confianza en mi cordura, y se me acercó.

Cliente: Hola, buenas.Regina: (tratando de mirarle a los ojos y no a su Starbucks humeante). Hola, ¿qué tal?

C.: Mira, hace tiempo que quiero leerme Moby Dick. ¿Qué edición me recomiendas en español?

R.: ¿MOBY DICK? ¿Quieres MOBY DICK, de Herman Melville?

C.: Estooo, sí, Moby Dick…

(Aquí creo que su fe en mi cordura empezó a tambalearse de nuevo)

R.: Tienes que perdonarme, pero es que me resulta curioso que seas tu precisamente quien me pida Moby Dick.C.: Vale, creo que me he perdido.

R.: Verás, es que llevas un café de Starbucks en la mano…

C.: Si, lo sé, ¿y eso que tiene que ver con Moby Dick?

R.: Pues que la cadena de Seattle bautizó a la empresa con el nombre de uno de los personajes de la novela de Melville. Starbucks estaba enrolado en el Pequod, y además de vigía en el ballenero era adicto al café…

C.: ¡Anda, ja, ja, ja! ¿No me digas? Pues no tenía ni idea

R.: En realidad el primer nombre que barajaron fue Pequod, como el ballenero, pero al final se decidieron por Starbucks.

C.: Pues mira que llevo cafés de Starbucks ‘recorridos’ y mas tiempo aún con la idea de leerme Moby Dick, pero ni idea de lo que me cuentas.

R.: Si, en fin. En cuanto al libro una de las mejores ediciones en rústica y con ilustraciones que tengo es la de Akal, pero si quieres una más manejable te recomendaría la de Alianza, la verdad.

Al final se llevó la de bolsillo, con idea de hacerse después con un ejemplar ‘de capricho’.

Y a mi me encantó verle abandonar mis confines con su Starbucks en una mano y su Moby Dick en la otra.

Y vosotros, queridos, ¿conocíais la relación de la cadena cafetera norteamericana con el novelón de Melville?

NOTA DE REGINA: Uno de los mejores antídotos contra una rutina aséptica es enrolarse una temporadita a bordo del Pequod a las órdenes del tullido y atormentado capitán Ahab, firme en su obsesión por dar caza a Moby Dick, la gran ballena blanca que se merendó su pierna. El día a día en un ballenero del SXIX junto a Isamel, Quiqueg y Starbucks, el prodigioso análisis del alma humana y la simbología que impregna cada una de las páginas de H. Melville hacen que el libro sea inmenso y maravilloso como un cachalote.