Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
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Seis libros para leer y sucumbir al ingenio mordaz de G.K. Chesterton

Abran paso al príncipe de las paradojas, Gilbert Keith Chesterton. Un titán literario con una gloriosa querencia al género de detectives, creador del mítico Padre Brown y escritor todo-terreno movido por su obsesión por sanear las conciencias y las cloacas de las élites políticas de la Europa del cambio de siglo a golpe de ingenio y de humor.

En reginaexlibrislandia somos gekachestertonianos devotos y confesos y, como tales, hincamos la bibliorodilla ante este maestro de la intriga y del uso del diálogo ingenioso, corrosivo y humorístico.

A su paso “G.K.” dejó un reguero de textos penetrantes, inteligentes, venenosos, mordaces, hilarantes, inconformistas, lúcidos, escépticos e instructivos, que siempre encierran una ingeniosa paradoja sobre la condición de la sociedad, del pensamiento o de la naturaleza humana.

Su personaje insignia es el mítico Padre Brown, un sacerdote católico de apariencia entre ingenua y bobalicona, pero con una agudeza psicológica demoledora que hace de él un formidable detective, y que aparece en más de cincuenta historias publicadas entre 1911 y 1935.

Por sus métodos hay quien lo considera sabueso antagónico de Sherlock Holmes. Lo sea o no, en la librería siempre prescribimos sus biblioandanzas y adoramos a ese condenado curita del enorme paragüas, pero en el anaquel consagrado a G.K. Chesterton hay mucha bibliovida más allá del Padre Brown.

Así que cuando en reginaexlibrislandia nos preguntan por dónde empezar a leer a G.K. Chesterton nosotros siempre descargamos un arsenal de seis títulos fundamentales y representativos del universo gekachestertoniano.

¿Listos? Pues aquí van nuestros seis títulos para leer y engancharse a G.K. Chesterton:

1. Los relatos del Padre Brown. G.K. Chesterton. Acantilado
Permítanme invitarlos a la relectura de una de esas exquisiteces impresas que pocas veces defraudan: Los relatos del Padre Brown, de C. K. Chesterton. Caerán rendidos ante la silueta de ese párroco rechoncho y a veces atolondrado que, embutido en su sotana y aferrado a su enorme paraguas, se enfrenta a los más cruentos asesinatos, a los enigmas más opacos y a los crímenes más inexplicables con su mejor y más infalible arma: un conocimiento tan profundo de los claroscuros del ser humano que, cuando él lleva las riendas del caso, pone en jaque a la lógica deductiva propia, por ejemplo, del mítico Sherlock Holmes.

2. El arte del asesinato. G.K. Chesterton. Valdemar.
¿Qué tienen en común el padre Brown, Horne Fisher, Gabriel Gale o Mr. Pond? Pues que, aunque cada uno despliega su excentricidad a su manera, todos han sido tocados por el genio cuando se trata de resolver crímenes aparentemente irresolubles. Bueno, eso, que todos son hijos literarios de G. K. Chesterton y que algunas de sus andanzas aparecen recogidas en El arte del asesinato, 11 relatos de crimen e investigación. Este volumen es un impagable muestrario de su gloriosa galería de investigadores enredados a perpetuidad en tramas cargadas de suspense, humor e ingenio que son la marca de la casa del escritor inglés.

3. El hombre que fue jueves. G.K. Chesterton. Valdemar.
El detective y poeta idealista Gabriel Syme trabaja en Scotland Yard para luchar contra el anarquismo que corroe la Europa de cambio de siglo. Cuando logra infiltrarse en la entraña del anarquismo organizado, y ocupa el puesto de Jueves en su consejo supremo detona un trepidante devenir de aventuras encaminadas a evitar un magnicidio en Paris, pero que en realidad son la vía que Chesterton utiliza para tipificar y pulverizar las corrientes de pensamiento emergentes, con Schopenhauer y Nietzsche a la cabeza. Con un toque filosófico y absurdo y gran sentido del humor, El Hombre que fue Jueves arrastra al perplejo lector en una comedia alegórica sobre el mal y el libre albedrío que le obliga a balancearse entre la realidad y la fantasía onírica. Brutal.

