Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

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Novelas con pluma múltiple para celebrar el bibliOrgullo LGTBI a librazos

A librazos. Así es como descerrajamos en reginaexlibrislandia “el armario”. Porque yo sé que tú sabes que todos sabemos que literatura siempre ha sido y será uno de los grandes referentes para quienes luchan a solas por cimentar su identidad de género, sexual o ambas, pese a quien le pese.

Y, oye, que para algo más tenía que servir la pluma. ¿O no? Que sin las historias LGTB que esas biblioplumas han escrito muchos lectores se verían obligados a retorcer tramas, escenas y personajes para forzar el referente que buscan entre líneas.

Así que plenamente conscientes de su importancia, en la librería celebramos a lo grande nuestro particular BibliOrgullo LGTB. Y lo hacemos seleccionando títulos de plumaje múltiple para pequeños lectores, gays, lesbianas, transexuales y heterosexuales.

Son libros que consideramos lecturas LGTB imprescindibles, armadas en torno a personajes decididos a ser quienes realmente son y a dar rienda suelta a sus identidades y pasiones -altas y bajas- incluso más allá del arco iris. Historias para pensar, suspirar, entender, aceptar, crecer, aprender y, en definitiva, para amarse y amar.

¿Listos?

Van las novelas con pluma múltiple con las que este año celebramos el BibliOrgullo LGTB  en reginaexlibrislandia:

Cuentos LGTB =>

PiraTrans Carabarco. Manuel Gutiérrez y Silvia Rivera. La Calle. Carabarco es un pirata, pero un pirata de los de verdad, con dos ovarios, un gallo y una estrella como parche. Distinto, vale, pero igual de bucanero que cualquier otro corsario de los siete mares. Y aunque esas diferencias lo hacen ser piraTrans, es como cualquier filibustero. Un cuento genial para promover la diversidad sexogenérica y la igualdad entre los pequeños lectores. Además incluye una guía didáctica para normalizar la transexualidad desde edades tempranas, haciendo ver que sea como sea el cuerpo de cualquier personaje, son auténticos piratas.

 

Mi princesito. Cheryl Kilodavis y Suzanne DeSimone. Bellaterra. La ficción se nutre de la realidad en este cuento lúcido, tierno y revelador escrito por una madre que levanta este maravilloso y efectivo biblioescudo para proteger a su hijo desde el día en que él decide ir a clase vestido de princesa. Con esta historia particular ella consigue espolear la empatía en todo el entorno de su pequeño, y pronto el cuento trasciende para ayudar a otros muchos príncipes y princesas de todo el mundo.

 

 Con Tango son tres. Justin Richarson y Henry Cole. Kalandraca. Este hermoso y conmovedor cuento narra la historia real de una singular pareja de pingüinos barbijo a los que el cuidador del zoo de Central Park, en Nueva York, Rob Gramzay, les dio la oportunidad-depositando un huevo en su nido- de tener una cría tras observar que incubaban infructuosamente una piedra. Así nació Tango, que fue la primera cría de pingüino en tener dos padres. Y así nació el primer libro infantil de Justin Richardson y Peter Parnellfue, que desde su publicación en 2005 ha cosechado numerosos premios y, lo que es aún mejor, lectores. Aunque, eso sí, por desgracia también ha sido censurado por sectores conservadores, contrarios a los nuevos modelos de familia.

Cada familia, a su aire. Béatrice Boutignon. Hotel de Papel. Un álbum tierno, divertido y delicado para divertirse y aprender de nuestras diferencias, en el que varios animales juegan y se agrupan por familias, todas parecidas y todas diferentes. El texto va dando pistas para adivinar quién es cada quién en un abanico de opciones familiares: monoparental, dos mamás, dos papás, adopción, acogimiento, reconstituida, familia numerosa… ¡nadie se queda fuera! Y lo mejor es que no se pone el acento en la diferencia, sino que la diversidad familiar es la protagonista. una manera muy, pero que muy divertida de que los más pequeños (y algún que otro adulto) descubran la realidad y la grandeza de la diversidad familiar.

