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Reflexiones de una librera
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«A Kadaré éntrale por Abril Quebrado»

Me pilló el toro bibliófilo. Y como yo todo lo hago a lo grande el que me ha empitonado en mi propia plaza ha sido uno bien bravo. Sí, ni más ni menos que de la ganadería Premio Príncipe de Asturias.

Ahí lo tenéis: no leí nada de Ismael Kadaré. Una de mis eternas lecturas pendientes que, siguiendo la lógica de la atwodmanía que se desató el año pasado cuando Margaret Atwood se hizo con el galardón, empezarán a pedirme reginaexlibrislandianos asiduos y esporádicos en cualquier momento. A pedirme sus libros y, sobre todo, consejo y guía lectora para internarse en kadarelandia, que para eso estamos.

Así que así de agridulcemente recibía yo ayer la noticia de la concesión del Príncipe de las Letras 2009 al escritor albanés Ismail Kadaré…

 

 

 

Héteme aquí que horas después, mientras echaba el cierre regino hacía balance de la situación:

¿Lo bueno? En mis anaqueles tenía ejemplares de todas las novelas de Kadaré editadas en España por Alianza y Siruela, pese a lo cual pedí ‘refuerzos’.

¿Lo malo? No podía sugerir uno u otro título porque aún no me había zambullido en sus mares de letras. Y, claro, ¿por cuál empezar?

En cualquier caso y en lo tocante a Ismael Kadaré decidí despojarme de mi pelucón reginobibliófilo hasta no haber terminado dos o tres de sus novelas…

…Por suerte la Providencia Librera se apiadó de mi esta mañana cuando irrumpió en mis confines un reginaexlibrislandiano asiduo que ‘entró a matar’ con la espada-Kadaré:

 

– Cliente: Bueno, Regina, sabrás el notición de Kadaré, ¿no?- Regina: Sí, sí, lo leí ayer.

– C.: ¿Qué te parece?

– R.: Pues me abochorna reconocerlo, pero no le leí aún.

– C.: ¿No? ¡No jodas! ¡Ponte a ello, que es grande!

– R.: Si, si, pensaba hincarle el ojo esta misma noche.

– C.: ¿Te gustan Kafka, Dante, Homero y Borges?

– R.: Si, ¿por?

– C.: Pues coge algo de cada uno, añádele historias inesperadas y aderézalo con una disección brillante de los últimos 100 años en la Europa del Este. Ahí tienes a Kadaré

– R.: Sí, si, si era uno de mis ‘pendientes’, pe..-

– C.: Y, claro, si te abruma y no sabes por dónde empezar yo te diría que a Kadaré le entres por Abril Quebrado. Todas son grandes, pero para mí esa contiene su esencia y te meterá de lleno en su prosa. Aprenderás lo que es el Kanun y cómo a su sombra se desdibuja el destino de Gjorg, un joven atrapado en un baño de sangre y venganza entre familias. Y conocerás a Vorspi, un escritor que cree que puede contemplarlo todo sin salpicarse. Y, bueno, te darás un paseito por las entrañas de la Albania de entreguerras… Y como decía aquella: «Hasta aquí puedo leer…»

– R.: Pues mira, esta noche empiezo por Abril Quebrado.

– C.: Pues espero que tengas dos ejemplares…

– R.: ¿Por?

– C.: Porque vengo a llevarme uno para mi chica, que tampoco leyó nada de él…

 

Y se lo llevó y yo, que no tenía más, me veo obligada a esperar la llegada de una remesa de refuerzo Kadaré que pedí ayer, en cuanto me enteré de la noticia. Eso sí, hoy mi regino pelucón descansa en otra cabeza: la de mi querido reginaexlibrislandiano asiduo y devoto de Kadaré, ante quien me postro con humildad y gratitud.

Y vosotros, queridos, ¿leístes a Kadaré? ¿Recomendaríais Abril Quebrado? O si no, ¿por qué otra de sus novelas empezaríais?

