En Francia los agricultores nos odian por nuestras fresas y los ganaderos nos rechazan ahora por nuestros buitres. Sí, lo han leído bien. Aseguran que los buitres españoles les están arruinado.
Ya os lo he contado varias veces. Desde que la enfermedad de las vacas locas acabara con la ecológica práctica tradicional (mantenida durante miles de años) de abandonar los animales muertos en el campo para que las aves necrófagas limpiaran sus restos, los buitres se mueren de hambre. Comen basura en nuestros vertederos y se han disparado los casos de ataques al ganado vivo, especialmente crías o hembras recién paridas. En Extremadura les han llegado a acusar de atacar a los propios pastores.
El caso es que los ganaderos franceses también han comenzado a protestar por los daños de los buitres, a los que tachan además de ser españoles. No son los únicos. Cuando el año pasado un grupo de ellos llegó a Bélgica, todos sin dudarlo en ese país los señalaron como originarios de España.
La noticia está siendo hábilmente azuzada por el siempre antieuropeo periódico sensacionalista británico Daily Telegraph. Bajo el título Cómo la Unión Europea convierte a los buitres en aves de presa, se señala este supuesto cambio en los hábitos alimenticios de las aves carroñeras. Cambio provocado por la legislación sanitaria desarrollada para parar una enfermedad que nos introdujeron los británicos, aunque esto último lo omiten.
Os traduzco algunos de los testimonio obtenidos por el periodista:
«Es una locura», dijo Vincent Moustirats, 31, un agricultor en Beguios, en el País Vasco francés. «Cada semana hay un ataque. Mataron a una de mis vacas que estaba pariendo el sábado, y ese mismo día se comieron dos terneros en la cercana aldea de Sare».
En Saint-Michel, cerca de la frontera española, Pascal Guecaimburu dice que luchó para salvar a cuatro jóvenes novillas.
«Yo estaba ordeñando. Los buitres bajaron y se posaron sobre sus espaldas. Las novillas echaron a correr, pero fueron acorraladas contra la puerta. Una veintena de aves las tenían rodeadas. Cogí mi pistola y disparé al aire».
Las aves se fueron volando, pero el señor Guecaimburu tuvo que rescatar a las novillas de nuevo antes del anochecer.
Los ornitólogos insisten en que esas historias son exageradas y que los buitres sólo comen animales muertos o moribundos.
Sin embargo, los ganaderos franceses aseguran haber sufrido 87 ataques de buitres el año pasado, cuatro veces más que en años anteriores.
Hasta aquí la noticia. ¿Qué hay de verdad en todo ello?
Yo no dudo que se produzcan algunos de estos ataques, como también se producen en España. Pero niego que sean a animales sanos y bien cuidados.
Otra cosa. Francia tiene la segunda población europea de buitre leonado, más de 600 parejas, así que parece injusto que todos los ataques se asignen a ejemplares españoles donde, hay que reconocerlo, vive el 90 por ciento de los buitres europeos.
Lo mismo ocurrió con la gripe de 1918, responsable de la muerte de 100 millones de personas, a la que los europeos llamaron «gripe española«, a pesar de haber surgido en Estados Unidos y entrar en Europa por Francia durante la Primer Guerra Mundial.
No sé a vosotros, pero a mi me parece que aquí hay mucha xenofobia involuntaria de nuestros vecinos. Ya no somos los españoles los hambrientos que cruzan los Pirineos en busca de un pedazo de carne. Ahora son nuestros buitres.