La última pelea de las estrellas del pop se ha librado en público, más concretamente en las redes sociales, y no ha hecho nada más que comenzar…
Ahora que, por fin, Taylor Swift se ha reconciliado con la que durante años fue su archienemiga Katy Perry, la cantante está indignada, molesta y muy decepcionada con quienes un día hace muchos muchos años le dieron su primera oportunidad.
Cuando Taylor comenzó en el mundo de la música firmó un contrato discográfico con una compañía que se quedó los derechos de sus canciones para su explotación en el futuro (lo digo así por resumir). La cuestión es que, ahora, esa discográfica ha sido comprada, y con ella su catálogo musical (que incluye los 6 primeros discos de Swift). ¿Quién ha comprado las canciones? Un enemigo de Taylor, Scooter Braun.
Así ha comentado la artista lo ocurrido en tumblr:
«Durante años, pedí y rogué tener una oportunidad para poseer mi trabajo».
«Me he enterado de la compra de mis copias maestras por parte de Scooter Braun al mismo tiempo que era anunciado al resto del mundo».
«Todo en lo que pude pensar es en el bullying incesante y manipulativo al que me sometió durante años».
«Ahora, Scooter me ha despojado del trabajo de mi vida, uno que no se me dio la opción de comprar. Esencialmente, mi legado musical va a caer en manos de alguien que ha tratado de desmantelarlo».
Puedes ver su post aquí.
Para entender bien toda esta bronca hay que saber quién es Scooter Braun. Es el manager de Justin Bieber, lo es también de Ariana Grande, y lo fue de Kanye West cuando arremetió duramente contra Swift en una canción.
Justin Bieber, que se ha dado por aludido después de que Taylor Swift (que hay que recordar es muy amiga de su exnovia Selena Gomez), ha querido compartir esta imagen en Instagram reprochando a Swift hacer públicos estos problemas.
Y la cosa no ha quedado aquí, ni quedará, porque famosos como Cara Delevingne se han metido por medio. Cara le ha dedicado este comentario al cantante de Sorry.
¿Cómo acabará este nuevo drama del pop? No ha hecho nada más que empezar…
¿Cuándo aprenderemos en España para hacer de las peleas de los famosos un fenómeno de marketing?