Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela ‘La Regenta’, de Clarín?

Fascinante y colosal retrato de una mujer que se debate entre el deseo y su represión. La Regenta es la víctima de una época y un entorno descritos por Leopoldo Alas ‘Clarín’ de forma veraz y sin ningún tipo de concesiones.

Si eres de los que sí se leyó la novela demuéstralo en el trivial la Regenta, de Regina ExLibris. ¿Listo? ¡Vamos!

Hazte un bibliofavor y lee ‘Chesil Beach’ de Ian McEwan antes de ver la peli

Primero fue el Verbo impreso, luego la película, o cualquier otra adaptación posible. Es el primer versículo del biblioevangelio reginaexlibrislandiano, y aunque en la librería nos consagramos al dogma librero, nuestro bibliodogmatismo se redobla si de lo que se trata es de un libro sublime.

Es el caso de Chesil beach, de Ian McEwan, editado en 2008 por Anagrama y sobre cuya calidad hay consenso entre los libreros de reginaexlibrislandia. Una novela emotiva, absorbente, equilibrada y de una sutileza y sencillez demoledoras, cuya adaptación a celuloide es un hecho y su estreno en España inminente.

Una reginaexlibrislandiana asidua y muy, pero que muy cinéfila es quien nos ha dado la noticia:

Clienta: Oye, Regina, ¿Qué tienes de Ian McEwan?

Regina: ¿De McEwan? Solar, Amsterdan, Expiación, Sábado, Operación Dulce, El placer del Viajero y Chesil Beach. ¿ah, sí! Y los relatos Primer amor, últimos ritos

Clienta: Mmm, vale, veamos… Empiezo por los relatos y algún otro, pero estoy entre Solar y Chesil Beach, ya sabes, por lo de la peli

Regina: ¿La peli? ¿Qué peli?

Clienta: El 29 de junio se estrena «En la playa de Chesil», de Dominic Cooke

Regina: ¿Ya? Alguien nos lo comentó, pero creí que el proyecto iba para largo

Clienta: Pues ya ves, y tiene muy buenas críticas por lo que he visto. Supongo que ayuda el hecho de que el guíon es de McEwan

Regina: Ah, pues sí, eso seguro. Mimará más al original, espero.

Clienta: entonces, ¿qué, Regina? ¿Solar o Chesil Beach? Porque a la verla ya te digo yo que voy directa en cuanto la estrenen

Regina: ¿Qué QUÉ te digo? Pues que te hagas un bibliofavor y leas ‘Chesil Beach’ antes de ver la peli. Es un pedazo de novelón, en serio. Un novelón.

Y abandonó mis confines reginaexlibrislandianos con sus ejemplares de Primer amor, últimos ritos y de Chesil beach, a ver qué le parecen.

Por mi parte me abalancé sobre el ordenador para reforzar mi arsenal de ejemplares de Chesil beach de Ian MacEwan en Anagrama por si se produce el ‘efecto bibliollamada’ cuando «En la playa de Chesil” esté en cartelera.

Y sinceramente espero que así sea, porque es tan buena que ojalá la versión de celuloide descubra la novela original a legiones de lectores despistados que no saben que desean leerla hasta que la tengan delante. Palabra de Regina ExLibris.

 NOTA DE REGINA EXLIBRIS:

Chesil Beach. Ian McEwan. Anagrama. En la Inglaterra de inicios de los años 60 el sexo era todo un tabú: ni se hablaba sobre él ni, por supuesto, se practicaba antes del matrimonio. Y esa represión será precisamente la bomba de relojería que lleven en su equipaje Edward y Florence en su viaje de novios a un hotelito modesto en Chesil Beach, donde la promesa de una luna de miel idílica les estallará en mil pedazos. El deseo insatisfecho de él y la mezcla de repulsión y culpa de ella por no ser capaz de entregarse a quien ‘supo esperar’ durante todo el noviazgo volatilizan su relación y revelan otras diferencias insalvables de la joven pareja. Ian McEwan disecciona, entre aséptico, irónico y tierno, la desventura de los enamorados mientras dibuja un glorioso retrato de los claroscuros de una época. Sencillamente maravillosa.

Entre tanto os dejo con el trailer de «En la playa de Chesil”. Después de verlo la verdad es que, para mi, la película apunta maneras… ya veremos:

El pequeño vampiro regresa de la bibliocripta (editorial)

No hay nada como desenterrar un personaje al que algún lector daba por muerto (léase descatalogado) para revitalizarme la bibliofilia. A mí y al contertulio de turno, claro, porque ese tipo de bibliorenacimientos son como un géiser de subidón libresco que lo impregna todo y a todos en un amplio radio de acción. Mi último no-muerto ha sido El Pequeño vampiro, de Angela Sommer-Bodenburg. ¿Os suena?

La cosa ha sido así: estaba yo plumero en mano dándole un repasito mañanero a las baldas de infantil, cuando un reginaexlibrislandiano asiduo me sorprendió en plena faena:

Cliente: ¡Hola, Regina! ¿Te llegó lo mío?

Regina: ¿Eh? ¡Ah, hola! ¡Sí, espera, te lo doy ahora mismo!

Cliente: Espera, espera… ¿qué tienes ahí?

Regina: ¿Aquí? Pues, no sé, ¿libros?

Cliente: ¡Ya, hombre, ya! Me refiero a ESE. No me digas que es El Pequeño Vampiro

Regina: Pues sí, de Angela Sommer-Bodenburg ¿por?

