Una de las claves de la buena gestión de una librería pasa por las devoluciones a editoriales. Sin ellas los números de tus cuentas de resultados le confieren una nueva intensidad al rojo. Con ellas al día la promesa de una impresión en negro cobra hálitos de realidad.
¿Por qué? Simple: cuando confecciono mi fondo lo que hago es comprar ejemplares. Si los vendo me llevo el margen de beneficio, pero si no salen de mis baldas es presupuesto que me he fundido.
Y si dejo que eso me suceda el cúmulo de devoluciones no afrontadas se materializa en una wakizashi con la que yo misma me hago el hara-kiri profesional.
Si, queridos, a lo Madama Butterfly aunque empujada por una pasión más prosaica que la del personaje de la ópera de Puccini. El tajo en vertical de abajo arriba porque no puedo invertir en nuevos títulos y el remate en círculos porque bloqueo mi espacio físico, con lo que no me caben más.
Pues bien, creo que me ha llegado la hora. Como buena regente debo afrontar la tarea sin titubeos ni sentimentalismos, en plan salomónico. Es simple: ir título por título decidiendo si va a balda o a caja. Lo que me inquieta es el criterio que he de seguir.
Imaginaos que, por temas de espacio, tenéis que sacar volúmenes de vuestras estanterías. ¿Con qué criterio haríais la criba, el de mercado o el de mi/vuestro corazón de tinta?
hola, yo creo que el criterio debería ser mixto, tampoco puedes dejar solo lo más comercial porque entonces ninguna librería se distinguiría de El Corte Inglés y sería el fin, no crees?De todas maneras, por dar ánimos, me parece que igual que habrá algunos libros que te de pena retirar habrá otros horribles de los que te libres..saludos.
14 enero 2008 | 9:15
Menudo dilema…si la librería fuera mía, lo tendría claro, pero evidentemente los jefes van a la cuenta de resultados, no a nuestra explicación de «no vendemos libros, pero mira qué buenos son todos los que no hemos vendido y que están ahí en las baldas».Pues hija, fifty-fifty. Devolvería algo más de novedades y más vendidos, que los pueden encontrar en cualquier lado, y dejaría más libros de los buenos y recomendables para despistados que no saben qué leer. Si encuentran algo bueno volverán a por más, digo yo.
14 enero 2008 | 20:40
Hace un año, la suma de libros adquiridos por mi humilde persona, no tenian sitio alguno en mi cuarto, las estanterías estaban repletas, así que me ocupé en vaciar los cajones… la ropa que había en ellos acabé dejandola adrede olvidada en los baños públicos, fuerte pero cierto. Meses después ni tengo libros ni apenas ropa, también lo he acabado regalando.Evidentemente es un método que no aconsejo
15 enero 2008 | 3:38
si no hubiera estudiado lo que hice y trabajara en lo que lo hago me hubiera gustado ser librera. pero librera de las buenas, de las que cuando son preguntadas no van al ordenador a ver si tienen ese título o no… simplemente se lo saben, te aconsejan con criterio, y saben matices que a los lectores de pie se nos escapa.hay un librero muy especial en mi ciudad que es como describo. no hay libro que necesite o quiera que no vaya a comprarlo alli… y tv no me ha fallado.por cierto, una pregunta «tecnica» ¿los errores de edición los asumen los libreros? imagino que no, y se devolverá a la editorial…
15 enero 2008 | 13:53
Hola, efectivamente los errores de edición los asume la editorial, cualquier libro defectuoso es devuelto a la editorial y a ésta no se le ocurre ni rechistar.Yo tengo otro punto de vista con respecto a las novedades y best-sellers. Hoy en día es complicado encontrar a veces libros que incluso salieron hace apenas dos o tres años. Por ponerte un ejemplo, la distribuidora Logista, que se encarga de distribuir grandes como Planeta, Booket, Destino, Temas de hoy, Crítica, Ariel, Seix Barral, Minotauro, Timun mas, y un largo etc., esta distribuidora, digo, nos ha enviado recientemente una relación de libros que van a ser descatalogados (unos porque sale nueva edición y otros, la mayoría, porque se descatalogan sin más). Pues bien, estos libros en principio es «recomendable» devolverlos, pues pasada la fecha marcada por Logista, en este caso, ya no se podrán devolver ni pedir!. Yo considero que un buen librero/a tiene que tener en cuenta también que Los pilares de la tierra lo va a poder pedir siempre (o al menos de momento no peligra su disponibilidad) sin embargo no se puede decir lo mismo de joyas que pasan desapercibidas por «crítica» (alias marketing) y público (alias víctimas del marketing). Tengan siempre un ejemplar de La saga/fuga de J.B. en sus librerías, por dios, que nunca se sabe cuándo la industria del libro se puede olvidar de ella.
15 enero 2008 | 20:19
Yo lo tengo claro: hay que seguir al corazón. Y para los libros clásicos ya queda internet y el formato electrónico. Pronto dispondremos de bibliotecas completas en un sólo libro electrónico. Entonces sí que será la ruina de las librerías.
15 enero 2008 | 20:43
Marqus, querido, gracias por dar forma a uno de los perros espectrales que me empiezan a cercar como librera, y que guardaba para uno de mis post… La fecha de caducidad de los títulos.Un placer tenerte por aquí, colega en las trincheras de letra impresa.Regina ExLibris dixit
15 enero 2008 | 20:47
¡A la caja! sin dudarlo.La cosa de la librería tiene mucha mística de tocador, pero la cuestión no es la cuenta de resultados, la cuestión es la supervivencia. Si no devuelves, tienes que pagar y acumulas y llega un momento en que no tienes dinero para pagar porque estás comprando más de lo que vendes.Así vas poniendo dinero durante algún tiempo hasta que se te acaba y sólo entonces te das cuenta de que estás trabajando para los editores o distribuidores.Lo de consultar el libro sin ordenador debe ser cuestión de tamaños, porque si tienes una librería con 75 mil títulos, 100 mil ejemplares y muchas estanterías, no hay cabeza que retenga todo eso. El librero del pueblo ese debe ser un superdotado mental.SI sigues al corazón te mata la esclerosis del apalancamiento. Hay que seguir a la razón y tratar de no arruinarte.¿No te parece Regina? Para tu consuelo te diré que yo soy un fan del plumero y me parece una de las tareas más nobles que puede desarrollar un librero. Lo practico con enorme satisfacción.
16 enero 2008 | 17:41
Cada cual sigue sus propias pautas. Las mías suelen pasar por:- Permitirme pocos alardes con el fondo en firme (comprado), es decir, libro no vendido libro devuelto.- Para formar el fondo que me «apetece», o que entiendo que aporta calidad e imagen a mi librería recurro a depósitos a largo plazo.Todo esto en teoría, claro. De vez en cuando uno claudica en uno u otro sentido.Javier
17 enero 2008 | 23:00