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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Ahora sabemos por qué Noé se olvidó de suegras y plantas

Edward_Hicks,_American_-_Noah's_Ark

Hay un gravísimo error en la Biblia. Según afirma el libro sagrado de judíos y cristianos, para evitar la supuesta gran extinción provocada por el diluvio universal Noé llenó un arca con parejas de todos los animales domésticos y salvajes del planeta, pero se olvidó de lo más importante. Además de esa suegra a la que condenó a morir ahogada, no salvó a la plantas. Seguramente porque se supone que plantas y suegras son seres vivos que ni sienten ni padecen. Pero al menos respecto al primer grupo Noé estaba equivocado. Las plantas sienten y hasta pueden considerarse inteligentes.

No lo digo yo. Lo asegura Stefano Mancuso, una de las máximas autoridades mundiales en el campo de la neurobiología vegetal que estos días presenta en España su último libro, Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal. En él niega que las plantas sean organismos pasivos, carentes de sensibilidad y de cualquier otro tipo de comportamiento individual y social.

Según éste y otros científicos, además de nuestros cinco sentidos poseen por lo menos otros quince. Por ejemplo, sienten y calculan la gravedad o los campos electromagnéticos, hablan entre ellas y hasta reconocen a sus familiares. Al igual que en el reino animal, en el vegetal existen plantas oportunistas y plantas generosas, honestas y falaces, que recompensan a quienes les ayudan y castigan a quienes tratan de lastimarlas. Si consideramos inteligencia la capacidad para resolver problemas, las plantas no sólo son inteligentes sino hasta brillantes. E incluso más, pues desarrollan una “inteligencia de enjambre” que les permite manifestar comportamientos grupales similares a los de una colonia de hormigas o una bandada de pájaros.

Visto así, existiría ese bosque animado de Wenceslao Fernández Flórez donde los árboles hablan con el viento, aunque mejor es no saber qué dicen de nosotros. ¿Será por eso que Noé los dejó fuera del Arca?

Puedes leer el primer capítulo del libro en este enlace.

Y escuchar una charla TED del autor haciendo click en este vídeo.

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Stop a la moda más cruel

Conejo

© Joanne McArthur / Igualdad Animal

Ni te imaginas el sufrimiento que hay detrás de la ropa. No sólo por las condiciones miserables en las que viven algunos de los trabajadores que hacen posible la fast fashion, la moda rápida y barata, ambientalmente insostenible y socialmente inaceptable. También por el maltrato al que sometemos a los animales que nos abastecen de pieles y cuero. Pero algo está cambiando entre los consumidores.

Más de 60.000 personas en tan sólo tres días han firmado la petición de la campaña “Stop Moda Cruel”, de la organización internacional  Igualdad Animal, instando a grandes firmas de moda  a que dejen de vender pieles.

Después de llevar a cabo una investigación encubierta de dos años de duración en granjas de conejos de España, Igualdad Animal ha descubierto que numerosos diseñadores compran pieles obtenidas a base de métodos crueles y salvajes. Igualdad Animal lanza ahora una campaña para instar a estas firmas a que dejen de vender prendas fabricadas en piel. Algunas tan famosas como Burberry, Dior, Armani, Yves Saint Laurent, Louis Vuitton, Marc Jacobs, y Diane Von Furstenberg.

Igualdad Animal ha creado una página web www.StopModaCruel.org  así como un vídeo con imágenes terribles que muestra la brutalidad que se ejerce en estas granjas y que os dejo al final de este post.

Los voluntarios de Igualdad Animal han documentado un maltrato muy extendido en las granjas, como por ejemplo granjeros golpeando a conejos enfermos hasta la muerte delante de sus aterrados compañeros de jaula. A otros conejos lisiados, enfermos o con graves heridas se les dejaba sufrir sin proporcionarles tratamiento médico.

Estos animales que son altamente sensibles son obligados a vivir en pequeñas jaulas con suelos hechos a base de barrotes de metal duro y no se les permite ni un momento de consuelo durante sus cortas vidas. Cuando los conejos alcanzan los dos años de edad, se les mata y despelleja.

“Más de 60.000 personas en tan sólo tres días han firmado nuestra petición pidiendo a estas grandes firmas que dejen de vender pieles. Esto es reflejo de la sensibilización de la sociedad y de su rechazo a que en pleno siglo XXI se siga maltratando a los animales para hacer prendas de piel. Esperamos que estas firmas dejen de apoyar el maltrato animal y apuesten por un moda sin crueldad hacia los animales, ha manifestado a través de un comunicado de prensa Javier Moreno, coordinador internacional de Igualdad Animal.