4. El hombre que sabía demasiado. G.K. Chesterton. Acantilado.
Pasen y lean esta gloriosa colección de relatos detectivescos bajo la que subyace un tratado político encubierto tan colosal y lúcido como corrosivo. El nexo de unión entre las historias son dos personajes: Harold March y Horne Fisher. El primero es un periodista que derrocha ingenuidad. El segundo, sin oficio conocido, carece de la ingenuidad que a March le sobra. A través de sus ojos se van dibujando las turbias bambalinas de la escena de la política británica de principios del siglo XX. La combinación de estas dos visiones antagónicas y complementarias surge efecto para desenmascarar sin aspavientos a las élites políticas, formadas por corruptos, débiles, mentirosos y cobardes, y movidas por casi cualquier cosa menos el bien común. Escrito en 1922, El hombre que sabía demasiado mantiene toda su vigencia y su lectura debería ser obligatoria… al menos en los tiempos políticos que corren.

5. La esfera y la cruz. G.K. Chesterton. Valdemar.
De entre los elegidos para que sus genios literarios destilen humor, filosofía y suspense en proporciones áureas, G. K. Chesterton sobresale por méritos propios materializados negro sobre blanco. La esfera y la cruz narra las disparatadas aventuras de un católico y un ateo que recorren el mundo en busca de un lugar en el que puedan batirse en duelo a muerte sin que las autoridades se echen encima de ellos para impedírselo. De una lucidez y una ironía a prueba de bombas.

6. Cómo escribir relatos policíacos. G.K. Chesterton. Acantilado.
Como ha quedado demostrado a librazos el ingenio bibliodetectivesesco de Chesterton iba mucho más allá de su ya legendario Padre Brown. Tanto que, como conocedor y estudioso del género policíaco, consagró diversos ensayos y artículos periodísticos al género, que fueron publicados en muy diversos lugares. En este volumen se reúnen todos ellos. El lector encontrará un manual entusiasta, culto y espiritoso del perfecto escritor de relatos de misterio, donde uno de sus más titánicos creadores analiza, comenta y disecciona con su colosal inteligencia y su modalidad a prueba de balas el llamado a ser uno de los géneros literarios más leídos en todo el mundo desde el S.XIX. Instructivo, hilarante y demoledor recorrido, donde pone en jaque incluso a Auguste Dupin y a la astuta señorita Marple. ¿Algún devoto del género da más?

Capote en Un cadáver a los postres

Cuando tres de las cosas que más me gustan convergen en un mismo punto mi pelucón irradia más destellos luminosos que el Faro de Alejandría en sus mejores tiempos. Así que cuando mi haz de luz sensorial se topó hace años con Truman Capote, una trama de intriga detectivesca y una parodia inteligente casi me inmolo de emoción contenida frente a la pantalla que me proyectaba la mítica Un cadáver a los postres (Murder by death).

Nadie me había advertido de que aquella curiosa película de 1976 con un reparto de escándalo era lo que en efecto es: una gloriosa comedia policíaca que esconde una brillante disección del género detectivesco a través de los clásicos de tinta hechos celuloide. Risas, risas y más risas, palabra de Regina.

Pus bien, llevaba años sin pensar en ella hasta que hace unas horas un reginaexlibrislandiano asiduo me la despertó de su letargo mental. Hablábamos, como no, de la literatura de Capote, de cómo reinventó el periodismo literario con A Sangre fría o le dió una nueva dimensión al arte de perfilar personajes a palabras en sus Retratos:

 

– Cliente: Sí, me impactó sobre todo el perfil de Marlon Brando en su hotel de Japón mientras rodaba Sayonara. O Marilyn Monroe…- Regina: La verdad es que para eso Capote tenía un don.

– C.: Con la lengua bífida que tenía fijo que si vive ahora hasta tendría su propio talk show, ¡ja, ja, ja!

– R.: Mmm, pues tal y como está el patio catódico no sé si me gusta la idea…

– C.: Lo que me extraña es que no escribiera algo para el cine, ¿no?

– R.: Pues yo creo que no, aunque algún cameo sí que hizo.