Cliente: Madre mía, Regina, pero si pensé que ya NO existían esos libros. ¡A mí me encantaban de pequeño! ¿A ver?

Regina: Aquí lo tienes, sí, señor. El pequeño vampiro, de Angela Sommer-Bodenburg. Nació a finales de los setenta en Alemania, aunque en España fue un bombazo en los noventa. Inicia una serie de aventuras bibliófilovampíricas protagonizadas por pequeños tunantes con “colmillos de leche”. Entrañable, divertido y con cierto tufillo a moho y a cripta… 

Cliente: ¡Ya ves! Pero eran muchos libros, ¿no? ¿los tienes todos?

Regina: La colección eran 22 títulos. Bueno, eso cuando estaban en el catálogo de Alfaguara infantil…

Cliente: ¿Y no los tienes?

Regina: Solo tengo dos, porque ahora mismo en circulación solo hay dos, editados por Loqueleo: El pequeño vampiro y El pequeño vampiro y la gran pregunta, que además son los números 1 y 22 de la serie.

Cliente: Pero, ¿puedes conseguirlos? Te juro que pensaba que estaban descatalogados…

Regina: ¡Uf! Pues me temo que no. Al menos hasta que Loqueleo reedite los otros 20 títulos. Le pondremos una velas a la Providencia Librera, a ver si mueve sus hilos…

Cliente: Pues a ver si se dan vida, Regina. Mira yo, de momento, me llevo esos dos, que a Hugo seguro que le encantan. Había uno supergracioso, creo que era el primo de Rüdiger… que se convirtió en vampiro en plena adolescencia y ahí se estancó: desgarbado, muy irascible y con gallitos en la voz

Regina: ¡Ja, ja, ja! ¡Lumpi, ‘el fuerte’, el hermano mayor! El pobre está atrapado en una pubertad eterna. Y luego estaba Anna, la pequeña. Y los padres de Anton y de Rüdiger, y el cazador de vampiros. ¡Vaya cuadro!

Cliente: ¡Si, sí! Y con las criptas, las mudanzas y los ataúdes. ¡Eran libros muy divertidos!

Regina: Te daban ganas de que apareciera un Rüdiger en tu cuarto, ¿eh? Bueno, y luego hay por ahí series de tv y un par de películas, pero NADA como los libros con esas ilustraciones

Cliente: ¡Cierto! Hace mucho vi una serie y menudo bajón… Las pelis no las vi. Pero, bueno, al menos para mi hoy Rüdiger vuelve de entre los muertos, ¡jajajaja!

Y se fue ojeando El pequeño vampiro con una sonrisa que le daba la vuelta a la cabeza y con El pequeño vampiro y la gran pregunta bajo el brazo. Me apuesto el pelucón a que antes de dárselos a su sobrino se pasa un ratito con ellos…

Y yo, por mi parte, me tomé un descanso para releerlo también, que esta bibliofagia mía es muy del tantra libro veo libro leo, y El Pequeño Vampiro siempre fue mi debilidad.

Porque las aventuras de Rüdiger von Schlotterstein y del resto de la troupe de Angela Sommer-Bodenburg son divertidas, emocionantes, disparatadas, empáticas con quien es diferente, y tienen ese toque entre siniestro y tierno que tan bien reflejan las ilustraciones de Amelie Glienke que, por suerte, el sello Loqueleo mantiene en sus ediciones.

Así que tanto si Rüdiger o cualquier otro von Schlotterstein os convirtió en bibliovampiros en su día pero lo olvidasteis, como si nunca llegó a hincaros el colmillo echadle un vistazo a los libritos si tenéis pequeños lectores a tiro… que Rüdiguer anda suelto por las librerías y busca carne trémula lectora para bibliofilizar.

Y es ese tipo de títulos y de personajes que adoran desde el primer bibliomordisco. Palabra de Regina ExLibris.

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela ‘El Hobbit’, de J.R.R. Tolkien?

Bilbo Bolsón es un hobbit típico: mide metro y medio, vive pacíficamente en la Comarca y disfruta de los placeres sencillos de la vida. Pero un día aparece Gandalf y, tras una reunión con trece enanos, emprenden un viaje fabuloso por la Tierra Media guiados por un mapa misterioso para realizar una peligrosa misión. Colosal preludio a la no menos fabulosa El Señor de Los Anillos.

Si eres de los que sí se leyó la novela demuéstralo en el trivial El Hobbit, de Regina ExLibris. ¿Listo? ¡Vamos!

Por qué bibliopatinas (y mucho) si no lees El Secreto, de Donna Tartt

Si buscas un thriller gótico que te mantenga literalmente pegado a tu ejemplar hasta el punto y final (y más allá) deja lo que estés leyendo y hazte con El Secreto, de Donna Tartt. Palabra de Regina ExLibris.

Desde que lo descubrí allá por los noventa no he dejarlo de prescribirlo en reginaexlibrislandia. Y se lo recomiendo a paladares librescos muy heterogéneos.

Por mi experiencia en las trincheras librescas quien empieza El Secreto está irremediablemente abocado a engancharse a una trama de suspense ambientada en una exclusiva universidad y protagonizada por un carismático grupo de estudiantes de clásicas liderados por un magnético profesor, a quienes sus ansias de exprimir la vida y sus privilegios se les va de las manos, hasta que uno muere y se precipita la debacle emocional, moral y personal de todos.

Cuando la pongo sobre el escritorio como potencial lectura y me preguntan por qué, la conversación suele ser del tipo:

Cliente: ¿Y qué tiene de especial El Secreto?

