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Reflexiones de una librera
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Día del Libro-L’Oreal: ‘Hoy me los regalo a mí porque yo lo valgo’

Ay, queridos, una cosa es vivir en nuestro apacible 23 de abril perpetuo y otra sobrevivir a las 24 horas en las que, como el pasado miércoles, los calendarios regino y gregoriano se solapan y, ¡zas! una gloriosa marabunta entró y salió continuamente de nuestros confines en busca de libros.

Fue maravilloso, pero durísimo. Un goteo permanente, una ininterrumpida sucesión de peticiones, recomendaciones, averiguaciones, demandas y gloriosas excentricidades por las que doy gracias a todos los dioses del olimpo librero y que en reginaexlibrislandia sobrellevamos con dignidad y todo el oficio que cabe en nuestros cuerpecillos.

Eso sí, fue pasar la medianoche del Día del Libro en el calendario de afuera y lo que quedaba de nosotros, pobres libreros, era penoso. Parecíamos sacados del Thriller de Michael Jackson: una panda de zombies desastrados caminando a trompicones y balbuciendo palabras inconexas de puro agotamiento.

Reseca me quedé yo, queridos, y con el pelucón pegado al cráneo, frito y deslucido, como el de Michael.

Como hoy aún estoy lejos de ser la que fui y hasta que tenga datos fiables de la jornada de momento me limito a dejar constancia de lo que llegué a asimilar:

– La mayoría de mi adorada carne de reginaexlibrislandia entró en busca de libros para regalarse, no para regalar. Así que lo he rebautizado como el Día del Libro-Loreal: porque yo lo valgo.- El 10% de descuento sobre el PVP hizo que, en general, vendiéramos más ejemplares en tapa dura que en ediciones de bolsillo. Incluso clientes que siempre van directos al formato económico hicieron una excepción y la edición rústica fue la ‘reina por un día’.

Ruíz Zafón también arrasó en reginaexlibrislandia: su El juego del Ángel y, ésa si, la edición de bolsillo de La Sombra del Viento volaron de mis confines a velocidad de crucero.

– Junto a él El Asombroso viaje de Pomponio Flato de Mendoza; Un Día de Cólera de Reverte; El niño con el Pijama de Rayas; El Secreto; El economista camuflado, Harry Potter, La otra Bolena de Philippa Gregory, La Carretera de Cormac McCarthy, Saber perder, de David Trueba y Seda, de Baricco.

– Para nuestra satisfacción y regocijo nos quedamos sin existencias de las aventuras de El Pequeño Nicolás de quien, como sabéis, soy devota.

Mafalda, de Quino; Persépolis y Mauhaus también fueron las favoritas en cómic y novelas gráficas.

. Stefan Zweig que, os recuerdo, es el santo patrón de reginaexlibrislandia, también estuvo de fiesta, especialmente sus Venticuatro horas en la vida de una mujer y Carta de una desconocida.

– En cuanto al bolsillo, El Diario de Ana Frank se llevó la palma: tenía quince ejemplares, me quedé a cero. También la relativamente recién editada El mundo según Garp de Irving y Sputnick mi amor de Murakami en Maxi Tusquets parecían quemar en mis manos.

De momento eso es todo, queridos. Pero ahora os toca a vosotros (Quid pro quo). ¿Qué libros regalásteis y cuáles os regalaron? ¿Fuisteis de saffari librero?