Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

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«Pero, ¿quieres tenerme horas al volante oyendo pedorretas?»

En mi librería, como en la vida, jamás echo el cierre sin aprender una cosa nueva. Y ya no solo en el aspecto bibliófilo, sino que las revelaciones me sacuden en el plano existencial porque, como siempre digo parafraseando a la Garbo, el ser humano es gloriosamente imprevisible y, a su manera, sabio.

Por ejemplo, ayer irrumpió en mis confines una réplica ibérica y postmoderna de La tribu de los Brady: una pareja con cuatro retoños de entre ocho y tres años. Según capté, ella iba a poner rumbo a la costa al día siguiente con toda la prole, los nervios de punta y unas ojeras como bolsones de Gucci, mientras que él, víctima de un contratiempo laboral, se les uniría a final de mes.

Total, que mientras ella elegía cuadernos de vacaciones visiblemente exasperada, él revolvía con dos de sus hijos parte de mis anaqueles dedicados a niños de más de 7 años tras decidir que una buena lectura en el coche sería suficiente para que los críos molestaran lo menos posible a su madre al volante.

Los dos retoños mayores tenían claro su objetivo: la serie Pablo Diablo, que publica SM en su colección Barco de Vapor Azul, y que narra las divertidas fechorías del personaje homónimo. Pero, más aún, lo que ellos querían era un ejemplar de Pablo Diablo anda suelto, una nueva colección de formato más grande que es una antología de Pablo Diablo y que tiene, como novedad, pictogramas, juegos entre líneas y reclamos sonoros, en concreto, pedorretas, que es la ‘marca de la casa’ del diablillo de carne y tinta.

Al ver el entusiasmo de sus niños, el padre corrió a enseñarle a su mujer con ademán triunfal el libro que mantendría a sus hijos literal y literariamente pegados al asiento de atrás en carretera:

– Él: Mira, cari, éste parece que les gusta a los dos.- Ella: Mmm, ¿a ver?

– Él: ES de un tal Pablo Diablo, y es lectura, pero tiene juegos y, fíjate, ¿preparada?

Aquí él, presa de una retrotracción fugaz a la infancia, abrió el libro con una sonrisa entre pícara y malévola, no sin dejar escapar antes un par de: ¡VERÁS, VERÁS!

Entonces del libro emergió un:

«PZRRRRRR, PZRRRRRRR, PZRRRRRR»

Y ella clavó en él una mirada cargada de asombro y de ira a partes iguales:

– Ella: Pero, JUAN, ¿se puede saber QUÉ ES ESSSSSO?- Él; ¡Pedorretas, cari! ¿Ves? Cada vez que lo abres o pasas algunas páginas suenan pedorretas… «PZRRRRRR, PZRRRRRRR, PZRRRRRR» Ja, ja, ja, ¡qué divertido! ¿no? A ellos les entusiasma y, mira, si les entretiene y te dejan en paz…

– Ella: Vamos a ver, ¿ese ruido se apaga? O pretendes que me pase SIETE MALDITAS HORAS AL VOLANTE ESCUCHANDO PEDORRETAS… pero, ¿tu piensas alguna vez? ¿Quieres que me vuelva loca?

– Él: Hombre… visto a sí. Pero seguro que hay una manera de apagarlo, voy a ver…

Y mientras ella le taladraba literalmente con unos ojos inyectados en sangre él se acercó a mi con Pablo Diablo anda suelto en las manos:

– Él: Oiga, pero, ¿este ruido se apaga, nooo?- Regina: Mmm, pues yo creo que no.

– Él: ¿Y cada vez que lo abran suenan las pedorretas?

– Regina: Pues mucho me temo que si, caballero.

Al final, para disgusto de los rapaces y beneficio del sistema nervioso central de la mujer, no se llevaron el ejemplar de las pedorretas, sino varias aventuras de Pablo Diablo sin ruidos ni demás añadidos.

 

 

Y aunque nunca pensé que un librito así pudiera resultar peligroso, he de deciros que me doblego ante la locuacidad de una mujer capaz de calibrar daños colaterales a velocidad titánica. Por que a mi, que sufro el martilleo de las pedorretas las tardes que vienen niños a reginaexlibrislandia, y que era testigo de la escena no se me ocurrió desechar ese libro para ese fin a semejante velocidad.

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿qué pensáis de la reacción de la mujer? ¿Os cruzásteis con algún libro que os taladrara los nervios con sus recursos extra -sonidos, olores…-? ¿Conocíais a Pablo Diablo?