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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Comienza la reforestación de los bosques (submarinos) del Mediterráneo

Plantación de posidonias en Ibiza. Foto: Fundación Blue Life

Las praderas de posidonia (Posidonia oceanica) son auténticos «bosques submarinos», impresionantes reductos de biodiversidad, pura vida bajo el mar, tan importantes que han sido están declaradas nada menos que Patrimonio de la Humanidad. Pero están amenazadas. Su principal enemigo es una actividad aparentemente inocua: el fondeo de yates de recreo. No lo vemos, pero las anclas se arrastran sobre los fondos como si fueran arados, dejando el entorno cual páramo desolado.

Y si son bosques bajo el mar ¿se pueden hacer repoblaciones de posidonias como si fueran pinares o robledales? Hasta ahora algo así era impensable, pero hoy es posible gracias al trabajo de la Fundación Blue Life (Ibiza Sostenible). Hace unas semanas se ha hecho la primera inmersión de replantación en las praderas acuáticas de Ibiza.

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¿Sabes cuáles son las islas con más turistas por habitante?

Los archipiélagos de Baleares y Canarias se encuentran entre las islas del mundo con mayor número de turistas por cada 100 habitantes. Según publica Hosteltur, un grupo de comunicación especializado en información turística profesional, Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera, Lanzarote y Fuerteventura son las más turísticas en relación a su población residente. El ránking resulta sorprendente:

  1. Fuerteventura: 2.217 turistas por cada 100 habitantes.
  2. Lanzarote: 2.097 por cada 100 habitantes.
  3. Ibiza-Formentera: 2.096 por cada 100 habitantes.
  4. Menorca: 1.520 por cada 100 habitantes.
  5. Mallorca: 1.258 por cada 100 habitantes.
  6. La Gomera: 782 por cada 100 habitantes.
  7. Tenerife: 648 por cada 100 habitantes.
  8. Islas Cook: 587 por cada 100 habitantes.
  9. Gran Canaria: 503 por cada 100 habitantes.
  10. Bahamas: 361 por cada 100 habitantes.
  11. Maldivas: 326 por cada 100 habitantes.
  12. La Palma: 279 por cada 100 habitantes.

Yo que vivo en Fuerteventura estoy impresionado. Estamos en cabeza. Tenemos aquí una población residente de 103.167 personas (en realidad menos, pues muchos se empadronan para beneficiarse de los descuentos en el transporte aéreo) y en 2016 recibimos según esta estadística 2.287.650 turistas. En realidad los datos oficiales aseguran que en 2016 se superaron los 3,2 millones de visitantes, por lo que realmente tocamos a 32 turistas por persona.

Está claro que los territorios insulares de España se han especializado en la economía turística hasta el punto de convertirse en un monocultivo, como lo fue antes la caña de azúcar o el vino. Nos guste o no, todos vivimos aquí de los turistas, fuente aparentemente inagotable de riquezas, que en el caso de Canarias es permanente pues no sufre de la estacionalidad como le ocurre a Baleares.

¿Se notan las ventajas? En absoluto.

Canarias cerró 2016 con 274.000 parados. Los datos de la Encuesta de Población Activa de 2016 revelan un descenso del paro de 23.100 personas con respecto a 2015, pero sigue afectando al 25 por ciento de la población con posibilidades de trabajar. Uno de cada cuatro trabajadores canarios está desempleado. Es la tercera comunidad autónoma con más paro de toda España detrás de Andalucía y Extremadura.

A la cabeza y como motores de la economía y el empleo de Canarias se sitúan ahora las islas de Lanzarote y Fuerteventura, las más turísticas pero también las que más fueron castigadas laboralmente durante la crisis. Hoy están arriba y ayer estaban abajo.

El turismo se ha convertido en el maná, pero es un maná engañoso por lo volátil y mal repartido que cae. Muchos turistas extranjeros pagan en origen a los touroperadores, quedándose estas grandes empresas con la mayor parte del pastel. En destino se mantiene la precariedad laboral, los bajos salarios y jornadas por encima de lo legal, el consumo desmedido de alimentos y energías que siempre vienen de fuera, disparando el gasto de agua, generando descomunales cantidades de residuos, alterando letalmente paisajes y culturas, generando graves desajustes urbanísticos que a la larga también lo son sociales. A ello se añade nuestra debilidad ante el cambio climático, con la pérdida de playas y erosión de costas entre otros graves problemas en ciernes.

La cara positiva

No se puede caer en lo negativo. Gracias al turismo han aumentado las oportunidades para la creación de empleo en unos territorios históricamente obligados a la emigración, que de emisores han pasado a receptores. También ha mejorado la protección de los recursos naturales (una vez descontado todo lo destruido), que en regiones como Baleares se benefician directamente de las tasas turísticas. Igualmente se han desarrollado en las islas nuevas actividades económicas vinculadas a los recursos marítimos y medioambientales más allá de los tradicionales de pesca, agricultura y ganadería. Sanidad, educación, comunicaciones, infraestructuras han registrado un alto desarrollo.  Lo aceptemos o no, en estas islas ahora se vive mucho mejor que antes.

Turismo sostenible

El año 2017 ha sido declarado por Naciones Unidas como Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. Este turismo sostenible, el único con futuro, debería de hacer hincapié, según la ONU, en los siguientes puntos:

  • Crecimiento económico inclusivo y sostenible.
  • Inclusión social, empleo y reducción de la pobreza.
  • Uso eficiente de los recursos, protección ambiental y cambio climático.
  • Valores culturales, diversidad y patrimonio.
  • Comprensión mutua, paz y seguridad.

La idea es buena. Ponerlo en práctica resulta más complicado.

