Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
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en iRegina, su réplica digital

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Trivial: ¿Cuánto sabes de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes?

Cuatrocientos años después de que Cervantes diera a imprenta la primera parte del Quijote, el hidalgo sigue su particular cruzada sin conquistar el corazón de su dama, pero sí el de lectores en todo el mundo. Y no les falta razón: páginas cargadas de aventuras, de humor, de amores imposibles, de sueños, de certezas, de traiciones y de verdad.

Si eres de los que sí se leyó Don Quijote de la Mancha demuéstralo en el trivial “El Quijote”, de Regina ExLibris. ¿Listo? ¡Vamos!

 

‘Si no sabes qué leer de Juan Marsé, empieza por El amante bilingüe’

Como en reginaexlibrislandia seguimos el fallo del Premio Cervantes 2008 en tiempo real vía web, las salvas bibliófilas en honor a Juan Marsé, uno de los escritores más grandes de las letras hispanas contemporáneas, retumbaban en mis confines a media tarde.

De nuevo, Mi librería era una fiesta, y que Hemingway me perdone esta licencia, pero la euforia me ciega y me embota, queridos. ¡Por las teclas de mi Underwood, otro Día Grande en mis confines! ¡Viva Juan Marsé!

Así que tras los festejos y comentarios sobre la trayectoria del escritor barcelonés, lo primero que hicimos fue revisar nuestro arsenal-Marsé.

Y, sí, allí estaban sus 17 títulos, en la balda consagrada a la M de españoles tapa dura, con sus ediciones espejo en el bloque de bolsillo:

Encerrados con un solo juguete (1961); Esta cara de la Luna (1962); Últimas tardes con Teresa (1966); La oscura historia de la prima Montse (1970); Si te dicen que caí (1973); La muchacha de las bragas de oro (1978); El pijoaparte y otras historias (1981); Un día volveré (1982); Ronda del Guinardó (1984);Teniente Bravo (1986); El amante bilingüe (1990); El embrujo de Shanghai (1993); Las mujeres de Juanito Marés (1997); Rabos de lagartija (2000); Cuentos completos (2002); La gran desilusión (2004); Canciones de amor en Lolita’s Club (2005).

Visto lo visto me aventuré a pedir más ejemplares de cada, para montar un rinconcito en reginaexlibrislandia consagrado al autor que tanto ha dado a varias generaciones de lectores.

Gracias al Premio Cervantes, que reconoce toda una trayectoria literaria y que está dotado con 125.000 euros, la onda expansiva del bombazo mediático sacudirá la curiosidad de cientos de lectores que, de otra forma, quizá nunca se hubieran adentrado en el universo literario de Juan Marsé.

Y en esas reflexiones me zambullía feliz cuando, a unos minutos de echar el cierre, una reginaexlibrislandiana asidua se materializó frente a mi escritorio:

– Clienta: ¡Ay, Regina, creía que no llegaba!- Regina: ¡Uy, hola! ¿Qué tal?

– C.: Bien, ufff, vengo ahogada por la carrerita

– R.: Respira, mujer, respira

– C.: ¿Sabes lo de Marsé, no?

– R.: Sí, aquí lo seguimos on line.

– C.: ¡Qué gracia, yo también!

– R.: Me encanta la literatura de ese hombre

– C.: Sobre eso… verás, no leí nada de él y como mañana me voy de viaje he decidido llevarme algo suyo pero, ¿por dónde empiezo?

– R.: Mmmm, veamos, a mi me gustan todas sus obras, pero quizás te diría que por El amante bilingüe.

– C.: ¿Y de qué va?

– R.: Verás, Marés es Faneca, y ambos son El Amante Bilingüe, en la que Juan Marsé deslumbra con la singular esquizofrenia de quien, para reconquistar a su exmujer, cuelga su piel de burgués y, tras sufrir un accidente que le desdibuja el rostro, se reinventa en el pellejo de un charnego barriobajero. De esta forma sobrevive y espía a su amada por toda Barcelona mientras, sin darse cuenta, el disfraz va devorando al hombre y su lengua en una sátira sobre la dualidad social y linguística catalana, sobre la nostalgia de ser otro y sobre la fuerza desbocada de una pasión sin concesiones. Magistral.

