Descorche Descorche

Puede que en el vino no esté la verdad, si es que sólo existe una,pero lo que es seguro es que está el placer y juntos vamos a encontrarlo

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La música y el vino

El título de este post es el mismo que usa Quim Vila para su fiesta del vino que se celebra en Barcelona cada 2 años, coincidiendo con la feria Alimentaria de Barcelona. Pero hoy no vamos a hablar de esa fiesta.

Me manda César Javier Palacios, cuya curiosidad es tan grande como su conocimiento, una información sobre un estudio que ha hecho la universidad Heriot Watt, en el Reino Unido, según el cúal un 60% de las personas que participaron pudieron diferenciar el cambio en el sabor del vino dependiendo de la música que estaban escuchando.

Para los psicólogos

el sabor del Cabernet Sauvignon se destaca con música pesada y poderosa, mientras que el Chardonnay resalta con sonidos refrescantes y alegres.

Durante el experimento se tocó cuatro piezas con tipos de música muy diferentes:

Carmina Burana de Carl Orff era la opción «poderosa y pesada». Lo de poderosa lo entiendo fácil, lo de pesada me cuesta un poco más.

El Vals de las Flores, del ballet Cascanueces de Tchaikovsky la «refinada y delicada». Aquí no hay muchas dudas.

Just Can’t Get Enough interpretada por Nouvelle Vague se escogió como «alegre y refrescante» y Slow Breakdown por Michael Brook fue la opción «suave y apacible».

Un 40% calificó el vino blanco como «alegre y refrescante» cuando escuchó este tipo de música, pero apenas un 26% lo calificó como «suave y apacible» al escuchar esta categoría.

El vino tinto se destacó en un 25% con la música suave, pero un 60% con las tonadas «poderosas».

Previamente el profesor Adrian North realizó una investigación en supermercados en la que se sugiere que las personas son cinco veces más proclives a comprar vino francés si se utiliza música ambiental con acordeones. Pero si se toca música bávara, el vino alemán supera al francés por 2 a 1.

¿Tendremos que poner música de pasodobles o flamenco en los supermercados del mundo para vender más vino español?

Dentro de mi habitual escepticismo sobre estos estudios no deja de parecerme curioso y por eso lo traigo aquí. ¿Qué música asociáis vosotros con los vinos? ¿Es la misma para un Borgoña que para un Jumilla?

Y a la inversa, ¿qué os beberíais con jazz o con Los Secretos?

Molino Real, el vino más sensual

Coincidiendo con la feria de Vinoble Telmo Rodríguez hizo una cata histórica de Molino Real. Se cataron todos los vinos elaborados hasta ahora, excepto el 2002, que por problemas con el transporte no llegó.

Molino Real es uno de mis vinos preferidos. Telmo es socio nuestro en Alma Vinos Únicos y me une a él una muy buena amistad. Sus vinos, sobre todo la gama alta, tienen un profundo respeto por el terroir del que proceden y Molino Real puede ser una definición de su estilo.

Tengo una amiga que siempre dice que es un vino que no puede beber con cualquiera porque

me pone, vaya como me pone

Hace poco más de dos siglos Málaga era una referencia en el vino dulce. Pero su influencia fue decayendo. La filoxera ya fue un golpe total al viñedo y al vino, que prácticamente desapareció.

Los escarpados viñedos de Moscatel de la Axarquía de Málaga, que se han mantenido gracias a la industria de la pasa, se han recuperado para utilizar su uva como base de este vino.

Los primeros intentos se hacen en 1994, aunque la primera cosecha comercializada es la de 1998. Telmo tenía claro desde el principio lo que buscaba

Después de varios años de búsqueda del mejor equilibrio de fermentación, surge Molino Real que desde el principio trata de no ser un nuevo vino sino un relevo del vino que ya existió. En este sentido ninguna técnica enmascara el auténtico perfil del vino de montaña de Málaga. Procede de uvas de Cómpeta, en la Axarquía malagueña. Son viñedos dramáticos, espectaculares, situados en pronunciadas pendientes de pizarra donde no se puede meter ni un burro.

Para elaborar este vino se ha aprovechado la tradición de las paseras, mujeres que dejaban las uvas solearse nada más ser recogidas. Entre 10 y 15 días las paseras limpian y dan la vuelta a los racimos, eliminando las uvas de peor aspecto. Más tarde, se utilizan prensas de aceite de oliva verticales, se seleccionan los primeros mostos de la prensada y sin desfangar se fermentan en barricas durante unos dos meses. Para obtener una botella de medio litro hacen falta más de 4 Kg. de uva. Después de permanecer dos años en barrica, este vino se embotella con vocación de envejecer durante muchos años.

Por eso la cata era una oportunidad de saber si Telmo había conseguido su objetivo.

Las añadas 2005, 2004 y 2003 estaban todavía demasiado jóvenes, los aromas netos de moscatel se imponían, pero no había empezado todavía su evolución.

La cosa se animó con el 2001 y, sobre todo, con el 2000. Me sorprendió el buen momento de la añada 1999, pues la última vez que lo había bebido me pareció que estaba un poco apagado. Sin embargo había renacido con fuerza. Lo mismo pasaba con el primero, el 1998.

Como final de la cata probamos una botella de Old Mountain 1997. Una prueba que se hizo con esa añada dejándolo envejecer más de 4 años en barrica y de la que, por desgracia, casi no hay botellas.

Lo mejor es que todos los vinos todavía tenían mucha vida por delante, ninguno había empezado a decaer. Todos se podían beber y disfrutar bien ahora, pero estaban todavía cerrados, sin entrar en ese momento de explosión de los grandes vinos, en el momento justo de su consumo.

Santi Santamaría y su disparo al aire

No quería entrar en la polémica que se ha originado por las declaraciones de Santi Santamaría, pero como cada vez se complican más me veo casi obligado a explicar mi posición.

Hay una parte de esas declaraciones que me parece disparatada. Comete un error grave cuando en sus primeras declaraciones se pregunta

cómo es posible que productos que no son aconsejables para la salud se estén consumiendo en buena parte de los restaurante más importantes de este país

.

Como reconoce en otras entrevistas su objetivo era salir en los medios, dar publicidad a sus ideas y la única forma de conseguirlo era formando polémica.

Pero esta falsa polémica es la que estropea y distorsiona lo que podría haber sido un debate interesante.

Lo estropea porque acusaciones así ensucian el debate y sirven únicamente para provocar enfrentamientos.

Lo distorsiona porque de lo que todo el mundo habla es de esa acusación y a nadie parece interesarle el debate de fondo.

Santamaría ha conseguido su objetivo que era llamar la atención pero el precio pagado es que se ha olvidado el debate de sus ideas. Se ha puesto él por delante de ellas y su sombra ha sido demasiado alargada.

Otra cosa con la que no estoy de acuerdo con él en ese enfrentamiento que plantea entre cocina clásica y nueva cocina. No son realidades contrapuestas. Hay buena cocina clásica y buena cocina moderna y hay pésima cocina, tanto clásica como moderna. Esa es la única diferenciación válida: cocina buena y mala.

Un gran restaurante, incluidos los 4 de Santi Santamaría, no es un lugar a donde se vaya todos los días, forma parte de una fiesta y buscamos en ellos un placer diferente al que nos proporciona el comer diariamente. No es un acto alimentario, no lo hacemos para matar el hambre, es un placer para los sentidos.

Hay productos de los que menciona Santamaría que si se comen en grandes cantidades pueden ser perjudiciales para la salud, pero también lo son el foie gras, las setas, los quesos, la caza o el chocolate.

La mayor parte de los grandes cocineros creativos de España usa una materia prima de primera calidad y después le da su enfoque personal. Por poner sólo un ejemplo, la sardina era considerada un producto de segunda división y Sergi Arola la convirtió en uno de sus platos estrellas y Ángel León en Aponiente la eleva al máximo en su Regañá. Ferrán Adriá lo tiene claro y lo explica en su manifiesto.

Es necesario que los cocineros sepan elaborar la cocina tradicional antes de crear la nueva y eso es algo en lo que habría que incidir en las escuelas de cocina. Pero también es necesario dejar que brote la creatividad de cada uno para dar un paso adelante y que evolucione la forma de comer y los platos que comemos. Por muy buenos que estén, no sólo de huevos fritos vive el hombre.

Esto lo sabe perfectamente Santi Santamaría que en la página web de su restaurante Evo nos dice

La experiencia y la profesionalidad facilitan la evolución en el ámbito culinario, una buena razón para que este nuevo restaurante se llame EVO

Evo viene de evolución.

¿Qué sería necesario saber qué hay en cada plato? Vale, pero no sólo en los de Adriá o Santamaría sino también en las albóndigas del menú del bar de la esquina o en su ensaladilla rusa y siempre que pido un frito me gustaría saber cuándo se ha cambiado el aceite de la freidora por última vez.

El timo de las calificaciones de las añadas

Cada poco aparece en la prensa la noticia de que tal denominación de origen ha calificado su nueva cosecha. Algunas reúnen a un grupo de expertos, normalmente periodistas, para que caten los vinos. Otras se basan en los catadores habituales del consejo regulador.

En los dos casos el resultado es el mismo. La cosecha va a ser entre buena y excelente. La única ventaje que tienen los que renuncian a los expertos es que se ahorran dinero, aunque a lo mejor reunen a los expertos para poder pagarles algo. La credibilidad es nula en los dos los casos, con expertos o sin ellos.

Tablas hay muchas y no siempre coinciden. Por eso he usado como base los datos oficiales publicados por el ministerio de agricultura o como se llame ahora. Si los miramos atententamente, aunque dudo de que merezca la pena, vemos que desde el 2001 al 2006 únicamente ha habido un consejo regulador, el del Valle de Orotava en el año 2004, que se ha atrevido a considerar una añada como regular, mientras que hay 33 añadas excelentes, 37 buenas y 88 muy buenas.

Las condiciones climatológicas han debido ser mucho mejores en España en los últimos años, pues entre 1971 y 1980 los consejos reguladores de las denominaciones de origen que por entonces existían, bastante menos de los que hay ahora, calificaron como regulares 44 añadas, 27 como deficientes y sólo 24 como excelentes.

La última añada considerada mala por un consejo regulador fue la de 1993 en El Bierzo.

¿Alguien se lo cree? Yo desde luego no. Ha habido añadas malas y muchas, lo que sucede es que nadie se atreve a decirlo por miedo a que después esa añada no se venda.

Escribía yo por entonces en la revista oficial del consejo de Ribera del Duero cuando se calificó la añada 1993 como regular. Titulamos “Regular, por prestigio”. Parece que el prestigio dejó de preocuparles en añadas posteriores.

Las tablas de añadas y sus calificaciones podrían servir para saber como ha sido en general la añada en una zona determinada, cual es el nivel medio de calidad, pero están tan manipuladas que no sirven para nada.

Los posos en el vino, ¿son malos?

Algunas veces recibimos quejas de consumidores de vino porque sus botellas tienen posos y no saben si eso significa que está estropeado.

La formación de sedimentos es un fenómeno natural en los vinos. Es el resultado de no haber intervenido de forma radical en el proceso de elaboración y crianza, mediante fuertes clarificaciones o intensas filtraciones. No sólo no son defectos del vino, sino que son síntomas de calidad y respeto a una forma de trabajo natural.

Con el paso de los años se forman esencialmente dos tipos de sedimentos: los tartratos y la materia colorante.

Los tartratos son cristalizaciones naturales procedentes de la uva. El más habitual es el Bitartrato Potásico, sales del ácido tartárico que precipitan por la acción del frío y del alcohol. Los vinos más viejos también tienen una precipitación de la materia colorante.

La forma de actuar ante los sedientos es tan sencilla como proceder a su decantación. Debemos tratar con cuidado la botella, sin moverla ni agitarla. Una vez descorchada, recordando que lo que debe moverse es el sacacorchos y no la botella, la decantamos lentamente en una jarra de cristal transparente. Cuando veamos que el líquido sale turbio acabaremos el proceso, dejando los posos en la botella.

Para que se vea mejor he pasado los restos a una copa, tal como se ve en la foto de abajo.

Tengo un cuñado y amigo, no siempre son estas dos figuras incompatibles, al que le encanta comerse los posos y en Portugal los posos del Porto Vintage se untan en pan con un poco de mantequilla.

No se si se usan en los balnearios de vinoterapia, me imagino que poco, pues no hay posos para tantos tratamientos, pero son buenos para suavizar la piel.

Haced la prueba, coged los posos y frotarlos en vuestro cuerpo, o, mucho más divertido, en el de vuestra pareja y veréis los resultados.

Denominaciones de Origen: ¿solución o problema?

En el número 18 de PlanetaVino. , correspondiente a los meses de abril y mayo, hay un valiente artículo de Andrés Proensa . Sólo por leerlo merece la pena comprar la revista.

Cada dos meses hay una sección, llamada La luna, que hace de comentario editorial y que firma el director de la revista.

El de esta ocasión se titula Se llama Jaime y está dedicado a un consumidor de ese nombre.

Dice Andrés Proensa

Por unas razones o por otras, casi siempre por razones políticas, se han calificado como denominaciones de origen zonas que apenas daban la talla para vinos de la tierra. Durante muchos años, diría que desde siempre, se han hecho las cosas exactamente al revés: en lugar de proteger un nombre de prestigio se calificaba una zona a ver si se animaban las bodegas a mejorar la calidad y dar prestigio a la zona. Además, no había arrestos para impulsar la calidad de verdad y las precintas de garantía respaldan una buena cantidad de vinos vulgares y no pocos defectuosos.

No es habitual atreverse a este tipo de comentarios tan políticamente incorrectos y mucho menos que lo haga quien depende de la publicidad para mantener una revista. Por eso mi respeto por la valentía de Andrés Proensa es máximo.

Más aún cuando a continuación va un artículo sobre la renovación del presidente del Consejo Regulador de Rioja y el sistema que, con acierto, califica de democracia orgánica.

Explica Andrés Proensa

Sólo votan los agricultores, las cooperativas y las bodegas adscritas a una formación, asociación o sindicato. Los que no pertenecen a ninguna de esas entidades no tienen derecho a voto y, por lo tanto, no tienen representación ni en la interprofesional ni en el Consejo Regulador. El asunto no es baladí: más de la mitad de las 586 bodegas embotelladoras de Rioja no están asociadas, por lo que no tienen representación alguna.

Los grandes grupos, los que venden millones de botellas, son los que mandan. El Grupo de Criadores, puede bloquear la elección si el candidato no es el suyo o no le gusta.

Víctor Pascual Artacho pertenece a ese grupo en representación de Domecq Bodegas, con marcas como Campo Viejo, Age o Marqués de Arienzo. Marcas que no son, precisamente, las que han contribuido a elevar el nivel de calidad de Rioja.

En la Ribera del Duero, José Trillo, un funcionario de la Junta de Castilla y León sustituye a otro funcionario como presidente del Consejo al no ser capaces los vocales de llegar a un acuerdo en el candidato a elegir. En Cigales está como presidente Pascual Herrera, director de la oficial Estación Enológica de Castilla y León.

Es difícil que puedan ser independientes y tomar decisiones drásticas si llegara el momento.

¿Son las Denominaciones de Origen parte de la solución o parte del problema? Un interesante debate que Andrés pone encima de la mesa y al que pienso dedicar tiempo y espacio.

11 restaurantes españoles entre los 100 mejores del mundo

La lista de los 100 mejores restaurantes del mundo , elaborado por cocineros, críticos gastronómicos y aficionados de todo el mundo, ha salido y, otro año más, El Bulli es considerado el mejor.

El lugar de Ferrán Adriá es mucho más que un restaurante, es un espectáculo, un espacio al que hay que ir con los sentidos abiertos, dispuestos a ser sorprendidos. Su sumiller es Ferrán Certelles, tan joven como apasionado, capaz de manejar una larga e interesante carta de vinos y olvidarse de intentar que armonicen con la comida.

Le siguen el inglés The Fat Duck, el francés Pierre Gagnaire y el donostiarra Mugaritz.

Andoni Luis Aduriz ha conseguido colocar su restaurante otra vez entre los más grandes. Su cocina llena de sensibilidad es acusada por algunos de insípida, de falta de sabor. Personalmente no estoy en absoluto de acuerdo. Me parece una de las grandes, por su nitidez, su personalidad y su perfecto dominio de los puntos de cocción.

La carta de vinos la formó en un principio Rut Cotroneo, ahora en el Senzone madrileño, y como no podía ser de otra forma es magnífica. Ahora la maneja y le añade su pasión bio y su inquietud Linda Violago.

Andoni, por primera vez, va a salir de su casa para asesorar un nuevo restaurante en Zaragoza. Todavía no se conoce el nombre, pero conociéndole es seguro que rendirá homenaje a su tierra de origen. Estará situado en el nuevo hotel de lujo Reina Petronila. De la sala y de los vinos se encargará Jesús Solanas, que demuestra ahora su sabiduría en el Aragonia, dentro del Hotel Palafox. Jesús tiene una de las mejores bodegas de España, con joyas difíciles de encontrar.

En octavo puesto está Arzak, donde Jose Mari y su hija Elena siguen innovando cada día, basados en los productos de su tierra, pero abiertos a todo lo que llega de fuera.

Cocina seria, espectaculares materias primas que consigue cada día Juan Mari hablando personalmente con cada proveedor, puntos perfectos que junto a la amabilidad de los propietarios le convierten en el lugar perfecto.

De la carta de vinos, que cada día va mejorando, se encarga Mariano Rodríguez, reciente Premio Nacional de Gastronomía.

Para encontrar al siguiente español hay que ir al puesto 26 donde aparece El Celler de Can Roca, para mí, sin discusión, entre los 5 mejores restaurantes de España.

Los hermanos Roca, instalados ya en su nuevo local, han sido capaces de aprovechar lo que les transmitió su madre y darle una vuelta hasta conseguir un estilo personal.

De la carta de vinos se encarga Josep, por todos conocido como Pitu, el mejor sumiller de España, por su conocimiento, su capacidad de sorprender con armonías insólitas y su pasión, que le lleva a recorrer cientos de kilómetros con tal de probar nuevos vinos.

Martín Berasategui y Can Fabes están en los puestos 29 y 31.

La gran sorpresa española es el Asador Etxebarri, que entra en el puesto 44, siendo junto con el alemán Vendome las 2 únicas nuevas incorporaciones.

Etxebarri está en Axpe, en el valle de Atxondo. Su propietario, Víctor Arginzoniz, es conocido como “el Ferrán Adriá de la parrilla”. Desde angulas a un excelso chuletón, pasando por ostras o cualquier pescado del día se convierte en su parrilla en auténticas estrellas, platos imposibles de olvidar.

El Poblet de Quique Dacosta se sitúa en el puesto 66, Akelarre y Sant Pau en el 74 y 75 respectivamente y el barcelonés Abac cierra la lista en el puesto número 100.

Una vez más los franceses son los que más restaurantes colocan en la lista, con 18 restaurantes, seguidos de los americanos con 12 y los españoles con 11.

Pero hay que destacar que entre los 10 primeros España es el único país con 3 restaurantes.Una demostración del buen momento de la gastronomía española.

Algo se mueve en Burdeos

El otro día hablábamos de Jean-Claude Berrouet debido a la magnífica entrevista que le hacía Vinum.

Ahora se retira como director técnico de las bodegas de Jean-Pierre Moueix y abandona sus funciones en la dirección de Petrus. Esta vendimia 2008 ya se hará cargo de la elaboración Olivier Berrouet, que a sus 30 años lleva ya 3 como responsable de calidad de Château Cheval Blanc, Premier Grand Cru Classé A de Saint-Emilion. Olivier es hijo de Jean-Claude por lo que todo queda en familia.

Hablando de Petrus, Roland Guérin acaba de conseguir que su vino, un Bordeaux Supérieur, se llame Petrus Gaïa, después de una larga y dura batalla legal con la familia Moueix.

Nace La Passion Haut-Brion. La familia Alary acaba de recuperar 2 hectáreas de viñedo que tenía arrendadas a Château Haut-Brion desde hace más de 20 años. La primera añada será la de 2008 y la vinificará Stéphane Derenoncourt, asesor, entre otros, de Alonso del Yerro en la Ribera del Duero. Nadie sabe como saldrá pero la expectativa está muy alta.

Hubert de Boüard, copropietario de Château Angélus en Saint-Emilion y propietario de La Fleur de Boüard en Lalande de Pomerol acaba de comprar la mitad de Château Bellevue, Saint-Emilion Grand Cru de 6,2 hectáreas de viñedo. En la compra ha participado también su primo y socio en Angélus.

Por su parte, Clos Fourtet, durante muchos años propiedad de la familia Lurton y que en 2001 fue comprado por Philippe Cuvelier, acaba de adquirir Châteaux Poujeaux, cru de 57 hectáreas de viñedo en Moulis en Médoc.

El otro día leía en primera página de Mercados del Vino un titular de primera página que me dejó helado. La China Longhai compra Château Latour. Mon dieu¡ me dije asustado, pero cuando leía la noticia resultó no ser tan impactante. Compran Latour, pero el Château Latour-Laguens, una bodega de la AOC Bordeaux, con 30 hectáreas de viñedo. Situado en Entre-deux-Mers, a unos 50 kilómetros de Burdeos, se dice que el precio pagado es de 1,7 millones de euros, un precio en principio muy alto. El grupo comprador Longhai es importador de vinos en China y parece que va a abrir un complejo de 2.700 metros cuadrados dedicados al vino en Qingdao, su ciudad de origen.

Con más sombras que luces la Ribera del Duero cumple 25 años

La Ribera del Duero cumple 25 años y lo hace entre luces y sombras. Las luces vienen porque es una de las zonas más conocidas, aumenta su producción, el número de bodegas y su presencia en el mercado.

Pero, ¿están hoy los vinos de la Ribera del Duero a la altura que soñamos cuando se relanzó esta zona?

Lo primero que escribí en prensa fue una serie sobre la Ribera del Duero en el Diario 16 de Burgos, que dirigía entonces Arsenio Escolar. En Burgos, que posee ahora más del 75% del viñedo y que por entonces tendría más del 80%, los vinos de la Ribera se limitaban a los rosados, los típicos claretes que se bebían en las barras de la ciudad.

Los tintos eran absolutos desconocidos. Era el año 1989 y uno de los reportajes que hicimos Maribé y yo era mirar restaurante por restaurante quienes tenían algún tinto de Ribera del Duero en sus cartas y las cifras eran desoladoras.

Visitamos una a una las bodegas que había, probamos sus vinos y nos asombramos del potencial de una zona que lo tenía casi todo. Clima extremo, al borde del riesgo, que cada década dará 2 ó 3 disgustos fuertes, en forma de heladas, pedriscos o malas maduraciones, pero capaz de asegurar otras 2 ó 3 cosechas cada década grandiosas. Suelos pobres, laderas orientadas al sur, piedras.

Viejas cepas de Tempranillo, llamadas en la zona Tinta del País, Tinto Fino o incluso Tinto Aragonés. Había en ese momento 9.146 hectáreas, de las que un 57% tenía más de 40 años y sólo el 22% tenía menos de 10 años.

Hoy las cifras se han invertido. El 44% del viñedo tiene menos de 10 años. Las nuevas plantaciones se han hecho, en general, en espaldera, con clones más productivos, sin ninguna selección basal. En las nuevas plantaciones no existe la vieja Tinto Fino.

Las viñas ya no están en las laderas más pobres sino que aparecen por todos los lados, incluidos suelos de los más productivos.

Hay vinos de gran calidad en la Ribera del Duero, pocos, hay vinos buenos y hay bastantes vinos normales y varios vulgares. La actual realidad está muy lejos de lo que soñamos en su momento Maribé y yo. Los sueños, sueños son, la realidad siempre es más cutre.

Fraude en vinos de Burdeos

La justicia belga está recogiendo nuevos datos sobre el presunto fraude en la venta de vinos de Burdeos.

El escándalo empieza cuando un antiguo trabajador del grupo de empresas Geens Benelux denuncia que esta empresa comercializa como vinos de Burdeos algunos que no lo son.

Roger Geens, propietario del grupo, tiene en Burdeos cerca de 1.000 hectáreas de viñedo, situadas en diferentes AOC. Teóricamente los excedentes de producción y la cantidad legal obligatoria deberían ir a las destilerías para ser transformado en alcohol.

Pero en la realidad estos vinos se mandarían a Bélgica, donde serían preparados para ser vendidos como falsos châteaux en los supermercados y grandes superficies de Bélgica y Francia.

Como acusados en prisión preventiva están Willy Frederickx, director de Geens Benelux, su predecesor, un antiguo director y el responsable del laboratorio. Roger Geens, de 72 años y desde hace varios residente en Mónaco, sufrió un accidente cerebral en diciembre de 2006 lo que hace imposible su presencia en los juzgados.

La justicia belga ha puesto al grupo, fundado en 1937 y que cuenta con 500 trabajadores, bajo la administración judicial, nombrando dos administradores, uno de ellos el senador Freddy Van Gaever.

Este proceso se une a otro que se instruye en Burdeos desde el año 2004 y que parecía bastante más estancado. Los dos jueces van a trabajar conjuntamente.

Es curioso que el principal responsable, Roger Geens, nunca haya acudido a declarar. En el caso de Bélgica por enfermedad y ante el juez de Burdeos porque nunca se presentó cuando fue citado, ni tampoco se le obligó a ir.

La Fedération des syndicats des grands vins de Bordeaux se presentó como acusación particular en febrero de 2007 tras recibir numerosas acusaciones por no hacerlo. También se ha presentado UFC Que Choisir, la primera asociación de consumidores franceses.

El más que presunto fraude lleva en marcha más de 20 años y se calcula que ha movido varios millones de botellas. Afecta a vinos menores de Burdeos sin que ninguno de los grandes vinos tenga la más mínima implicación.

Otro intento de fraude ha sido abortado por la policía francesa. Un particular de Burdeos tendría en su cava unas 5.000 botellas de vinos de bajo precio con el fin de cambiarles las etiquetas y venderlos como vinos de châteaux prestigiosos, fuera de todo control a unos 8 ó 10 euros la botella.

No son los primeros casos que se producen en Burdeos y quizás lo único positivo es que todos ellos han acabado saliendo en la prensa.