Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Archivo de febrero, 2009

¿Qué libros en español llegan a EEUU?

Si buscas referencias de libros on line vas a parar a los rincones más inesperados del ciberespacio. Así ha sido como uno de mis reginaexlibrislandianos asiduos y yo hemos aterrizado a la par en uno de los gigantes de la venta de literatura en EEUU: Barnes and Noble.

Con su cadena de tiendas espolvoreadas por toda norteamérica y una potente versión electrónica espejo su crecimiento no deja de sorprenderme.

Pero es que hace un rato, mientras cureoseábamos su fondo a dos bandas, vimos algo que nos dejó pertificados:

 

– Cliente: Pues la verdad es que está muy bien la web- Regina: Sí, la reina de las ciberlibrerías sigue siendo Amazon sin duda, pero ésta va asentándose.

– C.: ¿Conoces las tiendas físicas?

– R.: Sí, y he de decir que para ser cadenas, me gustan. Son – enooooormees, pero compaginan bastante bien el fondo con las novedades. Además, en muchas de ellas tienen un acuerdo con Starbucks, por lo que tienen

cafetería dentro con butacones y todo… Ya me estás viendo, ¿no? Enloquecida por el atracón cafeínico y bibliófilo…

– C.: ¡Ja, ja, ja! ¿Lograron echarte a la hora del cierre?

– R.: Les costó, la verdad.

– C.: Pero, ¿y la gente que se coge libros y se sienta a leer y a encafetarse no lo toma por la bliblioteca del barrio?

– R.: Eso pensaba yo, pero no. Allí la gente va, echa la tarde con el libro y el café, pero por lo que vi suelen llevárselo luego… Cuestión de mentalidad, supongo.

– C.: ¡HAS VISTO ESO!

– R.: ¿El qué?

– C.: ¿No te choca nada del menú de la izquierda?

– R.: ¡Uy! ¿LIBROS EN ESPAÑOL?

 

Sí, queridos, los de Barnes and Noble tienen una librería en español dentro, cargada de fondo de autores españoles e iberoamericanos, y diseñada en castellano, con sus subsecciones y todo:

 

 

Y no sólo eso, también tienen listados de ‘los más vendidos’ así como de autores destacados:

 

 

Lo que sí comentamos mi cliente asiduo y yo es el vacío de títulos en otros idiomas más allá del inglés y el castellano… ¿es la prueba de lo fuerte que pisa el español en EEUU, especialmente en las grandes metrópolis?

Y bien, reginaexlibrislandianos de pro, ¿qué os parece la selección de escritores? ¿Y qué opináis de la librería en español que fagocita Barnes and Noble? ¿Os sorprende? ¿Conocíais la cadena? ¿Os gustan los cafés-librería?

Déjà vu bibliófilo: ¿fue Jean Valjean quien robó pan en Barna?

La bulimia bibliófila nos lleva a muchos a confundir Vida y Literatura. De ahí mi tendencia obsesiva a buscar y, para qué negarlo, en ocasiones hasta forzar paralelismos entre escenas cotidianas y estampas de libro. Son los efectos secundarios de la ingesta indiscriminada de letras, y hay que aprender a refrenarlos o corremos el riesgo de acabar con los huesos y las letras embutidos en una camisa de fuerza.

Pero hay veces en que las semejanzas son tan obvias y el desdoblamiento tan aplastante que hasta yo me escandalizo y, por extensión, mis libreros y algún que otro reginaexlibrislandiano al que la tormenta sorprenda en mis confines libreros.

Hoy he protagonizado uno de esos déjà vu bibliófilos tras leer en 20Minutos.es la siguiente noticia:

 

 

Fue terminar de leerla y ponerme a berrear como una loca:

¡OTRO JEAN VALJEAN! ¡POR FAVOR, SI HASTA ES FRANCÉSSSS!

Aunque mi grito no llegó a hacer estallar ningún cristal, si logró atraer la atención de uno de mis libreros y de un cliente que curioseaba en mis baldas de clásicos.

Tras el silencio a tres bandas, la curiosidad pudo con ellos y se acercaron hasta el pie de mi escritorio:

 

Librero2: ¿Se puede saber qué te pasa, Regina?Cliente: ¡Sí, por Dios, que casi me da un infarto!