«Pues que Benedetti me ampare»

La Providencia Librera es sutil, irreverente, impredecible, caprichosa y, de vez en cuando, hasta magnánima. Bueno, eso o que simplemente le bastó el verme empezar la semanita con el corazón bibliófilo cuarteado por la muerte de Mario Benedetti para apiadarse de mi y permitirme rendir un homenaje al uruguayo en reginaexlibrislandia que ha ido más allá de dedicarle un altarcito regino en uno de mis anaqueles.

Sí, porque aunque lo primero que hice el lunes al irrumpir en mis confines libreros fue hacer acopio de ejemplares de la poesía y la prosa de Bendetti lo cierto es que apenas 24 horas después esa Providencia Librera tuvo a bien materializar frente a mi pelucón a un curioso personaje:

– Cliente: ¡Hola!- Regina: ¡Hola! ¿Qué tal?

– C.: Bien, mira… verás, tengo un amigo que necesita un libro con poemas de amor, y la verdad es que no entiendo de libros.

– R.: ¡Ah, muy bien! ¿le dijo algún poeta o período en especial?

– C.: No, sólo eso, que quiere un libro con poemas de amor… para dedicarle los poemas a una chica, porque aunque estén juntos ella lleva un tiempo fuera y justo regresa esta semana.

– R.: Ya veo, ya. Y su amigo, ¿qué busca exactamente con los poemas, declararse?

– C.: No, no, bueno, creo que no. Ya llevan unos meses, pero ella no tiene muy claro de qué pie cojea él, ¿sabes? Duda. Y, bueno, él ha sido un poco bala perdida, pero ya no. Así que quiere sorprenderla con algo bonito, pero que hable de sus sentimientos: que la quiere, que no es solo ‘una más’ para él, esas cosas… Aunque mejor que sea algo sencillo, ¿sabes? Nada enrevesado ni oscuro ni exagerado.

– R.: Mmm, mira, te enseño tres poemas y me dices si más o menos es eso lo que buscas para tu amigo, ¿te parece?

– C.: ¡Perfecto!

Y le di un tríptico de poemas de Mario Benedetti marcados con post-it rosa fucsia en el ejemplar de su Antología Poética:

 

 

 

Al rato, volvió a mi con una sonrisa radiante en su cara y la Antología Poética de Benedetti que le había dejado unos minutos antes en la mano:

– Cliente: ¡Si, si, si! ¡Seguro que esto es justo lo que busca mi amigo! – Regina: Pues, como ves en el ejemplar, son poemas de Mario Benedetti.

– C.: Uy, ese me suena, un primo mío creo que me habló alguna vez de él, pero no le hice mucho caso… ¿no salió algo de él hace poco en la tele?

– R.: Probablemente, justo acaba de morir

– C.: Vaya, qué pena. En cualquier caso esto es lo que buscaba para ‘mi pulpita’. Vamos, lo que yo buscaba para que mi amigo se lo diera a Carmen, su chica, la de él… Así que sí, se lo llevo y que Benedetti me ampare. Bueno, a mi no, claro, quiero decir, a él.

– R.: Sí, bueno, sería muy difícil decepcionarla con esos poemas, la verdad.

 

Y se fue con el libro de Benedetti para ‘Carmen, la chica de su amigo‘.

Y yo me quedé dando gracias a la Providencia Librera por enterrarme entre anaqueles para, de vez en cuando, vivir instantes como el de hoy, cuando mi tributo al maestro fue descubrírselo a otros y, mejor aún, quizá lograr que Benedetti y sus versos sean el puente que sortee el posible abismo abierto entre ‘Carmen, la chica de su amigo‘ y ‘su amigo‘, quienquiera que sea.

Y vosotros, reginaexlibeislandianos de pro, ¿leísteis algo de Benedetti? ¿Os quedáis con sus versos, sus cuentos, sus piezas teatrales, sus novelas o sus ensayos? ¿Dedicáisteis a alguien alguna vez algún poema de Benedetti?