Yo ya he firmado. Las pieles ni son bellas ni abrigan más que otros tejidos. ¿Firmas también tú?

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Maltrato animal en granjas de conejos españolas

Conejos

Supuesto maltrato animal en granja que IA identifica como Granja Rosers. Calonge de Segarra (Cataluña) © Igualdad Animal

Matados a golpes contra el suelo, arrojados vivos a los contenedores, sufriendo heridas abiertas, pudriéndose muertos dentro de las jaulas, hacinados en pésimas condiciones de vida. Éste es el terrible resultado del estudio que a lo largo de dos años han hecho voluntarios de Igualdad Animal en la industria de la cría de conejos española.

Un exhaustivo recorrido por 14 comunidades autónomas ha permitido comprobar graves irregularidades en materia de bienestar animal e higiénico-sanitarias. Resultados que se le atragantan e indignan a cualquier persona mínimamente sensible.

Ante ello, el gabinete jurídico de Igualdad Animal ha interpuesto un total de 72 denuncias por maltrato animal, irregularidades en las condiciones de bioseguridad e incumplimiento de la normativa higiénico sanitaria contra 70 granjas de conejos y 2 mataderos. Las sanciones oscilan entre 60.000 y 1.200.000 euros de multa, de 3 meses a 1 año de prisión e inhabilitación especial para trabajar con animales durante un período de 1 a 3 años para las infracciones muy graves. También podría ordenarse la clausura de las instalaciones.

El asunto es muy grave pero no hay que generalizar, pues pueden pagar justos por pecadores. No todas las explotaciones son iguales. Tomás Gómez, presidente de Intercun (interprofesional del sector cunícola) ha asegurado en declaraciones al programa Agrosfera (RTVE) que van a investigar a esas granjas «y las que no cumplan, desde el sector estamos estudiando tomar acciones contra ellas”.

Lo que sí es importante es que, como consumidores, exijamos transparencia al sector cárnico. Para que el salvajismo de unos pocos en granjas de cerdos, vacas, gallinas, pavos, conejos o patos no se nos oculte. La Rebelión en la Granja, el maravilloso libro de George Orwell, debe empezar por cada uno de nosotros.

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Un garbancillo sin garbanzos protege los volcanes murcianos

Garbancillo

Ésta es la increíble historia de un garbancillo sin garbanzos que no existía, de una planta extinguida y más tarde resucitada, de un campo de volcanes tan muertos como los cultivos de sus laderas, como sus famélicas cabras y la cultura tradicional de un pedazo del desconocido Oeste de Cartagena (Murcia). Pero ésta es también la historia de una resurrección. El milagro del Garbancillo de Tallante (Astragalus nitidiflorus).

Descubierto para la ciencia en 1910, fue visto y no visto. Durante casi un siglo nadie más volvió encontrarlo. En el año 2000 se le dio por extinguido. Hasta que cuatro años después un botánico lo redescubrió mientras paseaba en bici. Sólo quedaban 46 ejemplares, los últimos de su especie en el mundo. En estos momentos, y gracias a un modélico proyecto LIFE+ cofinanciado por la Unión Europea, hay ya unos 200. Pero como la planta vive un máximo de 5 años, igual que apareció puede volver a desaparecer. Definitivamente.

Esta semana lo vi en el campo, tratando de sobrevivir a una de las peores sequías de los últimos 50 años. Era fácil distinguirlo. La única planta verde en una desolada caldera volcánica de hace 2,6 millones de años. Parece una humilde legumbre de garbanzos, pero no tiene nada que ver con ellos. De hecho, toda ella es tan venenosa que no se la comen ni los conejos. Aunque está en peligro de extinción. Necesita tierras volcánicas marginales dedicadas a prácticas agrícolas y ganaderas tradicionales. Y esos cultivos de almendros y algarrobos también están amenazados, pero por el abandono.