Regina: La arácnida Donna Tartt imprime a su trama el ritmo de un thriller mientras inocula en el texto dosis justas de oscura melancolía que anestesia, paraliza y embota a un lector decidido a llegar hasta el final. Es la marca de la casa. Y eso mientras despliega la crónica de una juventud privilegiada que le pide demasiado a la vida sin saber bien qué entregar a cambio.

Cliente: Pero es un tochaco, ¿no se hace pesada?

Regina: Para nada. Está muy bien escrita, perfectamente ambientada y, desde luego, su punto fuerte es la construcción de unos personajes con los que el lector intima en las más de seiscientas páginas que dura esta experiencia lectora alucinante. Yo siempre que puedo la prescribo, porque es ideal para leer y desconectar.

Cliente: Vale, vale… Entonces, ¿mejor empiezo por esta antes que por El Jilguero, que es de la que me hablaron?

Regina: Mira, El Jilguero es, sin duda, otro novelón y, según dicen, llamada a ser un clásico de las letras norteamericanas del SXX. Por algo se llevó el Pulitzer hace cuatro o cinco años, y convenció a la crítica, que en cambio en su día tachó El secreto de “basura de calidad” tras su exitazo en ventas. Pero yo empezaría por El Secreto.

Suelen hacerme caso, y suelen comentarme de vuelta que El secreto cumple en mayor o menor medida las biblioexpectativas proyectadas sobre la novela. Puede ser o no ser, como dicen, “basura de calidad”. Pero es uno de los títulos que no dejaré de prescribir en la librería, porque vale la pena. Palabra de Regina ExLibris.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

El Secreto. Donna Tartt. Lumen. ¿Qué subyace bajo la sólida capa de armonía y rectitud espiritual de una prestigiosa universidad enclavada en la bucólica campiña de Vermont? Un turbador trasfondo de violencia, degradación moral y sexualidad reprimida que Donna Tartt explora en El Secreto con la caída en picado de cinco estudiantes que, guiados por su carismático profesor, profundizan en los misterios de la cultura griega antigua y afrontan el asesinato de uno de ellos. Colosal crónica oscura de una juventud malograda, disección implacable de ciertos círculos elitistas y lúcida reflexión sobre el carisma en un novelón trepidante e hipnótico de principio a fin.

7 libros para leer y reír a cualquier edad con el genio subversivo de Roald Dahl

Con Roald Dahl la bibliodiversión está garantizada. Porque a imaginación, irreverencia y humor hay muy pocos que igualen a este genio subversivo. Un titán de las letras que ha conquistado a legiones de lectores de todo pelaje, edad y condición con sus historias originales, desternillantes, inesperadas y casi siempre demoledoras. Y, eso sí, maravillosamente ilustradas por Quentin Blake. Otro que tal baila…

Aunque conocido fundamentalmente por sus míticos libros infantiles cargadas de rimas y de situaciones disparatadas, el británico Roald Dahl es también un consumado maestro del relato para adultos, aun cuando explota sus miserias con una ironía y un efectismo sobrecogedores.

Pero todos y cada uno de sus artefactos librescos son reflejos de un ingenio tan perverso como brillante e incisivo, donde el reverso más retorcido del hombre se revela en tramas cargadas de suspense, de humor mordaz y de mensaje, pobladas por criaturas marcadas por su diferencia y cerradas con finales abruptos y certeros.

Así que con semejante bibliopanorama cuando en la librería me preguntan por dónde empezar a leer a Roald Dahl me vengo arriba y suelto sin pestañear mi selección reginaexlibrislandiana de siete libros para leer, reír y rendirse al genio subversivo de Roald Dahl a cualquier edad:

  • Desde 8 años => ¡Qué asco de bichos! El cocodrilo enorme. Roald Dahl. Loqueleo. Roald Dahl, maestro en la personificación de animales, disecciona en nueve desternillantes historias en verso las aventuras y desventuras de distintos animales que necesitan poner en jaque al ser humano para sobrevivir, al tiempo que muestran a los más pequeños las grandezas y las miserias de una especie –la suya- caricaturizada en todo su estúpido, tierno, cruel y torpe esplendor. Una divertida e imaginativa manera de colocar al hombre en el lugar que le pertenece, es decir, un par de escalones más abajo del sitio que pretende ocupar en el reino animal. Escenas divertidas, rimas hilarantes y un buen rato de risas de letras aseguradas.

 

  • Desde 8 años => El Superzorro. Roald Dahl. Loqueleo. Pasen y lean las andanzas de Don Zorro, un superhéroe de pelo en pecho valiente, bondadoso, inteligente, divertido y definitivamente astuto que debe anticiparse a las sucias artimañas de Bufón, Buñuelo y Benito, tres bribones que lo acechan y atormentan en el bosque y desde sus granjas. Una divertida historia que empieza como un cuento de hadas pero que un par de páginas más allá pulveriza el género para demostrar que bondad y astucia pueden ir perfectamente de la mano o, mejor aún, vestir la piel de un zorro.

  • Desde 10 años => Los Cretinos. Roald Dahl. Loqueleo. El señor y la señora Cretino son dos odiosos personajes, tan malvados como mugrientos y repulsivos, que se dedican a hacerse la vida insoportable, no solo entre ellos sino a cualquiera que se les cruza. Y no solo eso: los Cretino son especialmente crueles y abusones con una simpática familia de monos, a los que tienen prisioneros y a los que tampoco dejan vivir en paz. Pero la irrupción del pájaro Gordinflón va a poner patas arriba el turbio hogar de los Cretino. ¿Recibirán los Cretino su merecido? Una desternillante fábula sobre un par de abusones que terminan por recibir su merecido de la forma más insospechada.

  • Desde 10 años => Las Brujas. Roald Dahl. Loqueleo. Las brujas de todo el mundo están celebrando su Congreso Anual en la costa de Inglaterra. Capitaneadas por la idolatrada y temida Gran Bruja planean aniquilar a todos los niños sirviéndose de un ratonizador mágico. El problema añadido es que estas brujas no son las típicas que aparecen en los cuentos tradicionales, sino que son unas mujeres corrientes que se visten con ropa corriente y llevan una vida corriente, como la de cualquier mujer corriente. Si es así, ¿conseguirán vencerlas un niño de 7 años y su abuela? Una divertidísima fábula apta para cualquier edad y paladar libresco. 

 

  • Desde 12 años => Matilda. Roald Dahl. Loqueleo. Los bibliófagos del mundo caímos rendidos a los pies de Matilda, una niña de 5 años que es una voraz devoradora de libros. Es superdotada y traviesa, algo que desestabiliza e incomoda a sus padres y al resto de adultos que la rodean, y eso haría de esta historia un drama familiar de no ser por el humor y el ingenio de esta pequeña bibliófila que, además, tiene algún que otro poder secreto. Armada con una curiosidad insaciable y un empeño rotundo en ser feliz a toda costa, esta princesita de armas tomar es un derroche de inteligencia, gracia y humor que un buen día decide desquitarse y empezar a actuar ante quienes la quieren hacer daño o la tratan injustamente. Divertido, tierno y lúcido relato del amor por los libros y del poder de la imaginación y de la lectura como armas contra la mediocridad.

  • Desde 12 años => Charlie y la Fábrica de Chocolate. Roald Dahl. Loqueleo. Charlie vive junto a sus padres y sus abuelos en un hogar donde escasea prácticamente todo menos el amor. Juntos sobreviven sin quejarse del hambre ni del frío, y la cosa empeora cuando su padre pierde el trabajo. Mientras tanto el excéntrico Señor Wonka, dueño de una fábrica de chocolate local, ha escondido cinco billetes de oro en sus chocolatinas y los afortunados que los encuentren tendrán libre acceso a sus misteriosas instalaciones. En un golpe de suerte es Charlie quien se hace con uno de esos preciados pasaportes dorados, y desde el momento en que accede a la Fábrica nada será como hasta entonces. Hilarante fábula que recomiendo leer con el buche lleno donde lo verdaderamente importante se impone a lo superficial, y donde se suceden escenas tan escalofriantes como divertidas. Roald Dahl en estado puro.

 

  • Desde 13 años => Relatos. Roald Dahl. Loqueleo. Para los lectores más creciditos que quieran profundizar en el al universo literario más adulto de Roald Dahl no hay mejor opción que sus relatos, y hete aquí una selección pensada para paladares adolescentes. Son trece sorprendentes historias que reflejan el indiscutible talento de uno de los grandes titanes de la literatura universal. El humor, la ironía y la imaginación de Roald Dahl se mezclan para crear situaciones y personajes inolvidables y levantar relatos con un lenguaje directo y rico, un humor corrosivo y sarcástico, y finales atípicos e inesperados que invitan a una sonrisa cómplice. Sin duda un efectivo bibliopasaporte al resto de la alucinante bibliografía de Dahl.

Así que, reginaexlibrislandianos de pro, pasen y lean solos o en familia a este genio llamado Roald Dahl, ese que sin miedo a ser subversivo logra ser luminoso y oscuro al mismo tiempo. Palabra de Regina ExLibris.

 

Lee sí o sí ‘La verdad sobre el caso Harry Quebert’ antes de ver la serie de TV

Los jöeldikersianos del mundo están de enhorabuena: no solo ultiman el rodaje de la versión catódica de ese novelón llamado La verdad sobre el caso de Harry Quebert con Patrick Dempsey en la piel del atormentado y carismático escritor, sino que además Movistar + tiene los derechos de la producción de MGM para su emisión en España.

De momento se han filmado en Canadá nueve de los diez episodios de la más que prometedora primera temporada de la serie homómina. El estreno, aún sin fecha cerrada pero inminente, llega de la mano del lanzamiento de La desaparición de Stephanie Mailer, el nuevo thriller de Jöel Dicker que nos llega a los libreros el 21 de junio.

El suizo Jöel Dicker irrumpió en el panorama literario internacional con La verdad sobre el caso Harry Quebert que, publicada en español por Alfaguara en 2013, ha cautivado a lectores de muy distinto pelaje libresco en todo el mundo.

En mi caso reconozco que, aunque la leí con ciertas biblioreticencias y más por oficio que por querencia, no solo me convenció, sino que es un título que prescribo en reginaexlibrislandia.

De hecho, lo que suelo decir cuando me preguntan si vale o no la pena leer La verdad sobre el caso de Harry Quebert es:

No te resistas, querido. Léelo ya, sí o sí. No esperes literatura con mayúsculas, eso es cierto, pero te aseguro que estarás literalmente pegado a las 670 páginas. Es una de esas novelas de “absorción rápida”, porque una vez lo empiezas no puedes parar de leer. Y cuanto más avanzas, más quieres. Es entretenido y te mantiene en jaque hasta el final. Un final que, por cierto, no ves venir.”