Novelas Trans =>

La chica Danesa. David Ebershoff. Anagrama. Copenhague, en 1925. Greta y Einar son una pareja de jóvenes pintores. Ella es conocida por sus retratos de mujeres, y la tarde en que le falla la modelo le pide a su marido que se calce un par de medias de seda, unos zapatos de tacón e incluso un vestido para que Greta pueda rematar el cuadro. Einar accede, y ese divertido e inocente favor conyugal detona la implosión de la identidad de género del joven, y la necesidad de ser Otro emerge sin vuelta atrás. Y así, acompañado por Greta, Einar emprende un arduo camino en pos de Lily Elbe, que fue Einar, y que ahora es una chica danesa.

El enigma. Jan Morris. RBA. Uno de los primeros libros que abordaron abiertamente el tema de la transexualidad, donde un escritor de mediana edad llega a su punto de inflexión vital y relata el calvario de su metamorfosis hasta lograr que la mujer que habita en él se abra paso y emerja triunfal al exterior. James Morris nació varón y su vida era, en apariencia, plena: era escritor, periodista, militar y viajero. Era marido y padre de cinco hijos. Pero todo era una mascarada absurda, porque desde su más tierna infancia había sido consciente de que su cuerpo no debería ser el de un hombre. Porque él se sentía Jan: una mujer. Así que en los años 60 empezó a hormonarse, iniciando lo que sería un lento y angustioso proceso que culminaría en 1972 con un viaje a Casablanca, donde finalmente iba a someterse a cirugía y alcanzar sus anhelos. Un testimonio tan valiente y honesto como necesario, escrito por una autora capaz de emocionar sin ser melodramática, y dotada de un incuestionable talento para dibujar con palabras una experiencia demoledora con final feliz.

Lovetown. Michal Witkowski. Anagrama. Pionera de la narrativa queer de la Europa del Este —sí, y se publicó en 2005—, Lovetown pone en pie de guerra a dos reinonas de la vieja escuela escandalizadas ante las nuevas formas de “ser gay” en la Polonia de los años 90. Demasiado aburridos: que si matrimonio, que si hijos, que si visibilidad y normalización. Antes, en los 70, bajo el férreo control del comunismo, se pecaba más y mejor, y estas dos travestis asilvestradas pecaron como si no hubiera un mañana. El escenario era sórdido, sí, su ecosistema marginal y peligroso, también, pero con un par de tacones, algo de cuero falso, mucha lentejuela y un buen pelucón todo se veía en technicolor. Personajes, anécdotas, sexo desenfrenado y dos formas antagónicas de ser y de vivir la homosexualidad en la Polonia de ayer y en la de hoy.

 

Tarántula. Thierry Jonquet. Ediciones B. Si buscas emociones bibliófilas intensas deja lo que tengas entre manos y hazte con Tarántula, de Thierry Jonquet. Esas poco más de 130 páginas te colocan en una guillotina para dejar caer sobre tu nuca una enorme cuchilla de una aleación de acero, horror, sadismo, amor, sexo y venganza. Te aseguro que al llegar al final tu cabeza reposará en un saco con una mueca bobalicona congelada para la posteridad. En ella un delincuente cuyo mejor amigo lleva años desaparecido cree que la vía de escape para sus problemas es pasar por las manos de un brillante cirujano plástico local. Lo que no sabe es que su “salvador” es un ser corroído por una obsesiva sed de venganza, que alterna su tiempo con su hija enferma mental y con una sinuosa mujer fatal, a la que adora y humilla según el día. Si eso ya es un campo minado, pronto emergerá otra voz en la narración: la del amigo desaparecido, recluido y vejado sistemáticamente en un oscuro sótano por alguien que se hace llamar Tarántula. Vertebrada en tres partes y con un uso magistral de cuatro voces narrativas, la trama se precipita a velocidad de crucero hasta un final tan inesperado como demoledor. Esta Tarántula literaria es uno de los artefactos narrativos más inquietantes, siniestros, elegantes y retorcidos que puedas encontrar entre anaqueles. Almodóvar adquirió los derechos y filmó La piel que habito, su particular versión.