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Proyectan un hotel en un islote desierto donde vive el ave más amenazada de Europa

Sa Conillera Xavi Durán

¿Pensabas que con la explosión de la burbuja inmobiliaria el escaso litoral español sin urbanizar quedaría a salvo? Estabas equivocado. Esta crisis no ha cambiado nada. Como mucho supone un retraso (o un parar para coger fuerzas) en esa loca carrera por hormigonar hasta el último metro cuadrado de la costa española.

Sirva como ejemplo el, a mi modo de ver, disparatado proyecto de levantar un hotel en un islote desierto de Ibiza (Islas Baleares). Un lugar virgen donde, para más bemoles, nidifica la pardela balear (Puffinus mauretanicus), el ave más amenazada de Europa.ilustración pardela balear autor Juan Varela

Según ha denunciado SEO/BirdLife, una de las colonias de pardela balear mejor preservadas se encuentra precisamente en el islote de Sa Conillera, frente a la isla de Ibiza. Esto podría cambiar si sale adelante el proyecto de habilitar el faro como un hotel rural. El proyecto se presenta como una opción de turismo alternativo que ofrezca al público conocer de cerca los valores naturales del enclave. Sin embargo, su impacto sobre la pardela balear y otros valores biológicos de la isla podrían poner en riesgo el patrimonio en el que precisamente se debe sustentar, es decir, el entorno natural del islote. Eso no es ecoturismo. Eso es turismo tonto a secas.

Esta vez el promotor no es una multinacional hotelera o de la construcción. Esta vez el promotor es el propio Gobierno español a través de Puertos del Estado, que habría dado ya su visto bueno al proyecto. Afortunadamente, el Ayuntamiento de Sant Antoni (municipio al que pertenece el islote) ha mostrado recientemente su oposición al proyecto, al tiempo que el Consell Insular de Ibiza ve complicada su aprobación.

Tenemos el enemigo en casa. Con la escusa del desarrollo rural, no es lícito desproteger espacios protegidos, como se plantea en Sa Conillera, o proponer actividades de alto impacto ambiental en parques nacionales, como permitir la navegación y las batidas de caza en Monfragüe.

Foto: Vista aérea del fabuloso islote de Sa Conillera, frente a las costas de Ibiza. © Xavi Durán, SEO/BirdLife. Ilustración: pardela balear, autor Juan Varela.

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Una cibercampaña trata de salvar las praderas marinas de Ibiza y Formentera

posidonia-oceanica

Joan Torres, un capitán de la marina mercante de Formentera, ha iniciado una campaña online para salvar las praderas de posidonia del archipiélago balear. Auténticos «bosques submarinos«, impresionantes reductos de biodiversidad, están declarados nada menos que Patrimonio de la Humanidad.

Pero ésta es otra más de esas declaraciones grandilocuentes en mojado papel oficial. En realidad están más amenazadas que nunca. La culpa la tiene una actividad aparentemente inocua: el fondeo de yates de recreo. No lo vemos, pero las anclas se arrastran sobre el fondo arenoso convirtiéndose en terribles arados o, más propiamente, bulldozer, que dejan el entorno como un páramo desolado.

Y la posidonia no es una vulgar planta acuática. Endémica del Mediterráneo, en mayo de 2006 se halló un ejemplar de 8 kilómetros de largo, convirtiéndose en el ser vivo conocido más grande de la Tierra. Teniendo en cuenta que esta especie crece a un ritmo de dos centímetros por año, su edad se ha estimado en 100.000 años.

La petición fue iniciada en la plataforma Change.org y va acompañada de un vídeo explicativo realizado recientemente por el fotógrafo Nathan Dappen.

Según explica el capitán Joan en su texto justificativo de la petición,

“La calidad de la biodiversidad, la transparencia de las aguas, el equilibrio de la línea de costa y el mantenimiento de la principal fuente de ingresos de Formentera e Ibiza (el turismo) dependen en gran parte de la conservación de las praderas de posidonia”.

Y añade:

“Las praderas de posidonia están declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Durante muchos años, el desconocimiento sobre la importancia de la posidonia imposibilitó desarrollar políticas activas de conservación; pero el actual conocimiento científico sobre su papel clave en el mantenimiento del ecosistema de las islas, y la certeza de cómo el cambio climático y la absoluta ineficacia de las medidas de protección adoptadas restringidas a reducidas zonas -permitiendo el fondeo de toda clase de embarcaciones, masivo en ocasiones, sobre extensas zonas de posidonia en base a determinados intereses- está terminando aceleradamente con un bien común irremplazable”.

Por todo ello, Joan reclama una serie de sensatas medidas que permitan salvar las praderas de posidonia de las Islas Baleares:

  • La situación e identificación de la posidonia en las cartas náuticas.
  • La prohibición de fondeo sobre fondos de posidonia en las cartas náuticas y derroteros.
  • La prohibición de pesca de arrastre sobre fondos de posidonia en las cartas náuticas.
  • Cumplimiento de la normativa MARPOL 73/78 en zonas de praderas de posidonia.
  • Prohibición de vertidos contaminantes procedentes de instalaciones de tierra sobre praderas de posidonia (depuradoras, industriales) al igual que materiales procedentes de dragado de fondos.
  • Vigilancia y control efectivo de las todas las medidas descritas.

El destinatario de la petición, la Conselleria d’Agricultura, Medi Ambient i Territori del Gobierno Balear, recibe periódicamente un correo electrónico informando de las nuevas firmas de apoyo que consigue la campaña. Ya llevan recogidas 10.800 firmas, una de ellas la mía. ¿Nos echas una mano? Aquí tienes el enlace: Protección real para las praderas de posidonia.

Posidonia (Spanish subtitles) from Day’s Edge Productions on Vimeo.

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