Así que hazte un bibliofavor y lee La verdad sobre el caso de Harry Quebert antes de ver su adaptación a serie.

No te arrepentirás y, de paso, calientas bibliomotores antes de leer La desaparición de Stephanie Mailer, el nuevo thriller de Dicker que llega a las librerías el próximo 21 de junio, también en Alfaguara, y que también apunta bibliomaneras.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

Harry Querbert

Harry Querbert

La verdad sobre el caso de Harry Quebert. Joël Dicker. Alfaguara. Atrévete a intentar adivinar quién mató a Nola Kellergan, pero el taimado Joël Dicker no te lo va a poner fácil. A través de la relación entre dos escritores –Harry, una gloria literaria nacional con un único libro publicado que se dedica a la docencia; y Markus, su joven discípulo que tras un éxito aplastante con su debut está bloqueado y no logra ni escribir ni salvar el cerco de un editor rapaz que lo presiona y amenaza- nos adentramos en el misterio de la desaparición de una menor años atrás en Aurora, una localidad de New Hampshire. La trama detona cuando encuentran los restos de Nola en el jardín de Harry Quebert.  A partir de ahí el ídolo cae en desgracia y Markus decide llegar al fondo de todo para salvar a su maestro y para armar con la verdad su nuevo bestseller. Y así es como inicias como lector una trepidante caída en espiral donde nada es lo que parece y donde cada dos por tres te sientes como el conejo al que Dicker sorprende abrasándole las retinas con las luces largas. Ritmo frenético, escenas y diálogos de corte cinematográfico, un toque cómico con la impagable madre telefónica de Markus y un final de órdago al que llegas sin saber muy bien cómo.

Trivial: ¿Cuánto sabes de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes?

Cuatrocientos años después de que Cervantes diera a imprenta la primera parte del Quijote, el hidalgo sigue su particular cruzada sin conquistar el corazón de su dama, pero sí el de lectores en todo el mundo. Y no les falta razón: páginas cargadas de aventuras, de humor, de amores imposibles, de sueños, de certezas, de traiciones y de verdad.

Si eres de los que sí se leyó Don Quijote de la Mancha demuéstralo en el trivial “El Quijote”, de Regina ExLibris. ¿Listo? ¡Vamos!

 

Seis novelas de corredores, carreras y atletas para darte al bibliorunning

¿Preparados? ¿Listos? ¡Ya! Es el Día internacional del Running y no imagino mejor momento para darse al bibliorunning, al que me aficioné de casualidad. Porque nunca imaginé que el hecho de que titanes de las letras como Murakami y Jean Echenoz escribieran sobre algo tan ajeno a mí como el correr bastara para inocularle a mi bibliofilia el apetito lector por novelas sobre corredores. Pero así fue…

Y cuando me puse a investigar y a leer resultó que, además de disfrutar de este tipo de ficciones vinculadas al atletismo, los corredores y las carreras, lograron que lo que hasta entonces era para mí trotar sin sentido y rozando lo enfermizo empezara a ser contemplado desde una óptica diametralmente opuesta e inequívocamente adictiva.

A ver, no nos confundamos: ni soy ni seré eso que llaman runner, salvo que mis correteos enloquecidos por la librería puedan considerarse running. Pero he descubierto un tipo de temática de ficción que, aunque no llega a conseguir que me eche al asfalto a lo Forrest Gump, engancha.

Y así, título a título es como construí mi selección de títulos para corredores, que me permiten darme al biblioruning de vez en cuando. Esa que me ha venido tan bien durante los últimos años cuando varios clientes se han adentrado en mis confines con peticiones del tipo:

Clienta: Quiero una novela sobre corredores. Es para mí sobrino veinteañero, que es un loco del running, pero quiero que lea literatura. Sé que tiene libros técnicos sobre rutinas, alimentación y cosas de esas, pero, eso, que yo lo que quiero es que también lea novelas. ¿Sabes de alguna? 

R.: Pues… sí, de hecho puedo recomendarte algunos títulos muy buenos

Y aquí es donde despliego mi arsenal de seis novelas sobre corredores seleccionados por Regina ExLibris. ¿Preparados? ¿Listos? ¡Ya!:

  1. La media distancia, Alejandro Gándara. Alfaguara. Cuando un escritor es, además, corredor y logra ensamblar ambas facetas en un artefacto narrativo el resultado difícilmente defrauda ni a los bibliófagos ni a quienes sienten la llamada del crono. Es el caso de Alejandro Gándara y su fantástica La media distancia, en la que “el Charro”, un corredor de atletismo salmantino de 1.500 metros, llega al Madrid de los años setenta, fichado por un equipo de la capital. Sin embargo, pronto se da cuenta de que tanto a nivel personal como deportivo parece haber entrado en barrena. Así detona una trama centrada en la lucha interior del protagonista, un atleta educado en la máxima “ganar es la única opción” cuyo motor vital y emocional es la competición, proyectada sobre el convulso Madrid de los setenta y las rutinas, las contradicciones y las bambalinas no siempre idílicas de los atletas profesionales.

  1. La soledad del corredor de fondo. Alan Sillitoe. Impedimenta. Es fabulosa, pero no es novela, son relatos cargados de denuncia y de realismo social, ambientados en la Inglaterra marginal de la segunda mitad del SXX. El primero, que es el que da título al libro, es una maravilla. Va de un adolescente rebelde que meten en un reformatorio por robar en una panadería. Una vez allí, le ofrecen la opción de redimirse a través del atletismo, de una carrera de fondo, pero es una forma de venderse al mismo sistema que lo excluye y lo margina. Es fabuloso.

  1. El corredor de fondo. Patricia Nell Warre. Egales. Harlan Brown es un estricto entrenador de atletismo de mediana edad que huye de su pasado y de sí mismo en una pequeña universidad estadounidense. Billy Sive es un joven y destacado atleta gay, a quien no le importa que su condición sexual se haga pública. Cuando se enamoran, inician una carrera contra el odio y los prejuicios dentro y fuera de las pistas que les llevará hasta los Juegos Olímpicos de 1976 en Montreal y hacia un final tan sorprendente como devastador. Traducida a nueve lenguas y con más de diez millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, El corredor de fondo es una de las novelas de amor homosexual más leídas de todos los tiempos que, además, ahonda en el día a día de dos atletas que luchan contra el crono, contra sí mismos y contra los prejuicios.

  1. De qué hablo cuando hablo de correr. Tusquets. Antes de leer De qué hablo cuando hablo de correr, me lo hubiera apostado todo a que cualquier libro sobre cualquier otra cosa me estimularía más que el diario de un corredor de maratones. Claro que con lo que no contaba era con que Haruki Murakami se pusiera manos a la obra. La técnica y la maestría son las de siempre, pero que los murakamiadictos no busquen en él el universo de sus novelas. Aquí el protagonista es un Haruki que en su treintena cierra el bar de jazz que regentaba, cambia totalmente el tercio vital y se centra en dos tareas tan complementarias como necesarias para su salud física y mental: escribir y hacerse corredor de fondo. Un librito tan memorable como cargado de sabiduría que te inocula las ganas de escribir y, para qué negarlo, hasta de calzarte y echar a correr.

  1. Correr. Jean Echenoz. Anagrama. El francés Jean Echenoz nos ha conquistado a muchos con su fabulosa Correr, en la que reconstruye con palabras la vida y los tiempos pulverizados por Emil Zátopek, el plusmarquista checo que en plenos juegos interaliados de 1946 pasó en décimas de segundo de ser un desconocido desgarbado y desaliñado al hombre que apenas 10 años después ostentaba 18 récords mundiales de atletismo, era reconocido a nivel planetario y marcaba un antes y un después en las carreras de media y larga distancia, no sólo por sus resultados, sino también por su estilo sobre la pista y su peculiar manera de entrenarse. Más allá de esa proyección meteórica, su sino fue parejo al de su patria, y así una Checoslovaquia alienada por la Rusia estalinista aplastó a ‘la locomotora humana’ casi con la misma fuerza con la que le impulsó.

  1. El corredor nocturno. Hugo Burel. Alfaguara. El corredor nocturno es la historia de una obsesión: la de correr para llegar a ninguna parte, salvo para ahuyentar demonios y mantener cierto equilibrio interior. Su protagonista, un exitoso gerente de una compañía de seguros de Montevideo, lo hace para liberarse de las tensiones de su trabajo a golpe de zancada y adrenalina. Y todo parece ir bien, hasta que un día en la sala de espera de un aeropuerto conoce a un hombre misterioso y perturbador que se presenta como un benefactor. A partir de entonces, su vida empezará a deslizarse hacia un ambiguo territorio donde las certezas de lo cotidiano se desvanecen y donde hasta correr es inútil. Una historia trepidante e hipnótica en la que Hugo Burel demuestra cómo el azar puede pulverizar los cimientos de lo que parecía ser una arquitectura emocional y vital perfectamente sólida.

Y para motivaros y que os deis al bibliorunning nada mejor que recordar el trailer (y la colosal BSO) de la mítica película Carros de Fuego:

 

Diez novelas para leer y redescubrir Venecia sin aglomeraciones

Venecia se puede descubrir entre canales y aglomeraciones, pero también entre líneas y silencios. Allí está, ficcionada o no, pero siempre eterna, frágil, laberíntica, decadente, hipnótica, excesiva, serena y brumosa. Porque como dejara escrito ese biobliotitán llamado Herman Hesse «Todos los poetas y escritores han descrito, en innumerables libros, este extraordinario mundo acuático». Biblioamén a eso, maestro.

Como veneciana espiritual siempre he cedido a la bibliopulsión de leer títulos que alberguen referencias a Venecia. Por eso en la librería tengo un altar libresco consagrado a la Serenísima, donde conviven títulos de distintos autores, épocas y géneros literarios que ambientaron sus historias en Venecia.

Una forma muy libresca de darme un bibliogarbeo en una góndola con forma de libro por la inmortal ciudad de los canales cada vez que siento la llamada de la marca del agua.

Así que cuando un reginaexlibrislandiano se adentra en mis confines y me suelta una petición libresca como la de hace un momento me hierve la bibliofilia y en la librería se monta un auténtico carnaval libresco:

Cliente: Oye, Regina. Este año nos vamos a Venecia, ¿qué novelas ambientadas allí me recomiendas? Que ya sabes que yo no soy muy de guías al uso

Regina: ¿VENECIA? ¿Has dicho VENECIA?

Cliente: ¡Jajajaja! Sí, Regina, sí. Deja ese café y baja las pulsaciones. Necesito que me recomiendes títulos ambientados en Venecia.

Regina: Bueno, dejando de lado algunos de mis biblioclasicazos venecianos porque ya están descatalogados como La ciudad de los ángeles caídos, de John Berent, Venecia de Jan Morris, El libro flotante, de Michelle Lovric o la guía veneciana de El Corto Maltés de Hugo Prat…

Cliente: ¿En serio?

Regina: Sí, hijo, sí… y mejor no metas el dedazo en esta bibliollaga, ¡que está supurando!

Cliente: ¡Ah! Vale, vale, sigue

Regina: Pues dejando de lado esos… te voy a sugerir diez títulos para leer y redescubrir Venecia que te van a alucinar… ¿listo? hay un poco de todo

Y aquí desparramé sobre el escritorio mi biblioteca reginaexlibrislandiana veneciana con diez novelas para leer y redescubrir Venecia sin aglomeraciones:

  1. Historia de Venecia. John Julius Norwich. Ático de los Libros. Hay que ser John Julius Norwich para proponerse levantar a palabras con rigor, belleza, elegancia, amenidad e ingenio la historia de una ciudad tan fascinante y mágica como Venecia y no solo no errar el tiro, sino firmar un auténtico clásico moderno. Porque Norwich -gran erudito, historiador, narrador brillante y divulgador colosal- recrea en un vívido tapiz la quintaesencia de la Serenísima en todo su decadente y turbio esplendor, desde sus inicios en el siglo v como un poblado de casas de comerciantes, pasando por su ascenso a potencia naval y comercial, hasta la disolución de la Serenísima República por Napoleón en 1797. Una narración hipnótica poblada por personajes fascinantes y llena de riquezas, aventuras, intrigas, canales y heroicidades que irradia el mismo magnetismo que la propia Venecia. Una auténtica maravilla.

 

  1. Muerte en la Fenice, de Donna Leon. Booket. Cualquiera de las 27 aventuras del comisario Brunetti es una inmersión en una Venecia que poco tiene de onírica y mucho de sórdida, de gastronómica y de real: la Venecia del crimen, los secuestros, la corrupción… Y, puestos a elegir, mejor empezar por la primera, en la que durante una representación de La Traviata en el célebre teatro veneciano de La Fenice el director de la ópera es hallado muerto en su camerino. ¿La causa? Ingesta de cianuro potásico. El caso cae en manos del comisario Guido Brunetti, que no tardará en descubrir el reverso más cruel, sórdido y despiadado del rutilante mundo de la ópera, donde la envidia acecha entre bambalinas. El sagaz, paciente, lúcido y foodie comisario Brunetti terminará por resolver el crimen mientras le muestra al lector rincones ocultos de la Serenísima.

Muerte en La Fenice

 

  1. Una temporada en Venecia. Wlodzimierz Odojewski. Minúscula. Sin duda una de las fábulas más cautivadoras sobre el poder de la imaginación y sobre la fascinación que Venecia ejerce sobre según qué sensibilidades hayan o no estado varados en sus canales. Es el caso de Marek, un niño polaco de nueve años que lo sabe todo sobre Venecia: ha leído sobre ella, ha escuchado los relatos de quienes la visitaron, la ha recorrido en planos y mapas y, además, la ha soñado. En el verano de 1939 estalla la guerra turca y en lugar de poner rumbo a la Serenísima la familia viaja al campo, para refugiarse en la villa modernista de su tía Weronika. Será allí, en el sótano de esa gran casa, donde descubrirá una Venecia inesperada, más real y magnética que la pintada por Turner. Y mientras caen las primeras bombas y la infancia de Marek está a punto de acabarse, esa Venecia de ensueño se convierte en un refugio hecho a medida de la fantasía de una familia singular.

Una temporada en Venecia

  1. Los gondoleros Silenciosos. William Goldman. Ático de los libros. Quien haya leído La Princesa Prometida seguro que adora las bibliohechuras de Willan Goldman, un consumado narrador capaz de hilar tramas con trazas de ficción y de realidad, cargadas de vibrantes diálogos donde la acción da paso a la magia y al romanticismo, y donde la carcajada y la emoción aguardan a cada salto de línea. Y no iba a ser menos en Los gondoleros silenciosos, apta para cualquier paladar libresco y editada por primera vez en castellano con las ilustraciones de Paul Giovanopoulos, donde Goldman fabula sobre una ciudad fabulosa a partir de uno de sus pobladores más legendarios: los gondoleros. Esos que antaño eran los mejores cantantes del mundo hasta que, de pronto y sin motivo, empezaron a desafinar tanto que optaron por remar en silencio. El por qué perdieron el tono es un enigma que Goldman desvela a través de Luigi, un joven aspirante a gondolero que nos acompañará a la taberna secreta de los gondoleros, a la Iglesia de las almas de los que murieron por el Mar y a otros muchos lugares mágicos, dibujando una Venecia entre la realidad y la fantasía en la que Luigi, pese a todas las frustraciones, sinsabores y derrotas, jamás renunciará a su sueño.

Los gondoleros silenciosos

  1. El juego del escondite. Patricia Higsmith. Anagrama. Solo un endemoniado talento para emponzoñarlo como el de la Highsmith podría transformar la belleza doliente, apacible y pasiva de Venecia en un ecosistema cargado donde la sospecha te envuelve como una masa viscosa de la que no logras desprenderte. Y vaya si lo hace en El juego del escondite, en la que un célebre pintor norteamericano llamado Coleman culpa a su yerno, Ray Garret, del suicidio de su hija. Empujado por un odio obsesivo decide vengarse y, tras quedar con Ray en Roma cree haberlo matado de un disparo. Sin embargo falla y Ray, que quiere convencer a Coleman de que no mató a su hija, le sigue hasta Venecia para tratar de aclararlo todo. Pero lejos de cambiar de actitud, Coleman intenta asesinarlo de nuevo, y es ahí donde Ray, acorralado y quizás empujado por otros maquiavélicos motivos, decide esconderse en Venecia con un nombre falso…. Y aquí detona un extraño, atroz y demoledor juego del escondite en una Venecia que es una trampa mortal.