Me acompañaron en la visita los profesores de la Universidad Politécnica de Cartagena Juan José Martínez y María José Vicente, que junto con el botánico del Servicio de Biodiversidad de la Región de Murcia Miguel Ángel Carrión son el alma entusiasta del proyecto. En el centro cultural de Tallante, como en el de Los Puertos, las paredes están forradas con información relativa a la planta, los dibujos de actividades escolares o las recetas del último concurso gastronómico. Incluso han puesto en marcha un programa de custodia del territorio, para que sean los propios agricultores quienes se comprometan a velar por el futuro del garbancillo. Son unos héroes. Mis héroes medioambientales.

Ha tenido suerte la olvidada planta. Los expertos han logrado lo más difícil, entusiasmar a la población local con una especie ni comestible, ni medicinal, ni hermosa, pero sí exclusiva, endémica, llamada a convertirse en revulsivo económico y cultural de la comarca. Gracias ellos, y al garbancillo, el Oeste cartagenero ya no es tan salvaje.

Foto: LIFE+ Garbancillo de Tallante.

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La crisis económica amenaza al conejo

A la sombra de la crisis, una nueva tragedia se cierne sobre el medio ambiente español. La aparición de una variante del virus de la enfermedad hemorrágica amenaza a las poblaciones silvestres de conejo. Y sin este animal en el campo, linces, águilas imperiales y el resto de la fauna ibérica más amenazada está en peligro. Los romanos dieron a Hispania el significado de “tierra abundante en conejos”, pero eso era antes. La mixomatosis primero, a partir de la década de 1950, y la hemorrágica vírica desde 1989, han diezmado sus poblaciones y con ellas a los carnívoros que tienen en estos lagomorfos la base de su dieta y el secreto de su control natural.

Como siempre, la culpa la ha tenido el coladero sanitario de nuestras fronteras. La nueva cepa se detectó en 2010 en varias granjas francesas, pero nada se hizo para impedir su avance. Al año siguiente ya se había expandido por las granjas españolas y ha empezado a infectar a las primeras poblaciones silvestres de Aragón. El trasiego de piensos está considerado uno de los principales vectores de expansión de la epidemia. Mata a cerca de la mitad de los jóvenes y de momento no hay vacuna.

Para sonrojo de las Administraciones, una vez más han sido los ciudadanos, de la mano de las asociaciones conservacionistas, quienes han activado las alarmas pues se temen lo peor. SEO/BirdLife, WWF y Ecologistas en Acción piden establecer una red nacional de vigilancia y seguimiento que permita la alerta temprana de posibles focos. Algo cada vez más difícil pues la actual crisis económica lo primero que ha hecho es dejar sin presupuesto a los organismos de Medio Ambiente. Tanto dinero invertido durante tantos años para proteger al lince o al águila imperial, y se nos puede ir todo al garete porque no hay personal para evitar que conejos enfermos sean liberados en el monte.

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El planeta camina hacia los 10.000 millones de habitantes

Dos interesantes aplicaciones informáticas permiten jugar con las cifras del disparatado crecimiento de nuestra especie. La primera está alojada en la página de la BBC y se titula El mundo en siete mil millones. La otra es igualmente impresionante: 7.000 millones y tú.

Gracias a ellas sé que cuando yo nací hice el número 3.272.716.412 de los que en ese instante vivíamos en el planeta. Ahora somos más del doble. Desde mi llegada han nacido 6.084.489.564 personas y han muerto 2.306.614.829, con lo que en el momento de escribir estas líneas somos ya 7.050.584.237 habitantes. Y seguimos creciendo sin parar.

Empezamos el siglo XX siendo poco más de 1.000 millones, pero ya éramos 6.000 millones en el año 2000 y se espera que el siglo XXI acabará con algo más de 10.000 millones. Mientras lees esta columna ya han nacido 350 personas más. Nuestro planeta gana así 1.000 millones de personas cada 14 años.

¿Habrá comida y vida digna (casa, trabajo, dinero, vacaciones) para todos? Parece complicado.

Es verdad que últimamente el crecimiento se ha moderado, pero seguimos sin saber cuál es el límite poblacional de la Tierra. Porque como advirtió Ban Ki-moon cuando nació el niño 7.000 millones (niña, filipina), “a más población, mayor presión sobre la tierra, la energía, la comida y el agua”.

Por esta razón, si hay ahora mismo un negocio con futuro es el del acaparamiento de tierras. Millones de hectáreas han pasado en los últimos años a manos de inversores sin escrúpulos, ávidos de recursos. Sólo en África, los últimos megaproyectos tienen una extensión superior a los 67 millones de hectáreas, la superficie conjunta de Italia y Alemania. Agrocombustibles, agua, alimentos, pastos,… todo vale para especular con el hambre. Y cada vez valdrá más, pues cada vez tendremos más hambre.

¿Queréis saber mi opinión sobre todo esto? Pues ya con permiso de la nueva revisión del diccionario de la Real Academia de la Lengua, tan sólo se me ocurre una reflexión: Acojona.

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La terrible belleza de la destrucción del planeta

Daniel Beltrá es uno de los mejores fotógrafos del mundo. Iba para biólogo, pero al final le pudo más la cámara. Y con ella está logrando lo que cien trabajos científicos no lograrían: concienciarnos sobre la salvaje destrucción a la que estamos sometiendo al planeta en las últimas décadas cual dinosaurios suicidas.

Lo terrible de su trabajo es que es bueno, muy bueno. Y gracias a su arte logra presentarnos como bello la cara más fea de nuestra civilización.

Baste como ejemplo la fotografía que ilustran este post y que espero no le importe a Daniel que reproduzca. Es una imagen de la tala ilegal de 1645 hectáreas de selva amazónica en Gleba do Pacoval (Santarem, Brasil) para cultivar soja. Una cruz de martirio incrustada en el pulmón verde de la Tierra.

Me quedo sin palabras ante este formidable trabajo de Daniel Beltrá. No sé qué hacer, si felicitarlo o criticarle este bofetón de realidad que nos ha dado a todos.

No dejes de ver el portfolio completo de Daniel Beltrá dedicado a los bosques tropicales.

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Los cazadores acusan a las cigüeñas de dejarles sin caza

La noticia la ha lanzado El Norte de Castilla como una gran exclusiva: La superpoblación de cigüeñas reduce la caza en la provincia de Valladolid.  De acuerdo con los cazadores vallisoletanos, las piezas de caza han mermado allí donde las cigüeñas han incrementado su número. Y esto es así porque, según estos supuestos expertos en el medio ambiente, «desde hace un tiempo relativamente corto [la cigüeña] echa mano de polladas de especies cinegéticas como la perdiz, la codorniz y de gazapos de liebre y conejo para poder subsistir.

Así se lo explica a la periodista un anónimo miembro del coto de Ceínos de Campos:

«Puede que estemos ahora mismo ante el mayor depredador de todos. Estás cosechando y te encuentras con cuarenta cigüeñas detrás de la máquina y según saltan las polladas no dejan ni una».

Sigo leyendo El Norte de Castilla. La Federación de Caza de Valladolid, presidida por Jesús Hernández, «es consciente de la situación». Su responsable lo califica como un «depredador oportunista» que en los últimos años ha proliferado de manera importante. «Hay cigüeñas en cualquier parte de la provincia y son animales que tienen que comer, y ahora depredan sobre la perdiz, el conejo y la liebre», dice Hernández.

¿Será verdad? ¿Son las cigüeñas tan malas como los zorros, los lobos, los topillos y los ecologistas?

Me temo que una vez más los cazadores están dando muestras de su escasos conocimientos en fauna y de su desmedida afición a buscar chivos expiatorios contra los que descargar sus escopetas de ira.  Un ornitólogo murciano se hacía hoy esta reflexión en Avesforum:

«Las 668 parejas de cigüeñas que crían en Valladolid son 1.336 individuos, que a repartir entre 394 cotos salen a unas 3,4 cigüeñas por coto. ¿Pueden 3,4 cigüenas por coto hacer semejante daño a la caza? No lo entiendo. Debe ser que yo no soy tan sabio como ellos».

Otro naturalista comparaba el impacto de esta población con la de los más de 20.000 cazadores vallisoletanos con licencia. A quienes preguntaba si antes de acusar a las zancudas habían tenido en cuenta la general desaparición de lindes y barbechos en el campo, la quema de rastrojos, el uso de miles y miles de toneladas de pesticidas, herbicidas y abonos químicos, las enfermedades o la sobreexplotación cinegética.

Por cierto, que en el citado coto de Ceinos se produjo el año pasado uno de los peores episodios de envenenamiento en la provincia, provocado seguramente por algún cazador para eliminar depredadores y que provocó la muerte de un número importante de especies protegidas. ¿Lucha biológica?

Y es que como dijo Albert Einstein,

«hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana…. y de lo primero no estoy seguro».

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¿Cuántas especies hay en el planeta?

¿Habrá vida fuera de nuestro planeta? Es muy posible, pero dada su lejanía astronómica probablemente nunca lo sabremos. La única certeza es que en nuestro “pálido punto azul” que diría Carl Sagan hay vida, mucha y muy frágil vida, aunque en realidad tampoco sabremos nunca su dimensión. ¿Cuántas especies de seres vivos pueblan la Tierra?

Un equipo de científicos acaba de dar con la cifra más fiable: 8,7 millones de especies. 6,5 millones en la tierra y 2,2 millones en las profundidades del océano; 7,77 millones de animales, 298.000 de plantas y 611.000 de hongos.

¿Te parecen muchas? Depende. Para empezar no se incluyen los virus, esos extraños seres reducidos a apenas infeccioso material genético. Sí se tiene en cuenta a las bacterias, aunque no la extrema diversidad genética de sus cepas, prácticamente diferentes en la flora intestinal de cada uno de nosotros y que en su mayor parte heredamos vía materna a través de la lactancia. En insectos puede haber cerca de un millón de especies, pero algunos investigadores suben esta cifra hasta los 10 millones. Máxime cuando en un árbol de la selva tropical un investigador identificó 1.200 especies de escarabajos, de las cuales 163 eran exclusivas de ese único ejemplar. Según los cálculos de los expertos, aproximadamente el 86 por ciento de las especies terrestres y el 91 por ciento de las marinas aún no se han descubierto.
Conocer la biodiversidad no es un ejercicio de coleccionistas. Muchas de estas especies atesoran soluciones a nuestras enfermedades o a nuestros problemas tecnológicos. Pero estamos acabando con ellas a un ritmo endiablado, olvidando que el éxito de nuestra especie reside en que llevamos miles de años copiando a la naturaleza. De continuar la actual tasa de destrucción humana de la biosfera, la mitad de todas las especies del planeta se extinguirán en 100 años, la mayoría antes de que supiéramos de su existencia y de sus posibles beneficios.

De hecho, mientras leías este artículo acaba de extinguirse otra especie del planeta. Por eso, más que preguntarnos cuántas especies hay en la Tierra, habría que preguntar: ¿cuántas especies dejaremos?

En este vídeo se resume perfectamente la importancia de la biodiversidad, os lo recomiendo.

Y este otro es un precioso cortometraje realizado para conmemorar el 50º aniversario del WWF, donde se recuerda las muchas especies animales recién descubiertas y lo mucho que nos queda por conocer.

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Nos hacemos africanos

¿Es este calor normal? ¿Lo fueron un invierno y primavera tan lluviosos? Dice el refranero que “frío en invierno y calor en verano, eso es lo sano”. Añade nuestra propia experiencia que julio es siempre el mes más caluroso del año. Pero si preguntamos a nuestros mayores nos asegurarán que “esto no es normal”, que “antes no era así”. Lo corroboran nuestros científicos tras confirmar la exactitud de sus modelos de predicción del cambio climático. El planeta se está recalentando.

En nuestro país la evidencia tiene un efecto terrible: el desierto del Sáhara ha cruzado el Estrecho de Gibraltar extendiéndose poco a poco por toda la vieja piel de toro, haciéndola cada vez más africana.

No llega solo. Le acompañan un buen número de especies del vecino continente, especialmente aves, al tiempo que las más norteñas como los urogallos desaparecen. La lista de pájaros que nunca antes habían criado en Europa empieza a ser preocupantemente extensa, desde el buitre moteado propio de las sabanas africanas o el corredor sahariano, hasta el busardo moro, los vencejos cafre y moro, y los ya comunes elanios azules.

Sales al campo y los pájaros te demuestran lo inevitable, nos estamos haciendo africanos. Como el camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus), una especie de gorrión desertícola de color rosado y pico de coral de reclamo estridente. En 1972 se documentó por primera vez su reproducción en España, concretamente en Almería. Hoy hay más de 800 parejas en Andalucía, Murcia o Alicante, y la especie sigue en imparable expansión. El último lugar en colonizar ha sido el desierto de Los Monegros, donde esta misma semana se acaba de hacer público el nacimiento de los primeros pollos aragoneses. En el más puro estilo bíblico las trompetas de su canto, cada vez más cotidianas, nos anuncian lo inevitable. El fin del mundo climatológicamente estable ha llegado; el desierto ya está aquí.

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