– C.: ¡Me has convencido!

– R.: A ver, esa me impactó por su forma de abordar el conflicto del bilingüismo, con el que seguimos a vueltas en este bendito país, y por eso muchos políticos y tertulianos deberían darle una leidita… Pero Si te cuentan que caí, Últimas tardes con Teresa, El embrujo de Shangai o Rabos de Lagartija son maravillosas también. ¡O sus cuentos!

– C.: Mira, de momento me llevo El amante bilingüe y te cuento qué tal cuando vuelva…

– R.: ¡Muy bien!

Y se fue con su ejemplar. Y pese a mi balda-Marsé mellada eché el cierre pletórica. Me dije:

Regina, cielo, que la Providencia Librera bendiga el Cervantes que tanto bien le hará a quienes aún no han descubierto a Juan Marsé… porque están a punto de hacerlo.

Y vosotros, queridos, ¿leisteis algo de Juan Marsé? ¿Qué os parece? ¿Y alguno conoce El amante bilingüe? Para quienes no leísteis nada del escritor barcelonés, ¿lo haréis ahora?

Ah, una curiosidad sobre el homenajeado: Juan Marsé es uno de los novelistas españoles que más se ha codeado con el celuloide, directa o indirectamente.

Por eso y como despedida y colofón regio va el trailer de la adaptación cinematográfica que filmó Vicente Aranda en 1993 de El Amante bilingüe, con Imanol Arias y Ornella Muti encabezando el reparto:

¿Cómo hacer que alguien se lea El Quijote?

Hoy es un día especial para quienes tenemos el corazón encuadernado y el alma silueteada en forma de caballero de la triste figura.

Sí, hoy hace la friolera de 461 años nació Miguel de Cervantes y, con él, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, uno de los artefactos narrativos más fabulosos, divertidos, tiernos y cargados de sabiduría de todos los tiempos.

Comentándolo con otro librero nada más poner los pies en reginaexlibrislandia, el muy desconsiderado me ha amargado el primer café de la mañana sin titubear con un baño de realismo desgarrador:

Mira, Regina, no seas ilusa. El Quijote es el libro que todo el mundo dice haberse leído, pero que nadie se ha leído.

La frase me ha pulverizado el pelucón. Lo peor de todo es que si me ha afectado tanto es porque algo de razón tiene, las cosas como son.

Así que me he dicho:

Regina, cielo, no te me pongas en modo ‘zarzamora-lloraquellora’ y haz algo por la causa cervantina, como esbozarte un argumentario tan aplastantemente cautivador que quien te oiga correrá de cabeza al ejemplar de El Quijote más próximo… Que ya lo decía Alonso Quijano: «Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro

Y en ello estoy y, de paso, aquí estoy, reginaexlibrislandianos de pro: Sincerémonos ahora que nadie nos oye… ¿Os habéis leído el Quijote? Si es que no, por favor, ¡a por él!

Si es que si, ¿qué le diríais a alguien que no se ha leído El Quijote para despertarle unas ansias irrefrenables de hacerse con uno?

«¿Y para qué querría yo que Cervantes me firmara mi Quijote

Hay días en que amanezco en lo que yo llamo modo de epidermis para adentro, absolutamente hermética y opaca. En cambio otros estoy receptiva en exceso a todo tipo de estímulos externos, especialmente si éstos están de algún modo relacionados con los libros y campan a sus anchas por mis confines.

Cuando mis radares detectan alguna señal de este tipo a mi pelucón se le disparan más alarmas que a un submarino ruso en plena Guerra Fría, y absorbo la información sin perder una coma.

Ayer las dos primeras frases que se escaparon de la conversación entre dos reginaexlandianos esporádicos me activaron el ‘código rojo’.

Ambos tenían entre sesenta y setenta años, y hablaban a media voz:

– Cliente 1: Pues qué quieres que te diga, Juanito, a mi eso de esperar una cola para que un señor te firme un libro me parece una soberana estupidez.- Cliente 2: Que ya, que yo no te digo que yo sea partidario, solo que hay gente a la que eso le hace ilusión.

– C1: ¿El qué? ¿Tener el autógrafo de un desconocido? ¡Pamplinas!

– C2: ¿No has leído la prensa estos días? Toda esa gente en la Feria del Libro esperando para que el autor ese de La Sombra del Viento les firmara su ejemplar… Pues se irían tan contentos.

– C1: Ya me dirás tu qué gracia tiene eso. Mira, una cosa es que tu regales un libro y escribas una dedicatoria, porque es algo tuyo, pero otra que venga estampado el nombre del autor.

– C2: Pero, Manolo, más derecho tendrá él, que es quien escribió la novela, ¿no?

– C1: Por eso mismo, Juanito, por eso mismo. Él ya escribió su novela y ya la tienes, ¿qué más quieres de él?

– C2: Pues es como un recuerdo, no sé.

– C1: Pues ya me dirás tú para qué querría yo que Cervantes me firmara mi Quijote

Y diciendo eso ‘Don Manolo’ abandonó lentamente mis regios confines detrás de ‘Don Juanito’, ahora inmerso en sus meditaciones.

Y yo en las mías, claro, por aquello de que no era la primera vez que meditaba sobre la posibilidad de organizar firmas de libros en reginaexlibrislandia. Ni el resto de libreros ni yo lo tenemos demasiado claro, la verdad.

Si esa es la excusa para brindar a mis reginaexlibrislandianos de pro y a esta mi librera entidad la oportunidad de charlar sobre libros -los suyos y los ajenos- con algún que otro creador de palabras, vale. Pero si solo es por montar el tenderete… la cosa me chirría un poco. Hace años una escritora de esas que levanta pasiones extremas y enfrentadas me confesaba que le horrorizaban las Firmas masivas en Ferias de Libros:

«Me hacen sentir como un mono en una jaula, encerrada y expuesta»

Me conmovió, y me dio que pensar…

Y vosotros, queridos, ¿qué pensais? ¿Querríais que Cervantes os dedicara vuestro ejemplar de El Quijote? ¿Acudís a firmas de libros? ¿Por qué? Y, por favor, olvidemos por un segundo una posible y ulterior especulación en subastas y demás

Atrapada en el tiempo: todos los días son 23 de abril en reginaexlibrislandia

No exagero si os digo que en reginaexlibrislandia celebramos un Día del Libro permanente.

Si, queridos, porque en mis confines el tiempo se mide en función del calendario Regino, según el cual todo empieza y acaba este 23 de abril varado entre el a.r. (antes de reginaexlibrislandia) y el d.r. (después de reginaexlibrislandia).

Eso de puertas para adentro, claro, más allá del portón la realidad manda.

Y aunque yo compagino divinamente ambas temporalidades, os mentiría si os dijera que ninguno de mis libreros ha tenido algún que otro problemilla de adaptación a lo Bill Murray en la fantástica película Atrapado en el tiempo (Groundhog Day o El Día de la Marmota).

Va el trailer:

Pero así como os digo un a cosa os cuento la otra, y cuando todos mis libreros lograron adaptarse a este nuestro bucle temporal todo va como la seda en reginaexlibrislandia, la verdad, y estamos tan felices en nuestro 23 de abril perpetuo.

Así que durante el día de hoy, queridos, lo que nos limitaremos a hacer será dejar las puertas de la librería abiertas de par en par y de la mañana a la noche para entregarnos a esta mágica y única jornada en la que los calendarios regino y gregoriano por fin se solapan. Y celebraremos, con la venia de la UNESCO desde 1995, el Día Internacional del Libro y de los Derechos de Autor y la Diada de San Jordi en Cataluña.

Bueno, haremos eso, regalaremos rosas rojas a nuestra querida «carne de reginaexlibrislandia» y brindaremos una y mil veces por la salud letra impresa.

Y vosotros, queridos, ¿hacéis algo diferente el Día del Libro, como regalar ejemplares a vuestros seres queridos?

Si es así, ¿qué libros regalaréis y por qué?

¿La lectura de qué novelas haría de Zapatero un mejor presidente?

No hay manera, queridos, el día que amanezco en plan mántrica con una idea en el pelucón no hay quien me saque de ahí.

Cuando eso ocurre, el resto del universo se diluye en sombras chinescas ante las que mis cinco sentidos ni se inmutan. Unos lo llaman personalidad obsesiva, pero a mi me gusta llamarlo focalización, ya que proyecto el haz de luz de mi inteligencia sobre un único punto. Si, algo así como una bandera japonesa mental.

El caso es que la reciente sobreexposición a debates electorales, bombardeos mediáticos y demás estímulos no-literarios marca 9-M sumada a mi permeabilidad espiritual congénita forjaron en mi la inesperada pero firme necesidad de tomar parte activa como librera vocacional en esta nuestra Democracia.

Decidido eso ya sólo me quedaba saber cómo demonios hacerlo. ¿Cómo?

Y en esas estuve mentalmente varada día y noche ayer y hoy hasta que, de pronto, la respuesta se materializó ante mi en boca de un cliente que vino en busca de Vida de Pi, de Yann Martel.

Sólo cuando el caballero se fue con el libro yo vi la luz:

¡Claro, Yann Martel! Regina, cielo, pareces boba… ¿cómo ibas tu a hacer algo por la Democracia? ¡A librazo limpio, por supuesto! ¿De qué otra forma si no?

Si, queridos, resulta que hace casi un año leí que Yann Martel decidió ‘ilustrar’ y ‘sensibilizar’ públicamente al conservador Stephen Harper, recién elegido primer ministro canadiense.

Su idea era enviarle durante un año y cada dos semanas un libro, con su correspondiente misiva a modo de prólogo. A día de hoy, la web ‘¿Qué lee Stephen Harper?’ en la que Martel da cuenta de sus envíos, sigue on line.

Así que esta reinona que en su día cayó rendida a los pies de la iniciativa letrada de Martel se ha pasado la tarde pensando qué lecturas podrían hacer de Zapatero un mejor presidente, qué libros le harían reflexionar, o de la mano de qué autores podría afrontar más lúcidamente los próximos cuatro años de legislatura.

Y si, divinos, hubiera hecho lo mismo de haber ganado ‘el otro’. La cosa es modelar espíritus a librazos, da igual de qué lado bailen los condenados.

Ahí van mis 24 sugerencias de lecturas para Zapatero, de aquí a marzo del 2009:

La Metamorfosis, de Kafka.

Los Miserables, de Victor Hugo.

Mi familia y otros animales, de Gerald Durrell.

La invasión de Sicilia por los osos, de Dino Buzzati.

El Quijote, de Cervantes.

Las uvas de la ira, de John Steinbeck.

Tao Te King, de Lao Tse.

Moby Dick, de H. Melville.

Calígula, de Albert Camus.

El emperador, de R. Kapuscinski.

Merienda de negros, de Evelyn Waugh.

El Principito, de Antoine de Saint Exupery.

Cartas a un joven poeta, de Rainer María Rilke.

La Regenta, de Clarín.

Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato.

El festín de Babette, de Isak Dinesen.

Ricardo III, de W. Shakespeare.

Crónica de una muerte anunciada, de García Márquez.

El hombre que sabía demasiado, de G.K. Chesterton.

El Aleph, de Borges.

Cándido, de Voltaire

Memorias del subsuelo, de F. Dostoievski

El beso de la mujer araña, de Manuel Puig

Carta de una desconocida, de S. Zweig

Y vosotros, queridos, ¿qué libros recomendaríais a Zapatero para hacer de él un mejor presidente? ¿Qué lecturas podrían orientarle en su mandato?