Descorche Descorche

Puede que en el vino no esté la verdad, si es que sólo existe una,pero lo que es seguro es que está el placer y juntos vamos a encontrarlo

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Dominio de Atauta 2005, la Ribera del Duero soriana

El vino recomendado de esta semana es Dominio de Atauta 2005. Una bodega que está de total actualidad pues la acaba de comprar Manuel Jove, fundador de Fadesa y lo suficientemente listo para vender su empresa a Fernando Martín, que fue presidente del Real Madrid, cuando estaba en la cima por unos 2.800 millones de euros y ver con su dinero a cubierto el desplome posterior. Parte de ese dinero lo ha invertido en bodegas, siendo esta la última hasta ahora. Los rumores dicen que por Atauta ha pagado 7 millones de euros.

Dominio de Atauta nace en 1999 de la mano del distribuidor de vinos en Madrid Miguel Sánchez y sus hijos Emma y Miguel Ángel.

La bodega está situada en Atauta, en la provincia de Soria. En la actualidad tiene 15 hectáreas de viñedo y controla otras 45, repartidas todas en más de 600 pequeñas y muy pequeñas parcelas. El 80% del viñedo es prefiloxérico con cepas que van de los 60 a los 160 años.

Ese es el primer gran valor de la bodega, esas viejas viñas de una zona casi abandonada, donde no era rentable arrancar las cepas y plantar nuevas. Su propia pobreza se convirtió en su mayor suerte.

El segundo valor de la bodega es Bertrand Sourdais, un enólogo francés que llegó desde su Loira natal para instalarse en Soria y demostrar que es uno de los mejores enólogos del país.

Lo primero que hizo al llegar fue un profundo estudio de los suelos y orientaciones de las diferentes parcelas, encontrando 35 tipos diferentes. Todos tienen en común la arena y el fondo rocoso.

Un viñedo excepcional y la sensibilidad de Bertrand dieron lugar a un vino como Dominio de Atauta.

El 2005 es todavía muy joven, con la madera presente, pero encierra un enorme potencial que se irá desarrollando con el paso de los años. Magnífica fruta, buen trabajo con la madera, siempre de roble francés, con buena acidez que le aporta frescura. Si queréis beberlo ahora es mejor abrirlo y decantarlo con tiempo, pero guardad alguna botella para beberla más adelante. Merecerá la pena.

Su precio en tienda está sobre los 27 euros.

Dos vinos auténticos a precios comedidos

El primero de nuestros vinos de este fin de mes nos viene de un enólogo del que ya hemos hablado varias veces, Marcos Eguren.

Se trata de Protocolo 2007, un Vino de la Tierra de Castilla elaborado sólo con Tempranillo.

Se han buscado viñedos de rendimientos no muy altos, nunca más de 35 hectolitros por hectárea. Se ha realizado una maceración en frío antes de la fermentación durante 24 horas. Durante la fermentación, y buscando una buena extracción, se han hecho 2 remontados diarios.

La cosecha 2007 es una cosecha especialmente fresca en la zona y se nota en el vino. Tras un noviembre muy lluvioso llegó una época sin lluvias que se prolongó hasta primeros de marzo. Después durante el mes de abril las lluvias fueron copiosas. El verano fue uno de los más frescos y suaves de los últimos años, con un importante contraste noche día. La vendimia se realizó en la última semana de septiembre.

El resultado es un vino fresco, sin excesivo cuerpo, con una relación taninos acidez adecuada y con la fruta roja como gran protagonista. Es un vino de trago fácil, sencillo pero agradable. Un vino para beber ahora. Uno de sus puntos fuertes es su relación calidad precio, pues en una tienda cuesta menos de 3 euros.

El segundo vino nos viene otra vez del sur del Ródano, uno de los lugares del mundo donde se puede encontrar mejor calidad a muy buenos precios. Es el Sélection Laurence Féraud 2005.

Es un Côtes du Rhône Villages Séguret. Las 268 hectáreas de viñedo se extiende por el pueblo de Séguret, situado a los pies de los Dentelles de Montmirail.

El primer aval de este vino viene de mano de su elaboradora, Laurence Féraud, propietaria del Domaine de Pégau en Châteauneuf-du-Pape, uno de las mejores bodegas de la zona.

Este vino tiene un 90% de Garnacha y un 10% de Syrah. Las uvas se han despalillado totalmente y la vinificación se ha hecho en cubas de cemento.

Es uno de esos vinos que a mi me gustan, elegante, auténtico, con un buen equilibrio. No tiene un cuerpo excesivo, es fresco, con buena acidez, sin nada que oculte la buena expresión de la Garnacha. Su precio en una tienda no llega a los 10 euros.

Romanée-Conti 2001 por 1 euro y mucha suerte

Si hay un vino mítico en el mundo es el Romanée-Conti. Su fama es tan alta como su precio, pero ahora, eso si con mucha suerte puedes comprarlo por 1 euro.

La idea es de Sebastià Lozano y su Petit Celler. Hasta el 20 de diciembre de este año puede participar en el sorteo de una botella de Romanée-Conti 2001. Es muy fácil hacerlo. En este enlace te lo explican. Como mínimo debes comprar 1 euro pero no hay tope.

Todo el dinero recaudado, y eso es lo más importante, será para la AFANOC, la Asociación de Familiares y Amigos de Niños Oncológicos de Cataluña. Se algo de esto del cáncer y si alguien se merece todo el apoyo son ellos.

La bodega está en el pueblo de Vosne-Romanée y los viñedos de esta pequeña AOC, apenas 1,8 hectáreas de viñedo, están al final de pueblo, en uno de los lugares más mágicos de Borgoña. Si continúas por el camino a ala izquierda del pueblo hasta llegar a unos árboles tienes que pararte, bajarte del coche y sentarte a contemplar una vista única.

Debajo de ti está Romanée-Conti, casi integrada en ella está La Romanée, a tu derecha verás La Grande Rue y La Tache, a tu izquierda Richebourg y al fondo Romanée-Saint-Vivant. ¿Alguien da más?

En 1760 compra la propiedad el príncipe Conti, que añade su nombre a la viña. Le gustaba tanto el vino que decidió dedicarlo para su consumo privado, sin vender ni una sola barrica. Tras la revolución francesa, en 1869 la compra Jacques-Marie Duvauld-Blochet, antepasados de la familia De Villaine. En 1942 se incorpora al domaine Henri Leroy y así permanece todavía la propiedad, en manos de las familias De Villaine y Leroy.

En este artículo de Luis Gutiérrez para el mundovino encontraréis más información sobre la bodega.

Que mejor que apoyar una gran causa, tentar a la suerte y disfrutar de un excelso vino.

Los 25 más influyentes: Ramón Castaño

La Monastrell es una de nuestras uvas más significativas. Conocida en el mundo como Mourvèdre, casi todos piensan que es de origen francés. El nombre de Mourvèdre viene de Morvedre, antiguo nombre de Sagunto.

Durante años ha sido una variedad no muy valorada, elaborada a granel y destinada a la mezcla con otras para aportarle color y grado. Pero es la segunda variedad más plantada en España después de la Garnacha.

De España sale en los siglos XVI y XVII hasta la Provenza francesa, donde llega a ser la variedad mayoritaria, aunque hoy su cultivo se haya vista muy reducido, excepto en Bandol.

Es precisamente en Bandol donde adquiere fama y reconocimiento mundial. Pero es una fama reciente y se debe en gran parte al gran Lucien Peyraud que, tras casarse con Lucie Tempier, se hace cargo del Domaine Tempier y se enamora de esta variedad y empieza a criarla en roble.

También en el Ródano francés empezaba a utilizarse la Monastrell, a veces sola pero casi siempre mezclada con Garnacha. Mientras en España seguía siendo utilizada para los graneles.

Pero la familia Castaño, con Ramón Castaño Santa a la cabeza, construye su bodega en Yecla en 1985 y decide apostar fuerte por la Monastrell como eje de todos sus vinos.

Los inicios no fueron fáciles y sus vinos empezaron vendiéndose prácticamente sólo en el extranjero. Pero poco a poco, y gracias a sus grandes esfuerzos, el mercado nacional empezó a conocer sus vinos y empezó a disfrutarlos.

Hoy su labor la continúan sus hijos, Ramón, Juan Pedro y Daniel. Tienen unas 500 hectáreas de viñedo, de las que más de 300 son de Monastrell. Gracias a ellos Yecla está en el mapa vinícola mundial y gracias a ellos, y a otros que les siguieron, la Monastrell española también.

De La Manchuela y la Ribeira Sacra

Varias veces se me ha acusado de recomendar siempre un tipo determinado de vinos olvidándome de los vinos más potentes. Es una acusación cierta, pues responde a mis gustos. Pero reconozco que hay gente a la que le gustan los vinos más potentes y entre ellos hay cosas de muy buena calidad.

El primer vino que hoy recomiendo va en esa línea. Se trata de Salia 2006. Un vino elaborado por Víctor de la Serna. Personaje controvertido nadie puede negarle a Víctor de la Serna su pasión por la gastronomía y el vino, que le viene desde la cuna. Periodista de El Mundo y tertuliano de la Cope, crítico gastronómico, especialista en baloncesto, director de elmundovino.com, en 1988 decide pasar al otro lado y para hacerlo se centra en La Manchuela conquense.

Parte inicialmente de 10,5 hectáreas de Syrah, a una altitud de 770 metros. Para escoger las plantas se busca un vivero francés asociado al magnífico Château de Beaucastel, de donde proceden las plantas.

Pero elabora además varios majuelos de viejas cepas de la zona, en especial una viña de 2,4 hectáreas de Garnacha y Bobal de más de 60 años, plantada a 1.050 metros de altitud.

Elabora esencialmente dos vinos, Finca Sandoval y Salia. Las fermentaciones las hace en depósitos abiertos de 5.000 litros, realiza largas maceraciones en frío y la maloláctica en barrica.

Salia 2006 está elaborado con Syrah, Garnacha y Bobal. Es un vino poderoso, tánico, todavía muy joven, pero con marcada presencia de fruta roja madura. Le viene fenomenal jarrearlo antes de beberlo. Su precio en tienda está sobre los 14 euros.

El segundo vino viene, otra vez, de Galicia y es que la cabra siempre acaba tirando al monte. Es Lalama 2005 de Dominio do Bibei, un magnífico exponente del gran potencial de la Ribeira Sacra.

Javier Domínguez saca al mercado su primer vino en 2002 y con auténtica pasión ha conseguido situar sus marcas en los mejores restaurantes. Sus viñedos están entre los 300 y los 700 metros, en suelos ácidos y con poca materia orgánica, con un subsuelo de granito y pizarra.

Las cepas tienen entre 15 y 100 años y los rendimientos son muy bajos, entre 700 y 1.500 gramos por cepa.

Lalama 2005 está elaborado con Mecía, Brancellao y Garnacha Tintorera. Cada variedad y cada parcela se elaboran por separado. Las uvas se despalillan intentando no aplastarlas. Se hace una prefermentación en frío y la fermentación es en parte en barricas abiertas de 500 litros y el resto en fudres de 4.500 litros y depósitos de hormigón.

Todavía es un vino joven, con taninos marcados y presencia de la madera, pero tiene una fruta tan espectacular que puede con todo. Magnífica acidez que le aporta frescura. Gana mucho con un jarreado previo. Su precio en tienda está sobre los 16 euros.

Hace pocos días David Robledo, sumiller del restaurante Sant Celoni, me recomendó un Lalama 2002 que estaba soberbio y es que estos vinos necesitan tiempo y pocas veces se lo damos.

Alain Graillot y Domaine de Trevallon: dos joyas del Ródano y de la Provenza

Esta semana van como recomendados dos de los vinos que más me gustan y más quiero. El primero nos viene de la parte norte del Ródano francés. Es el Alain Graillot Corzes-Hermitage 2007.

Alain Graillot es uno de los viticultores más interesantes que me he encontrado en estos años. Habla perfectamente español pues vivió varios años en Costa Rica y Guatemala. Era por entonces un ejecutivo de una multinacional, pero a los 40 años lo dejó para dedicarse enteramente al vino.

Sus 21,10 hectáreas de viñedo están situadas en Pont de l’Isère, a pocos kilómetros al sur de Tain l’Hermitage. Hay 2,7 hectáreas de blanco con viñas de unos 20 años, y 17, 3 hectáreas de Syrah, con una edad que va desde los 10 a los 50 años. Sólo hay una hectárea que no está en el entorno de la bodega, sino en una ladera cerca de Tain. También tiene 1 hectárea en Saint-Joseph y 0,10 en Hermitage.

Los métodos de cultivo son tradicionales, orientados hacia pequeños rendimientos, poda corta y abonados muy ligeros. No se utilizan herbicidas y los suelos se trabajan únicamente con arado, para conseguir que las raíces de las cepas profundicen en la tierra y que el agua pueda entrar. Las vendimias son manuales y normalmente no se despalilla la uva.

Cuando acaba la fermentación maloláctica, el vino pasa a criarse en barricas de roble. Aunque hay un pequeño porcentaje de barricas nuevas, un 10% cada año, la mayoría son de 1 y 2 años compradas en Borgoña. También se usan fudres de 600 litros. Después de 12 meses de crianza los vinos de las diferentes parcelas se mezclan en proporciones que dependen de cada añada y continúa su envejecimiento en tinas de más volumen.

Alain Graillot 2007 es la fiel representación del Syrah más puro, más auténtico. Todavía es una criatura a la que le quedan unos años para dar lo mejor de si mismo, pero se puede beber ahora gracias a su excelente materia, con fruta madura pero para nada confitada a sobremadura. Su precio en tienda sobrepasa por poco los 18 euros.

El segundo vino nos viene de la parte más sur del Ródano, de los Alpilles, entre Avignon y Arles, cerca de Saint Remy de Provence. Es el Domaine de Trevallon 1999.

El otro día hablaba de Eloi Dürrbach, como asesor de Château Gigognan. Hoy voy a hablar de su casa. La finca fue comprada en 1955 por René Dürrbach, pintor y escultor, gran amigo y colaborador de Picasso, que buscaba un rincón tranquilo para poder trabajar sin el agobio de la Costa Azul. Él jamás pensó que en el monte bajo de los alrededores se pudiese hacer un gran vino.

En 1973 su hijo Eloi Dürrbach, que tenía entonces 23 años y estudiaba Arquitectura, crea el viñedo y para realizarlo construye diversas terrazas en parte de las colinas que rodean la casa. El viñedo tiene 20 hectáreas y está formado por un gran número de pequeñas parcelas, situadas en un radio de unos 2 kilómetros alrededor de la bodega. Hay 200 metros de desnivel entre las parcelas y los terrenos son arcillo pedregosos, con arenas y gravas, sobre un fondo calcáreo duro. Todo el terreno está lleno de impresionantes barrancos. El cultivo se realiza de forma natural y tradicional, sin insecticidas, abonos o herbicidas químicos.

Los vinos tintos tienen un 50% de Cabernet Sauvignon y un 50% de Syrah. Las dos variedades se vinifican separadamente. Los racimos no se despalillan. La fermentación se realiza en pequeñas tinas donde se practica el bazuqueo con los pies, sin control de temperatura y sin utilizar levaduras. Cada parcela se vinifica por separado. Después el vino envejece 2 años en pequeños fudres de roble.

Soy consciente de que Domaine de Trevallon no es el vino más fácil, hay que dedicarle tiempo y dejarlo que exprese lo mucho que lleva dentro. La mejor forma de hacerlo es decantarlo bastante antes de que vayamos a beberlo. Pero cuando se abre aparece como uno de los vinos más personales de cuantos yo he bebido.

Su precio en tienda está sobre los 44 euros. No es barato pero es realmente bueno.

Homenaje a los padres de la Ribera del Duero

Tuve la suerte este viernes pasado de estar en un emotivo homenaje a 7 bodegueros de lujo de la Ribera del Duero. Los protagonistas fueron, Alejandro Fernández, los hermanos Pérez Pascuas, Benjamín, Adolfo y Manolo, Ismael Arroyo, Pablo Peñalba, fallecido hace 15 meses, y Anastasio García.

Ellos fueron los pioneros de la Ribera del Duero, las bodegas familiares que estuvieron en el origen del nacimiento de la Denominación de Origen Ribera del Duero.

El homenaje estaba organizado por sus hijos y contó con la aportación entusiasta de Javier Pérez Andrés, de la revista Argi. Todo surgió en Madrid Fusión, cuando Lucía Fernández, una de las hijas de Alejandro, se puso en contacto primero con Javier y después con José Manuel Pérez Ovejas y Juan Pablo Peñalba.

Los homenajeados no sabían a lo que venían a Burgos. Algunos, como Alejandro, pensaban que venían al cumpleaños de una amiga, otros al cumpleaños de un hijo. Por eso su sorpresa fue grande cuando al entrar en el Palacio de la Merced vieron a todos sus hijos, sus nietos, sus amigos, en algunos casos venidos de muy lejos. Sorpresa que pronto dio paso a la emoción.

Un homenaje merecido. Sin ellos la Ribera del Duero no sería en absoluto lo que es hoy. Ellos salieron de la nada, prácticamente sin ayuda de nadie, sólo de los suyos, en una época mucho más difícil, cuando el mundo del vino tinto se resumía en Rioja y nada más. Ellos supieron apostar por la viña, por los vinos de calidad, por salir a la calle, con las botellas debajo del brazo, a vender puerta a puerta unos vinos que, por entonces, no conocía nadie.

Que el homenaje se lo hayan tenido que hacer sus hijos, sin ayuda de la administración dice mucho. Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León, presente en el acto lo mencionó, con cierta vergüenza, en su discurso. Era un homenaje que tendría que haberles hecho las instituciones, pero que les llegó de los más queridos, de sus familias, de sus sucesores.

A destacar que todos ellos siguen viviendo en sus pueblos, junto con sus hijos que continúan la labor que empezaron sus padres.

El mundo del vino español no sería igual sin ellos. Pesquera, Viña Pedrosa, Torremilanos, Valsoltillo y, en menor medida, Señorío de los Baldíos están aquí para acreditarlo.

De Méntrida: un syrah y una garnacha

Normalmente no suelo recomendar dos vinos de la misma bodega, aunque ya lo hice una vez con Viña Tondonia.

Pues hoy otra vez los vinos recomendados son de la misma bodega, de Jiménez Landi, de la que ya hablé este lunes. Vinos todavía no muy conocidos pero de profundo interés.

El primero de los vinos es Jiménez Landi Sotorrondero 2007. Es el único vino de la bodega que tiene una variedad foránea, en este caso Syrah, de cepas de 10 años, que con un 90% es el eje del vino. El resto es Garnacha, de cepas de entre 40 y 70 años.

Las uvas proceden de cepas de unos 9 años, situadas a una altitud de 600 metros. Tras una maceración prefermentativa en frío, la maceración duró 15 días, la maloláctica se hizo en barricas y la crianza que se hace en barricas de 300 y 500 litros, duró 8 meses.

Un vino goloso, concentrado pero para nada cansino, fácil de beber pero no aburrido, neto en boca, con mucha fruta y sin que la madera aburra. Su precio en tienda está sobre los 12 euros.

El segundo vino es Jiménez Landi Cantos del Diablo 2007. Elaborado sólo con Garnacha, procedente de una parcela de El Real de San Vicente, de suelo arenoso de origen granítico, situada a 710 metros de altitud y con cepas de 60 años.

Maceración prefermentativa en frío durante 7 días. Las uvas entran enteras, con el raspón, sin despalillar, la maceración duró 10 días, la maloláctica se hace también en barricas y la crianza, que duró 14 meses, se hizo en una barrica de roble francés.

La producción se limita a 200 botellas y su precio en tienda ronda los 44 euros. Con una producción tan pequeña no hay que insistir en lo difícil que es encontrarlo, pero el esfuerzo se verá recompensado con una de las mejores garnachas de nuestro país.

Elegante, fino, muy mineral, es una perfecta expresión de un terroir especial y una demostración de por donde deben ir los vinos de la zona si quieren como este aspirar a la grandeza.

Jiménez Landi, la esperanza de Méntrida

Ya hablé hace tiempo de Daniel Gómez Jiménez Landi a raíz de una magnífica conferencia que dio en Vejer de la Frontera. Hoy voy a hablar de su bodega.

Jiménez Landi es una pequeña bodega de corta vida, arranca en el 2004, situada en el pueblo de Méntrida, zona de gran historia pero poco presente.

Méntrida está en la provincia de Toledo, en el límite con las provincias de Madrid y Ávila, en un interesante triángulo vitícola. El clima viene marcado por inviernos largos y fríos, veranos calurosos y poca lluvia, en torno a los 350 mm/año.

La gran apuesta de la zona optó por renunciar a las variedades y estilo propio para apostar por uvas foráneas y estilo más internacional. Jiménez Landi no. Aunque sus primeros vinos iban en la línea más internacional en estos últimos años, sobre todo en la añada 2007, la apuesta está clara en favor de la Garnacha.

Tienen 27 hectáreas de viñedo, en numerosas parcelas, en propiedad, cultivadas de forma ecológica y están empezando a usar las prácticas biodinámicas. En la sierra de San Vicente, a una altitud que oscila entre los 750 y los 800 metros, tienen 7 pequeñas parcelas que suman un total de 8 hectáreas. Los suelos son silíceos de origen granítico y fueron plantadas en 1960 con Garnacha. Los grandes saltos térmicos entre el día y la noche permiten conseguir uvas que conservan el frescor y la elegancia.

El resto de viñedos están en el pueblo de Méntrida. La finca Pedromoro, de 9 hectáreas, se plantó en 1999 y La Dehesa es de reciente plantación.

La pasión de Daniel, que junto con su primo José Benavides, dirige la bodega, su profundo trabajo en el campo, su respeto a su terroir y su búsqueda de vinos auténticos, sin maquillajes convierten a Jiménez Landi en la auténtica esperanza para el resurgir de esta zona tan dormida pero de gran futuro.

De sus vinos hablaré otro día, merece la pena.

Un Chenin Blanc del Loira y un Rioja de Burgos

En más de una ocasión os he hablado de Clos Rougeard, uno de mis vinos favoritos. Hoy el primer vino que recomiendo, Domaine du Coller 2005, es uno que elabora Antoine Foucault, hijo de Charly y sobrino de Nadi, los propietarios de Clos Rougeard.

El domaine lo crean en 1999 Antoine y Caroline Boireau. Sus 6 hectáreas de viñedo están en Brézé. La Chenin Blanc es mayoritaria con 4,5 hectáreas, siendo el resto Cabernet Franc.

Antoine es tan meticuloso en el trabajo en el campo como su padre y su tío. Agricultura biológica, rendimientos muy bajos, cada cepa trabajada de forma personal, poco intervencionismo en bodega para dejar que hable el terroir y la madera que no maquille el vino son sus reglas de trabajo.

Domaine du Collier 2005 está elaborado sólo con Chenin Blanc. Es su vino básico pero resulta sorprendente por su gran calidad. Lleno de personalidad tiene un magnífico equilibrio entre la acidez, marcada pero para nada molesta, la frescura y la mineralidad.

Su precio en tienda está sobre los 22 euros.

Para el segundo vino me voy a permitir un pequeño toque de chauvinismo burgalés, porque el elegido es un Rioja de Burgos. Más de uno pensará que ha leído mal, pero no hay ni error ni gazapo.

El vino escogido es Miranda Crianza 2005, un vino de Viñedos del Ternero. Los orígenes de la finca El Ternero se remontan al siglo XI. Durante muchos años fue un pueblo con escuela propia y cuartel de la Guardia Civil, pero la mecanización hizo que la mano de obra necesaria fuese cada vez menor y los dos acabaron cerrando. Hoy sus edificios son parte de la bodega.

Enclavado en territorio burgalés, por una de esas curiosidades administrativas que de vez en cuando se producen en nuestro país, está rodeado de fincas riojanas. La finca tiene 250 hectáreas de las que 61 son de viña, 3 de olivar, 50 de cereal y el resto de monte de pino y pinsapo.

La mayor parte del vino se vende a otras bodegas y la bodega sólo embotella 40.000 botellas, de las que unas 15.000 son de Crianza.

Uno de los rasgos diferenciadores de la finca es su altitud, sus viñedos están entre 550 y 650 metros. La media de edad de las cepas es de 22 años y el Tempranillo siempre va acompañado de una pequeña parte de Mazuelo, entre un 5 y un 10%.

De la elaboración se encarga Ana Blanco, que por cierto nació en la finca pues su padre trabajaba en ella. Su marido Carlos González se encarga de dirigir los trabajos en el campo.

Miranda Crianza 2005 ha tenido una crianza de 12 meses en barricas de roble, francés en un 90%. Es suave en boca, con la madera presente pero no ahogando la buena fruta, fresco, goloso pero vivo. Su precio en tienda ronda los 9 euros.