La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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¿Y si cuidar los árboles viejos fuese más importante que plantar otros nuevos?

Viejos olivos de Oliete (Teruel)

Cortar un árbol y plantar cinco en su lugar puede parecer una solución perfecta para luchar contra la deforestación y el cambio climático, pero no siempre es así. Una vez más hay que tener en cuenta que la cantidad suele estar reñida con la calidad. Con los árboles sucede especialmente.

Te cuento. Un árbol recién plantado necesita una media de 10-15 años para realizar una captura de CO2 significativa. En espacios áridos como el mediterráneo y con especies de crecimiento lento como las que son frecuentes en estos ecosistemas hace falta todavía mucho más tiempo.

Por eso es tan importante cuidar y conservar lo que ya tenemos, como esas miles de hectáreas de viejos olivares que languidecen abandonadas en el mundo rural por falta de rentabilidad. Por eso son tan importantes proyectos de recuperación paisajística como los que promueve Apadrinaunolivo.org desde la pequeña localidad turolense de Oliete. Lee el resto de la entrada »

¿Qué nombre le ponemos a este olivo?

Olivo #9220 en busca de nombre.

Me acaban de hacer un regalo excepcional, exclusivo, fascinante y solidario a la vez: ¡he apadrinado un olivo! Pero necesito urgentemente ideas para bautizarlo. ¿Me ayudas?

Este árbol es un detallazo del equipo de Apadrinaunolivo.org, un grupo de entusiastas empeñados en sacar del olvido a su pueblo Oliete (Teruel) de la mano de sus más olvidados vecinos, los olivos abandonados. Allí viven unas 300 personas (casi la mitad mayores de 65 años) y hay más de 100.000 olivos que llevan más de 40 años sin recibir el más mínimo cuidado. Lee el resto de la entrada »

Dedica un finde a berrear bajo las estrellas

Macho de ciervo en celo. Foto: Wikipedia Commmons

¿Para qué quejarte si nadie te escucha? Mejor lleva tu mosqueo/enfado/estrés al campo y libéralo a la luz de las estrellas mientras escuchas uno de los espectáculos sonoros más impresionantes de la naturaleza: la berrea de los ciervos.

Aquí los que gritan son ellos. Y nosotros los escuchamos boquiabiertos.

La mejor manera de liberar tensiones no es liándonos a gritar o dar golpes. Todo lo contrario. Baja el ritmo y despliega pausadamente los cinco sentidos; disfruta: eso sí que es lucha contra el estrés.

Por ejemplo, en la fabulosa Sierra de Albarracín (Teruel) este otoño. Por segundo año consecutivo, la Asociación de Empresarios Turísticos organiza «Berrea bajo las estrellas«. Las actividades se desarrollarán los días 27 y 28 de septiembre en las localidades de Noguera de Albarracín, Bronchales y Tramacastilla. Si te interesa date prisa. Para poder contemplar a los ciervos sin generar impacto las plazas son limitadas y se adjudicarán por orden de inscripción en su página webLee el resto de la entrada »

España vaciada: pueblos con sabor frente a ciudades doble caldo concentrado

Foto: Faustino Calderón

Perdonen el símil, pero España se está convirtiendo en un doble caldo concentrado de carne. Todos amontonados en cada vez menos ciudades, cociéndonos en un caldo demasiado espeso mientras el resto de los pucheros, medianos, pequeños y muy pequeños, se quedan sin sopa, vacíos, vaciados, rebañados, olvidados.

Son dos Españas, dos modelos, dos cocinas, dos formas de vivir cada vez más antagónicas. La España urbana de los calderos llenos, opulentos, donde todos los ingredientes se mezclan con generosas cantidades, y la España rural de los calderos vaciados, rebañados hasta su último resto de salsa pero que, no lo olvidemos, no hace tanto estaban llenos y hasta más llenos que los de las ciudades pues abastecían la totalidad de sus despensas. Lee el resto de la entrada »

Crean el primer aceite de oliva de categoría responsable

Aceite

Todo empezó hace dos años, cuando los chicos de Apadrinaunolivo.org buscaban padrinos que les ayudaran a hacer realidad la recuperación del olivar centenario abandonado en el pequeño pueblo de Oliete (Teruel).

Un proyecto promovido por jóvenes con la esperanza de generar una economía alternativa y sostenible en una de esas localidades aparentemente condenadas a su desaparición.

En esos dos años han hecho realidad su sueño (o su locura). El aceite AUO, obtenido a partir de olivos centenarios de la variedad Empeltre, recuperados y salvados de un abandono de más de 30 años gracias a la solidaridad de padrinos y madrinas, es ya una realidad. Lee el resto de la entrada »

Buscan en Teruel el árbol europeo del año

Chopo cabecero Teruel

Ni el más espectacular, ni el más grande, ni el más viejo. El concurso del Árbol Europeo del Año busca el ejemplar arbóreo más querido por la gente. Un curioso galardón al que por primera vez aspira un árbol español: un chopo cabecero que vive desde hace 250 años en Aguilar del Alfambra (Teruel), un pueblecito de 25 habitantes.

En el sur de Aragón, chopo cabecero es el nombre popular que recibe el álamo negro tras ser sometido a una potente poda periódica para obtener madera, combustible y forraje. En otros sitios se conocen como chopas o árboles trasmochos.

En el concurso participan miles de personas de catorce países y la votación concluye el próximo 28 de febrero. Hasta el momento nuestro representante aragonés ha logrado casi 10.000 firmas y se mantiene en el puesto tercero (aunque seguido de cerca por Chequia), pero todo está muy abierto pues en los próximos días puede pasar de todo. Tiene por delante al representante de Estonia (34.724 apoyos) y al de Hungría (36.593). ¿Logrará ganar? Claro que sí. Tan sólo hay que pinchar en este enlace de la página y votar por él. ¿A qué esperas?

En el Árbol Europeo del Año, a diferencia de otros concursos, no es importante la belleza, el tamaño o la edad, sino la historia y la conexión con las personas; se buscan árboles que se han convertido en una parte integrante de la comunidad en su sentido más amplio.

El territorio turolense posee las mayores concentraciones de Europa de este tipo de choperas, de las que sólo en Aguilar hay alrededor de 4.700. Aunque el chopo negro (Populus nigra) tiene una amplia distribución en Europa, en su forma de trasmocho no es nada de habitual. Solo se conoce la presencia de formaciones importantes de este tipo en Inglaterra, Hungría, Turquía y España.

El chopo cabecero es abundante en la zona centro y noroeste de la provincia de Teruel, especialmente en las cuenca alta del Martín, Guadalope, Alfambra, Aguasvivas, Huerva y Jiloca. Se extiende hacia el oeste de la provincia de Zaragoza por la extensa cuenca del río Jalón, en la de Gallocanta y el Mijares, aunque ya son masas discontinuas y localizadas.

Los impulsores de su candidatura son conscientes de que la competencia es enorme. No es el drago de Icod de los Vinos, en Tenerife, pero han querido apostar por lo pequeño y lo desconocido, aunque sean viejos ejemplares tradicionalmente terciados pero nunca cortados, pues su principal valor fueron siempre sus ramas.

Entre los ejemplares que se presentan de otros países figura el Árbol del Clavo (Voeren, Bélgica), un castaño al que se consideraba mágico en la Edad Media; el Árbol Solitario de Llanfyllin (Gales), un majestuoso pino albar, y el roble plantado en el centro del campo de fútbol de la localidad de Orissaare (Estonia). El «Viejo Olmo» de Sliven (Bulgaria) ganó en 2014, con 77.526 votos computados.

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Apadrina un olivo centenario

hombre

© Apadrina un olivo

Estos días, viajando por Teruel, me he encontrado con una provincia maravillosa e injustamente olvidada. Arte, naturaleza, historia, paisaje, paisanaje, gastronomía,… ¡Qué lujazo para todos los sentidos! Y qué pena tantos pueblos abandonados, tantos campos arruinados, tantos jóvenes obligados a irse a esas grandes ciudades donde tanto se pierde y tan poco se gana.

Pero muchos no se rinden y siguen apostando por su tierra. Como los responsables del proyecto que hoy os traigo a este blog: Apadrina un olivo en Oliete (Teruel).

Como explican en su página web, se trata de un proyecto único para recuperar miles de olivos centenarios gracias al apoyo de todos nosotros, consumidores responsables y comprometidos. Ayudaremos así a reactivar la economía de la zona, apoyando a los agricultores de una manera solidaria, ecológica y responsable con nuestro presente y futuro. 

Esta solidaridad tiene premio. A cambio, los padrinos podrán dar nombre a su olivo, recibir fotografías y un certificado acreditativo. Y también el aceite que el olivo haya generado anualmente, cuidadosamente embotellado.

Además han desarrollado una novedosa aplicación para el móvil, “Mi Olivo”, disponible para iOS y Android, con la que poder conectar directamente con tu olivo apadrinado. Podrás conocer así un montón de cosas, desde quién es el agricultor encargado de cuidar tu árbol hasta si se ha podado, ha florecido o está cargado de olivas. Incluso es posible organizar un viaje para conocerlo in situ. ¡Oleoturismo solidario!

Los olivos del pueblo de Oliete forman parte de la denominación de origen aceite de oliva del Bajo Aragón y en su mayoría pertenecen a la variedad autóctona Empeltre, Pero el 70% de este olivar único se encuentra en estado de abandono. Fíjate si este árbol tiene importancia histórica en la zona que el nombre del pueblo, Oliete, deriva del latín Olivetum, campo de olivos.

Estos jóvenes han conseguido el apoyo de muchas instituciones, empresas y personas, pero sin lugar a dudas su mejor embajador es el Tío Miguel, el hombre más anciano del pueblo. Quien en este vídeo promocional no se anda por las ramas cuando dice que recuperar esos olivos es algo «muy bueno» que estamos obligados a hacer.

Qué entrañable. ¿Les echamos una mano?

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Una de cal y otra de arena en el Día Mundial de la Biodiversidad

Biodiversidad

Desde el año 2000, cada 22 de mayo celebramos el Día Internacional de la Diversidad Biológica. ¿Sirve para algo? Pues por lo menos para recordar los avances y retrocesos en la protección medioambiental. La cal y la arena de nuestra apuesta por la sostenibilidad. Para que cada uno saque sus propias conclusiones, traigo hoy aquí dos ejemplos claramente antagónicos.

Una de cal:

Me acaba de llegar, vía Twitter (@lacronicaverde), el vídeo de una bella iniciativa. La construcción de una pasarela de madera a través del maravilloso hayedo de Faedo en Ciñera de Gordón, en la montaña central leonesa y dentro de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga.

La subvención del Ministerio de Medio Ambiente sólo llegaba para comprar los materiales, así que todos los vecinos se unieron este verano para trabajar gratis. Para proteger un delicadísimo bosque maduro al que el exceso de visitas estaba pasando factura. Entre ellos, medio centenar de mineros en huelga.

Algunos piensan que mejor está el monte sin pasarelas y tienen razón. Pero cuando un espacio natural se hace archifamoso puede acabar muriendo de éxito. Comprueba tú mismo el resultado y dame tu opinión.

Y otra de arena:

La laguna del Cañizar, en la provincia de Teruel. Desecada en el siglo XVIII, en 2009 y por iniciativa municipal se ha recuperado de nuevo, convirtiéndose en el segundo humedal de agua dulce más extenso del interior de la Península Ibérica. Para ello, los ayuntamientos de Cella y Villarquemado han aportado 450 hectáreas de terrenos y han financiado parte de las actuaciones.

Llevan gastados más de 500.000 euros en canales, motas, observatorios de aves, embarcaderos, etc. con el fin de convertir la gran laguna en un centro turístico de primer orden, al estilo de Gallocanta. Pero no lo habían hablado antes con los vecinos. Y a los agricultores, ganaderos y cazadores no les gusta. Así que el pasado verano se han abierto los drenajes hasta dejarla de nuevo seca.

En este caso son los vecinos quienes se oponen a una mejora que les ayudaría a diversificar su siempre intervenida economía. Muy escasos en educación ambiental, prefieren seguir pendientes del regadío y de las subvenciones europeas. En este enlace recogen firmas contra tan incomprensible decisión. Yo ya he firmado.

cañizar

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Oro de olivos milenarios

Es tiempo de olivos y aceitunas. Como cada otoño, las almazaras inundan con ese olor único del alpechín los pueblos de media España. El aceite, el oro de las olivas, comienza a manar generoso; un millón de toneladas para un año no demasiado bueno en producción por culpa de la sequía.

Pero también en los olivares se notan los nuevos tiempos. Los “aceituneros altivos” que cantara el genial Miguel Hernández habían dado paso a jornaleros inmigrantes africanos. Sin embargo, con esto de la crisis, los puestos están volviendo a ser cubiertos por parados locales, quienes como diría el poeta alicantino, acuden ahora a trabajar a las fincas “sonriendo con la alegre tristeza del olivo”. Aunque llegan más tecnificados, pues los olivareros han solicitado al Gobierno central permiso para poder utilizar quads en las labores de recolección más costosas.

Ajenos a tanta modernidad, todavía quedan hermosos lugares donde el aceite de oliva es hijo de la tradición. Como el procedente de los olivos milenarios de la mancomunidad de la Taula del Sénia, a caballo entre Castellón, Tarragona y Teruel.

Frente al expolio generalizado de estos árboles excepcionales para acabar adornando urbanizaciones y campos de golf, o muriendo de tristeza en una rotonda, aquí los cuidan como lo que son, grandiosos monumentos naturales. Y son muchos, más de 4.000. Supieron conservarlos y ahora se han convertido en reclamo turístico e importante fuente económica diferente y diferenciada. Los que vendieron los suyos por cuatro perras se mueren de envidia, desposeídos de una herencia irrecuperable. ¿Os imagináis qué aceite puede salir de unos ejemplares tan soberbios? Oro líquido.

Vuelvo al poeta cabrero. Decía Miguel Hernández que “el olivo sabe a tiempo”. Estos olivos milenarios saben a historia, pero también a futuro para el campo.