El juego del escondite

  1. Marca de Agua. Joseph Brodsky. Siruela. En Marca de agua, un mosaico de 51 breves secuencias, Joseph Brodsky se sirve de sus visitas anuales a Venecia para meditar sobre la relación entre el agua y la tierra, la luz y la oscuridad, el tiempo presente y el pasado, el deseo y su satisfacción, la vida y la muerte. Estampas poéticas, estampas venecianas, estas reflexiones acerca de la ciudad abren brechas en la memoria del escritor, que entrelaza recuerdos personales con hechos acaecidos en esta ciudad de agua, agua que, como él mismo dice «la golpea y la rompe en pedazos, aunque al final la recoja y la lleve consigo hasta depositarla, intacta, en el Adriático». Para el lector esa percepción y ese contrapunto entre imágenes y pensamientos se asociarán para siempre con el nombre de Venecia.

Marca de Agua

  1. El impresor de Venecia. Javier Azpeitia. Tusquets. En 1530, un joven que ha escrito la biografía de Aldo Manuzio, el impresor veneciano, viaja a Módena para mostrarle el texto a la viuda. Lo que no imagina es que la historia del editor es muy diferente a lo que él ha escrito, y que está a punto de conocer. Desde que llegó a Venecia en 1489 para editar los tesoros de la literatura griega, Aldo Manuzio capeó el robo de manuscritos, a las imposiciones comerciales de su suegro y dueño de la imprenta, o la censura contra la difusión del epicureísmo. Con la dosis justa de ironía y erudición, El impresor de Venecia recrea el nacimiento del negocio de los libros en el entorno de una ciudad fascinante y enloquecida, más apta para los amantes furtivos que para los pioneros de la edición, y en un tiempo de crisis tras el que, curiosamente, son reconocibles los retos editoriales de hoy. Un apasionante recorrido por la Venecia del Renacimiento de la mano de un editor e impresor legendario.

El impresor de Venecia

  1. El caballo de Lord Byron. Vanessa Pérez-Sauquillo. Siruela. El verano azota Venecia y al pequeño Marco le fascina el poeta que va a pasar una temporada en el palacio donde trabajan sus padres. Se llama Lord Byron e irrumpe en la ciudad de los canales en una barcaza cargada de animales de todo tipo; un mono, zorros, pájaros y cientos de baúles que ocultan inimaginables tesoros de todos los rincones del planeta. Pero lo mejor está por llegar: la pequeña Allegra, hija de Byron, también se quedará con ellos, y juntos los dos niños recorrerán entusiasmados todos y cada uno de los recovecos y pasadizos secretos del palacio veneciano. Un verano inolvidable en un escenario enclavado en algún punto entre la fábula y la realidad donde los pequeños también descubrirán que la magia es peligrosa y que, a veces, los tesoros más grandes están justo delante de nuestras narices. Un relato delicioso apto sin duda para cualquier paladar libresco que recrea, junto a la aventura de los niños, mucho del paso de Byron por Venecia.

  1. La muerte en Venecia. Thomas Mann. Edhasa. Sobre la Venecia crepuscular y decadente del siglo XIX proyectó Thomas Mann su Muerte en Venecia, un exquisito artefacto narrativo con el que disecciona un alma agónica, la de Gustav Von Aschenbac, que tras perder su genio creativo se retira a un balneario veneciano para rumiar su ocaso artístico. Pero más que consigo mismo se topa en la Serenissima con el joven Tadzio, una irresistible e insultante materialización de la belleza en estado puro que, libre de artificios y titubeos, se pasea ante sus narices en todo su esplendor y con una inocencia cargada de malicia. Fabulosa.

 

  1. Los turbantes de Venecia. Nedim Gürsel. Alianza. Kâmil Uzman es un pintor y estudioso del arte busca en la ciudad de los canales huellas de la presencia otomana en la cultura occidental, principalmente en las obras de los Bellini, gran estirpe de pintores del Renacimiento italiano. Kâmil es complejo y apasionado, y mientras escruta y analiza la obra de los Bellini, se enamora de una enigmática bibliotecaria. En Los turbantes de Venecia se entrecruzan el pasado y el presente de Venecia y Estambul, ambas rodeadas por el agua, con un pasado esplendoroso y que intercalaron rivalidad militar, política y religiosa con un intenso intercambio comercial y cultural. Además de ser un paseo maravilloso por la Venecia de la época, por el sugerente mundo de la pintura renacentista y por los entresijos del proceso de creación artística, la novela no solo disecciona el pulso Oriente y Occidente sino que plantea el arte como canal de entendimiento entre ambos. Y sobre ese tapiz se proyecta una historia de amor, de pasión y de muerte con un final de órdago.

 

Al final mi reginaexlibrislandiano se llevó Historia de Venecia, de Norwich, El juego del escondite de Highsmith, Los turbantes de Venecia y, para sus hijas, Los Gondoleros silenciosos de W. Goldman y El Caballo de Lord Byron.

Y para haceros bibliosalivar con mi Venecia de Letras os dejo con el trailer de la colosal adaptación de La muerte en Venecia, que filmó Visconti en 1971: