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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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¿Conoces el sufrimiento que hay en un abrigo de piel?

Abrigos de pieles

© Equanimal

Tener a mano una buena ropa de abrigo cuando llega el frío es fundamental para sentirse bien. Durante milenios usamos las pieles de los animales. Pero ahora hay tejidos infinitamente mejores, más confortables, más baratos y menos sangrientos. Porque para lucir un triste abrigo de piel es necesario sacrificar 60 visones, 20 linces, zorros o tejones, 15 crías de foca, 10 perros mapache, 8 lobos, 6 leopardos. Todo a mayor gloria de una moda asesina, cruel e inútil, además de pelín hortera.

Cada año son cazados cerca de 20 millones de animales con el único fin de utilizar sus pieles. Con trampas para no estropearlas, provocando con ello terribles tormentos a las agonizantes víctimas. Otros 40 millones son criados en granjas, la mayoría europeas, donde las condiciones de cautiverio y sacrificio son igualmente terribles. Si se escapan o son estúpidamente liberados por grupos con demasiada sensibilidad y poco cerebro, el daño al medio ambiente resulta catastrófico.

Dando más valor a su piel que a su vida, los animales de granja son gaseados o electrocutados por vía bucal, anal o vaginal; o desnucados a palos. Algunas veces ni siquiera están totalmente muertos cuando se les despelleja. Los restos de su cuerpo se transforman luego en alimento para perros y gatos o en abonos. Un terrible sin sentido.

Si compras este tipo de prendas eres parte del problema, pues la fuerza del consumidor es la única capaz de acabar con la industria peletera. Es verdad, cada vez se usan menos los abrigos de pieles en Europa pero, a cambio, su consumo encandila ahora por millones a chinos y rusos, el nuevo mercado emergente para las pieles de lujo. El horror no acaba. Y es que como decía el filósofo Schopenhauer, “el hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales”.

Pieles

© Anima Naturalis

A continuación os dejo tres vídeos no aptos para personas sensibles, tan terribles como la realidad que cuentan. Tienes más información en: www.StopModaCruel.org y www.SinPiel.org


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Canadá matará 100.000 focas más esta primavera

Miras este vídeo de PETA y no puedes evitar un sobresalto. Incluso llorar.

Acaba de comenzar la temporada anual de caza de focas en la isla canadiense de Terranova, otra de esas salvajes tradiciones propias de países supuestamente desarrollados. Como descarada respuesta al general rechazo internacional, en lugar de reducir o prohibir la anual masacre, Canadá ha incrementado en 100.000 ejemplares la cuota legal de captura. Este año, la ley permitirá a los cazadores masacrar a golpe de hakapik 380.000 focas.

La decisión no obedece a un aumento real de la población de este pinnípedo. Tan sólo es una bofetada política para responder con más sangre inocente a la decisión de la Unión Europea de prohibir en su totalidad el comercio de productos derivados de este animal. No les importan las consecuencias. Cerrado el comercio europeo, China está abriendo su gigantesco mercado a las pieles de foca.

Dicen los canadienses que su método de captura es muy humanitario, que los animales no sufren. Dicen que hay muchas focas y que no están en peligro de extinción. Que ya no matan a las crías de blanca piel. Que ellas, y no los miles de barcos factoría, son las causantes del descenso en las capturas de bacalao. Dicen todo esto y otras muchas cosas más, pero yo sólo veo un gran charco de sangre anegando en rojo la nieve inmaculada.

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Comienza la masacre de focas en Canadá

Es la mayor matanza de mamíferos marinos de todo el Planeta. Más de 3.000 cazadores de Canadá se lanzarán a partir de hoy a una desenfrenada carnicería de sangre, dolor y muerte contra cientos de miles de crías de focas arpa (Phoca groenlandica). En apenas dos semanas, el blanco hielo ártico se teñirá de rojo ante nuestro espanto sosegado de tertulia de café.

¿Cuántas focas matarán?

Ajenos a las protestas de todo el mundo (salvo Noruega, donde hacen lo mismo), el gobierno canadiense ha fijado la cuota de captura en 338.000 ejemplares, 55.000 inocentes animales más que el ya de por sí sangriento año pasado. Según declaraciones de la ministra de Pesca, Gail Shea, esta cuota de caza fue establecida tras consultarlo con expertos, «para garantizar que se preserve la población de focas».

¿Cómo las matan?

Utilizan rifles pero especialmente el hakapik, un instrumento de madera con un gancho metálico en punta, a modo de piolé, con el que las golpean repetidamente en la cabeza, con cuidado de no dañar la piel para que no pierda precio. Cerca de la mitad de ellas no mueren en el acto y son despellejadas aún vivas.

¿Por qué las matan?

Las acusan de ser las responsables del descenso de capturas de bacalao, que en realidad está provocado por la sobrepesca industrial. Lo cierto es que nutren una vergonzosa y vergonzante industria que se enriquece con su sufrimiento.

¿Para qué las matan?

Ante todo para arrancarlas la piel y abastecer con ella el mercado peletero internacional. También pero en menor medida se comercializan sus penes (muy cotizados en los mercados asiáticos como afrodisíacos), el aceite y la carne.

¿Podemos hacer algo para impedirlo?

Podemos presionar a nuestros políticos para que España prohíba el comercio de pieles de foca y sus derivados. La UE ya lo está estudiando, pero como han hecho otros países, el nuestro puede aprobarlo en cuanto quiera. Una sociedad civilizada no puede permitir esta salvajada.

También podemos aportar nuestro grano de arena apoyando las ciberacciones de grupos conservacionistas como la Fundación Altarriba o Humane Society.

Y por supuesto, rechazando cualquier producto que venga adornado con la piel de estos masacrados animales.

Una foca viola a un pingüino durante casi una hora

Se le echó encima y el pobre pájaro apenas podía mover sus alas para intentar zafarse del angustioso abrazo.

Una foca peletera antártica (Arctocephalus gazella) de unos 100 kilos de peso intentó violar durante más de 45 minutos a un ejemplar de pingüino rey (Aptenodytes patagonicus), de apenas 15 kilos, algo absolutamente inusual en el Reino Animal. De hecho, sus asombrados observadores, un grupo de científicos sudafricanos que lograron filmar el extraño comportamiento, acaban de publicar la noticia en la revista especializada Journal of Ethology.

En un reportaje de la BBC World, el periodista Matt Walker relata con todo detalle el incidente, registrado en una playa subantártica de la Isla Marion, en Sudáfrica.

No está claro por qué un animal intentó tener relaciones sexuales con el otro, pero los especialistas especulan que puede haberse debido a la inexperiencia o frustración sexual del joven ejemplar de foca. Un acto agresivo, depredador, o quizás simplemente un juego (¡durante casi una hora!) que terminó convirtiéndose en sexual.

El atacante era una foca macho, de eso no hay duda. Pero los científicos no han podido determinar el sexo del pingüino víctima. Lo que sí corroboraron es que finalmente no hubo cópula, a pesar de los compulsivos movimientos pélvicos del mamífero durante todo el tiempo. También comprobaron que el pájaro bobo logró salir vivo de la agresión, aunque se supone que con la moral mancillada por tamaña agresión sexual. Que dicho sea de paso, es la primera vez que se documenta entre un ave y un mamífero.

La foca Sebastián nos trae un mensaje

En el último mes han aparecido tres focas grises en las costas de Guipúzcoa, algo absolutamente inusual. Primero una en Hondarribia/Fuenterrabía y posteriormente otra en el puerto de Getaria que puedes ver en este vídeo confiadísima, zampándose un gran pescado como quien se merienda una hamburguesa.

La tercera foca fue localizada la pasada semana nada menos que en la playa donostiarra de La Concha. Y como allí estaban celebrando a su santo patrón, pues la bautizaron Sebastián. La pobre presentaba varias heridas, sufría una neumonía y tenía varios pegotes de chapapote en el cuerpo, así que fue llevada a un centro de recuperación, donde todavía se encuentra bajo tratamiento veterinario.

No es infrecuente la observación de focas en el Cantábrico español, donde no crían, lejos de sus colonias noreuropeas. Lo que ya empieza a ser preocupante es su aparición en malas condiciones, desorientadas, enfermas, desnutridas, contaminadas, machadas en petróleo, con el estómago lleno de bolsas de plástico, con el cuerpo atrapado en nasas, en redes, rasgado por anzuelos.

Focas, ballenas, cachalotes, orcas, delfines, tortugas, gaviotas, araos, alcatraces, cormoranes, charranes son claros bioindicadores del estado de conservación del mar, de su mal estado de conservación. Sebastián y sus hermanas de este mes nos han vuelto a avisar del peligro. ¿Es que nadie les va a hacer caso?

Sáhara pierde el norte, o la historia de una foca friolera

Como en la poesía de Alberti, pero con una foca polar en lugar de la famosa paloma que “por ir al norte fue al sur”. Eso es exactamente lo ocurrido a Sáhara, la foca de casco (Cystophora cristata) salvada de una muerte segura cuando apareció el año pasado, muy debilitada, en el puerto saharaui de El Aaiún. Una vez más el entusiasmo del veterinario y biólogo Pascual Calabuig, director del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo de Gran Canaria, logró lo imposible, salvar al animal a pesar de las gigantescas dificultades técnicas, materiales y hasta políticas para poder moverse en tan conflictiva región africana. Incluso fue necesario un permiso especial de la familia real de Marruecos.

Gracias a su tenacidad se consiguió trasladar al animal al Instituto Canario de Ciencias Marinas, primero, y al zoológico Loro Parque de Tenerife después, donde terminó de recuperarse.

La despistada foca de aguas heladas se encontraba a miles de kilómetros de sus zonas habituales de campeo, en las templadas aguas saharianas. Por esta razón, en lugar de devolverla al mar Atlántico, se decidió ahorrarle el viaje y trasladarla en avión a un santuario de focas de Gran Bretaña, liberándose el pasado 9 de octubre en Orkney, norte de Escocia.

Pero a Sáhara no le gusta el frío. Y tomó de nuevo rumbo hacia el sur. Ante el asombro de los expertos, el ejemplar apareció la pasada semana en el puerto vizcaíno de Ondarroa, a 2.000 kilómetros del lugar de suelta. “Apareció en la rampa del muelle, como si nada”, explica un todavía asombrado Calabuig.

Mientras, en Escocia, los responsables del Seal Sanctuary, la asociación responsable de su liberación, alucinaban en colores frente a la pantalla del ordenador. Desde allí seguían minuto a minuto sus movimientos gracias a un emisor de control satélite instalado en su dorso. Y la foca en ese momento ¡se movía por el interior del País Vasco y a 100 kilómetros por hora! Fue Pascual Calabuig quien les resolvió el misterio. El animal no era candidato al Guinness de los Récords. Estaba siendo trasladado en automóvil al Centro de Recuperación de Gorliz.

¿Se le enviará de nuevo a Escocia? Está por decidir, aunque es donde mejor la pueden cuidar. Si se recupera, pues de momento, como reconoce Pascual, la impresión es mala. Además de desorientada, Sáhara está de nuevo enferma. Por eso se dejó coger con tanta facilidad.

Imágenes de Sáhara en Canarias. Comiendo hielo de manos de Pascual Calabuig, y recibiendo las atenciones veterinarias de Sara Capelli y Víctor en las instalaciones de Loro Parque.