La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Entradas etiquetadas como ‘garray’

Aparecen envenenadas nueve cigüeñas en Soria

Agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León han localizado hoy nueve ejemplares de cigüeña blanca muertos en las colonias ubicadas en el Soto de Garray (6) y Los Royales (3), cerca de Soria capital.

Ante las sospechas de que se trate de un envenenamiento masivo se ha activado el Protocolo de Actuación ante Casos de Envenenamiento de Castilla y León por si pudiese tratarse de una intoxicación por ingestión de productos tóxicos.

Sin embargo, en las instalaciones del vertedero de residuos urbanos de Golmayo, donde suelen acudir a comer estas aves, no se han localizado ejemplares muertos, descartándose que fuera aquí donde hubieran ingerido alguna sustancia mortal.

Sólo la necropsia de los cadáveres aclarará la causa de la muerte, pero todo apunta a veneno. Cebos envenenados como los que hace dos años mataron a una docena de buitres leonados en esta misma provincia. O quizá potentes raticidas que eliminan a todo bicho viviente.

El veneno es así de asesino incontrolable. Hoy cigüeñas, mañana buitres y pasado perros.

Es la terrible ponzoña contra la que tanto luchó Félix Rodríguez de la Fuente, que logró vencer gracias a sus documentales y mágico poder de convicción, pero que 30 años después de su muerte ha vuelto con inusitada fuerza.

**Comparte con tus amigos este post:

Bookmark and Share

Los especuladores sitian Numancia

A los romanos les costó un triunfo dominar la ciudad celtíbera de Numancia. Hizo falta enviar a Escipión el joven, el vencedor de Cartago, quien tras más de un año de cerco infernal sólo logró entrar en una ciudad devastada después de que sus habitantes la prendieran fuego y se inmolasen en ella. Prefirieron morir libres antes que vivir como esclavos.

Hoy Numancia es un apacible cerro elevado sobre el río Duero, sin más vida en ella que algún alcaraván despistado correteando por entre sus piedras milenarias. Sin embargo, la vieja ciudad vuelve a estar sitiada, esta vez por los especuladores sin escrúpulos y, lo que es peor, por la especulación institucional, la peor de todas. Son ellos los que pretenden robarnos su riqueza más sagrada, su paisaje histórico, en aras de algo tan poco original como el pelotazo urbanístico. Para nuestra desgracia, son precisamente las administraciones que deberían proteger este inmenso legado quienes lo promueven, vayan ustedes a saber por qué espurios intereses.

La situación es tan grave que el yacimiento ha sido incluido en la Lista roja de patrimonio en peligro elaborado por la asociación Hispania Nostra.

La relación completa de amenazas causa escalofríos:

Un complejo residencial de 288 viviendas junto al campamentos romano de Alto Real, a pesar de estar protegido como bien arqueológico e histórico.

800 viviendas en un nuevo pueblo de colonización VIP al que irónicamente han dado en llamar Ciudad del Medio Ambiente, y que incluye hasta un hipódromo y varios hoteles. Ya han talado 3.000 pinos y amenazan a la segunda mayor colonia de cigüeñas de la provincia de Soria, a pesar de ser un espacio de alto valor ecológico y ambiental protegido por la Directiva Hábitats.

Un polígono industrial, Soria II, de 150 nuevas hectáreas, cuando tienen 300 sin usar en Valcorba y la ciudad tan sólo necesita 1,5 hectáreas al año.

Hasta con los espíritus románticos arremeten, pues han autorizado la construcción de un tanatorio en el famoso Monte de las Ánimas que cantara Bécquer.

No se dan cuenta de que el gran valor de Numancia no son sus piedras, es su paisaje. Sólo en este cerro podemos dar un salto en el tiempo para, 2.150 años después, reconstruir en nuestra imaginación la mirada desafiante de los resistentes numantinos a sus sitiadores romanos, con la misma intensidad y emoción de entonces. Porque allí la historia está viva gracias a su entorno.

Para protegerla definitivamente sólo hay una solución: declarar a Numancia Patrimonio de la Humanidad, poner su preservación en manos de la Unesco, ya que nuestros representantes son incapaces de hacerlo.

Esta vez los sorianos no van a prender fuego a la ciudad como pretenden sus políticos irresponsables. Esta vez pondrán todo su esfuerzo y valentía en defenderla; con uñas y dientes si hace falta.

—-

En el mapa inferior podéis ver cómo los proyectos urbanísticos están estrechando el cerco histórico romano a la ciudad celtíbera.