– C.: ¿Un cameo? ¿Capote?

– R.: Si, en una comedia buenísima llamada Un cadáver a los postres, o Murder by death, de 1976. Y, bueno, fue más que un cameo: le nominaron a los Globos de Oro como mejor actor secundario…

– R.: Alucino…

– C.: UY, pues hazte con ella, es una de mis favoritas. Es suna parodia de las tramas clásicas de intriga detectivesca, pero muy bien hecha y con un repartazo.

– C.: No me digas que Capote es el mayordomo…

– R.: ¡Ja, ja, ja! No, verás, Capote es Lionel Twain, un excéntrico millonario que organiza una cena en su mansión e invita a la élite de los investigadores: Sidney Wang de China, Dick Charleston de Nueva York, Jessica Marbles de Inglaterra, Milo Perrier de Bélgica y Sam Diamond de San Francisco. ¿Te suenan?

– C.: Sí, pero ¿no les cambiaron los nombres?

– R.: ¡Claro! Son parodias de Miss Marple, Hércules Poirot, Sam Spade, Nick y Nora Charles, y Charlie Chan con sus inseparables ayudantes…

– C.: ¡Tiene un pintón! ¿Y quienes actúan?

– R.: Pues junto a Capote ni más ni menos que Peter Sellers, David Niven, Peter Falk, James Coco, Elsa Lanchester, Maggie Smith, Alec Guinness, Eileen Brennan, Nancy Walker, James Cromwell y Estelle Winwood, orquestados Neil Simon.

– C.: Pues sí que es todo un cartel, sí. Iré a buscarla, que con estos calores una buena carcajada nocturna no viene mal, y si de paso veo a Capote ‘en vivo’ mejor que mejor…

– R.: !Pues ya me contarás qué tal!

Y se fue con la promesa de volver en un par de días a conterme qué tal su visionado de Un cadáver a los postres. En cuanto a mi me ha entrado el apretón de verla de nuevo y, de paso, de releerme algo del mítico Sam Spade de Dashiell Hammett… Así que, además de un rato divertidísimo igual la película logra despertar a alguien más el apetito lector por los mejores sabuesos de tinta.

De momento y como homenaje regino aquí os dejo el tráiler original de Un cadáver a los postres, para abrir boca:

 

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿Visteis Un cadáver a los postres? ¿Qué os pareció? ¿Os gusta la literatura de Capote? ¿Leísteis intrigas protagonizadas por Miss Marple, Hércules Poirot, Sam Spade, Philip Marlowe o Charlie Chan?

De Ágatha Christie ya no busques ‘Muerte en el Nilo’

Por desgracia no todo iban a ser buenas noticias ni para los agathachristiemaniacos del mundo, ni para los que aún no lo son, pero que sin duda lo serán en cuanto lean alguna de sus ochenta gloriosas tramas detectivescas de salón.

Así es, queridos, a las plácidas costas bibliófilas de reginaexlibriandia llegaban, casi a la par, una buena noticia y un trágico descubrimiento librero.

Con respecto a la primera, deciros que se trata de la buena nueva de la reapertura de las puertas de la casa de campo inglesa en la que la Gran Dama del Crimen literario concibió, escribió y leyó para sus amigos más íntimos parte de sus tramas tras un arduo y costoso proceso de rehabilitación:

 

En cuanto al trágico descubrimiento os lo diré sin rodeos: de Ágatha Christie olvidaos de haceros a corto plazo con un ejemplar de Muerte en el Nilo o Poirot en Egipto (según la traducción y edición). Imposible. Por ahora, otra joya impresa que se nos cuela por el desagüe de la descatalogación indiscriminada. Desconozco las razones y tampoco se nada aún sobre el baile de cesiones de derechos que haya podido provocar su desaparcición de las baldas españolas, pero en cuanto lo averigüe os lo contaré. Palabra de Regina.

Me di de bruces contra su vacío en el fondo editorial ‘vivo’ cuando, tras sugerir a una reginaexlibrislandiana asidua que parte para Egipto en diez días que se llevase Muerte en el Nilo como novelita de cabecera para el tramo fluvial del recorrido, emprendí la infructuosa tarea de hacerme con un ejemplar para ella. Imposible, al menos a través de mis canales habituales… Aunque, eso sí, siempre podrá recurrir al préstamo o a las librerías de viejo.

