Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Hasta el pelucón de ‘ediciones de regalo’

Como reciba la ‘edición para regalo’ de alguna novedad más creo que me voy a poner a gritar.

Pero, ojo, maticemos, no tengo nada en contra de las ediciones conmemorativas o de aquellas de clásicos en las que se introduce algún elemento enriquecedor, como pueden ser ilustraciones. Esas sí son ediciones especiales de un título.

Por ejemplo, acaban de salir tres auténticas joyas, dos en Nórdica Libros y la tercera en galaxia Gütenberg: El festín de Babette de Isak Dinesen ilustrado por Noemí Villamuza, Bartleby el escribiente de H. Melville ilustrado por Javier Zabala y El Corazón de las Tinieblas de Joseph Conrad ilustrado por Ángel Mateo Charris.

Pero no hablo de este tipo de maravillas, que va, yo hablo de los productos de temporada navideña, de versiones para regalo de las últimas novelas de Antonio Gala, Almudena Grandes, Javier Marías, Ildefonso Falcones, etc.

Hablo de cosas como que El Corazón helado, El Pedestal de las estatuas o La Catedral del Mar vayan en una caja de cartón e incluyan cualquier otro elemento multimedia, lo que sube entre 8 y 20 euros el precio de venta, cosa que en principio me beneficiaría. Pero no.

Y no solo es que no me beneficie, es que además me repatea porque cada una de esas ediciones especiales me ocupa en la tienda tres veces el espacio físico de su ejemplar original, con lo que puedo tener menos títulos en stock y menos expuestos.

Y para colmo resulta que hasta pasados Reyes para editoriales y distribuidores deja de existir el ejemplar original, y por más que insisto en mis pedidos ellos me endiñan la versión ‘atusada’. Y luego soy yo la que me tengo que tragar tres veces en una misma tarde cosas como:

– Hola, ¿tienes el último de Almudena Grandes?- ¿El corazón helado?

– Si, lo tengo en edición de regalo…

– Ah, no, pero yo lo quiero sin caja ni dvd. Vaya, solo el libro..

– Lo siento, no me quedan…

Más o menos la media viene siendo que de diez clientes que me han preguntado por un título uno se decide por esa otra edición de regalo. Los otros nueve se van con las manos vacías, y contrariados.

Y lo que ya me abre las carnes es que la idea de fabricar este tipo de ediciones venga de algún iluminado marketiniano de una gran editorial, alguien para quien el libro es algo como muy pobre, como muy soso, que desluce bajo el árbol navideño, pero que él convertirá en algo mejor.

No lo puedo evitar, esos especímenes me recuerdan a esas madres de la América profunda que adiestran, emperifollan y maquillan a sus retoñas hasta convertirlas en esperpentos de metro y poco a los que pasean por concursos de belleza a lo Pequeña Miss Sunshine.

Tras los mares de encaje, las toneladas casi palpables de laca, los flequillos en cascada y las capas de maquillaje está la niña, que es lo de menos porque nadie la ve. Lo mismo ocurre con estos libros. ¿Qué hay de malo en regalar el libro sin más?

Reconozco que soy excesiva y extrema y que mi respeto por la letra impresa no tiene, como el Libro de arena de Borges ni principio ni fin. Pero en estos casos se me llevan los demonios, y la prueba está en que ahora me voy.

Pero antes… vosotros, a quienes deseo un 2008 absolutamente fabuloso, regio y cargado de letras, ¿qué opináis de ese tipo de ediciones de novelas del 2007 para regalo? ¿Habéis comprado alguna? ¿Lo haríais?

8 comentarios

  1. Dice ser Anna

    Pues la verdad, a mi me parece una tontería. Nunca compro ediciones especiales, me parecen una estrategia de marquéting. Además, cuando veo un libro con «versión especial» ya me hecha para atrás en el momento de comprar el libro normal. Lo importante del libro es el contenido, no la tapa o el CD repleto de publicidad encubierta.

    30 noviembre -0001 | 0:00

  2. Dice ser Daniel

    Madre mía. Seré ignorante, pero lo de las ediciones de regalo, y más con CD o DVD, me viene de nuevas.Y me parece sacar los pies del tiesto, lo ilustras muy bien con la comparación con «Pequeña Miss Sunshine».Estupendo punto de vista, y crítica a los responsables (editoriales, sección márketing, grandes almacenes, o quien sea).Feliz 2008! (terminar con un dulce).

    31 diciembre 2007 | 3:01

  3. Dice ser madre reciente

    Más razón que una santa Regina. ¡Inicia la rebelión de los libreros, que te seguiremos!

    31 diciembre 2007 | 9:06

  4. Dice ser carlos_murcia

    No me gustan las ediciones de regalo, cuando alguna vez tengo alguna acaban por ahi olvidadas y acaban en la basura sin abrir.Cuando me regalan un libro, no me gusta la parafernalia, me lanzo a devorar el libro. Prefiero que se gasten 2€ mas en la edición de tapa dura o de la portada bonita, antes que el armatoste de fuera o cualquier otra tonteria.

    31 diciembre 2007 | 12:02

  5. Dice ser Ricar

    sí he comprado la edición chula de La Catedral del Mar, para regular, y a mí me han regalado una edición chula de la peli 300……que qúe opino?…que estas ediciones ya están casi todo el año, al menos en música y dvds…se hacen para añadir valor al producto respecto a «bajártela por internet». Bueno, siempre vas a tener la edición más sencilla, el poder elegir nunca está de más.Feliz 2008,

    31 diciembre 2007 | 19:23

  6. Dice ser Javi

    El valor de un libro está en el libro en sí. Y la gente no suele bajárselos de Internet tanto como sí que se hace con la música o películas. A los lectores nos gusta tener el libro entre las manos.Y en mi caso, si la edición es de bolsillo, mejor que mejor.De hecho, lo de meter el libro en una caja, tiene algo de fúnebre, como si lo fuesen a enterrar para que no lo lea nadie.Y aprovecho para recomendar Firmin. Una pequeña obra maestra (no sé si la autora del blog lo ha leído, pero en caso contrario se lo recomiendo encarecidamente).Feliz 2008 y felices lecturas a todos.

    31 diciembre 2007 | 20:15

  7. Dice ser Miranda

    Completamente de acuerdo con Regina, si un libro es bueno, lo es por simple que sea, y si es malo, por más que lo emperifolles, seguirá siendo un pestiño. Sí a las mejoras, no al timo de las «ediciones coleccionista». Me recuerda a cuando adaptan un libro al cine, y en seguida sacan nuevas ediciones con las imágenes de la película en la cubierta. Como diciendo «eh, que no soy un tostón cualquiera, que han hecho una peli conmigo».En fin, no nos amarguemos el año nuevo. Felices libros nuevos (también antiguos y de ocasión) a Regina y todos los lectores.

    31 diciembre 2007 | 21:36

  8. Dice ser Blank

    Las grandes editoriales (algunas) son muy pelmazas. Pillan unos cuantos autores fetiche, y a dar la matraca con ellos. Sus expertos en márketing deciden vendernos lo mismo, pero con lacitos, y a dar la matraca con la edición regalo.Hay editoriales que se comportan de una forma voraz. Y esas cosas terminarán repercutiendo en su prestigio. Cuando las editoriales petardas se dedican a bombardearnos con su churri de moda, dan ganas de irse a la biblioteca más cercana, a sacar algo de Dostoievski, que fijo que no engaña.

    02 enero 2008 | 19:44

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