Regina: La noticia, mirad ¡ESTA NOTICIA!

L2: ¿«Condenan a un año de cárcel al mendigo que robó media barra de pan»?

R: ¡ESA, ESA!

C: Hombre, Regina, es extremo, pero dice que se puso agresivo el tipo, ¿no?

R: Pero, ¿no os recuerda a nada?

L2: ¿A otro caso reciente?

R: NOOO, a LOS MISERABLES, a VICTOR HUGO, a JEAN VALJEAN

C: Creo que me he perdido…

L2: Y yo, la verdad

R: ¡Ish! Pues que en Los Miserables en pleno París revolucionario un hombre llamado Jean Valjean es condenado y perseguido por robar un mendrugo de pan…

C: ¡Anda, como éste pobre hombre!

R: ¡Exacto! Y para colmo el tipo era francés…

L2: Curioso, si, muy curioso

R: En la novela en realidad no recuerdo que Jean robara con intimidación, pero le trincaron y eso marcó su destino…

C: ¿Os podéis creer que no me he leído Los Miserables?

R: Bueno, míralo así: tienes la suerte de poder perderte en ella, a mi me parece fabulosa, un novelón en toda regla.

C: ¿En serio?

R: Sí, es un viaje alucinante al París revolucionario en el que Jean Valjean, tras lo del pan, busca la redención en Cosette, su hija adoptiva, mientras los parisinos buscan su identidad por entre los escombros de sus ideales y al pie de la guillotina. Una clase magistral de literatura, de historia, de realismo y una impecable disección del alma humana…

L2: Uy, voy a tener que releérmela yo también.

 

Al final mi reginaexlibrislandiano se llevó Los Miserables con la promesa de volver a comentarla conmigo y con Librero2 que, a su vez, se comprometió a volver sobre ella porque, según él, la leyó en mal momento.

En fin, queridos, ¿sois de los que yuxtaponen sin quererlo Vida y Literatura? ¿Habéis excperimentado algún Déjà vu bibliófilo? ¿Leísteis la noticia del robo del pan? ¿Y Los Miserables?

«¡Cuando él ve fútbol yo cojo un libro: mira si leo!»

Que Aristóteles nos perdone a mi bibliofilia y a mi pero ambas creemos que en todo ser humano habita un lector voraz. La diferencia estriba en que mientras en unos está en acto, en el resto se manifiesta en potencia, y el despertar de ese hannibal lector que implica el paso de un estado al otro varía según el caso.

Y con lo que veo y oigo en reginaexlibrislandia doy fe de que muchos de ellos no tienen desperdicio, y uno nunca sabe qué detonante tiene reservada la Providencia Librera para el ansia bibliófila de cada cual.

Ahí está la magia… Por ejemplo, justo hace unas horas una buena mujer me revelaba con inesperada ligereza cómo pasó de haber leído diez libros escasos en cinco décadas, a devorar ejemplares a velocidad de crucero.

La señora, de edad indeterminada entre los sesenta y los setenta años, se dirigió a mi a media voz:

 

– Clienta: Perdona, buenas tardes- Regina: ¡Hola! ¿Cómo está?

– C.: Pues bien, gracias. Mire, a ver si me puede aconsejar…

– R.: ¡Dígame!

– C.: Es que leí algo sobre el último libro de María Matute, pero no sé yo si me va a gustar.

– R.: ¿De Ana María Matute? ¿Paraíso inhabitado?

– C.: Sí, si. Ella y ese era el título. Yo es que antes no leía nada, pero nada, y desde hace un tiempo me dio por leer. Para que se haga una idea, si en cincuenta años no me leí casi ni diez libros ahora casi que voy a uno y hasta dos por semana…

– R.: Pues si que lleva usted un buen ritmo, sí.

– C.: Ja, ja, sí, ¡y todo por los partidos, fíjese!

– R.: ¿Cómo dice?

– C.: Pues que cada vez que hay fútbol y mi marido lo ve yo cojo un libro: ¡mire si leo!

– R.: Ja, ja, ja… Sí, entonces no hay duda, usted es ya lectora profesional.

– C.: ¡Qué remedio! El caso es que me pareció interesante el de Matute, pero mi sobrina me dice que esa señora escribe cosas fantásticas, de princesas y esas cosas, y a mi pues no me hace mucho, la verdad.

– R.: Bueno, sí y no. Matute tiene cosas que podríamos decir que son de Fantasía, como Aranmanoth y Olvidado Rey Gudú, pero a veces sus novelas son más realistas.

– C.: ¿Y en esa última?

– R.: Pues Paraíso Inhabitado tiene algo de fantasía, pero sólo porque la protagonista es una niña con mucha imaginación. Pero, vamos, en realidad es la infancia de la pequeña en una familia bien del Madrid que tenía un pie en la Guerra Civil. A mi me pareció soberbia.

– C.: ¡Eso, eso justo fue lo que me llamó la atención! Porque vendría a ser un tipo de ambiente como en el que creció mi madre… Sí, pues entonces sí que es lo que pensaba. ¿La tiene?

– R.: Sí, aquí mismo.

– C.: ¡Uy, pues me la llevo, que esta semana me toca la ‘Champions esa’!

 

Y mientras esbozaba una sonrisa capaz de hacer frenar en seco un tren de alta velocidad se dio media vuelta con su ejemplar de Paraíso Inhabitado bajo el brazo y abandono mis confines reginos.

Y allí me dejó a mi, varada en nuestra conversación y con una certeza abriéndose paso desde lo más remoto de mi pelucón: desde ya miraré el fútbol con ojos… ¡más bibliófilos!

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿Conocéis la obra de la señora Matute? ¿Leísteis Paraíso Inhabitado? ¿Qué os pareció?

Nota de Regina ExLibris: Basta con adentrarse en las primeras páginas de Paraíso Inhabitado para que sea casi palpable la certeza de que los ocho años que se ha hecho esperar el último libro de Ana María Matute han sido un precio insignificante por la maravilla literaria que tenemos entre manos. En ella, la gran dama de las letras españolas reconstruye con sencillez,ternura, crudeza y elegancia los claroscuros de su infancia en el Madrid de los años de la República, a través de el día a día de Adri, una niña poco dispuesta a dejarse amansar por unos adultos a quienes ni entiende ni respeta. Para zafarse de su yugo y de sus normas, la pequeña se escabulle a un universo de sueños, fantasías, escapadas nocturnas y chupitos furtivos que calientan el corazón en el que solo caben sus tatas y Gravila, su único amigo mitad Ángel Vengador mitad Flash Gordon, con quien levantará una fortaleza de amor y amistad en el mismo corazón de ese terreno hostil atestado de Gigantes absurdos. Impecable y directa evocación de una de esas infancias de lágrimas, silencios y soledades en las que ser diferente sí es sinónimo de ser raro y que además esconde una lección magistral: pocas cosas hay que se paguen tan caras como la inocencia. Maravilloso. Regina dixit.

«¡Dime que SÍ tienes el libro de Remington Steel!»

Una vez más eché el cierre de la librería con la sonrisa puesta. Es lo que tiene regionaexlibrislandia, queridos, que aquí con un simple desliz del subconsciente propio o ajeno se desencadena la escena bibliófila más surrealista imaginable.

Y la de hace unos minutos ha sido, y que el grandioso J. Steinbeck me perdone, ‘de ratones y hombres’

Veréis, estaba yo finiquitando papeleo atrasado cuando ha irrumpido en mis confines un hombre de mediana edad al borde de la taquicardia y cargado de bolsas.

Al frenar en seco ante mi escritorio tenía las sienes como morcillones de Burgos y comenzó a hablarme entre jadeos:

 

– Cliente: ¡Dime que SÍ tienes el libro de Remington Steel! – Regina: ¿Cómo dice?

– C.: Sí, el tercero de Remington Steel. Verás, mi hijo cumple hoy años y prometí que se lo llevaría. Pero lo dejé para la hora crítica y resulta que no lo encuentro por ningún lado.

– R.: Ah, pero, ¿de Remington Steel?

– C.: Sí. Dudaba entre ese y algún otro, pero como ese es el que me pidió y le dije que sí. Vamos, creo que están bien, aunque sean más juegos que lectura, pero para esa edad…

– R.: ¡Claaaarooo! Lo que quiere es el último de GERÓNIMO STILTON, El Tercer viaje al reino de la Fantasía, ¿no?

– C.: Pues eso, el más nuevo del Remington Steel ese… Es que no puedo aparecer por la fiesta sin el libro, ¡no puedo!

Como su bucle remingtonsteeliano parecía estar blindado a prueba de sutilezas y lo único en lo que parecía pensar el pobre hombre era en la posible pataleta de su retoño desistí de sacarle de su error y correteé a por un ejemplar de El tercer Viaje al Reino de la Fantasía de Gerónimo Stilton.

La verdad es que, salvo en la gabardina y cierta cadencia fonética en el nombre, poco tiene que ver el ratoncito aventurero y periodista con aquel detective catódico que allá por los años 80 encarnó un jovencísimo Pierce Brosnan en la serie Remington Steel.

En fin, lo dicho, queridos, patinazos del subsconsciente propio y ajeno que tan buenos ratos nos hacen pasar…

Para los nostálgicos de otros tiempos televisivos aquí os dejo la cabecera de la mítica serie Remington Steel, que catapultó a la fama al que habría de ser uno de los James Bond del celuloide:

¡Reeditarán El Padrino en marzo!

Está visto que la Providencia Librera aprieta pero no ahoga: habrá reedición inminente de El Padrino, de Mario Puzo.

Sí, queridos, nuestras plegarias han sido atendidas y algún demiurgo editorial ha visto la luz.

Más o menos cuando algunos reginaexlibrislandianos de buena fe -Martín y Tomicheis- me lo anunciaban en comentarios al post sobre su descatalogación el milagro se obraba en mis confines cuando el comercial de Ediciones B que abastece Reginaexlibrislandia de los fondos del Grupo Zeta se materializó ante mí con su catálogo de lanzamientos previstos para marzo.

La cosa fue más o menos así:

 

– Comercial: Buenas tardes, Regina.- Regina: ¡Hola! ¿Qué tal todo?

– C.: Bien. Mira, te traigo el catálogo de marzo, que me lo acaban de dar.

– R.: ¿A ver?

– C.: Míralo, la estrella es la nueva de Vázquez Figueroa, porque…

 

Él siguió con su verborrea. Yo le oía hablar, pero no le escuchaba. Dejé de hacerlo cuando, tras abrir el catálogo al azar, me di bruces con la imagen de la nueva portada de El Padrino

 

– Regina: ¡EL PADRINO¡ ¡EL PADRINO! – COMERCIAL: Sí, lo reeditamos ahora. Sale el 4 de marzo. Lo aceleraron porque como es el 40 aniversario de su publicación…

– R.: Ya, ya, si es que hasta ayer estaba descatalogado. En rústica dejó de circular hace años y en bolsillo, desde lo de Byblos, imposible hacerse con un mísero ejemplar. Y mira que me lo pedían…

– C.: Pues, nada, ya lo tendrás otra vez.

– R.: ¿Sólo lo reeditáis en tapa dura?

– C.: De momento sí, aunque igual para junio ya estará de nuevo en bolsillo. Vamos, en unos meses, depende, ya sabes cómo va esto…

– R.: Mmm, vale, y sale a 20 euros, ¿no?

-C.: Sí, ese es su pvp.

 

Así que increíble pero cierto: la obra magna de Mario Puzo ha sobrevivido al agujero negro de la descatalogación indiscriminada en el que estuvo flotando un par de meses.

Ojalá me llevara estos alegrones bibliófilos y deliciosamente inesperados con todos y cada uno de los títulos que, pese a merecer la pena, tienen sus días contados en negro sobre blanco.

Y vosotros, queridos, ¿os animáis con El Padrino? Según mis datos, en cuarenta años se han vendido 21 millones de ejemplares del novelón sobre los Corleone en todo el mundo… ¿a cuánto subirá este año?

Si pudierais hacerlo, ¿qué título rescataríais del limbo de los descatalogados?

«¿Cómo que El Padrino está descatalogado?»

Si fuera la viuda de Don Corleone encargaría unos zapatos de hormigón para el majadero que ha consentido que pasara lo impensable: cuando celebramos las cuatro décadas de la publicación de El Padrino resulta que no hay ejemplares. E Finitto. Caput. R.I.P.

Escribo porque no puedo ni llorar: el espanto me cristalizó las lágrimas a este lado de mi mosquitera y en mis labios se dibuja la «V» de vendetta.

Sí, queridos, El Padrino, la obra magna de Mario Puzo y una de las cimas de la mitomanía moderna está descatalogada en español. DES-CA-TA-LO-GA-DA.

Primero se fue en rústica, pero siempre nos quedaban esos ejemplares en bolsillo que, aunque impresos con cuentagotas, el Grupo Zeta incluía en su colección Byblos, de la que en reginaexlibrislandia procurábamos tener un par de ejemplares siempre a mano.

Y siempre nos los pedían. Dos o tres veces al mes algún reginaexlibrislandiano asiduo o casual se internaba en mis confines libreros preguntando por el novelón sobre el clan Corleone.

Pero la reciente desaparición del sello Byblos desterró a El Padrino al limbo de los títulos incomprensiblemente descatalogados. Y, aunque lo sabía, fue hace unas horas cuando la Providencia Librera me ha colocado frente al hueco que su ausencia ha dejado en mi balda.

Y no contenta con eso me remató con un bombardeo lumínico que silueteaba en mi monitor la endemoniada palabreja: DESCATALOGADO.

La desafortunada reginaexlibrislandiana que buscaba el novelón de Mario Puzo fue testigo de mi desmoronamiento librero primero, y detonante sin quererlo después de mi estallido de ira cuando, ajena al nubarrón en forma de hongo que mi ira condensada iba materializando sobre nuestras cabezas, exclamó:

 

– «Pero, ¿cómo que El Padrino está descatalogado? Vamos, Regina, no pueeeeeede ser. Si hay película y hasta videojuego, ¿cómo no voy a poder hacerme con el libro?¿Estás segura? ¡Alguno habrá por ahí!»

Os ahorraré el chaparrón verbal que le cayó a ella. Y no, no se pueden conseguir ejemplares de El Padrino por los cauces libreros al uso. Salvo volúmenes sueltos que queden en el fondo de alguna balda o en los circuitos de segunda mano es materialmente imposible.

Aunque, eso sí, queridos, en la web de la ciberlibrería Amazon dicen que tienen ejemplares de la edición española de Byblos en stock… ¡y también en formato electrónico para su Kindle2!

Esa sí que debería empezar a ser la utilidad positiva de los ebook: evitar que según qué títulos se hundan en el mar de los descatalogados.

Así que señores capos del mundillo editorial, haceros y hacernos un favor a los bibliófilos del mundo y…

¡¡¡¡PONEOS A DIGITALIZAR LAS OBRAS QUE NO PENSÁIS REEDITAR ANTES DE QUE SE PIERDANNNNNNNNNN!!!!

Y vosotros, queridos, ¿leísteis El Padrino? ¿Os parece normal que el libro que inspiró los peliculones de Coppola, el videojuego y series televisivas tipo Los Soprano esté descatalogado? ¿Qué haríais para salvarlo?

Para quienes no os lo hayáis leído corred a la biblioteca o a la librería más próxima en busca de alguno de esos ejemplares sueltos… El Padrino es una maravilla se mire por donde se mire: intensa, sombría, legible y gloriosa disección del poder en la sombra, lección magistral de cómo funcionan en realidad las cosas, amén de la fascinante evolución de los Corleone y, por ende, del día a día de los inmigrantes italoamericanos en la Tierra Prometida. No os arrepentiréis, palabra de Regina ExLibris.

Como tributo a el ‘Don Puzo’ va el trailer de su fabulosa adaptación cinematográfica homónima. En concreto el de la primera parte, estrenada en 1972:

¡Pasa un San Valentín de novela!

No hay escapatoria: hoy es San Valentín. Pero por muy intensa que sea una pasión cabe en un libro, y aunque el amor está para vivirlo, también puede ser leído.

Sí, queridos, porque cuando se trata de los asuntos del corazón y sus entresijos hay pasiones de tinta impresa para todos los gustos, desde clásicos y narrativa erótica para quienes optan por consagrarse a San Calentín .

Ya sean pasiones arrebatadas, trágicas o con final feliz firmadas por pesos pesados de la literatura, o relatos cargados de sensualidad y sexo que inflaman el ánimo del más apático e inspiran al menos imaginativo, el origen es el mismo: las grandes pasiones.

Así que tanto si estás enamorado como si no, la opción de una velada literaria que acompase los latidos de tu corazón al vaivén de las páginas es algo a tener en cuenta.

Aquí van algunas sugerencias reginas:

Romeo y Julieta, de W. Shakespeare. Símbolo universal del amor juvenil contrariado, cuenta la trágica historia de la intensa pasión que une sin remedio a los dos vástagos de estirpes rivales en la Italia medieval.

Carmen, de P. Mérimée. Cómo la cigarrera gitana –mitad ángel, mitad demonio– con una belleza tan ideal como lasciva hace de un soldado ejemplar un desertor y un asesino en la España posterior a las guerras napoleónicas.

Memorias de África, de Isak Dinesen. Tras su fracaso matrimonial en Kenia, una joven aristócrata danesa decide quedarse en África, cautivada por el continente y por un irresistible aventurero inglés.

Cyrano de Bergerac, de E. Rostand. En el París del siglo XVIII, un caballero de gran ingenio y mayor nariz escribe las cartas de amor que su amigo envía a la mujer de la que él está también enamorado en secreto.

Veinte poemas de amor y…, de Pablo Neruda. Todo aquello que sentiste y fuiste incapaz de expresar está atrapado en los versos de este pequeño gran clásico de Pablo Neruda.

Cumbres borrascosas, de Emily Brontë. La trágica historia de amor en los brumosos páramos de Yorkshire entre la apasionada Catherine y el atormentado Heathcliff es sin duda uno de los romances más inolvidables de la literatura de todos los tiempos.

Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen, que disecciona con exquisitas ironía y sagacidad a la clases altas británicas de principios del SXIX, en concreto del clan Bennet y el afán de la madre por casar a sus cinco hijas. Se iniciará así un baile de ardides y desencuentros entre Jane y Lizzy y dos ricos herederos, que mantendrán al lector absorto en un glorioso enjambre social.

Carta de una desconocida, Stefan Zweig. Dotada de una exquisita sencillez es una de esas minúsculas novelas que horadan una profunda huella en el ánimo. En ella, Stefan Zweig da voz a una mujer que, tras consagrarse a un hombre para quien ella sólo existió en tres encuentros fugaces, le escribe una carta póstuma que arrancará su recuerdo del olvido al que él la relegó. Una pequeña gran obra de arte.

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿celebráis San Valentín o San Calentín? ¿Regaláis libros a vuestras parejas? ¿Qué novela o novela os ha marcado? ¿Qué título añadiríais a mi breve lista?

Katharina Blum, mártir literaria del amarillismo rapaz

De ingratitud e inconsciencia está el mundo lleno. Basta que el pobre Heinrich Böll se preocupara por augurar en 1974 en forma de novela hasta qué punto era peligroso el sensacionalismo rapaz para que nosotros no sólo desoigamos sus advertencias, sino que aplaudamos a cuanta Katharina Blum de pacotilla ofrezca sus órganos blandos al mejor postor.

Porque, eso sí, mientras que la heroína silueteada a palabras por el escritor alemán era una víctima indefensa y arrastrada a la fuerza al epicentro del circo mediático, muchas de sus replicantes de carne y hueso hacen lo que sea por conquistar sus ‘quince minutos’ de fama warholiana.

En fin, queridos, de mediocres con delirios de starlettes de serie B están los platós llenos, no me diréis que no.

La lucidez de Heinrich Böll y su brillante crónica de una lapidación mediática siempre tienen su hueco en las baldas de reginaexlibrislandia.

Y aunque me lo piden menos de lo que yo quisiera hoy la Providencia Librera decidió darme una alegría bibliófilo-periodística materializando ante mi a un joven que, sin saberlo, buscaba su ejemplar de El honor perdido de Katharina Blum.

El muchacho, reginaexlibrislandiano con un pie en la asiduidad, titubeó un par de minutos antes de acercarse a mi escritorio y dirigirse a mi:

– Cliente: Estooo, perdona…- Regina: ¿Sí? ¡Ah, hola!

– C.: A ver si me puedes ayudar…

– R.: Lo intentaré, ¿qué necesitas?

– C.: Mira, tengo que hacer un trabajo que relacione periodismo y literatura, y no doy con lo que busco.

– R.: pero, ¿sabes lo que buscas? ¿Nuevo periodismo? ¿Capote? ¿Periodismo Gonzo? ¿Escritores-articulistas? ¿Novelas publicadas por entregas en periódicos? ¿Reportajes novelados de García Márquez?

– C.: No, no, alguna de esas sería mi última opción. Verás, mi padrino vivió unos años en Alemania, ¿sabes? Como siempre dije que quería ser periodista él me hablaba de un libro que se publicó cuando él vivía en Berlín y que iba sobre la prensa rosa. Como no sabía alemán no lo llegó a leer, pero su novia sí y le contó de qué iba. Era algo sobre una mujer. Él siempre lo quiso leer en español, pero no sé si llegó a encontrarlo. Murió hace tres años, y ahora con lo del trabajo este me acordé del libro famoso…

– R.: Mmmm, mmm… Prensa, Alemania, mujer. Mmmm, ¿sabes más o menos cuándo vivió tu padrino en Alemania?

– C.: Cuando yo aún no había nacido, por los setenta.

– R.: Bueno, pues apostaría mi biblioteca personal a que lo que buscas es El honor perdido de Katharina Blum, de Heinrich Böll. Se publicó en 1974 y es una crítica feroz al sensacionalismo rapaz que, además, tiene una estructura a caballo entre la crónica y la novela. Es uno de mis favoritos.

– C.: ¡No me digas! ¿Y lo tienes?

– R.: Sí, está ahí, por la B de Böll.

Y se lo llevó. Él estaba entusiasmado con su libro, y yo no cabía en mi regio pelucón de euforia librera. No sólo iba a leerse un novelón e imagino que a reflexionar sobre su desalentador mensaje, sino que con su trabajo sobre la obra de Böll quizás diera qué pensar a algún que otro aprendiz de plumilla de su misma promoción.

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿leísteis El honor perdido de Katharina Blum? ¿Conocíais la novela? ¿Y algo de Heinrich Böll? ¿Recordáis alguna que otra obra literaria que arremeta contra el sensacionalismo periodístico?

Nota de Regina. Testigo del affaire que una joven anónima mantiene con un hombre que resulta ser un prófugo, un periodista sin escrúpulos difama a la mujer hasta volatilizar su reputación. Después de hacer de su vida un infierno, el paparazzi será asesinado por su víctima mediática, incapaz de reconstruir una intimidad ultrajada y sobreexpuesta. Así de actual es El honor perdido de Katherine Blum, una novela tan breve como certera y visionaria.

Por cierto, que un año después de su publicación el cineasta germano Schlöndorff filmó su versión de El Honor perdido de Katharina Blum, con cuyo trailer me despido por hoy:

 

Kindle2 no se dobla, ¡pero habla!

«Los libros no están muertos, sólo se están haciendo digitales», declaraba hace unos días J. Bezos, dueño y señor de Amazon, la librería electrónica más grande del planeta.

Qué queréis, fue leerlo y a mi se me dispararon los niveles de bibliofilia hasta el infinito y más allá. Por muy gurú y hacha del sector editorial electrónico que sea el tal Bezos, su dialéctica me escandaliza y hace aguas en mares de tinta impresa, especialmente si lo que pretende es destilar positivismo y doblegar recelos como los míos, atrincherados entre baldas, polvo y miles de volúmenes.

Vale, sé que la intención era buena, pero al leer eso se me llevaron los demonios. Fue terminar su frasecita y oírme vociferar:

«No, querido, claro que los libros NO están muertos. BRRRRRRRR. Ojalá naufragues en tus mares de bits»

El caso es que don Bezos hablaba así a los medios norteamericanos pocas horas antes de mostrarle al mundo la versión mejorada de su Kindle, el libro electrónico que lanzó al mercado hace poco más de dos años.

Desde reginaexlirbislandia seguimos on line el acontecimiento entre rabiosos e intrigados, y con las apuestas centradas en una sola cuestión: ¿será o no será flexible el nuevo Kindle?

Poco tardamos en averiguar que no: el Kindle2 tampoco se puede doblar. Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. De momento, una de las características más esperadas parece que tendrá que esperar.

Aunque para compensar esa carencia de flexibilidad total el nuevo Kindle2 dicen que es más fino que un lapiz, tiene mejor resolución de pantalla y almacena una biblioteca de 1.500 títulos que pueden, además de leerse, escucharse como ‘audiolibros’.

Ahí me han dado, queridos. Eso no me lo esperaba. Como tampoco que el maestro del terror Stephen King estuviera en la presentación del ebook de Amazon y que, tal y como hiciera su maestro de ceremonias, insistiera hasta la saciedad en eso de que:

«Todas las mejoras del Kindle2 están dirigidas a hacer más placentera la experiencia de leer»

¿CÓMO QUE MÁS PLACENTERAAAA?

Desde mi regino punto de vista e incapaz de negar lo obvio reconozco que los libros electrónicos son prácticos. Pero por mucho que me estrujo el pelucón no visualizo cómo demonios puede un cachivache quemaretinas hacer ‘más placentera las experiencia lectora‘.

Y vosotros, queridos, ¿cómo lo veis? El Kindle2 saldrá a la venta solo en EEUU el 24 de febrero. De poder conseguirlo, ¿os haríais con uno? ¿Por qué o, en su defecto, por qué no?

‘True Blood’: ¿de la serie a los libros?

Quién me iba a decir a mi que estas trincheras libreras en las que me dejo a diario el pelucón y la epidermis iban a ser, no ya un observatorio bibliófilo, sino antropológico en toda regla.

Así es como mis libreros y yo hemos descubierto que el 99% de las personas de entre 14 y 65 años llevan dentro un auténtico Homo Cibernéticus que desdobla su existencia en dos: la carnal y la apuntalada a bits. Ésta última es un frenético ir y venir por la Red que, por suerte para los bibliófilos de corazón y de profesión, parece que en algún momento va a parar a algún libro.

¿La prueba más reciente? True Blood, una serie norteamericana que estrenó en verano 2008 la cadena HBO y que, tras Los Soprano y Sexo en Nueva York es un auténtico bombazo catódico no sólo en EEUU si no, por supuesto, en el resto del planeta por obra y gracia de Internet.

Lo curioso es que True Blood es la adaptación televisiva de una serie de quince novelas de vampiros firmados por Charlaine Harris entre 2001 y 2008 que siempre ha tenido bastante éxito de lectores y críticas en el mercado editorial anglosajón. Su traducción al castellano llegó hace unos años de la mano de La Factoría de Ideas, pero pasó desapercibida para el gran público.

Pero ahora que se ha desatado la fiebre truebloodiana La Factoría se apresuró a tiempo a reeditar sus títulos con el cambio de portada de turno y, ¿a que no lo adivináis?

¡¡ME LOS PIDEN!!! ¡¡¡Y PARECE QUE SE LOS LEEN!!!

Así que ahí va una característica de este Homo Cibernéticos del que os hablaba: primero se bajan la serie, luego la ven, buscan los libros y se los leen.

En el caso que nos ocupa os diré que llevaba tiempo con ganas de hincarle el colmillo a la primera novela de la serie de Charlaine Harris, y creo que ha llegado su hora.

Hasta que la devore y pueda destripárosla lo justo os dejo la sinopsis de Muerto hasta el anochecer, que es la primera entrega, a la que siguen Corazones muertos y El Club de los muertos, cuyas reediciones con nueva cubierta es inminente:

Sookie Stackhouse es una camarera con un inusitado poder para leer la mente. Su don es el origen de sus problemas. Siempre acaba sabiendo más de lo que le gustaría de la gente que le rodea, de todos menos de Bill Compton, porque su mente, la de un vampiro que trata de reinsertarse en la sociedad, es absolutamente impenetrable.Cuando sus vidas se cruzan descubrirá que para ella ya no hay vuelta atrás. La aparición de un asesino en serie es la prueba definitiva para su confianza… porque ni siquiera ella sabe si Bill es su protector, o si se convertirá en su fatal asesino.  Con la primera novela de la serie de Sookie Charlaine Harris demuestra hasta qué punto su talento puede hacer que una casi imposible mezcla de vampiros, misterio, intriga y humor se convierta en una obra deliciosamente imprescindible.

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿conocíais True Blood, la serie o las novelas? Si os picó la curiosidad y sabiendo que hay novelas y serie, ¿por dónde le hincaríais primero el diente a True Blood?

¿Buscáis los libros de series que os bajáis de Internet o que veis por la tele?

Aquí os dejo el trailer de la adaptación catódica de True Blood: