Hace poco, un buen amigo de esta casa vino con un tatuaje en carácteres chinos como recuerdo de su viaje por París. “Escribe Lola, el nombre de mi novia” pidió al tatuador de ojos rasgados. Cuando ya en España se lo enseñó a la china de su badulaque de confianza, ésta confirmó sus peores sospechas: “Ahí no pone Lola; pone Lona, como el toldo de mi tienda”.
Así que si estás pensando este verano en tatuarte alguna frase en mandarín, primero deberías darte una vuelta por Hanzismatter.com, un blog que descubre la de barbaridades que graban los tatuadores chinos a los turistas con solo cambiar un palito de sitio.
No digas luego que no te lo avisamos.