Hasta que se decidan a rescatarla del limbo de los descatalogados al menos los más nostálgicos podremos refugiarnos en su maravillosa adaptación al celuloide de 1978, que contó con un reparto espectacular:

Y para el resto, muy especialmente para todos aquellos que aún no hayáis pasado un ratito con Agatha Christie, éstos son los títulos que de momento permanecen en circulación en España:

Los primeros casos de Poirot; Tres ratones ciegos; Un cadáver en la biblioteca; La casa torcida; Las manzanas; Cita con la muerte; El asesinato de Roger Akroyd; Asesinato en Mesopotamia>; El tren de las 4:50; Asesinato en el Orient Express y Diez Negritos.

 

 

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿os gustan las novelas de Agatha Christie? ¿Cuál es vuestra favorita? ¿Cómo llegasteis a ella?

‘Llévese el capitulo 1º de Milleniun II, que el libro aún no me ha llegado’

La segunda entrega de la trilogía Millenium, del sueco S. Larsson, lleva a la venta en España día y medio…, pero no en reginaexlibrislandia. Nosotros ni hemos olido los ejemplares que esperábamos como agua de mayo.

Y todo porque algún desalmado eslabón de la red distribuidora de la todopoderosa Planeta nos ha obviado en su ruta de reparto. Y a mi se me llevan los demonios, queridos, ¡los demonios!

Llamo y llamo, y ellos me dicen y me repiten que no entienden qué ha podido pasar, que ‘mañana’ entregarán en mis confines a primera hora mis ejemplares de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina.

No sé si creerles. Cada vez que pienso que no están en mis baldas soy yo, Regina ExLibris, la que efectivamente sueña con ser la chica con una cerilla y un bidón de gasolina, estratégicamente plantada en la sede de Logista, distribuidora del grupo editorial planetario y, y…

Menos mal que, como la Providencia Librera aprieta pero no ahoga, esta vez ha tenido a bien echar mano de mis queridos reginaexlibrislandianos asiduos para recordarme lo maravilloso que es hacer lo que hago en mi librería y la gente que se aficiona a mis baldas.

Me refiero a que de los clientes que han venido expresamente a por sus anhelados ejemplares de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina han tenido similares reacciones ante mi contrariedad librera:

– Cliente: ¡Hola, Regina!- Regina: ¡Buenas tardes! ¿Todo bien?

– C.: Sí, y pronto irá a mejor… ¿tienes mi ejemplar de Millenium II?

– R.: Lo siento, pero no. Tenían que haberme llegado ayer, pero hubo un problema con la distribuidora y no tengo ejemplares aquí.

– C.: ¿Pero ya está a la venta, no?

– R.: Sí, salió ayer.

– C.: Vaya, vaya… yo que iba a llevármelo.

– R.: Seguro que en otro sitio lo encuentras, creo que soy la única librería sin stock de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina

– C.: Bueno, mujer, esas cosas pasan.

– R.: Lo que sí tengo es el primer capítulo del libro, si lo quiere como aperitivo..

– C.: ¿Si? ¡Ja, ja, ja! Venga, dámelo y ya volveré a por el libro esta semana.

Sí, queridos, sí. De la decena de personas que vinieron a reginaexlibrislandia en busca de su ejemplar de la segunda entrega de Larsson, tres simplemente preguntaron si lo tenía ya y los otros siete, tras explicarles mi desastre, decidieron que ‘me esperan’ mientras hacen boca milleniuniana con el primer capitulo del libro.

Un primer capítulo de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina que, por cierto, os dejo aquí, cortesía de Destino.

Y vosotros, queridos, ¿Os hicísteis ya con vuestro ejemplar de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, de Stieg Larsson? ¿Tuvísteis porblemas para localizarlo? ¿Os lo compraréis?

¡Más Millenium de Larsson, el 25 de noviembre!

Bueno, queridos, parece que los rumores se confirman y a mi el pelucón me da vueltas. El lanzamiento de la continuación de la gloriosamente turbadora Los hombres que no amaban a las mujeres se adelanta… ¡Loada sea esta mi Providencia Librera!

La onda expansiva del bombazo literario sueco Stieg Larsson parece haber desentumecido los engranajes de la maquinaria editorial del omnipresente y omnipotente Grupo Planeta y la segunda entrega de la fabulosa trilogía Millenium llegará a los lectores españoles en dos meses justitos.

Sí, stieglarssonmaniacos del mundo, sí: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina estará en las librerías españolas Destino mediante el próximo 25 de noviembre.

Ya sólo con semejante título y un diseño de portada a cargo del mismo artista gráfico que firma la cubierta de Los hombres que no amaban a las mujeres con la que arrancó la saga, la segunda entrega de las aventuras de la indomable y exótica Lisbeth Salander y el sagaz Mikael Blomkvist promete mucho.

Allá va el texto de la contra de la inminente La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina:

Mientras Lisbeth Salander disfruta de unos días supuestamente tranquilos en el Caribe, Mikael Blomkvist, victorioso y rehabilitado, trabaja en el lanzamiento de un número especial de la revista Millennium sobre un tema candente: una oscura historia de prostitutas provenientes de los países del Este.

Eso sí, racionaros la ingesta de capítulos porque el volumen que culmina la trilogía Millenium, La reina en el palacio de las corrientes de aire, se hará esperar hasta marzo, salvo bailes de fechas de la editorial.

Aunque también es cierto que hay quienes ya han devorado la trilogía completa… en francés… Ventajas de ser políglotas y desventajas de ser un sufrido lector en castellano en un país donde todo llega, sí, pero tarde.

En fin, reginaexlibrislandianos de pro, ¿algún nuevo stieglarssonmaniaco entre vosotros? ¿Y alguien de entre los lectores políglotas que le haya hincado el ojo a La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y a La reina en el palacio de las corrientes de aire que nos adelante algo, sin masacrárnoslas?

Vuelve Anne Perry: ayer criatura celestial, hoy gran dama del crimen

Hay que ver cuánta inocencia me cabe entre los pies y el pelucón, queridos. El día en que me embutí en esta piel de librera organicé un pomposo y dramático funeral: el último adiós a mis curvas en lo que creí iba a ser el inicio de un ensanchamiento descontrolado de mi corporeidad, nimio precio a pagar por una nueva existencia consagrada en alma y cuerpo a la lectura. Y es lo que yo tengo, amigos, que cuando me equivoco… me Equivoco.

Claro, en mis imágenes mentales con una reginaexlibrislandia rebosante de volúmenes olvidé visualizar el momento en que los tomos entran y salen de mis confines. Obviamente ni aparecen por generación espontánea ni tienen patitas y, lo que es mejor aún, nunca llegan solos.

De ahí que las cajas atestadas de libros sean, junto al polvo, los papelotes, los comerciales, los proveedores y, como no, los clientes, el pan nuestro de cada día.

Y en eso precisamente pensaba yo esta mañana mientras me masajeaba los riñones después de trasladar al mostrador un par de cajas que pesaban como muertos. Pero el dolor se desvaneció cuando descubrí la identidad de ‘mi cadáver’: Las trincheras del odio, el cuarto título de la saga de Anne Perry ambientada en la I Guerra Mundial.

«Divina», me dije, «no todos los días te llevas literalmente puesta a una grandísima dama del crimen, las cosas como son»

Así que abrí las cajas y desparramé todos los ejemplares por el mostrador para verificar, etiquetar y decidir dónde colocarlos cuando entraron dos mujeres -madre e hija-. Venían a recoger un encargo que me hicieron la semana pasada:

Madre: Hola, buenas tardes.Regina: ¡Hola! ¿Qué tal? Venís a por El Guiness de los Records. Un segundo, lo tengo por aquí.

Hija: Tranquila, no tenemos prisa ninguna.

Madre: Uy, pero no me digas que éste es el nuevo de Anne Perry, el que sigue a Las tumbas del mañana, El peso del cielo, y, a ver si me acuerdo. ¿Cómo era el otro¿ Por Dios, pero si es el último suyo que me leí. Era algo de los Ángeles..

R.: Ángeles en las tinieblas. Y, si, este es el cuarto de la saga: Las trincheras del odio, sale ahora a la venta.

H.: Pero, ¿Anne Perry no era la de los vampiros?

M.: Qué va, nena, esa es Anne Rice. Ésta es Anne Perry, y escribe novela policíaca.

R.: Bueno, en realidad se llama Juliet Hulme.

M.: Ah, pues no sabía que utilizaba seudónimo. Yo creo que en las contras siempre figura como Anne Perry, ¿no?

R.: Si, es que se cambió el nombre porque, bueno… ¿Os suena la película Criaturas Celestiales?

M.: Pues no, la verdad

H.: ¿No es una que dirigió Peter Jackson?

R.: Justo, si, esa es. La protagonizaba Kate Winslet.

H.: Si, si, la recuerdo perfectamente. Hacía de colegiala que se enamoraba de otra chica y juntas matan a la madre de una de ellas para que no las separen.

R.: Pues estaba basada en hechos reales, y las dos jovencitas se llamaban Pauline Parker y Juliet Hulme.

H.: NOOOOOOO, ¿qué me dices?

M.: Creo que me he perdido…

H.: Ay, mamá, pues que la Anne Perry se cambió el nombre porque de adolescentes ella y su amiga mataron a la madre de ésta y, según recuerdo de la película, lo hicieron a pedradas en un bosque…

M.: Por favor…

R.: Así es. Ambas fueron a la cárcel unos años y parte de su condena consistía en no verse más. Juliet se cambió el nombre por Anne Perry y se fue a EEUU, donde empezó a publicar a finales de los setenta y ya no paró. Y ahí sigue, dándole a la tecla, solo que ya lleva unos años viviendo en Escocia.

H.: Qué fuerte, ¿y esa mujer escribe novelas de crímenes?

M.: Si, hija, y tiene muchas. Yo las que me estoy leyendo son unas ambientadas en la I Guerra Mundial sobre dos hermanos, los Reavley. Sus descripciones de las trincheras y de todo eso son terriblemente sobrecogedoras, pero ya sabes que yo todo lo que sea la Gran Guerra…

H.: Ay, a mi es que eso no me va mucho.

R.: Yo esas no me las he leído, porque a mi me va más su ‘vena victoriana’. Hace una labor de investigación impresionante, te clava a finales del SXIX a través de detalles como los trucos que usaban las costureras para remendar carísimos trajes de seda, los menús que se servían en grandes casas y tabernuchas y, sobre todo, los conflictos sociales de la época: luchas de clases, la figura de la mujer, la hipocresía moral. Todo eso con crímenes y misterios de por medio, claro.

H.: ¿Y cuál me recomiendas?

R.: Bueno, tiene dos series protagonizadas por sus respectivas parejas: Thomas y Charlotte Pitt en la década de los 80 del SXIX con ventitantos títulos, y

en la de los sesenta, creo que ya con quince episodios. Quizá empezaría por las de Monk…

M.: Yo de momento me llevo ya ésta, la de Las trincheras del odio. Y el libro Guiness que te encargué

H.: Pues yo casi que me vengo con calma el sábado y veo por cuál empiezo, porque aún tengo que terminarme la de Trueba que me recomendaste.

Y ellas se fueron, y me dejaron cercada por los ejemplares del último parto literario de Anne Perry. Allí estaba ella, observándome entre voraz, curiosa y milenaria desde la contra de uno de los ejemplares.

Y yo, como para acallar una vocecilla que me recriminaba el haber aireado como una vulgar chismosa el oscuro pasado de una mujer por entre cuyas líneas me refugio a menudo, solté toda solemne:

A sus pies, grandísima dama del crimen, a sus pies. Esta misma semana mi pelucón y yo nos leemos los cuatro títulos de los hermanísimos Reavley.

 

Y vosotros, queridos, ¿habéis leído algo de Anne Perry? ¿Conocíais su historia?

Aquí os dejo el trailer de Heavenly Creatures, de 1994: