Bueno, queridos, ya pasó. Tras cuatro días de cerrojazo forzoso he vuelto salva y razonablemente sana a regianexlibrislandia. Mi cuerpo, mi pelucón y mi alma de librera parecen haber sobrevivido sin secuelas a un entorno libre de plovo, albaranes, títulos descatalogados, sugerencias de lecturas y peticiones imposibles.
Yo, Regina Exlibris puedo existir más allá de los confines de la librería hasta cuatro días enteros, y este lapso vacacional así lo ha demostrado. Especialmente si obviamos aquel insignificante encontronazo con el recepcionista del hotel cuando me pilló reorganizándole compulsivamente la biblioteca en pleno monazo librero.
Y tampoco habría que mencionar el hecho de que durante mi viaje en tren no paré quieta hasta averiguar qué estaban leyendo todos y cada uno de los pasajeros de los 24 vagones. Si, cuando repasé los libros que aleteaban a mi alrededor decidí echar una ojeada al siguiente. Y luego al posterior, y así hasta el final en un auténtico safari librero ferroviario.
El balance fue positivo: según mis cálculos, el 90% de los lectores que vi hubieran podido encontrar su ejemplar en reginaexlibrislandia.
Cuando peregrinaba de vuelta a mi asiento pensando en cómo flagelarme por ese 10% fallido reparé en que la ancianita encantadora que viajaba frente a mi y que, aunque antes dormía, ahora estaba despierta y leía.
Ay, Regina, cielo, ¿qué estará leyendo esta señora? ¿Agatha Christie? ¿Paulo Cohelo? ¿Bucay? ¿Onetti? ¿Cometas en el cielo? A ver, divina, muévete un poquito y otea en condiciones. Pero… pero… esa portada rosa, Linda Lovelace… ¡NO PUEDE SER, NENA, NO PUEDE SERRRRRRRRR!
No daba crédito, queridos. Esa dulce septuagenaria devoraba delante de mis sobredimensionados globos oculares Garganta profunda: memorias de una actriz porno.
Para quienes no conozcáis el libro que edita La Fábrica he de deciros que si el título ya es más que sugerente, una vez metidos en faena es imposible resistirse al morbazo insano pero humano de la vida de Linda Lovelace, que rodó a punta de pistola en 1972 Garganta Profunda (Deep Throat) el film porno más famoso de todos los tiempos, para luego caer en un espiral de drogas, prostitución, mafia y famoseo infecto.
La empieces por donde la empieces es lo que yo llamo una lectura de alto voltaje, y a mi el shock de ver a la buena mujer disfrutándola de aquella manera me electrizó el pelucón, queridos.
Regina, tesoro, me dije mientras me sentaba a cámara lenta atusándome el pelucón, los libros, como los humanos, son gloriosamente imprevisibles, y sus combinaciones infinitas y encantadoras.
¿Os imaginás a vuestra abuelita leyendo las memorias de una actriz porno? Vale que es glorioso que todos podamos leer de todo, pero ¿no os impactaría una escena así?
¿Alguna vez os ha chocado ver a alguien leyendo un determinado libro?
Hola, pues mira cuando yo era niña veía a mi madre leyendo, siempre guardaba el libro a buen recaudo, pero un día vi donde lo había dejado y fui a meter la nariz, era una novela de Vargas Vila, leí un poco pero no entendí nada, jeje. Mi madre que es ahora una anciana, se dedica a hacer crucigramas, ya lee menos, pero sigue diciendo que Vargas Vila es su autor preferido.
26 marzo 2008 | 9:20
A mi abuela no me la imagino porque era de las que rezaba el rosario a diario, pero cuando yo sea ancianita sí que me verán leyendo más de una cosa que escandalizará XDDDD
26 marzo 2008 | 9:48
!Ah!, si hubiera sabido lo que se podía hacer…
26 marzo 2008 | 10:33
abuela, sin dientes y garganta profunda.ufffff!!!!
26 marzo 2008 | 10:54
Pues la verdad es que me gustaria mas que si se pusiera a leer algun libro de esos de aznar
26 marzo 2008 | 10:56
Ay, yo espero no sólo leerlo sino practicarlo con algún viejecito bien plantado de la residencia.No hay edad para el sexo. Dentro de este cuerpo de mujer mayor hay una mujer con ganas de marcha como siempre. Vamos ¡hasta que me muera!
26 marzo 2008 | 10:57
¿Le pidió las credenciales a la abuelita? ¿No tenía un cierto parecido con la actriz Linda Lovelace? ¿Sería ella?Su pregunta final me hace pensar, pero creo que no. Y creo que cuando uno coge un libro es porque es ese libro, si lo disfruta, si lo subraya, si lo quiere. ¿No?
26 marzo 2008 | 10:58
Pues mi vieja tiene 81 años, y es una loca entusiasta del Diccionario de la Lengua española,no lee otra cosa y siempre utiliza para según que persona un vocabulario diferente, es un pasón…no conozco a nadie igual.
26 marzo 2008 | 11:04
Hola,buenos días!!Ya nada me sorprende Regina, si la abuela disfrutaba de la lectura…..pues que disfrute.Abrazos:S.R. :)PD:a seguir leyendo, disfrutad sed felices!!
26 marzo 2008 | 11:19
Si mi abuela leyera eso le pediria que luego me lo contara a ver que le ha parecido, tipo Candida en el programa de Gomaespuma, saludos majos
26 marzo 2008 | 11:27
Todo el mundo tiene derecho a disfrutar, además ahora hay abuelas muy modernas.
26 marzo 2008 | 11:56
ni que el porno, la literatura erotica o el sexo se acaben de inventar.¿nadie es capaz de darse cuenta de que las abuelitas de ahora fueron en su dia las abanderadas del despertar de los movimientos de libertad sexual de los 60 y los 70?si es que os creeis el ombligo del mundo y estais mas perdidos…..
26 marzo 2008 | 13:10
Sí, que gracioso
26 marzo 2008 | 13:33
Pues… si viviera, Linda Lovelace andaría ahora rondando los 60 así que… 🙂
26 marzo 2008 | 15:26
Yo soy lectora empedernida y a los 15, y después de haberme leido todo lo que tenían mis padres en casa, encontré un libro medio escondido. El libro era viejo, con las áginas amarillas pero el nombre «Trópico de Cáncer» me sono a exótico, a aventuras y viajes, asi que lo cogí. Me lo llevé en el metro y cuando empezaron los pasajes más «borrascosos» me puse como la grana, cerré el libro de golpe, tapé como pude la portada y me dediqué, muerta de vergüenza y sintiendome terriblemente culpable, a mirar las caras del resto de viajeros para tratar de adivinar quién se había dado cuenta de lo que leía…
26 marzo 2008 | 15:43
De todas maneras, de leer literatura erótica… creo que nunca lo hubieran confesado.Saludos.
26 marzo 2008 | 16:23
A mi abuela no porque la pobre ahora tendría 100 y pico de años, pero a mi padre, que no es abuelo pero hasta podría ser bisabuelo, a sus 80 años me lo imagino perfectamente. Anda que no había libros de ese estilo por casa además de pelis cuando yo era pequeña…
26 marzo 2008 | 16:27
Hay que ver, pobre señora, seguro que se había equivocado y creía que era un libro sobre el Garganta Profunda del Watergate, mira que sois malpensados, ja ja…Pero mírala qué desinhibida, ahí con la portada que la vea todo el mundo, olé por la abuela. A mí muchas veces me gusta forrar el libro con un papel para que la gente no ande cotilleando lo que leo…es una manía,pero confieso que sí que hago contorsionismos para ver lo que leen los demás en el metro.
27 marzo 2008 | 2:13
Ahora sí que me has sacado más carcajadas que las de costumbre… Pero qué escena tan peculiar y divertida has narrado…Tu artículo me hizo recordar a esa viejecilla simpática y extravagante de nombre Doris Wishman, quien pasó los mejores años de su vida haciendo películas porno de culto, very low-budget y de lo más excéntricas.Para aquéllos que no han oído hablar de ella, sirva lo siguiente (aunque en inglés):http://www.sensesofcinema.com/contents/directors/02/wishman.htmlUn Saludo!
27 marzo 2008 | 12:54
Vaya, creía yo que era la única a quien le encanta cotillear lo que están leyendo los demás … podríamos hacer un club, ¿no, Regina?Desde luego, se incrementa mi curiosidad por la abuela lectora, aunque defiendo a capa y espada la libertad de cada uno para leer lo que le venga en gana, tenga la edad que tenga y sean quienes sean (pero que lean muchos libros diferentes y variados, por favor). Los estereotipos no siempre funcionan. ¡Oh, no!!!Me hubiera encantado que dicha dama hubiera sido mi abuela… las meriendas con la abuelita hubieran tenido otro sabor.
28 marzo 2008 | 11:13
Asi estan de pegajosos luego los asientos de los trenes.
01 abril 2008 | 13:36
Bueno Rebe, «Tropico de Cancer» tampoco es para tanto como para avergonzarse… yo reconozno haberme excitado mas con «No digas que fue un sueńo» del Terenci Moix. Y si te digo la verdad, ahora mismo, si me avergonzaria que alguien me viese leyendolo…muchas cosas han cambiado desde entonces.
06 abril 2008 | 13:50