La noticia no puede ser mejor. En el parque natural de las Lagunas de la Mata-Torrevieja (Alicante), la colonia de gaviota de Audouin (Larus audouinii), una de las gaviotas más amenazadas del mundo, ha tenido este año un éxito sin precedentes. Sus 2.824 parejas reproductoras la convierten en la segunda más importante del planeta, por detrás de la del Delta del Ebro (Tarragona). El anuncio lo ha hecho un eufórico conseller de Medio Ambiente, tras destacar el éxito de su gestión en este espacio gracias a fuertes subvenciones públicas.

Me chocó que una vez más fueran los políticos, y no los técnicos, los que dieran la información a los periodistas. Como si fueran ellos expertos del tema, de todos los temas. ¿Qué tienen que ver los políticos con las gaviotas?, le pregunté a Ricard Gutiérrez, técnico responsable del plan de recuperación de la Audouin en Cataluña. ¿Son siempre razones políticas, y no técnicas, las que deciden cómo se gestionan nuestras vidas y haciendas, especies y espacios amenazados incluidos? La respuesta de Ricard fue clara. En el caso de esta rara gaviota mediterránea, la decisión puramente política de decretar la veda pesquera en Tarragona para contentar a un sector que bien podía haber elegido otro momento, y no justo cuando estas aves comienzan a criar, las ha dejado, literalmente, sin comida, pues en su mayor parte viven de los descartes pesqueros. Y como estas gaviotas que no entienden de fronteras crían un año en un lugar y otro año en otro, dependiendo de los recursos alimenticios de la zona, sencillamente, muchas se han ido a Alicante.

Por lo tanto, el conseller valenciano pasó por alto que ese aumento gaviotil en su región se debía, en su mayor parte, al descenso de la población nidificante en la comunidad autónoma vecina. Las gaviotas siguen siendo las mismas que antes, pocas. Pero como concluye Ricard, “climatología a parte, sí que las decisiones políticas influyen en las gaviotas, y no siempre de forma positiva”.

—–

Foto: Sergio Arroyo Morcillo / Ahsa