Novelas Lésbicas =>

Carol. Patricia Highsmith. Anagrama. Imbuida del talento de Patricia Highsmith para urdir tramas cargadas de suspense con personajes magnéticos, Carol, publicada originalmente con el título El precio de la sal, es una de las grandes cimas de la escritora norteamericana. En ella, la tediosa rutina de una joven escenógrafa con un empleo precario en unos grandes almacenes estalla por los aires con la visita de una elegante y misteriosa mujer a la que atiende tras el mostrador. La atracción es mutua y ese instante desencadena una historia de seducción, de suspense, de aceptación y de una amor ardiente que se consuma en un viaje sin retorno por carretera que pone patas arriba la vida de ambas a un precio que, aunque elevado, las dos están dispuestas a pagar.

A Virginia le gustaba Vita. Pilar Bellver. Dos Bigotes. Pasen y lean este maravilloso artefacto narrativo que Pilar Bellver ha levantado tirando de ficción y de documentos para recrear el idilio entre una de las grandes damas de las letras del siglo XX y Vita Sackville-Wes, una carismática intelectual y aristócrata capaz de amar libremente, de seducir, de inspirar y de pulverizar las reticencias físicas y mentales de una personalidad tan intensa como compleja: la de Virginia Woolf. Gracias a Vita Virginia silueteó su Orlando, y gracias a Vita la Woolf amó y fue amada mientras era el corazón y las vísceras del grupo de Bloomsbury en el Londres de entreguerras, y mientras una y otra redefinían sus relaciones con Harold Nicolson y Leonard Woolf, sus respectivos maridos. Magnética, absorbente y absolutamente deliciosa novela.

El lustre de la perla. Sarah Watters. Anagrama. Sumérgete en un viaje literario alucinante al reverso más transgresor y excitante de la Inglaterra victoriana. Sarah Waters se decide a escribir la novela lésbica que le hubiera gustado leer y te cuenta el despertar sexual de una pueblerina que cae rendida a los pies de la estrella travestida de un espectáculo de variedades de tournée por la costa de Kent. Así arranca una odisea emocional, carnal y vital que llega a su cenit en el Londres de 1890, donde el postre de muchos gentlemen es un chapero del East End, donde viudas ricachonas corrompen jovencitas en orgías a puerta cerrada y se multiplican los “homotugurios” para ellos y ellas. El impagable tapiz de una época fascinante y sórdida, la carga de humor, de aventura y de sexo explícito perfectamente dosificado en la trama y el talento de Waters se alinean para regalar al lector una novela impecable. La BBC produjo una adaptación homónima en tres capítulos en 2002, que fue tan polémica como exitosa.

Dos Amigas. Mary Renault. Egales. Asociar a Mary Renault –alias de Mary Challans– con Alejandro Magno y la novela histórica no es errar el tiro, pero sí perderse una faceta tan reveladora como interesante de una escritora que, a comienzos del XIX, exploró la ambigüedad sexual de sus personajes despojándola de dramatismos e ideologías con una naturalidad sin fisuras en El auriga (Debolsillo) y en Dos amigas (Egales). En esta última, de corte autobiográfico, Renault dibuja el Londres más bohemio y desenfadado de los años treinta enredando a sus tres mujeres protagonistas, dos hermanas y la amante de la mayor, en un baile de emociones cuyo compás viene marcado por un médico seductor y un carismático escritor que, sin saberlo, desencadenan una espiral de enredos tales que, al final, nadie siente lo que creía sentir. Lúcido retrato del entorno artístico de Bloomsbury y de una sexualidad libre de convencionalismos vacuos.

Novelas de temática Gay =>

La vida de Kostas Venetis. Octavian Soviany. Dos Bigotes. Es una exuberante novela cargada de novelas, que lleva al lector de viaje literario alucinante con escalas en el Decamerón, Las mil y una noches y las vacanales más excesivas del mismísimo Marqués de Sade. Con un realismo sórdido y violento, estamos ante un tratado del decadentismo aderezado con componentes filosóficos y religiosos y espolvoreado con el más escabroso de los erotismos. Kostas Venetis es un viejo pícaro que, en su lecho de muerte en Venecia, cuenta sus peripecias vitales y lascivas a su joven amante, el efebo apodado Alemana. A través del irreverente relato de Kostas, viajaremos por tugurios, orgías y encuentros casuales en rincones desde la Serenísima hasta Etambul y, desde allí, al Bucarest de los tiempos del príncipe Cuza, al París revolucionario y a la Viena corroída por sus excesos. En su descenso a los infiernos, el protagonista será testigo de un mundo en plena transformación que anticipa el crepúsculo que envolvería la totalidad de Europa a finales del siglo XIX.

El leñador. Mike Wilson. Errata naturae. Imagina un resort turístico fuera de temporada en una zona entre la playa y la montaña de la Polonia profunda, con especial éxito entre los gays. ¿Ya? Añádele la figura de un siniestro encargado, un músico depresivo de mediana edad con un turbio pasado y un extraño magnetismo apodado “El Leñador”. ¿Listo? Ahora incluye al protagonista y narrador: un escritor que se retira a este solitario lugar para escribir la novela que lo catapultará al éxito. Si a eso le sumas que se entretendrá siguiendo la pista de un antiguo crimen, que se codeará con personajes y situaciones entre esperpénticas y vulgares, y que está genéticamente dotado para reírse de sí mismo y del resto, entenderás que la novela de Michal Witkowski es una parodia salvaje de una novela policiaca, solo que respetando sus cánones y aderezándola con una soberbia autoironía destilada entre líneas. Una gloriosa novela negra queer cargada de un humor aún más negro donde el leñador no deja títere con cabeza.

Mundo cruel. Luis Negrón. Malpaso. Una gloriosa colección de relatos sobre las múltiples caras de la experiencia homosexual en Puerto Rico, que en este caso es un crisol de la pluma universal que trasciende fronteras, aderezados con un humor a prueba de crudeza y situaciones límite. Por ellos desfila una impagable galería de personajes que se entrega a todo tipo de excesos, escándalos y depravaciones, incluido el chismorreo rastrero sobre la depravación ajena, aún cuando el chismoso se entregue a esa misma depravación como si no hubiera un mañana. Son historias cargadas de ternura, de belleza, de humor, de tristeza, de flaquezas y de un sarcasmo tan acerado como exquisito donde lo histriónico se rinde ante la sencillez narrativa de Luis Negrón.

Maurice. E.M. Foster. Alianza. M. Forster hizo de su Maurice una novela emblemática en la que narra el descubrimiento del amor homosexual de un joven de familia rica y su manera de afrontarlo y asumirlo. Su valor reside no sólo la exploración magistral de un tema tabú, sino en cómo lo redime de sombras, tormentos y desdichas. Soberbia.

Se trata de una pequeña muestra del fondo reginaexlibrislandiano, porque por suerte pocas veces un bibliofondo de armario fue tan amplio como el que guarda títulos de temática LGTB en la historia de la Literatura.

Y ahora, queridos, ¡a celebrar el BibliOrgullo LGTB a librazos!

Cuatro novelas Trans para leer con Orgullo y sin prejuicios

Cuando la necesidad no de ser otro, sino de ser uno mismo más allá de la propia piel se impone hay poco que hacer. Toda ayuda es poca para quienes tienen que encajar una identidad de género no tangible pero profundamente arraigada y en conflicto con un cuerpo equivocado.

Y por suerte la literatura está cargada de historias que muestran que, de una forma u otra, al final del camino vital de cada cual y por largo y arduo que éste sea siempre llega el momento en el que ese Yo verdadero emerge entre radiante y furioso para desbancar al usurpador y ocupar por fin su lugar.

Así que en plena semana del Orgullo LGTB repasamos cuatro novelas trans y de identidad de género que no dejamos de prescribir en reginaexlibrislandia.

¿Listos? Van:

La chica Danesa. David Ebershoff. Anagrama. Copenhague, en 1925. Greta y Einar son una pareja de jóvenes pintores. Ella es conocida por sus retratos de mujeres, y la tarde en que le falla la modelo le pide a su marido que se calce un par de medias de seda, unos zapatos de tacón e incluso un vestido para que Greta pueda rematar el cuadro. Einar accede, y ese divertido e inocente favor conyugal detona la implosión de la identidad de género del joven, y la necesidad de ser Otro emerge sin vuelta atrás. Y así, acompañado por Greta, Einar emprende un arduo camino en pos de Lily Elbe, que fue Einar, y que ahora es una chica danesa.

El enigma. Jan Morris. RBA. Uno de los primeros libros que abordaron abiertamente el tema de la transexualidad, donde un escritor de mediana edad llega a su punto de inflexión vital y relata el calvario de su metamorfosis hasta lograr que la mujer que habita en él se abra paso y emerja triunfal al exterior. James Morris nació varón y su vida era, en apariencia, plena: era escritor, periodista, militar y viajero. Era marido y padre de cinco hijos. Pero todo era una mascarada absurda, porque desde su más tierna infancia había sido consciente de que su cuerpo no debería ser el de un hombre. Porque él se sentía Jan: una mujer. Así que en los años 60 empezó a hormonarse, iniciando lo que sería un lento y angustioso proceso que culminaría en 1972 con un viaje a Casablanca, donde finalmente iba a someterse a cirugía y alcanzar sus anhelos. Un testimonio tan valiente y honesto como necesario, escrito por una autora capaz de emocionar sin ser melodramática, y dotada de un incuestionable talento para dibujar con palabras una experiencia demoledora con final feliz.

Lovetown. Michal Witkowski. Anagrama. Pionera de la narrativa queer de la Europa del Este —sí, y se publicó en 2005—, Lovetown pone en pie de guerra a dos reinonas de la vieja escuela escandalizadas ante las nuevas formas de “ser gay” en la Polonia de los años 90. Demasiado aburridos: que si matrimonio, que si hijos, que si visibilidad y normalización. Antes, en los 70, bajo el férreo control del comunismo, se pecaba más y mejor, y estas dos travestis asilvestradas pecaron como si no hubiera un mañana. El escenario era sórdido, sí, su ecosistema marginal y peligroso, también, pero con un par de tacones, algo de cuero falso, mucha lentejuela y un buen pelucón todo se veía en technicolor. Personajes, anécdotas, sexo desenfrenado y dos formas antagónicas de ser y de vivir la homosexualidad en la Polonia de ayer y en la de hoy.

 

Tarántula. Thierry Jonquet. Ediciones B. Si buscas emociones bibliófilas intensas deja lo que tengas entre manos y hazte con esta perversa y genial vuelta de tuerca a la temática trans y al desfiladero de la identidad de género.  Te aseguro que al llegar al final tu cabeza reposará en un saco con una mueca bobalicona congelada para la posteridad. En ella un delincuente cuyo mejor amigo lleva años desaparecido cree que la vía de escape para sus problemas es pasar por las manos de un brillante cirujano plástico local. Lo que no sabe es que su “salvador” es un ser corroído por una obsesiva sed de venganza, que alterna su tiempo con su hija enferma mental y con una sinuosa mujer fatal, a la que adora y humilla según el día. Si eso ya es un campo minado, pronto emergerá otra voz en la narración: la del amigo desaparecido, recluido y vejado sistemáticamente en un oscuro sótano por alguien que se hace llamar Tarántula. Vertebrada en tres partes y con un uso magistral de cuatro voces narrativas, la trama se precipita a velocidad de crucero hasta un final tan inesperado como demoledor. Esta Tarántula literaria es uno de los artefactos narrativos más inquietantes, siniestros, elegantes y retorcidos que puedas encontrar entre anaqueles. Almodóvar adquirió los derechos y filmó La piel que habito, su particular versión.

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  • Cuatro cuentos LGTB para leer con orgullo y aceptar sin prejuicios
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“¿En qué libro juzgaban a un ricachón pomposo, testificaba una drag queen y un tipo paseaba una correa (sin perro)?”

Adoro ese tipo de libros permeables al carisma de sus personajes.

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

Sin esa cualidad porosa de la trama que posibilita acceder a una historia imbuida del encanto de sus personajes, esos libros no solo estarían constreñidos en un único género literario que obviamente no les define en toda su extensión, sino que no serían historias divertidas, genuinas, excéntricas, imprevisibles ni, por supuesto, tan cautivadoras.

Y ojo querid@s que ese tipo de historias o están más cerca de la realidad que de la ficción o, siendo generosos, en el justo medio. Lo que sí os digo es que todos y cada uno de esos gloriosos artefactos narrativos tan sui géneris han dejado marca en mi bibliofilia.

Y de ahí que, cuando la Providencia Librera se conjura para que algún reginaexlibrislandiano me pregunte por uno de ellos, mi pelucón se ilumina como el Strip de Las Vegas y una enorme nube llena de confeti y purpurina descarga su chaparrón multicolor a ambos lados de mi escritorio.

