Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Archivo de noviembre, 2009

¿Y qué hay de literatura japonesa?

Puedo desoír cualquier llamada, pero nunca si su trasfondo es bibliófilo. Por eso cuando el otro día mi querida reginaexlibrislandiana y alma mater de Blog de Libros publicó un comentario a mi post Dame una novela que me voy a China para pedirme sugerencias de letras niponas activó el resorte que nos metamorfosea a mi en barman y a mi pelucón en una curiosa coctelera que, tras horas de mezclas, reflexiones y pruebas, nos permitió elaborar la carta adecuada de cócteles bibliófilos del país del sol naciente para quienes quieran viajar en letras al Japón de ayer y de hoy…

… Aquí la tenéis:

 

Botchan, de Natsume Soseki. Más de un siglo después de su aparición en Japón llegó por fin a nosotros Botchan uno de esos clásicos que van de mano en mano, especialmente entre los lectores jóvenes. Su autor es una de las plumas claves de la literatura nipona es, entre otras muchas cosas, un maestro de la ironía y las sutilezas a la hora de perfilar los contrastes entre su férrea tradición y occidente. El protagonista y la voz del relato es un joven tokiata de ventipocos años aferrado a un curioso código de honor y aficionado a poner motes a los demás que cautiva por su cinismo y por su bobaliconería, según el párrafo. Recién licenciado acepta su primer empleo como profesor en una remota escuela de provincias, y el choque entre lo que él considera un pueblucho atestado de paletos con una manada de pupilos asilvestrados y la opinión que todos ellos tienen de él -un mamarracho de ciudad- es delirante, porque Botchan desentona allí más que moscón sobre una pared encalada. Corrosivo, entrañable y tremendamente divertido. También de Soseki leer Sanshiro y Kokoro.

 

El marino que perdió la gracia del mar, de Yukio Mishima. Pocos hay que, como Yukio Mishima, dominan la literatura de la sugestión, en la que lo que se cuenta es sólo una puerta a otra dimensión narrativa en la que el lector se topa con otra realidad tan inesperada como deliciosa. Por eso pasearse por entre las páginas del escritor nipón es lo más parecido a bucear por entre los restos de un buque hundido, ante los que la imaginación reacciona reconstruyendo el artefacto flotante en todo su esplendor. Y en El marino que perdió la gracia del mar esa habilidad alcanza una de sus más altas cimas, con la historia de un muchacho que, junto a otros, trata de hacerse un hueco por entre los escombros de un Japón que la Segunda Guerra Mundial devastó espiritual, social y económicamente. Inquietante.

 

La mujer de arena, de Kobo Abe. La mujer de la arena es una obra de un fluir imparable ypoderoso, el de la arena que avanza metro a metro paraabsorber las cosas y los seres, envolviéndolos en un mantode olvido. Kôbô Abe plantea de forma intensa y precisa elconflicto del hombre enfrentado a sus propios límites y elsentido de una existencia cerrada. Un mundo en el que noexiste más realidad que la materia, que sólo se puedeaprehender a través de una exacerbada sensualidad.

 

Tokio Blues, Norwegian Wood , de Haruki Murakami. Tanto para quienes ya se han adentrado en el universo de H. Murakami como para quienes aún no lo han hecho Tokio Blues, Norwegian Wood es una de las mejores vías de acceso a la impecable genialidad del escritor nipón. En ella a un ejecutivo con un pié en los cuarenta una melodía de los Beatles le clava a traición dos décadas atrás, arrastrándole en una espiral de dolorosos recuerdos. Su desdoblamiento apasionado entre la misteriosa y cautivadora Naoko, quebrada como él tras el suicidio de Kizuki -su mejor y único amigo y el novio de ella-, y la arrolladora Midori marcaron su torpe posicionamiento en el precario equilibro emocional en el que sigue inmerso. No pedrerse tampoco Sputnick mi amor, en la que te ves colgado en el vacío junto a un joven profesor, una carismática aspirante a escritora de 22 años y una glamurosa mujer de mediana edad. Él está enamorado de la novelista que, a su vez, siente una pasión desbocada por la hermosa mujer. El final de un viaje que ellas emprenden rompe súbitamente la tela y todos os precipitáis hacia un delicioso final.

 

Tsugumi, de Banana Yoshimoto. Aunque ya es prácticamente imposible destronar a H. Murakami como rey de la narrativa japonesa, Banana Yoshimoto apuntala, novela a novela, su universo narrativo poblado por personajes tiernos, trágicos, carismáticos, delicados y poliédricos. Y en esa línea está Tsugumi, en la que una niña de belleza y carácter extraordinarios se revela, en la intimidad, caprichosa y despótica con su familia y en especial con María, su mejor amiga y voz del relato. La separación de ambas cuando María abandona el lugar en el que crecieron lleva a ésta a descubrir el por qué de la bipolaridad emocional de su adorada Tsugumi. Magnífica.

 

Un grito de amor desde el centro del mundo, de Kyoichi Katayama. Sakutaru y Aki se conocen en la escuela de una ciudad de Japón. Él es ingenioso, precoz y algo sarcástico. Ella es inteligente, hermosa, agradable y popular. De la camaradería, la relación evoluciona hacia el amor cómplice, de la ternura a la pasión sin claroscuros. Ambos se convierten en inseparables hasta que una tragedia pone a prueba un amor, el suyo, que ellos creían y sentían como sin límites.

 

El cielo es azul, la tierra blanca, de Hiromi Kawakami. Si uno quiere adentrarse en la narrativa japonesa actual y ya conoce las obras de Murakami, Yoshimoto y Katayama, debe hacerse inmediatamente con un ejemplar de El cielo es azul, la tierra blanca, aunque también deberían hacerlo quienes buscan una novela extrañamente conmovedora y, sobre todo, una historia de amor en la que no hay sitio para los convencionalismos formales ni morales y sí para la sutileza emocional y narrativa. En ella, una solitaria mujer a punto de cumplir los cuarenta que se considera incapacitada para el amor y las relaciones se topa por casualidad con su viejo profesor, otro lobo estepario con el alma hecha jirones a quien el reencuentro con su antigua pupila despierta emociones agridulces. Juntos irán entretejiendo sus soledades y construyendo un universo propio poblado por sus abismos, sus desamores y una velada necesidad mutua que crece a cada salto de línea mientras desarma y conmueve al lector.

 

Y para quienes, además de lo nipón, prefieran la novela histórica sugiero que lean la saga Musashi, de Eiji Yoshikawa. En tiempos la editó Martínez Roca pero, tras flotar unos años en el limbo de la descatalogación, este año la editorial Quaterni ha rescatado la historia que publicará en tres tomos, dos de los cuales ya están en las librerías: Musashi 1: La leyenda del Samurai y Musashi 2: El camino de la espada. En cuanto al tercero, aún no hay fecha cerrada pero está al caer…

 

 

En ellos, Eiji Yoshikawa recrea la vida de Miyamoto Musashi, el samurai más famoso de la historia del Japón feudal que, además, diseccionó su espíritu en El Libro de los cinco amillos, uno de los textos fundamentales sobre la lucha y la estrategia surgido de la cultura guerrera japonesa. Con la recreación de Yoshikawa, lo que le llega al lector es una fascinante mezcla de ficción y realidad y un viaje ineludible al Japón auténtico.

Con la saga Musashi concluyo mi ‘carta’ de sugerencias de lecturas escritas por japoneses y ambientadas en Japón. Como siempre, queridos, no son todas las que están ni están todas las que son así que, reginaexlibrislandianos míos, ¿qué libro pensáis que me dejé en el tintero? ¿Habéis leído alguno de estas novelas? ¿Qué os pareció? ¿Cómo llegasteis a ellas? De no conocer ninguna, ¿os planteáis ir a por alguna de ellas?

¿Qué hace un e-book en una librería?

Ahora resulta que mi bibliofilia es bicéfala. Amo el libro como objeto, ya sabéis, su olor, su tacto, su lomo… y mi entorno natural es cualquier espacio polvoriento y abigarrado de volúmenes. Pero los tiempos cambian y, lo quiera o no, lo cierto es que la transformación del negocio tradicional del libro es inminente, como lo es la forma en que leeremos en el futuro. E incluso nuestros hábitos. Yo jamás renunciaré a mi biblioteca, pero la idea de tener al menos gran parte de ella volcada en un aparatito es tan práctica como irresistible. ¿O no?

Las cosas como son: la fabricación de dispositivos electrónicos se está disparando, y esto son sólo los albores de una nueva era. Me apuesto el pelucón a que de aquí a un año la oferta de aparatos será mucho más amplia y, como en su día ocurrió con los iPod de Apple, lo habitual será ojear la pantalla del ebook del tipo con el que compartimos asiento en el bus o en el metro en lugar de su periódico o libro en formato papel.

De hecho hay quien augura que estas navidades uno de los artículos más regalados será el e-reader, pero que sin duda en 2010 será ‘EL REGALO’. Y hete aquí el problema: una vez que tengo mi e-reader, ¿dónde compro mis libros digitales, o e-books?

 

 

La asincronía entre el desarrollo tecnológico y las editoriales y distribuidoras es tan escandalosa que parecemos no haber aprendido nada de lo que ocurrió con el cine y la música. La oferta de libros digitales es tan escasa como turbia y la diversidad de formatos es proporcional al número de fabricantes de dispositivos, así que lo más sencillo es bajárselos gratis de la red. Y una vez que te acostumbras a hacerte tu e-biblioteca gratis, ¿por qué pagar luego por ellos?

Y en medio de toda esta espiral estamos nosotros, los libreros. Si la omnipresencia de las grandes cadenas ha pulverizado a las pequeñas librerías el golpe de gracia para el negocio parece que va a ser más bien un e-golpe. Así que en Reginaexlibrislandia antes que morir aplastados por la Realidad bibliófilo-digital casi que preferimos renovarnos.

La pregunta es, ¿cómo lo hacemos? Después de darle muchas vueltas me dije eso de si no puedes con el enemigo, únete a él. Por eso creo que, de entrada, en mis confines habilitaré una esquinita para colocar unos cuantos lectores de varios fabricantes, y que sea lo que la Providencia Librera quiera…

En un mundo librero ideal quizá llegue el día en el que las editoriales digitalicen su fondo en un formato universal y que yo, Regina ExLibris, pueda ofrecer el mismo libro en sus dos versiones, papel y electrónica, a mis reginaexlibrislandianos. ¿Cómo? Bien volcando mi fondo en una web donde puedan comprarlos directamente, bien haciéndolo físicamente en mis confines, es decir, que se vengan con su aparato puesto y se bajen el libro en ordenadores reginos pagándolmelo en cash…

Pero esto son solo elucubraciones de quien habrá de capear como buenamente pueda un temporal que, aunque muchos se nieguen a ver, está justo encima de nosotros.

Mientras tanto, decidme, vosotros mis reginaexlibrislandianos de pro ¿cómo encajaríais que vuestro librero ofreciera también lectores de e-books? ¿Os compraríais un e-book en una librería, o acudiríais directamente a una tienda de electrónica? ¿Creeis que de aquí a un par de décadas el librero estará en vías de extinción?

Un superventas llamado El Pollo Pepe

Jamás olvidaré la primera vez que me topé con El Pollo Pepe, un librito de apenas diez páginas con ilustraciones y pop-ups para niños de entre 1 y 3-4 años que me cautivó desde el instante en que lo hojeé.

Me lo enseñó hace tiempo una amiga librera que por aquel entonces ya llevaba dos décadas batallando entre anaqueles. Hablábamos de best sellers, de novelas ‘por encargo’, de cifras de ventas y de los entresijos del mercado del libro cuando, de pronto, con una mirada entre desafiante y pícara pero con la solemnidad de quien está a punto de revelar una información crucial, me soltó a bocajarro:

 

– Librera: Regina, ¿Quieres conocer al superventas más discreto y fiable de las librerías?- Regina: ¿Qué? ¿Cómo?

– L.: Mira, te presento a El Pollo Pepe, de SM. Un best seller que sin zarandajas mediáticas se vende como churros. Es adorable, a mi me encanta y, lo que es mejor, a los niños de hasta 5 e incluso 6 añitos les vuelve locos.

– R.: ¿Ja, ja, ja? ¡Mira qué portada tiene!

– L.: Verás, es la historia de el pollo Pepe: come y come y come y va creciendo. Pero, cógelo, es algo que tienes que ver.

 

– R.: ¡Ja, ja, ja! ¡Me encanta! Mírale ahí, espatarrado. ¡Ja, ja, ja!

– L.: Sí, es genial. Salió por primera vez a finales de los noventa con otro de un perrito que pasó desapercibido. Hoy comparte colección con La Cerda Clea, pero no parece tener el mismo magnetismo con los peques…

– R.: Es que por lo que veo El Pollo Pepe es mucho pollo Pepe, ¿no?

– L.: Sí, y no sólo es que el libro es una delicia, es que te puedo asegurar que, en su campo, le da cien vueltas a Stephen King y Ken Follet juntos. ¡Procura tenerlo siempre en reginaexlibrislandia!

 

Y ahí nos quedamos las dos, diseccionando un libro que, desde entonces, es uno de mis favoritos y que, como bien me advirtió mi amiga librera, se vende continuamente, por lo que siempre encontraréis entre cinco y diez ejemplares de El Pollo Pepe en mis confines.

Y aún os digo más, aunque este regio pelucón que os escribe no deja de recomendarlo, no debo ser la única pollopepeadicta, porque este mes la editorial lanza su novena edición y, agarraros queridos, de la octava que salió a la venta en mayo de 2008 se han vendido nada menos que 15.000 ejemplares.

Así que, ojito Larsson, Falcones, Follet, Ruíz Zafón y compañía del entramado editorial que El Pollo Pepe anda suelto por nuestras librerías y no sólo se hincha a comer trigo y cebada, sino también se está hartando de vender ejemplares en España… ¡literalmente!

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿conocíais al pollo Pepe? ¿Quién, cómo y cuándo os lo presentó? ¿Qué os parece? ¿Por qué no se da covertura mediática a este tipo de libros?

‘Dame una novela que me voy a China’

Llamadme excéntrica, pero cada día ordeno, coloco y desenpolvo a conciencia los anaqueles de reginaexlibrislandia. Y no, no es porque quiera tener la librería como una patena, sino porque así es como me ejercito la bibliofilia.

Hacerlo sistemáticamente me permite saber lo que tengo y dónde tanto como recordar títulos y autores, y gracias a eso salgo de una forma más o menos airosa, rápida y efectiva de las trampas que tiene a bien ponerme la Providencia Librera en cuanto me descuido.

Por ejemplo, justo hace un rato se materializó ante mí una reginaexlibrislandiana asidua:

 

– Clienta: Mira, Regina, me voy a la China, así, tal cual. Quería preguntarte si me podrías recomendar alguna novela ambientada en China, o de un autor chino de tu confianza, para estar como mas en situación. No creo que tenga mucho tiempo para leer mas allá de la preceptiva guia de lugares de interés, pero por si acaso…- Regina: ¡Anda! ¿A China? Mmm, claro, algo encontraremos.

– C.: Eso sí, no quiero nada de Amy Tan, ni nada demasiado político, denso o complicado. Quiero algo que me cuente algo de China, que me entretenga y que me enganche. Y ya. ¿Cómo lo ves?

– R.: A ver. Pues mira, si quieres un viajecito a la China imperial te sugiero que te lleves El abanico de seda, de Lisa Lee, para que sepas cómo las mujeres inventaron el nu shu o lenguaje de los abanicos. Es fascinante y se lee muy bien. También está K: el arte del amor, de Hong Ying, que relata el tórrido affaire que mantuvieron en el Pekín de los años 30 un sobrino de Virginia Woolf y una poetisa China, con el choque cultural oriente-occidente de fondo.

– C.: Sigue, sigue, veo que me has captado… ¿Más?

– R.: Un poco más cerca en la Historia, en la China de Mao, tenemos Balzac y la joven costurera china, de Dai Sijie y En el estanque, de Ha Jin. Tanto uno como otro son, además de historias maravillosas, retazos de la crudeza de la China de Mao, su represión y el día a día de los campesinos en unas condiciones pésimas. A mi me encantaron ambas, pero quizá por las referencias bibliófilas que contiene te diría que mejor la de La Costurera.

– C.: ¿De esa no había película?

– R.: Justo, y es una pasada, pero, como siempre, me quedo con la novela.

– C.: ¿Y algún escritor de peso? Ya que leo algo sobre China.

– R.: Pues se me ocurren dos opciones, o el Nobel Gao Xingijan del que te sugeriría La Montaña del alma, o el llamado ‘Kafka chino’: Mo Yan, al que puedes introducirte con Grandes pechos, amplias caderas. Uno y otro diseccionan la cultura china y a sus gentes con historias potentes y desgarradoras detrás. Pero, eso sí, quizás te resulten algo densos si lo que buscas es lectura de avión.

– C.: Si, quizá eso sea demasiado. ¡Me lo reservo para el regreso!

– R.: Y, bueno, siempre digo que pocas cosas hay más eficaces que un buen crimen para descubrir cómo es una ciudad o un país, y en China ahora mismo Diane Wei Liang y Qiu Xiaolong pisan fuerte. De la primera te recomendaría El Ojo de jade, y del segundo Muerte de una heroína roja, ambas ambientadas en el Pekín de hoy y sus palpables reminiscencias de la represión política… ¡Son canelita en rama, querida!

– C.: No, no soy mucho de novela negra. ¿Sabes? Creo que junto con la guía de viaje me llevaré la de Balzac y la joven costurera China y la de los abanicos para mi hermana…

 

Y se fue, y yo me sentí como debe de sentirse una gimnasta cuando culmina con éxito un ejercicio sobre la lona: satisfecha y dispuesta a volver a mis entrenamientos diarios en cuanto mañana ponga un pie en mis confines para que mi bibliofilia ni se atrofie ni pierda elasticidad.

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿conocéis algunos de los libros citados? ¿Qué lectura le hubiérais sugerido a mi clienta? Cuando viajáis, ¿leéis literatura del lugar al que os dirigís? ¿Qué os aporta?

«Quiere el de los monstruos del coche»

Qué cosas, la ‘caja tonta’ parece no serlo tanto o, al menos, la publicidad que la sostiene. En año y medio va a ser la tercera vez que el spot de un coche despierta un repentino e incontenible interés por según qué libro que es, de una u otra forma, un clásico, pero que pasaba desapercibido para la mayoría hasta que el cañón catódico proyecta su curioso haz de luz sobre ese título de mis anaqueles libreros y revienta su demanda.

Primero fue el BMW de Kerouac, luego el Seat Exeo de Cavafis y ahora es un tal Maurice Sendak, autor e ilustrador norteamericano, el que se ha subido en el flamante Seat Altea XL.

Desde que vi el spot aguardaba en reginaexlibrislandia la llegada de quien me pidiera el libro que inspiró a los iluminados de la agencia publicitaria. Para quienes no hayan reparado en el spot de Seat hételo aquí:

 

Por fin, ese cliente llegó, solo que materializado en una pareja de ancianos:

 

– Clienta: Oiga, buenas tardes- Regina: ¡Buenas tardes!

– C.: Verá, mi nieto nos ah pedido un libro, pero es que no estoy segura de que sea un libro

– R.: ¿Y qué les dijo?

– Cliente: Nada, que quiere el de los monstruos del coche.

– Clienta: Sí, eso, uno que es un anuncio, pero yo lo vi con él y no vi libros por ningún lado.

– R.: ¿Monstruos en un coche?

– Cliente: Sí, es de un Seat y sale un bicharraco peludo que no cabe en el coche.

– Clienta: ¿Ve lo que le digo? Eso no es un libro, es un coche. Pero él dice que sí, que lo tiene un amiguito.

– R.: ¡Ah, ya se cuál es! Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak. Lo tengo aquí.

 

 

– Clienta: Pero, pero… perdóneme pero no entiendo nada.

– R.: Verán, es un libro ilustrado infantil más o menos clásico. Tanto que acaban de hacer la película y, por lo que han visto, también lo han utilizado en un anuncio.

– Cliente: ¡Aaaaaacabáramos! ¿Así que es un cuento, luego hacen la película y sale hasta en anuncios de televisión?

– R.: ¡Exacto!

– Clienta: Vaya, vaya. Y nosotros creíamos que iba usted a pensar que mi nieto nos había tomado el pelo.

– R.: No, no, su nieto está muy bien informado, por lo que veo.

– Cliente: Entonces éste es el cuento.

– R.: Sí, este es. A mi me encanta, la verdad.

– Clienta: Pues ya está, se lo llevamos.

– Cliente: ¡Muchas gracias!

Y se fueron con su ejemplar de Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak, que en España lo edita Alfaguara, al igual que un libro con fotogramas de la película que, cuidado con las confusiones, no es el original.

El genuino, recomendado para pequeños de hasta 6-7 años y un libro absolutamente maravilloso, es el ilustrado y el otro, que está muy bien también, es la misma historia solo que con fotos del filme. En ambas el protagonista es un niño llamado Max que, embutido en su disfraz de lobo, se pasa el día haciendo travesuras hasta colmar la paciencia de su madre, que lo envía a su cuarto. Desde allí, Max viajará a un país de monstruos donde él es el rey…

Y ya que estamos aquí os dejo el trailer original en inglés de la película homónima (Donde viven los monstruos-Where the wild things are), que se estrena en España el próximo 18 de diciembre:

 

 

Y vosotros, reginaexlibrislancianos de pro, ¿conocíais el libro Donde viven los monstruos? ¿Y su historia? ¿Habíais oído hablar de la película? ¿Visteis el anuncio del Seat Altea XL y captasteis la referencia bibliófila?

«Mira a P. D. James, 89 años y venga de matar!»

No sé si existirá el legendario elixir de la eterna juventud, pero lo que si sé es que hay personas a quienes la pasión por lo que hacen las mantiene en una forma envidiable, tanto física como mental, independientemente de su año de nacimiento.

Sí, queridos, es una de esas obviedades que a veces olvido, pero por suerte justo hace un rato una reginaexlibrislandiana asidua se materializó ante mí para recordármelo. Debe andar por los ochenta años, suele visitarme un par de veces al mes y es una auténtica decana en novela negra.

Deciros que se ha leído todo lo leíble en ese género es poco, y os juro por las teclas de mi Underwood que es un auténtico glosario en movimiento de autores, detectives, tramas y terminología forense. Un crack, vaya, y una delicia para cualquier bibliófilo con delirios antropológicos como la que suscribe.

El caso es que el otro día vino a por los seis libros de Philip Kerr:

 

– Clienta: ¡Hola, guapa!- Regina: ¡Hombre, XXX! Ya la echaba de menos

– C.: Ya sabes, hija, estoy entre dos ciudades…

– R.: Es lo que tiene… ¡ja, ja, ja!

– C.:Oye, me acabé Aurora Boreal. La verdad es que es un poco floja para mi gusto, ¿no?

– R.: A mi me gustó aunque, eso sí, más por la ambientación y los personajes que por la trama.

– C.: Sí, es que el final es previsible. Por eso se la dejé a mi hermana, que no tiene la sensibilidad para cosas más fuertes. Y más ahora, que ha cumplido 88 y se me ha desinflado como un globo…

– R.: Pero, ¿está mal?

– C.: ¡Qué va! Que se aburre, no se mueve y, claro, se anquilosa. Ya le digo yo, ¡mírame a mi un par de años menos y de acá para allá!

– R.: Sí, usted está estupenda

– C.: Ayer, antes de venirme, discutí con ella. Y, ¿sabes lo que dije?

– R.: No…

– C.: Pues que hiciera algo, como retomar lo de sus plantas, para que se activara. Me dijo que era muy mayor y cogí un libro de P.D. James y se lo enseñé

– R.: ¿Y eso?

– C.: Le dije: ¡Mira, Dolores, P.D. James, 89 años y venga de matar! ¡Y está estupenda!

– R.: ¡Ja, ja, ja, ja! ¿Y qué le contestó?

– C.: Se quedó helada, pensó que esa autora era una chiquilla….

 

Y se fue con sus libros y una sonrisa pícara en la cara. La misma que me dejó a mí dibujada su visita, la verdad. Y me hizo recordar una cita que leí una vez de la mismísima P.D. James, cuando le preguntaban por su arma letal favorita:

«El arma siempre ha de adecuarse al crimen. Por ejemplo, una mujer madura en Inglaterra no podría asesinar con pistola, por algo tan sencillo como que tienen difícil acceso a ellas»

Hétela ahí, toda una lección de saber hacer literario-criminólogo. Otra de esas obviedades que muchos olvidamos demasiado a menudo…

 

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿leísteis algo de P.D. James? ¿Qué os parece? ¿Creéis que la pasión por algo como la literatura puede ser el secreto de la longevidad?

«¿Tienes la de la prima de Larsson?»

Parece que la Providencia Librera no sólo me calza ardides y trampas a mí, humilde librera, sino que también se entretiene moviendo otros hilos bibliófilos. Así, con la siteglarssonmanía en su punto más álgido, si eres escritor y quieres entrar fuerte en el mercado editorial lo mejor que te puede pasar es que te vinculen a la trilogía Millenium.

Veamos un ejemplo práctico cortesía de una reginaexlibrislandiana a la que atendí hace un rato:

 

– Clienta: Buenas tardes

– Regina: ¡Hola! ¿Qué desea?

– C.: ¿Tienes la de la prima o la hermana de Larsson?

– R.: ¿Aurora Boreal?

– C.: Sí, creo que sí. También es de crímenes, ¿no?

– R.: Sí, verá, en ella, una abogada regresa a su pueblo para defender a su mejor amiga de la acusación de haber asesinado a su hermano menor, uno de los predicadores más carismáticos del país. El crimen salpica a toda una comunidad religiosa, y la letrada y una atípica policía husmearán en sus bajos porque intuyen que no está del todo libre de pecados.

– C.: Sí, seguro que es esa. Ahora que lo dices decían algo de sectas o algo así. Pero, ¿no es familia del de la de Los hombres que no amaban a las mujeres? Como se llaman igual…

 

¿Veis a lo que me refiero? La compatriota y también escritora de novela negra Asa Larsson ha sido doblemente bendecida por la Milleniummanía. Digo doble porque, primero, comparten apellido, y porque además Stieg reconoció en vida haber devorado en una noche Aurora Boreal, justo la única de las novelas publicadas por la susodicha que a día de hoy están traducidas al español.

Entre eso y el interés mediático suscitado a tenor de alguna que otra feria y encuentro del género policíaco en España, el nombre de la novelista sueca suena en radios y aparece impreso en prensa y revistas, pero sin ocupar grandes espacios, por lo que muchos de quienes vienen a Reginaexlibrislandia en busca de la novela no tienen muy claro quién es ella ni cómo se llama la novela que buscan.

Una novela que, por cierto, ya lleva más de medio año circulando por anaqueles de toda España, y que, cargada con las dosis adecuadas de intriga e ironía y con una impecable descripción de personajes y ambientes, hacen de Aurora Boreal una lectura negra de las buenas.

Además, para más inri en reginaexlibrislandia nos llamó la atención el libro allá por junio cuando, al ver la foto de la contra de Asa Larsson en Aurora Boreal, nos vino inmediatamente al pelucón la imagen de la inolvidable Marge Gunderson (Frances McDormand), policía encargada de investigar tres crímenes en los nevados parajes de la remota y gélida Brainerd, Minnesota, en la película Fargo, que los hermanos Coen rodaron en 1996…

 

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿leísteis Aurora Boreal? ¿Os gustó? ¿Conocíais a Asa Larsson? ¿Os habéis topado con algún otro caso de empujoncito bibliófilo-stieglarssoniano de este tipo?

Para los interesados en las andanzas literarias de Asa Larsson deciros que Seix Barral ultima las ediciones en español de otras dos se sus novelas, Det blodsom spillts (2004), que fue galardonada con el Premio a la Mejor Novela Negra Sueca, y Svart stig (2006).

Y como colofón y homenaje aquí os dejo el trailer de Fargo: