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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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¿Tendrá 2018 cuatro estaciones?

Foto: Wikimedia Commons

¿Cómo será 2018? Imposible saberlo con detalle, aunque una cosa sí que desgraciadamente está clara. Seguiremos hablando de cambio climático cada vez que haya tormentas, sequías, inundaciones, sigan los calores y el reloj biológico de la naturaleza acelere las locuras a las que cada día nos tiene más acostumbrado. Aparentemente nos preocupará sus efectos pero seguiremos sin cambiar ni un milímetro nuestra hoja de ruta de consumo disparatado, hasta el punto de que se mantiene la incógnita de si 2018 tendrá cuatro estaciones o las habremos perdido definitivamente.

“Que el cambio climático se haya convertido en un tema de conversación casual sólo significa que esta es nuestra nueva normalidad, la normalidad climática. En 2017 hemos hablado de ello más que nunca y, probablemente, se ha generado más conciencia climática que nunca. Sin embargo, eso no se está traduciendo en acción de Estado. O, al menos, en la acción necesaria”, señala la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.

La ONG conservacionista dibuja en diez preguntas algunos de los grandes retos ambientales para el próximo año. La principal pregunta es si el próximo año tendrá las cuatro estaciones. Lee el resto de la entrada »

Celebra y disfruta Red Natura 2000, el mayor parque nacional del mundo

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El mayor parque nacional del mundo está en España. Y en Francia. Y en Polonia. Y en Grecia. En realidad es un club público, que no privado. Se llama Red Natura 2000 pero prácticamente nadie en Europa lo conoce, a pesar de ser nuestra grandísima joya de la corona medioambiental. Lee el resto de la entrada »

¿Correr por el Sueve? Los viejos bosques no aceptan carreras

Tejeda

El próximo día 5 de abril está programada una carrera campo a través por los concejos de Colunga y Caravia, de libre inscripción y unos 30 kilómetros de recorrido. Es el I Trail del Sueve «La Pisada del Diantre». Para ello cuenta con los permisos reglamentarios de los ayuntamientos por los que pasa y del Principado de Asturias.

Lo que podría ser un evento normal se convierte en una aberración cuando la ruta elegida transcurre por el corazón de dos parajes de enorme valor ecológico: el hayedo de la Biescona y la tejeda del Sueve.Tejeda2

Ambos espacios son dos bosques maduros muy especiales del norte cantábrico, pero también extremadamente frágiles. La erosión y su escasa regeneración natural los hace de cristal. Cientos de personas atravesando sus trochas es lo peor que le podría pasar. Con toda la razón, la Asociación Amigos del Tejo y las Tejedas ha puesto el grito en el cielo ante lo que sus miembros califican, a través de una nota de prensa, como «un desatino«. No entienden (y yo tampoco), que unos lugares tan especiales, perfectos para la contemplación y el estudio a través de un plácido senderismo, se conviertan ahora, por culpa de una creciente moda deportiva, en lugar de agitación y pisoteo.

¿Cómo se permite discurrir una carrera de estas características por medio de uno de los mejores hayedos de la Cantábrica y una de las tejedas más importantes de Europa, hábitat de protección prioritaria para la Directiva Hábitat, LIC, ZEC, Paisaje Protegido y no sé cuántas protecciones más? ¿Cómo toda una administración regional contradice de manera tan flagrante los objetivos de conservación y las medidas de gestión que ella misma decreta en el Instrumento de Gestión de la ZEC Sierra del Sueve? ¿Cómo se autoriza esta carrera sin realizar estudios previos de impacto ambiental ni tener en cuenta el número máximo de corredores permitido?

La Sierra del Sueve es muy grande y hay buenos sitios para poder correr por ella sin alterar los lugares más frágiles. Por poner un ejemplo, en el Puerto de la Llama y la majada de Espineres hay ya adaptado un espacio para la celebración de este tipo de eventos públicos masivos. Pero como nos gusta llegar a esos lugares donde nadie llega, la carrera elije precisamente entrar en lo más difícil, que debería de ser lo más intocable.

Da lo mismo. Estamos en elecciones y todo estos días se hace a mayor gloria del elector. Como los lobos, los viejos tejos y las añosas hayas asturianas tampoco votan.

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Perdemos felicidad y ganamos papel mojado

Parque-Nacional-Sierra-de-Guadarrama

Uno de cada cuatro pasos que damos por España lo hacemos dentro de un área protegida, aunque eso de que esté protegida es mucho decir. Hay carteles anunciadores, pero poco más en ese 27% de la superficie nacional considerado por la ley y los ciudadanos como nuestras joyas naturales más valiosas.

Según el último informe de Europarc-España, principal foro profesional de las áreas protegidas, la mitad de los parques naturales carecen de un plan de gestión décadas después de su creación y sólo un 15% de los pertenecientes a la Red Natura 2000 cuentan con planificación detallada de ordenación y uso.

Abandonados a su indefinida suerte, la crisis económica se está cebando con rapiña de ellos. Si la Sanidad y la Educación ha quedado en lo que ha quedado, si la Cultura languidece asfixiada, imagina cómo han dejado al medioambiente. Raquítico. Tan pelado como las cabezas (por dentro y por fuera) de algunos de sus responsables.

Un par de datos lo confirman. La inversión en parques nacionales fue en 2012 de 91 euros/ha frente a los 248 en 2010. Y en 10 años hay una cuarta parte menos de trabajadores velando por su conservación.

Hoy existen en España 15 parques nacionales, 149 parques naturales, 291 reservas naturales, 328 monumentos naturales, 53 paisajes protegidos y 1 área marina protegida, además de otras figuras utilizadas sólo en algunas comunidades autónomas, hasta sumar un total de 1.905 espacios naturales protegidos. La Red Natura 2000 está compuesta por 1.802 lugares y es la más importante de Europa. Contamos además con 45 Reservas de la Biosfera.

Y todo ello ¿para qué? Pues para vivir mejor, pues una naturaleza sana es un indicador de calidad de vida de nuestras sociedades.

Desgraciadamente el papel mojado no da la felicidad. Y consume inútilmente demasiados árboles.

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¿Qué prefieres, árboles o mina de uranio?

Río Yeltes

Río Yeltes a su paso por el balneario de Retortillo (Foto: Plataforma contra la mina de uranio de Salamanca)

Es lo que tiene ser un país empobrecido. Que los mercados nos tratan como a colonias tercermundistas.

Imagínate un espacio natural único, idílico, cubierto de bosques y habitado por toda clase de especies en peligro de extinción, protegido por la Red Natura 2000. La joya de Europa. Pero eso no da dinero. Lo que importa es lo que hay debajo, su petróleo, diamantes, oro o uranio.

Esto último es lo que busca Berkeley Minera España S.A., filial de la compañía australiana Berkeley Resources Ltd., en la provincia de Salamanca. Combustible para las centrales nucleares, una energía del siglo pasado sin más futuro que ventajosos réditos para las compañías eléctricas. A cambio, destrozarán una vasta extensión de más de 4.500 hectáreas de dehesa protegida para su extracción y procesado en los términos municipales de Retortillo, Villavieja de Yeltes y Alameda de Gardón, en las que serían las únicas minas de uranio permitidas en Europa a través de los proyectos “Retortillo-Santidad” y “Alameda”.

Como en las selvas africanas o sudamericanas. Una vez vendida todo nuestro litoral marino al ladrillo, ahora vendemos los recursos naturales.

Este proyecto minero es uno de los muchos que han proliferado en la España de la crisis económica y sería la única mina de uranio de Europa. Para llevarlo a cabo habría que arrancar 25.000 árboles de especies autóctonas como robles, alcornoques y encinas.

La minería de uranio conlleva grandes impactos ambientales y de salud pública. Además, también hay un riesgo adicional: el enterramiento en la propia dehesa de los residuos, que están catalogados como radioactivos de primera categoría.

A cambio, Berkeley Minera España S.A. promete 200 empleos y se anuncia como la gran solución a los problemas económicos de la comarca. Nada dice de cuántos miles de puestos de trabajo pueden ponerse en peligro en otros sectores productivos.

No podemos permitirlo, y por eso la Plataforma Ciudadana contra la Mina de Uranio en Salamanca ha iniciado una recogida de firmas en Change.org que en ocho meses ha recogido ya más de 100.000 firmas. Porque bien como dicen sus promotores,

«tenemos que parar este proyecto minero y enviar un mensaje claro a nuestros gobernantes: no queremos un modelo económico basado en industrias altamente contaminantes y perjudiciales para nuestro entorno».

Yo ya he firmado. ¿Firmas también tú contra esta barbaridad?

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El Guernica se hace ecologista para salvar a un hayedo amenazado

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Picasso pintó el Guernica sin imaginar que su cuadro se convertiría rápidamente en icono mundial del pacifismo. Esa misma paz reclamada con pasión por el artista malagueño se respira a raudales en el hayedo de Zilbeti (Valle de Erro), en el pirineo navarro. Donde se esconde la memoria del bosque.

Pero tanta tranquilidad y belleza están amenazadas. Una empresa minera proyecta abrir en medio de ese lugar mágico una cantera de magnesita. Lo han elegido porque en el pueblo sólo viven 20 vecinos y ello presupone escasa protesta social. No les importan las riquezas naturales a destruir. Árboles centenarios, pájaros únicos, arroyos saltarines. Tampoco les detiene el enfrentarse al primer espacio natural de España incluido en la Red Natura 2000, la selecta red de espacios protegidos de Europa. Lo suyo es una guerra por mejorar el negocio. El dinero, y en este caso el Gobierno de Navarra, no saben de sentimientos ni de leyes.

Por eso Picasso y su Guernica se han trasladado al viejo hayedo. Para reivindicar la violencia de un proyecto empeñado en talar 85.000 árboles a cambio de arrancar a la tierra el preciado mineral.

Una reproducción del cuadro fue pintada el año pasado en los troncos de los árboles. Con él sus defensores, la coordinadora Alduide, buscaban el apoyo mediático a la defensa de su causa. Un símbolo mitad artístico, mitad botánico, del horror que causa el poder bruto y la destrucción. Lo hicieron tan bien que al poco tiempo unos vándalos lo destrozaron con pintadas. Pero el Guernica ha vuelto a renacer en el hayedo. Y con renovados bríos. El de los cientos de ciudadanos que han decidido apadrinar alguna de sus hayas en un simbólico intento por evitar su tala. Porque merece la pena salvar del bombardeo minero a uno de los últimos refugios de auténtica paz que aún nos quedan.

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2010 ha sido un mal año para la biodiversidad

Puestos a hacer balance, este año que ahora acaba ha sido malo para el medio ambiente. Baste recordar que la promesa de reducir la pérdida de biodiversidad en todo el mundo para el año 2010 no se ha cumplido ni de lejos, al tiempo que todo el mundo celebraba pomposamente el Año Internacional de la Biodiversidad.

La degradación planetaria sigue imparable, incluso más rápida y destructiva que nunca. También en nuestro país, donde la defensa de la biodiversidad nos sigue pareciendo algo decorativo y superfluo, cuando en realidad es la salvaguarda de nuestro futuro. Y nuestra manera de gestionarla habla mucho de qué tipo de sociedad hemos creado, cada día más abocada hacia un desarrollismo desestructurado sin futuro.

La nueva ministra Rosa Aguilar ha prometido pintar de verde el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), pero con un presupuesto cercenado no tendrá dinero para comprar la pintura. Tampoco voluntad política para impedir el avance de los cultivos transgénicos, proteger el atún rojo, paralizar el proceso de elección de ubicación del cementerio nuclear, rechazar en los tribunales la rebaja de 300 especies en el nuevo catálogo de especies protegidas de Canarias, evitar la muerte de más linces o el estancamiento de la Red Natura 2000.

Se han hecho pocas cosas, pero muchas de ellas han sido para supuestamente revalorizar los espacios naturales, cuando en realidad sólo se han levantado infraestructuras con escaso contenido y carentes de personal preparado que las puedan gestionar con eficacia. Otra parte se ha ido en marketing y merchandising, nueva versión improductiva de la olvidadfa educación ambiental.

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado 2011 Año Internacional de los Bosques. Visto lo visto, todo quedará en una celebración más carente de compromisos, y mientras seguiremos destruyendo nuestras forestas a velocidad endiabladamente irracional. Pobres árboles. No pueden echar a correr para evitar la que les viene encima.

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