Y hoy por suerte ha sido uno de esos días. Y, sí, lo celebro a pesar de seguir quitándome confeti hasta de las fosas nasales horas después de la visita. El caso es que estaba yo aferrada a mi tercer café de la mañana cuando un reginaexlibrislandiano se adentró en mis confines y, tras darme los buenos días, me espetó:

Cliente: ¿Recuerdas en qué libro juzgaban a un ricachón pomposo, testificaba una drag queen y un tipo paseaba una correa (sin perro)?

Regina: Mmm, creo que sí. Pero, ¿recuerdas alún detalle más?

Cliente: Es que me hablaron de él hace muchos años y no lo recuerdo bien. ¡Ah, sí, espera! Transcurría en Atlanta, o en el Sur de EEUU. Y no me digas cómo me vino a la cabeza y ahora quiero encontrarlo y, claro, leerlo.

Regina: Pues, querid@, no me digas más. No está ambientado en Atlanta, sino en Savannah, y es Medianoche en el jardín del bien y del mal, de John Berendt. Uno de mis libros favoritos, sin duda. ¡Y no es novela en sí! Pero sí que hay un crimen, una sinuosa drag queen de lengua bífida llamada Lady Chablin y Patrick, el perro al que un caballero pasea cada día, pese a que el pobre cuadrúpedo hubiera fallecido décadas atrás.

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

Cliente: ¿Y lo tienes?

Regina: ¡Claro! Yo estuve bastante cabreada con Random House porque hubo unos años «oscuros» en los que no había ejemplares en circulación. Pero finalmente en 2015 se reeditó en papel y en digital. ¡Brrrr!

Cliente: Espera, espera… ahora que veo la cubierta… ¿no hay película?

Regina: Pues sí, y es una maravillosa adaptación. La rodó Clint Eastwood un par de años después de publicarse el libro a finales de los 90. Y si ya con el libro (que no es una novela en sí, sino que es una mezcla de crónica de un crimen real con retratos de la gente, de las costumbres, de las extravagancias y de los rincones de Savannah, aderezado eso sí con algún toque de ficción), Savannha vivió un boom de afluencia turística, pues luego con la película ya ni te cuento.

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

Cliente: ¿En serio?

Regina: ¡Uy, y tanto! yo misma llevo años queriendo ir a Savannah. Hace años me hablaron de ella, pero es que además la mencionan en La isla del Tesoro y en Lo que el viento se llevó. Con eso ya me picó la curiosidad, pero fue leer Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal y desear echar el cierre para volar a Savannah. Porque encima es que lo que se le da bien a John Berendt es plantarse en una ciudad -normalmente con encanto-, habitarla y narrártela a través de las gentes que la pueblan y que le imprimen carácter. Ya lo hizo con Venecia en su estupenda La ciudad de los Ángeles Caídos.

Cliente: ¡Ah, sí! ¿Eh? Bueno, bueno, bueno: ¡ya estoy deseando leerla!

Y se fue con Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal, de John Berend (Random House). Espero que le entusiasme como en su día me entusiasmó a mi, y de paso os las prescribo a todos vosotros, mis reginaexlirbrislandianos de pro, porque es una auténtica delicia que te atrapa y aísla de todo hasta el punto y final… y más allá. El libro es justo como Berendt describe a la ciudad que lo inspira:

Savannah miraba para sus adentros, muy alejada del mundanal ruido y las distracciones de todo lo que ocurriese fuera de sus puertas

 

NOTA DE REGINA EXLIBRIS:

Medianoche en el jardín del bien y del mal

Medianoche en el jardín del bien y del mal

En un punto entre la crónica periodística de un asesinato real, la reconstrucción de un turbio proceso judicial y el relato de las gentes, los lugares, las costumbres, las extravagancias y la historia de la gloriosa y decadente Savannah, Medianoche en el jardín del bien y del mal, es un libro original, ameno, excéntrico, divertido y definitivamente absorbente.

Adéntrate en turbio y sosegado encanto de una ciudad con pasado pirata y presente cargado de añejo esplendor, que es la verdadera protagonista del relato, un auténtico Edén por el que el Diablo campa a sus anchas y poblado por una galería de criaturas excepcionales y genuinas. Piratas, lujosas fiestas, sacerdotisas vudú, tugurios infectos, mansiones coloniales, ríos de alcohol, viejas damas con enaguas, tocado, abanico y pistola, chaperos, pianistas, nuevos ricos, coristas y un entorno perversamente embrujado en que todo lo ordinario resulta ser extraordinario.

 

 

«Ah, pero, ¿las novelas gay no son porno?»

A mi, como a José Tomás, me pilla el toro en las grandes faenas, queridos. Llevaba días dudando si montar o no en reginaexlibrislandia un rinconcito dedicado a los clásicos de la literatura homosexual por eso de que se avecinaba el Orgullo Gay y ha sido hoy cuando me he decidido por el sí.

Y en realidad tampoco ha salido de mí, sino que el empujoncito que necesitaba me sorprendió en la forma de atroz embestida de un toro-conversación que me empitonó en mis propios confines.

La mantenían dos mujeres de mediana edad. Una de ellas había cogido de la balda Carol, de Patricia Highsmith, y tras decir algo que se me escapó sintonicé mejor y logré escuchar la réplica de la segunda:

«Ah, pero, ¿los libros gay no son porno?»

ZAS, la frase me desgarró de lleno la sensibilidad librera y me dejó allí tendida, sangrando a borbotones. Fue cuando trataba de improvisar un torniquete intelectual cuando tuve la revelación:

Regina, cielo, espabila y muéstrale al mundo esas joyas de la Literatura de temática gay que tienes por toda la librería. Que yo sé que tu sabes que ambas sabemos que aún hoy hay quienes necesitan referentes, y que se trata de historias maravillosas escritas por titanes de las letras con las que cualquiera se puede encamar. Y lo que haga y con quien cada cual al dejar el libro en la mesilla no es asunto nuestro. Después de todo, tesoro, la república de las letras entiende de todo menos de intolerancias y cerrazones. Y nosotras la ignorancia la combatimos a librazo limpio.

Así que me puse manos a la obra con mi selección regia, primero con las damas:

ELLAS:

El bosque de la noche, de Djuna Barnes (Booket); Carol, de Patricia Highsmith (Anagrama); Orlando, de Virginia Woolf (Alianza); Carmilla, de Sheridan Le Fanu (Alianza); Las bostonianas, de Henry James (Debolsillo); El color púrpura, de Alice Walter (Debolsillo); Tomates verdes fritos, de Fannie Flag (Punto de lectura); El lustre de la Perla, de Sara Waters (Anagrama); Sputnick, mi amor de Haruki Murakami (MaxiTusquets); Beatriz y los cuerpos Celestes, de Lucía Etxevarría (Booket); La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin (Booket); El pozo de la soledad, de Radcliff.

ELLOS:

Maurice, de E. M. Forster; El beso de la mujer araña, de Manuel Puig; Teleny, de Oscar Wilde (Valdemar); Confesiones de una máscara, de Yukio Mishima (Espasa-Austral); Retorno a brideshead, de Evelyn Waugh (Tusquets); El auriga, de Mary Renault (Debolsillo); Antes que anochezca, de Reinaldo Arenas (Tusquets); La muerte en Venecia, de Thomas Mann (Edhasa); Queer, de W. Burroughs (Anagrama); La ciudad y el pilar de sal, de Gore Vidal (Debolsillo); Otras voces, otros ámbitos, de Capote (Anagrama); No se lo digas a nadie, de Jaime Bayly (Booket); Middlesex, de J. Eugenides (Anagrama); Myra Breckinridge, de Gore Vidal (Debolsillo); Yo, Claudio, de Robert Graves (Alianza); Nadan dos chicos, de Jaime O’neill (Pre-textos), Querelle de Brest, de Jean Genet (Debolsillo).

Y vosotros, queridos, ¿habéis leído alguno de estos libros? ¿Tenéis alguna sugerencia y/o aportación a mi mesa temática?

Nota de Regina: todos y cada uno de los títulos aquí citados son obras clave de la Literatura de todos los tiempos. Pasearse por las páginas de cualquiera de ellos es una delicia y un aprendizaje, y os los recomiendo con el pelucón en la mano, queridos, seais heterosexuales, homosexuales, bisexuales, transexuales o ‘por determinar’. Palabra de Regina.