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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Entradas etiquetadas como ‘sobrepesca’

El pez espada del Mediterráneo está al borde del colapso

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En esto de comer pescado como alimento saludable muchos lo tienen claro: comen el pescado más parecido a un filete de carne. Sin espinas ni escamas. Por eso buscan filetones de atún y pez espada, las dos especies más bistec de la pescadería. O carne magra para rellenar el cada vez más de moda sushi.

Esta tendencia gastronómica está provocando serios problemas en los cada vez más sobreexplotados océanos. Hasta ahora era el atún rojo el que se estaba llevando la peor parte, pero últimamente se le ha unido a tan triste grupo el pez espada del Mediterráneo. Tanto que por primera vez se acaba de aprobar una cuota de pesca que limita su extracción. Para el año 2017, el tope queda fijado en 10.500 toneladas, cifra que se irá reduciendo de forma progresiva en 15 años, según propuesta de la Unión Europea presentada en la 20 reunión especial de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT). También se va a poner en marcha un plan de recuperación para la especie. Lee el resto de la entrada »

Comienza la aventura de Morla, la tortuga viajera

Una de las primeras tortugas liberadas en Almería. © Hombre y Territorio

Una de las primeras tortugas liberadas en Almería. © Hombre y Territorio

El año pasado una tortuga boba (Caretta caretta) eligió las arenas de una playa de Pulpí (Almería) para poner sus huevos. Esta especie se llama boba no porque sea escasamente inteligente y elija para hacer sus nidos en playas destrozadas por la especulación y la burbuja inmobiliaria. Recibe tal nombre porque como reptil de sangre fría que es, tiene por costumbre tomar el sol en la superficie del mar quedándose flotando tan plácidamente que resulta muy fácil de capturar.

El caso es que una familia alertó a la Asociación Equinac a través del 112, cuyos voluntarios vigilaron el nido durante varios días para que nada malo le ocurriera. Por riesgos de inundación, responsables del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio decidieron trasladar los huevos e incubarlos en condiciones controladas en instalaciones de la Estación Biológica de Doñana en Sevilla.

Una vez nacidas, las pequeñas tortugas se trasladaron unas a las instalaciones del Centro de Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz de Algeciras y otras al Acuario de Sevilla. Lee el resto de la entrada »

El bonito y la anchoa del Cantábrico logran la ecoetiqueta más prestigiosa

Bonito

El caladero de anchoa del Cantábrico es una gran historia de asombrosa recuperación. La sobreexplotación por exceso de capturas del conocido en España como bocarte, anchoa o boquerón (nombre científico Engraulis encrasicolus) a punto estuvo de provocar su extinción. Desplomadas sus poblaciones, fue necesario incluso cerrar la pesquería entre 2005 y 2009, además de implantarse unos estrictos cupos de capturas. Era eso o el desastre. Y los primeros que lo entendieron fueron los propios pescadores.

En marzo de 2015 la flota vasca y la de Laredo obtuvieron la certificación Marine Stewardship Council (MSC) para sus capturas de anchoa cumpliendo el estándar medioambiental más riguroso del mundo para la pesca sostenible. Son las únicas que pueden ir a los canapés de gala vestidas de rigurosa etiqueta, la prestigiosa ecoetiqueta azul MSC que buscan los consumidores concienciados más exigentes.

Y ahora le ha llegado el turno al bonito del norte, la joya gastronómica del Cantábrico. La Organización de Productores de Pesca de Bajura de Guipúzcoa (OPEGUI), la Organización de Productores de Pesca de Bajura de Vizcaya (OPESCAYA) y la Cofradía de Pescadores San Martín de Laredo acaban de obtener el certificado azul para la pesquería artesanal de curricán y caña de bonito del norte del Atlántico (Thunnus alalunga). Lee el resto de la entrada »

La crisis resucita a los furtivos

Mejillones

Llaman a la puerta de casa. Un coche rojo, pequeño pero con apariencia de deportivo, está aparcado con el motor encendido. De pie, un joven de unos 25 años espera mi aparición. Dentro del vehículo está su novia.

¿Quiere mejillones fresquitos, recién cogidos esta mañana?

Su pregunta me sienta como un bofetón. En Fuerteventura, donde vivo, la especie nativa de mejillón (Perna perna) es diferente a la popular gallega. Y está en peligro de extinción, estrictamente protegida, precisamente por culpa de la sobrepesca. Hace 40 años los había, literalmente, a paletadas. Casi nadie los cogía y los pocos que tenían interés por ellos los arrancaban de las rocas con una pala hasta llenar sacos de 25 kilos. Pero ahora está prohibido.

Así que no me aguanto. Y le amenazo con llamar a la Guardia Civil. El chaval se queda helado, vuelve al coche y se marcha, aunque a su compañera le da tiempo para insultarme mientras me grita eso de que «esto se hizo siempre así y no es ilegal».

Jóvenes, en paro, ociosos, con coche y móvil de última generación. Amigos del dinero fácil, de buscarse unos extras aprovechando un recurso que, según ellos, sólo los muy listos son capaces de obtener. Son los nuevos furtivos.

“Por lo menos hacen algo y no roban”, me comenta la vecina, siempre tan positiva. No se da cuenta de que sí que roban. Las riquezas naturales de todos, también las suyas y las mías.

La imagen de estos furtivos de nuevo cuño poco o nada tiene que ver con los de antes. Gentes como José Escobar, mítico cazador del Coto de Doñana que hacia 1950 tuvo en jaque y durante años a toda la guardería. Dicen que cuando finalmente el guarda mayor lo capturó iba desnudo para no espantar a la caza con el olor y el ruido de sus ropas. Aunque poca ropa tendría, añado yo, pues era el hambre y la miseria la única razón de su furtiveo.

Pajarillos fritos, marisco vedado, verdura y fruta robada en las huertas, pezqueñines, … Como en la terrible postguerra española vuelven los furtivos, los robaperas, los timadores, aunque de momento la mayoría son de guante blanco. Aún no lo hacen por necesidad. De momento.

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Los cocineros españoles se unen contra los descartes pesqueros

A primeros de mayo os hablé en La Crónica Verde del tremendo disparate de los descartes pesqueros. Esos peces sin aparente interés comercial pescados para arrojarlos muertos al mar y que muchas veces suponen la mitad de todo lo pescado.

Sólo en el Mar del Norte este derroche supone desperdiciar un millón de toneladas de peces comestibles al año.

Os proponía entonces unir vuestra firma con la mía y con las de casi 800.000 europeos que ya han suscrito la campaña “Fish Fight”. Alguno me reprochó entonces que la iniciativa fuera británica, cuando somos los españoles los segundos consumidores en el mundo de pescado detrás de Japón y nuestra flota es una de las más importantes de Europa. Pues tengo que daros una buena noticia. La campaña ya tiene su versión española y cuenta con el apoyo de nuestros mejores cocineros.

El pasado miércoles 23 de mayo los chefs Paco Roncero, Mario Sandoval, Ángel León, Joaquín Felipe y Darío Barrio, que entre todos suman 4 estrellas Michelín, invitaron a políticos, ecologistas y pescadores de todo el país para exigir un cambio de la Política Pesquera Común de la UE en el acto de presentación de www.niunpezporlaborda.org.

Sobrasada de pescado, ensalada de berberechos, centollo con gelatina de apio o sardinas marinadas con sandía y jengibre fueron algunas de las tapas que se pudieron degustar en el primer bar de tapas de pescado sostenible con 4 estrellas Michelín del mundo.

Darío Barrio, uno de los chef que apoyan esta campaña, ha destacado que

«el actual sistema no es sostenible ni inteligente, ¿cómo vamos a disfrutar de pescado a largo plazo si lo tiramos de forma indiscriminada?”.

Te lo vuelvo a pedir. Entra en www.niunpezporlaborda.org para que nuestra protesta llegue contundente a Bruselas y podamos cambiar estas leyes de derroche sin sentido de la naturaleza.
Éste es el vídeo del evento:

También os dejo a continuación el Biodiario de Luis Miguel Domínguez dedicado al mismo tema pero desde la visión de los propios pescadores. Como todos los trabajos de este gran divulgador, resulta un interesantísimo reportaje.

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Mañana comenzamos a comer el pescado de otros

Dicen nuestros políticos que no se puede gastar más de lo que se tiene. Pero esta máxima no sirve para los alimentos. Y menos para recursos tan limitados como los pesqueros.

Un informe publicado hoy por NEF (New Economics Foundation) y OCEAN2012 revela que si la población española solamente consumiera pescado de suministro propio, al ritmo de consumo actual se quedaría sin pescado el 25 de mayo, pasando a depender del pescado del resto del mundo a partir del 26 de mayo.

El informe El Día de Dependencia de Pescado revela hasta qué punto los países de la UE están importando todo tipo de peces y exportando la sobrepesca por encima de sus posibilidades naturales. Los recursos pesqueros son un recurso renovable; sin embargo, de acuerdo con las cifras de la Comisión Europea, estamos extrayendo pescado de nuestras aguas más rápidamente de lo que el pescado puede regenerarse, y así nos va. Agotamos el recurso, nuestros caladeros tradicionales. Y a cambio llevamos esta agotadora rapiña a los lugares más apartados del globo.

Puedes seguir leyendo el resto de la noticia en la página oficial de OCEAN 2012.

Y también te recomiendo este excelente documental sobre el grave problema planetario de la sobrepesca. ¡No te lo pierdas!

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La mitad de los peces pescados en Europa se tiran muertos al mar

Alrededor de la mitad de los peces que se pescan en el Mar del Norte se vuelven a arrojar muertos al agua. Sólo en esa zona, ello supone desperdiciar un millón de toneladas de peces comestibles al año.

Los funcionarios y los técnicos lo llaman descartes pesqueros ¿Cómo lo llamarías tú?

¿Locura?

¿Estupidez?

¿Crimen medioambiental?

¿Derroche sin sentido de alimentos?

Esta barbaridad no es exclusiva del Mar del Norte. Los descartes son un problema en toda Europa, igual en el Atlántico que en el Mediterráneo. 

Unas veces se hace porque esos peces no tienen interés comercial. Otras veces por la necesidad de cumplir con la cuota europea de especie única que prohíbe una pesca mixta.

El resultado es terrible.

No sé si conoces la campaña “Fish Fight”. 793.000 personas ya hemos firmado exigiendo a Europa el final de este absurdo derroche de vida. ¿Unes tu firma a la de toda esta gente sensible?

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¿Pescamos salmones en Asturias o los exterminamos?

Este domingo, un indomable y fabuloso animal se enfrentará una temporada más a la muerte en aras de alimentar el entretenimiento de los deportistas. Es probablemente la única especie oficialmente considerada en España como “en peligro de extinción” que se sigue matando impúdicamente. Gravemente amenazada, sus captores no serán esta vez menos y más cuidadosos, sino muchos y más constantes que nunca. La acorralada especie se llama salmón, y el lugar de la desigual batalla es Asturias, donde sobrevive el 90% de su exigua población española.

En el Principado astur, la nueva normativa ha doblado el número de días de pesca de 55 a 118, todo a golpe de boletín y sin tener en cuenta las recomendaciones proteccionistas de los científicos. Por si fuera poco, cada pescador podrá llevarse a casa hasta dos salmones a la semana (a lo largo de 19 semanas),  frente al límite de tres salmones que como máximo se autorizó el año pasado. Algo absolutamente imposible de lograr pues la especie está en profundo declive debido no sólo a su sobrepesca en el mar y en los ríos, sino también a la degradación del hábitat fluvial por obras, contaminación y el aumento de los obstáculos a la subida de los peces a las zonas de desove.

Lo cierto es que cada vez hay menos salmones en España y más pescadores tratando de capturarlos, ávidos de pescar el primero, el campanu, y venderlo por 10.000 euros a los amigos de las exclusividades gastronómicas. O de tocar al menos alguna escama.

Existe una solución intermedia, la pesca sin muerte, pescarlos y devolverlos al río para que puedan continuar criando otros años. Sin matarlos podría seguir manteniéndose la especie y toda la actividad turística y deportiva asociada a ella, pero no interesa. Dicen que la razón es política y no me lo creo. Eso se llama insensatez.

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Medio siglo de paraíso helado

Hace 50 años se puso en marcha uno de los tratados más revolucionarios de nuestra historia reciente. En medio de una inestable guerra fría que amenazaba con un tercer gran conflicto mundial, nos pusimos extrañamente de acuerdo para convertir a la Antártida en una gigantesca reserva natural, la menos poblada y contaminada del planeta.

Con la entrada en vigor el 23 de junio de 1961 del  Tratado Antártico, los 48 países firmantes reconocen que

“es en interés de toda la humanidad que la Antártida continúe utilizándose siempre exclusivamente para fines pacíficos y no llegue a ser objeto de discordia internacional”.

Desde entonces es el único continente sin fronteras, desmilitarizado, desnuclearizado y dedicado en exclusiva a la cooperación científica internacional. De momento hay un acuerdo mundial para prohibir toda explotación de sus ingentes reservas mineras y petrolíferas hasta el año 2040. También para preservar esa capa de hielo de más de 2,5 kilómetros de espesor en donde se atesora el 80% de toda el agua dulce del planeta. Paradójicamente, en este mismo continente helado se localiza el lugar más árido del planeta, los Dry Valleys, donde hace miles de años que no llueve por culpa de sus terribles vientos catabáticos.

Por supuesto, tan virginal espacio no está exento de peligros. El más grave de todos es el cambio climático, responsable de que precisamente en este último medio siglo la Antártida se haya calentando el doble de rápido que el resto del planeta y registre preocupantes procesos de deshielo. También sufre los efectos de la sobrepesca y de la inaceptable caza de ballenas.

A estas agresiones se ha añadido en los últimos tiempos una nueva amenaza: el turismo. El creciente flujo incontrolado de turistas que visitan en barco o sobrevuelan en aviones el continente antártico empieza a pasar factura ambiental. Más de 50.000 personas en el último verano austral. Y es que no somos capaces de dejar en paz ni los desiertos helados más protegidos del planeta.

Para refrescaros, nada más bello que este increíble documental sobre los pingüinos antárticos. Que lo disfrutéis.

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Protejamos las montañas submarinas


La organización de conservación marina Oceana ha pedido a la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (GFCM) -organismo regional de Naciones Unidas- que proteja las principales montañas sumergidas del canal de Mallorca. Se basa para ello en un informe que recoge cuatro años de investigación submarina en la zona, que tiene una extensión aproximada de 2.800 kilómetros cuadrados, cinco veces la superficie de la isla de Ibiza. En estos mundos, hasta ahora desconocidos, se han hallado más de 200 especies de peces, corales, esponjas de profundidad, cetáceos, tiburones y tortugas, muchas de ellas protegidas.

Para el director de Oceana en Europa, Xavier Pastor,

“la conservación de las montañas submarinas de Baleares no solamente beneficiará de forma muy importante a los ecosistemas marinos, sino que incrementará la percepción de las islas como una comunidad que intenta corregir errores del pasado y caminar hacia un nuevo modelo económico basado en la conservación medioambiental”.

Se trataría por lo tanto de crear una especie de Parque Nacional sumergido, impidiendo con su protección que sigan faenando en la zona barcos de arrastre, palangreros y cerqueros de túnidos, todos ellos de gran impacto medioambiental en un espacio extraordinariamente sensible y valioso; uno de los puntos calientes de biodiversidad más importantes del Mediterráneo.

Para lograrlo Oceana pide «una gestión adecuada que regule y controle las actividades que pueden realizarse y las que no, teniendo en cuenta todos los hábitats importantes hallados en el área, evitando la sobre explotación y el incremento de basuras, redes y sedales, que ya se encuentran en grandes cantidades en estos fondos”.

Paralelamente, Oceana ha propuesto ampliar las áreas protegidas de Alborán, Columbretes y Cabrera a zonas más profundas para proteger los bosques de laminarias, agrupaciones vegetales submarinas que constituyen ecosistemas de gran importancia por su biodiversidad asociada.

Y es que somos así. Sólo protegemos (poco y mal) lo que vemos. Las profundidades marinas se nos hacen lejanas e inútiles, a pesar de que es en ellas donde se atesora no sólo una gran biodiversidad, sino muchos de los remedios farmacéuticos para luchar contra nuestras peores enfermedades, como el cáncer.

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